Partida Rol por web

Me ha besado... ¿por qué?

No ha estado mal... no... pero no puedo... no puedo... no ahora ni con ella...

Gracias, Beth. Te lo agradezco de verdad. Dijo el Presidente mientras dejaba que la chica se acomode en sus piernas y comenzó a acariciar su pelo pelirrojo con suavidad.

Ella sonrie suavemente un notas como poco a poco se va adormilando - No te esperare siempre Dean... - Susurra antes de quedarse profundamente dormida, con su cabeza sobre tus piernas y una mano apoyada en tu abdomen.

No puedes evitar observarla, realmente es una mujer preciosa y dormida parece perfecta. Tranquila. Sus piernas siguen dobladas en un postura no muy comoda pues el sofa solo es de dos plazas. El silencio inunda la casa y notas como te va aportando a ti tambien una sensacion de tranquilidad y relajacion impresionante.

Dean sonrió.

Después se movió lentamente en el sofá, dejando a la chica tumbada sobre él completamente dormida y fue hasta el dormitorio a buscar una manta con que cubrirla.

No tenía la intención de pasar la noche allí, por lo menos no hasta ahora, pero viéndola dormir, el Presidente dijo que era hora que él le devuelva un poco de la preocupación que ella ha tenido con él durante todo este tiempo.

Se sentó en el sofá de al lado y encendió la televisión a un volumen bajo.

Por fin, tras años y años de trabajo, podía sentarse sin que nadie lo molestara a ver la tele, a esperar que ella despierte y a prepararle el desayuno.

Sí. Creo que eso estaría muy bien.

Poco a poco te vas quedando dormido, para tu sorpresa mirando para ella, era relajante verla tan comoda, tan serena...

A la mañana siguiente te despiertas oyendo su voz a lo lejos, un delicioso y casero olor a tortitas y cafe invade tus sentidos de forma suave.

Vas abriendo los ojos y comienzas a oirla decir - Si... ire sola Margater - Hablaba con su hermana - Margaret, es el presidente, aparte de que no le voy a pedir eso, pues no vendria no creo qeu quieras que tu boda este llena de agentes... - suspira mientras trastea en la cocina - No, no le he dicho nada... Dios! Ya me casare cuando me apetezca o me lo pidan al menos, no no soy como tu pero minimo que sea el hombre el que me pida matrimonio - Se oye silencio y despues na carcajada enorme de Beth - jajajaja Tranquila ayer... bueno creo que dejamos algo claro... Quedo claro que solo somos amigos - se vuelve a reir divertida - jajaja No por dios no lleves un listado de hombres a tu boda de invitados para tu soltera hermana pequeña....

A los segundos oyes como se despide y vuelve a trastear con la cocina. Miras tu telefono y Ves un sms de Ryan.

Cita:

Puto Ryan. No me deja en paz ni un mísero día. Bueno, la verdad es que uno se siente bien al ser tan querido por los amigos, pero es demasiado temprano... tendré que hablar con mi hermana para que lo ate a la cama... o no... eso tal vez le guste.

Cita:

Después de enviar el sms, me incorporo del sofá y me dirijo a la cocina donde Beth ya me ha ganado de mano preparando el desayuno. Doy un par de golpes en el marco de la puerta mientras sonrio esperando que ella se gire para verme.

La idea era que yo te prepare el desayuno, pero como siempre, por delante de mí, cariño.

- ¿Cuanto hace que no tocas una sarten? - Te pregunta divertida un poco sonrojada dandose cuenta de que podias haber escuchado la conversacion que habia tenido con su hermana. Ves que tiene zumo recien exprimido, tortitas y cafe recien echo. Pone los platos en la mesa de la cocina y se sienta esperando que te siente tambien.

- Nunc apense que la proxima vez que durmieras aqui seria tu en un sofa y yo en otro - Te dice complice - Podias dormir en la cama sin problema Dean - Comenta sirviendote zumo y el cafe esactamente como te gusta.

Ya, lo sé. Pero me quedé dormido allí mirándo como respirabas tranquila. Además, si te despertabas en medio de la noche, era preferible que me abrazaras a mí y no a un cojín, ¿no crees? Dijo el Presidente mientras cogía una taza con café.

Ryan me llamó hace un rato. No sabe ni dónde estoy, así que me tendré que ir pronto para allá. No sea que me den por muerto y este asuma el mando.

Dean se sentó en un taburete y comenzó a beber el café.

¿Qué tal has dormido?

- Bien, ya estoy mas relajada - Comenta dejando las ultimas cosas y poniendose a desayunar contigo, es imposible no notar que esta algo nerviosa. Se aparta el pelo de la cara y te mira dando un trago al zumo - Mañana le dejare todo listo a Mila y pasado me ire a la boda de Margaret, no tienes reuniones hasta el lunes, asi que por favor te suplico que no martirices a Mila con el color de tu corbata, los tres azucarillos ni nada de eso... - Sabes que se esta metiendo contigo pero en parte tiene razon las pocas veces que te has quedado con Mila de forma inconsciente le hacias todo ams dificil.- Pasare dos dias fuera pero el segundo si necesitas algo podria volver ya. - Comenta termiando el zumo y comenzando las tortitas a las cuales echa chocolate casero - Hoy... ire a ver a Liam... y tu tendrias que ir, el medico... dice que es posible que nos escuche...

Tranquila, no pienso martirizarla mucho más que a ti. Además, así se curte en su trabajo. Después le tocará un jefe más cabrón que yo y no sabrá como afrontar las cosas. Dijo el Presidente mientras desayunaba.

¡Ah! ¡La boda! Es verdad, me había olvidado.

Dean pensó un poco, poniendo esa cara que su secretaría conoce. Ella sabía que su mente iba a mil por hora, y eso, no podía ser nada bueno en esta situación, y más habiendo él nombrado la boda.

Me estaba preguntando, si no te importa claro. Ayer no hemos podido tener la velada que me hubiera gustado tener y pasó lo que pasó y todo eso. ¿Tienes acompañante para la boda? Es decir... si no tienes... yo... bueno, no sé... tal vez sea una forma de compensarte por todo lo que ha salido mal anoche...

Se queda realmente atonita, notas como incluso parece que se la va a caer el cafe, pero lo deja agilmente en la mesa. Tras unos segundo de incomodo silencio te mira y baja la mirada - Yo... no tengo pareja... yo esperaba que tu... pero despues de ayer pense que... - Su tono es muy suave mas d elo normal, casi dirias que esta apunto de llorar, cosa que en Beth es extremadamente raro.

De golpe se levanta y se acerca a ti, mueve un poco tu cara aun con la mirada en el suelo y te abofetea, con bastante fuerza - Deja de jugar conmigo Dean... Dejame irme o tomame... pero no juegues mas...- llevando toda la contraria a sus palabra o quizas por miedo a que la dejes ir se agacha y coge tu cara con sus dos manos para volver a besarte, ante ti tienes una vision mas que clara de su escote, y esta vez el beso no te deja pausa, es apasionado con sentimiento y casi quitandote el aliento mientras su respiracion se acelera y ella termina sentada en tu regazo.

Y en ese momento Dean se encendió. No era que necesitara mucho para ponerse como una moto... estar casi un año sin probar mujer alguna es lo que tiene. Pero ella era su secretaria, y por más guapa que sea, simpática y todo lo demás, era algo que quería evitar de sobremanera. Pero ahora ha sido ella la que lo ha atacado, abofeteándolo primero, besándolo después y quedando sobre él, sobre sus piernas.

Y el Presidente actuó.

Cogió a la chica por la cintura y la sentó con fuerza sobre la encimera de la cocina. Sus labios se pegaron a los de ella, metiéndole la lengua hasta el fondo, con toda la pasión y el calentón que tenía acumulado. Sus manos no hicieron más que arrancarle la ropa a tirones. No tenía por costumbre estos arrebatos, pero la situación en la que se encontraba...

No tardó más de un minuto en quitarle la parte de arriba y arrancarle el sujetador, para hundir su boca entre sus pechos y comenzar a besar sus pezones rápidamente, sin soltar su cintura, sin dejar que ella se separara un milimetro de su cuerpo.

Al cabo de unos segundos se separó, la miró a los ojos y una sonrisa maliciosa apareció en su rostro, para nuevamente, comenzar a besarla con pasión, tumbándose encima de ella sobre la encimera de la cocina.

Notas su sorpresa ante tu manera de corresponderla, como traga de forma forzada, como su respiracion se agita mas y mas y una parte enorme de miedo aparece ante ella, miedo ha cometer un error enorme, miedo a que eso la ate mas a ti... pero no puede rechazarlo... lo desea desde hace demasiado...

Finalmente te rodea con las piernas pegando su cuerpo al tuyo dejando su entrepierna notardo la dureza de tu pene. Cuando la desprendes de la parte de arriba la imagen es mas que increible, los voluptuosos pechos de Beth son una perfeccion, suaves, acogedores. Cuando comienzas a besarlos y lamerlos no puede evitar jadear, jadear intentando controlarse pero su cuerpo pide mas, su cadera se mueve de forma inconsciente rozandose contra ti mientras, una de sus manso se aprieta en tu nuca y la otra en tu espalda.

Dean sonrió por un momento, en su momento de lujuria, de pasión, de excitación... pero de repente algo pareció cambiar en su mente. Algo como un click sonó dentro de su cabeza y volvió a la realidad.

Se separó un poco de Beth y la miró a los ojos, aún completamente excitado, aún sin saber muy bien que hacer después de todo lo que había pasado.

Ella le gustaba, eso estaba claro. ¿A quién no le iba a gustar una hermosura como ella?

Era sencillo, y a la vez, bastante complicado.

Beth... Dijo en un susurro. ¿Qué estamos haciendo? Esto no puede estar bien, nada bien.

Antes de que te puedas dar cuenta te ha quitado la parte de arriba y muerde tus hombros y tus pectorales de forma avida, quizas brusca incluso pero no molesta, notas todo su deseo, algo que te sorprende y no puedes evitar preguntarte si sera asi con todos los hombres.

Cuando la separas te mira jadeante, te escucha y baja la mirada a tus labios, y despues lleva sus manos a la espalda para despojarse del sujetador y dejarte con una imagen incomparable.

- Lo que llevo deseando hacer desde la universidad, ahora mismo no eres mi jefe, eres el hombre que deseo... - Te dice de forma clara volviendo a rozarse conta tu entrepierna.

Ahora mismo eres la mujer que deseo, pero aún sigo siendo tu jefe y al final se va a destapar todo esto, lo sé. Dijo mientras se acercó para abrazarla fuerte y a besarla en los labios apasionadamente.

No sé que va a salir de todo esto.

Ni si está bien o está mal.

Tengo la mente embotada.

¿Dejarme llevar? Creo que será lo mejor.

Y pensando eso, Dean se dejó llevar por la pelirroja hasta dónde ella quiera.

- Ya nos encargaremos de que tu hermana lo tape - Es lo bueno de que la familia sea la que se encargue de la prensa... La chica se deja llevar de una manera increible, es fogosa, apasionada y parece saber donde tocarte y arañarte para excitarte mas y mas, parece que vaya a conseguir que tu bragueta estalle.

Ahora mismo tienes sus voluptuosos pechos para ti, su suave piel poniendose de gallina ante tus caricias, sus piernas enganchandose a tu cintura para apretarse mas a ti, para rozarse contra tu cuerpo, colo con unas simples telas que os separan.

Dean pusó los ojos en blanco cuando la chica terminó de hablar, y más cuando sintió como presionaba su entrepierna contra la suya, haciendo que la excitación que en ese momento sentía se disparara por los aires hasta el infinito. Su corazón se aceleró y su respiración era realmente espasmódica, y eso, todo eso debido a Beth.

Entonces dejemos que mi hermana haga su trabajo, señorita secretaria. Dijo mientras se separó de ella un momento y con una mano sobre su espalda y otra sobre su cintura, la hizo girar en redondo.

Después empujó con algo de fuerza el cuerpo de la secretaría hacia delante, para que su cintura se doblara y con la mano libre, le bajó las braguitas y se bajó sus boxers. Dejó una de sus manos sobre la espalda de la chica, mientras que la otra mano cogió su miembro en erección y lo introdujo suavemente entre las piernas de la chica, penetrándola despacio, aunque tras dos segundos, comenzó a empujar con fuerza hasta dejarlo completametne dentro.

En ese momento su mano la cogió por la cintura, sin dejar que ella se levantara y empezó a mover sus caderas, y empezó a moverla a ella por la cintura.

Dean se movía rápido, con fuerza, como un poseso.

Era casi un año sin estar con una mujer...

Tu secretaria se dejo mover por ti, apoyando su cuerpo sobre la encimera, dejandote todo a su disposicion, Cuando la desprendes de la parte de abajo la ves finalmente desnuda y una parte de ti es como si te llamara estupido por no haber tomado ese cuerpo antes...

Cuando la penetras por primera vez un gran gemido sale de sus labios - Oooh...dios... Dean... - Se mueve como le marcas, gimiendo cada vez mas fuerte y mas rapido, aumentas tu ritmo y eso parece encantarle, disfrutarlo muchisimo, vez sus manos apretarse en el frio marmol de la encimera y sabes que se esta conteniendose para no llegar tan pronto al orgasmo.

Esto es... increible... hacia tanto que no... dios... Pensó el presidente mientras no dejaba de moverse ni de moverla a ella hacia atrás y hacia delante.

Continuó moviéndola por las caderas con su mano como un poseso, cada vez más y más rápido, hasta que sintió que su orgasmo estaba a punto de llegar. Por un momento quiso contenerse, no quería correrse antes que ella y además, tampoco quería correrse dentro, no sabía si ella tomaba pastillas u otra cosa y por supuesto, no tenía puesto un condón.

Aún así, se contuvo un rato más para dejar que ella llegue primero.

Dios... esto es... Alcanzó a susurrar Dean.