Partida Rol por web

El guerrero por fin había llegado a su destino. Allí donde conseguiría grabar su nombre a fuego en la historia de los reinos

Pero un grupo de aventureros se interponía entre él y su objetivo, la torre

Decidió ayudarles en su batalla contra unas débiles criaturas aladas

Ante la imposibilidad de entrar en cuerpo a cuerpo de cidió alzar su arma y pronunciar unas palabras arcanas. Dejó que la energía fluyera por su cuerpo y a través de su arma lanzó un pequeño orbe de ácido a una de las criaturas

Los elfos optaron por un camino de perfección y unión con el bosque pero hubo algunos que se resistieron a seguir un sendero tan luminoso, estos elfos, si bien no inherentemente malvados como los drows, sí tienen una oscura reputación y parecen simpatizar con magias prohibidas como la nigromancia para sus monstruosos quehaceres en los pantanos del sur.

Kramoris parece tratar de demostrar que esos prejuicios carecen de fundamento o puede que, tal y como se dice por allí, esté tratando de ganarse tu amistad para poder hacerte daño cuando menos te lo esperes.

Tras colocarse a tu espalda dice en un élfico con fuerte acento:

- Ajkaba con elloz, Drainee, - sonríe el golgari seguramente avergonzado por su falta de práctica con la lengua de habitantes de los bosques - io men cargaré de ezas heridas.

http://www.youtube.com/watch?v=Pi6CeeLnIpQ

Una mueca se dibuja en mi cara cuando veo el proyectil golpear la armadura de Falcon.

-Vaya, eso estuvo cerca - digo al tiempo que recargo mi arma - ¡Olidammara nos sonrie compañero esta vez no errare!

Alzo el arma apuntando al mismo diablillo y disparo, siento como mi cuerpo se mueve con rapidez debido al conjuro del elfo de los pantanos, mis manos se mueven rapido debajo de mi chaqueta y una daga vuela por los aires en direccion a otro diablillo casi antes de que el primer virote impacte en su objetivo.

Malditos alados solté por la boca cuando otro arañazo me desgarraba la pierna.

Me concentré en mi ataque. Debía cortar la cabeza de una de esas criaturas para siempre

El orco guerrero solo quiere poder acabar con alguien con lo que lanza un alarido tras cargar contra alguno de los diablillos. Sintiendose poderoso por el efecto de aquel elfo que le daria la oportunidad de pegar mas de una vez
"Aaarg!"

Arther sale del interior de la torre y lanza un proyectil de su varita consiguiendo así eliminar a una de esas criaturas. Entonces Seifer, Drainee y Rosenight lanzan varios ataques contra ellos pero a pesar de que algunos golpes impactas solo uno logra herirles algo. 

Después de aquello los diablillos se vuelven de nuevo bolas de fuego y huyen de allí rápidamente hacia las oscuras nubes que envuelven la torre.

Ahora tenéis el camino despejado para poder entrar en la torre.

El caballero llegó cuando el combate tocaba a su fin. Lástima, ardía en deseo de entrar en combate, echaba de menos aquella sensación, aquel hormigueo de la adrenalina recorriendo la sangre.

Aunque sabía que tendría ocasión de sentirla dentro de aquella torre donde, según le habían contado, abundaban criaturas y peligros.

El grupo que tenía delante era numeroso, demasiado quizás, pero al parecer tenían el mismo destino que él, la torre.

Envainando la espada se acercó a ellos.....buen combate, esas criaturas se lo pensarán dos veces antes de volver a atacar a otro grupo de aventureros.

Mi nombre es Stanley, y según parece llevamos el mismo camino....dijo echando un vistazo a la misteriosa torre

Tras haber aplicado su toque curativo sobre Drainee el elfo se gira para mirar con gesto violento al recién llegado, al comprobar que no viene con el arma enarbolada sonríe y le saluda.

- Bienvenido, caballero Stanley, yo soy Kramoris de Los Golgari y vos llegáis justo a tiempo... para entrar con nosotros.

Extrayendo su varita de sus ropajes el Golgari acmoete su labor de sanador lo mejor que sabe, atendiendo al bueno de Dimple con una sonrisa burlona y a Falcon con mirada seria, midiendo al guerrero.

Falcon baja su espadon, sin envainarlo

- Gracias por la curacion Kramoris, me resultais particularmente extraño, nunca habia visto uno de los vuestros ¿Que sois exactamente?

Arther desde la puerta.

Gracias a todos por vuestra ayuda, pero si no os importa daros prisa por si se les ocurre volver.

Por cierto si entre vosotros alguno es mago o hechicero a lo mejor le resulta interesante lo que he descubierto mientras entraba para ver si esos bichos eran parte de alguna trampa que pudiese desactivar.

El elfo levanta la mirada hacia el corpulento guerrero y entrecierra los ojos un momento. Caballeros, paladines y siervos del orden siempre han acosado a su gente, considerándoles ladrones en el mejor de los casos o herejes en el peor. Falcon se parece demasiado a esa gente, con su brillante armadura y su gargantuesco espadón, sin embargo ahora forman parte de un mismo grupo y será mejor que comiencen con buen pie. Si algo caracteriza a los Golgari es que, pese a sus extrañas costumbres, son gente hospitalaria y generosos anfitriones y no será Kramoris quien comience a faltar a su educación, por primitiva que le pueda parecer al resto.

- Qué pregunta más complicada, Falcon, -dice el elfo con un hilillo de voz que poco a poco se va haciendo más segura a medida que va encontrando las palabras correctas- lo que soy lo deciden aquellos que ni consultan ni comentan, y los dioses no me han dejado saber mucho más acerca de mí mismo aparte de que por tener orejas puntiagudas y amar los bosques debo de ser un elfo. Sin embargo si quieres saber quién soy y de dónde vengo te deleitaré con alguna historia de mi gente cuando acampemos esta noche; baste por ahora decir que soy un aliado y que no te deseo ningún mal.

Girando la cabeza ante el comentario de Arther Kramoris se fuerza a sonreír al guerrero cuando vuelve a dirigirse a él.

- Parece que no tendremos ni un minuto de descanso antes de seguir con esta aventura. Dime, Falcon, mientras nos adentramos en este extraño lugar, ¿qué fue lo que te trajo a ti aquí?

El golgari mira a sus compañeros esperando comprobar que están todos en buen estado antes de entrar en la torre y comienza a avanzar junto con el guerrero.

- Aunque tu explicacion es similar a la de un libro cerrado la dare por bueno y por cortesia explicare que soy yo, yo soy simplemente yo aunque otros se refieren a mi como un usuario de una magia llamada Ki por los monjes, o poder espiritual por mi maestro, por ejemplo cuando he embestido al diablillo he utilizado el Ki de la tierra. Digamos que soy un guerrero con un par de trucos. En cuanto a lo que me trajo aqui fue una oportunidad de poner a prueba y mejorar mis aptitudes, y de paso hacer algo positivo para el mundo.

Siento como la magia curativa de Kramoris recorre mi cuerpo curando mis heridas. 

-Gracias Kramoris - le digo con una sonrisa en la cara y un ligero cabeceo - Es una bendicion contar con un curandero tan habil, ya me siento mucho mejor.

Me dirijo a recoger mis dos dagas mientras el grupo cura sus heridas y se recompone despues del ataque. Mientras guardo mis dagas bajo mis ropas, Arther sale instando a que entremos dentro de la torre.

-Mmmm.. creo que deberiamos entrar, aqui fuera somos blancos faciles, no creo que esas sean las unicas criaturas que ronden por aqui - me dirijo hacia la puerta por donde entro Arther.

-¿Un mago? - digo moviendo los dedos como si fuera uno - Siempre es tremendamente util tener a uno cerca, una vez conoci a un gnomo que era capaz de hacerte creer que una manticora estaba a tu espalda, hasta hacia que oliera igual a gato mojado, que peste de verdad, me dio un susto terrible, y solo porque queria ver que guardaba en esa bolsita de cuero, no se porque llevan cosas tan raras, dentro habia plumas, cristales, polvos extraños....

Sigo parloteando sobre los componentes magicos que llevaba mi antiguo compañero mientras me dirijo a la puerta con una expresion risueña.

Cuando el combate terminó, me senté en el suelo y contemplé mi herida. Había parado de sangrar y la herida no parecía ser nada grave, pero no me sentía bien.

Me levanté y al andar noté que cojeaba. 

Esta herida es más que un simple arañazo... ¿Alguien tiene la capacidad para ver si estoy envenenado? Es un corte muy superficial, pero no me encuentro bien desde que me golpearon...

- ¿El ki? Esa magia no ha llegado hasta los pantanos del sur, claro que tú tampoco pareces un mago. Debe tratarse de una gran fuente de poder si te permite portar armas y armadura...

De repente el comentario de Seifer llama la atención al elfo quien se gira de nuevo hacia Falcon.

- Espero me disculpes, guerrero, me gustaría seguir hablando contigo más tarde.

Y dicho esto se acerca al herido joven, cuyas heridas mira con más detenimiento antes de darse cuenta de que Drainee parecía tener una herida similar.

- Tienes razón, hay algo en estas heridas. Deja que les eche un ojo e intente tratarlas -extrañado se dirige al resto- ¿Alguien más se encuentra así? No podemos adentrarnos en la torre envenenados

Stanley escuchó las palabras de Falcon y sonrió.

Parece que tenemos a otro de los míos por aquí. Ya tendremos tiempo de ponernos al día.- pensó mientras se encaminaba hacia donde se encontraba el pequeño que estaba en laa puerta

- Al contrario,chaman, el Ki esta en todas partes, es la fuerza vital de todo ser vivo, tu mismo usas esa magia para respirar o para que tu corazón continue latiendo. El Ki es un sinonimo de vida.

El elfo, comprobando el estado de la pierna, empapando un paño con un ungüento y recordando las antiguas recetas de su hogar parece molesto con este último comentario.

- Entiendo que sea importante para ti, Falcon, pero si sabes hacer que tu Ki reestablezca esta pierna a la salud échame una mano, sino no me molestes y mantente alerta, plantados aquí somos blancos fáciles para cualquier malabortado del Abismo.

Kramoris siente una punzada de culpabilidad por tratar así a un hombre que solo ha venido a hacer el bien, pero parece que su sentido de la oportunidad está donde su meta, en lo alto de la torre.

- Muchas gracias por curar de mis heridas Kramoris, realmente estaba muy mal. - Le dije al elfo mientras le hacía una pequeña reverencia como para acompañar mis palabras.

Por fin habían acabado con aquellas criaturas, aunque ahora estaba un poco preocupada por las heridas que me quedaban, notaba como si mi movilidad no fuera la misma. Después de escuchar a Seifer decir algo sobre el envenenamiento me di cuenta que yo debía tener algo parecido. Noté también que Rosenight tenía un par de heridas, pero no estaba segura que tanto podía pedir poderes de curación a los demás.

Saludé al nuevo compañero que acababa de llegar y luego de eso me acerqué a Kramoris y le comencté:

- Creo que yo también tengo algo en estas heridas.