Partida Rol por web

- Exploremos otras zonas entonces.

Me retuerzo mientras sigo vomitando en un rincon, perdiendo por completo el control de mi cuerpo debido al nauseabundo olor que inunda la habitacion.

-¡¡Puaj!!, huele peor que los pies de la tia Camile - digo antes de vomitar de nuevo.

Mi estomago se retuerce dolorosamente, hasta quedar totalmente vacio, que es lo peor que le puede pasar a un mediano...

-Alejémonos del olor. Así os repondréis.- El mago se aleja de la habitación en la que han estado, retrocediendo por el pasillo hasta que sus compañeros se recuperen.

El cuervo, que se había quedado con Dimple y Arther, sale disparado ante las palabras de su dueño, alejándose del repulsivo olor. -¡Váaamonos de aquí!

Mientras retroceden, Aramil comenta lo que han encontrado a sus compañeros.

-Había tres sauriones, defendiendo "El Gran Fuego" según sus palabras. Tal vez ese fuego tenga algo que ver con el origen de esta torre, habría sido interesante de investigar. Aunque las criaturas no parecían muy dispuestas a dejarnos pasar.

Me arrastro como puedo alejandome del hedor, finalmente me siento apoyado contra una pared mientras recupero el aliente.

-¿Que era ese olor? - digo mientras me limpio la boca con la manga de mi camisa - Era horrible.

Me incorporo, aun me tiemblan las piernas, pero consigo estabilizarme y me reuno con los demas.

-¿Sauriones? - digo intrigado - ¿Que son sauriones?, si pueden hablar quiza los podamos convencer de que nos dejen pasar, igual con algo de oro nos dejan en paz, y si no siempre podemos deshacernos de ellos.

Me encojo de hombros, descuelgo mi mochila y comienzo a rebuscar en ella.

-Bueno, decidamonos pronto, me he quedado con el estomago vacio - digo sonriendo mientras descubro el paquete que estaba buscando - Pronto sera la hora de almorzar ¿no?

-Son humanoides reptilianos. Son inteligentes, sí, en la medida en que puede considerarse inteligente a un ser salvaje y tribal; hablan un dracónico simple, pobre en los matices habituales del lenguaje de los auténticos dragones. He intentado hablar con ellos y su respuesta ha sido amenazarnos con atacar. Personalmente soy partidario de "deshacernos" de ellos, creo que "El Gran Fuego" que defienden puede ser interesante de investigar. Respecto al olor, lo exudan ellos como mecanismo de defensa cuando se sienten amenazados; Falcon y yo probablemente podamos resistirlo si volvemos, tal vez respirar a través de paños húmedos os ayude a Dimple y a ti.

El cuervo parece ofendido al ver que Aramil no se refiere a él.

-¿Y yo qué magucho manazas? No quiero volver a oler eso en mi vida.- Aunque el mago, como es habitual, ignora el comentario de su familiar.

- Entonces vamos, yo no les tengo ningún miedo.

-Perfecto, no me gusta la idea de volver a respirar ese horrible hedor, pero tu idea de los paños humedos me parece muy buena. Quizá si humedecemos los paños con cerveza se disimule mejor el mal olor.

-Pero antes de proseguir seria buena idea trazar algun plan, aunque sea simple, parece que esos "reptiles" son tipos duros, y algunos de nosotros no parecemos estar en nuestro mejor momento.

El mago asiente con la cabeza. —Sí, elaborar un plan sería interesante.

—Iban armados con clavas, y además pueden usar sus garras y mandíbulas como armas, así que creo que lo mejor sería intentar atacarles desde lejos y obligarles a que sean ellos quienes se acerquen. Tal vez alguno de ellos pueda conjurar, en cuyo caso lo mejor sería que Falcon se ocupase de él, supongo que el resto podemos atacar desde la distancia y contener a los que ataquen cuerpo a cuerpo. Si cargan los tres puedo utilizar un conjuro que probablemente deje al menos a alguno de ellos fuera de combate un tiempo, aunque para ello necesitaría que ninguno de vosotros estuviese frente a mi ni cerca de los sauriones, pues en caso contrario os afectaría también.

Me rasco la barbilla con un gesto interesante mientras el mago habla. 

-Mmmm, me parece un buen plan, yo puedo disparar desde detras tuyo mientras invocas tus poderes magicos y ademas si se acercan demasiado protegerte de alguna manera - digo de manera fanfarrona mientras juego con la empuñadura de uno de mis cuchillos.

-Ademas seguro que Falcon no tiene problemas con esos saurios, si alguno es un conjurador lo partira en dos de un solo mandoble, ya lo he visto hacer eso en mas de una ocasion - digo mientras imito el gesto de dar un golpe con la espada.

- Sin problemas, vamos alla entonces... -dice Falcon.

Decidís pararos antes de retroceder y os quedáis hablando en la habitación contigua. Entonces, os volvéis a acercar a ellos y tras abrir la puerta el nauseabundo olor se apodera de vosotros. Aramil y Falcon conintúan soportándolo, pero Arther y Dimple vuelven a notar las nauseas.

-Cuando abramos la puerta, preparaos para dispararles y hostigarles; cuando se acerquen trataré de lanzar el conjuro. Falcon, colócate delante mio, tú resistirás mejor su ataque si se acercan antes de que pueda conjurar; pero déjame espacio para adelantarme cuando pueda desencadenarlo.

Aramil se planta frente a la puerta, rebusca en la bolsa que cuelga de su cinto y comienza a murmurar unas palabras, manteniéndose listo para conjurar. Se coloca ligeramente rezagado respecto a Falcon y algo a su derecha, de modo que pueda avanzar para lanzar el conjuro sin afectar al guerrero.

a garra le costaba sin ningun punto de apoyo alzar al pobre caido por el hueco

-umpfsss arghhhhhh pardiez por los 7 demonios del averno cuanto pesas jodio
 

Falcon se lanza sobre sus enemigos, golpeando a un enemigo con el espadon y luego con un giro de muñeca aprovechar la inercia para golpear al segundo.

Habia permanecido en silencio todo el rato, la idea de respirar ese olor no le hacia gracia pero tenian que seguir. Espero a que entrase Falcon y entro tras el, intento flanquear a un enemigo y atacó.