Partida Rol por web

Sin decir nada me giro y lanzo una llamarada hacia la puerta que acabamos de cruzar.

-Así será más fácil que nos encuentren... o volver atrás- digo sonriendo. Y luego me acerco al cadáver de la hidra y le doy un puntapié.- Maldita, maldita seas ¿por qué no me dejaste matarte a mí?

Dama, abre la puerta, nosotros te cubrimos- dice el psiónico. No había muchos opciones aquí que no fuera avanzar.

El orco entró en la habitación con cierto porte de orgullo, aunque enseguida se vió minado por el terrible olor que emanaba del cadaver en descomposición. La cara de Urkk era un poema, cualquiera que le hubiese visto intentando mantener una postura digna no se habría contenido, pero todos estaban ocupados intentando superar rápidamente el cadaver de la hidra.

Sin poder aguantar mas la respiración, pero sobretodo asutadizo por el augurio que la descomposición le hacía sentir en la espalda Urkk se adelantó

-Urkk pode hacelo, urkk lo hace y seguemo delante- dijo de forma apresurtada y abrió la puerta con impetu, dejando la habitación de la hidra con presteza.

El olfato de Rosenight le empezó a arder por el olor. Entonces rápidamente como todos fue hacia la otra puerta para pasar rápido el cadaver de la hidra.

La Dama Roselina empieza a canalizar la energía mágica de la torre que os envuelve por un momento y después la protege con un leve manto oscuro.

Antes de que termine de lanzar el conjuro Urkk se adelanta y abre la puerta dando lugar a una habitación enorme. Una sala mucho más grande que la anterior, allí al menos cabrían dos hidras.

Pero allí no hay prácticamente nada, tan solo apilados en un montón en una esquina, una sencilla diadema de mithril, un trozo de ámbar natural con forma irregular está engarzado al extremo de una larga cadena de oro. Dentro del ámbar una diminuta araña parece retorcerse y un juego de brazales dorados.

Una puerta con un símbolo de un cuadrado verde está en el frente de la habitación.

El guerrero observó la sala. Aguardad un momento... se concentró y usó uno de sus sortilegios

Me quedé mirando extrañado a la araña dentro del ámbar

Hay que tener cuidado, podrían estar malditos.

Si todo estaba en orden después de que Stanley lo confirmara, entró en la habitación y me pongo a buscar por si hay algo que no se vea a simple vista

Bueno, ¿todo bien para continuar, Stanley?- pregunta el psiónico. Si no había dicho nada, sería porque todo estaba en orden. 

Los objetos son mágicos, eso desde luego. Pero en cuestión de trampas poco más puedo aportar, no detecto nada más.- el guerrero se adentró en la sala junto a su amiga lobuna, adoptó una posición defensiva ante lo que allí pudieran encontrar

-Bueno, pues asegurémonos que recordamos esta puerta más tarde- digo mientras lanzo una llamarada para calcinar la puerta que acabamos de cruzar.- Esto empieza a divertirme...- sonrío y miro al resto. Me acerco a los objetos y resoplo.- ¿Seguro que no has visto nada raro, Stanley?

Miro en todas las direcciones, especialmente hacia el techo. No me gustan las arañas.

Pues nada más, pero te repito que no soy un experto....¿alguien puede averiguar lo que hacen esos objetos? Ese poder se escapa a mi conocimiento.- el guerrero se acercó a los objetos y los inspeccionó

A mi también me gustaría saber el poder de esos objetos, porque se podrían utilizar a nuestro favor. Pero no los conozco. ¿Alguien puede decir algo sobre ellos?

Bueno, podemos volver mas adelante a por ellos- dice Kaalim- no podemos perder el tiempo intentando identificar esos objetos. Eso al menos es lo que creo.

Me los guardaré hasta que lo averigüemos. Si alguno quiere llevarlos sólo tiene que pedirlos.- Dicho esto, el guerrero se dirigió a la puerta

Delante de la puerta Urkk parece observar con gesto inquisitivo el simbolo. De vez en cuando mira hacia atrás como queriendo ubicar lo que hacen sus compañeros. Cuando por fin uno de ellos se dirige hacia la puerta habla para todos.

-Ki oto sembolo, paroce nofenzivo como lo demá. ¿Seguemo ya delante?.

Tras aprovechar los dones de la maldita torre, descubro el tesoro con que nos premia y que mis compañeros ya se afanan en estudiar para ver si resulta posible sacarle algún partido inmediato o es necesario custodiarlos.

- Esos brazales parecen resistentes.

Comento mientras en cuanto veo como Cardender se dispone a guardarlos para descubrir sus auténticas propiedades en algún futuro. Aunque no pierdo más el tiempo con el tesoro dado por la torre y acudo a ayudar al decidido orco que se prepara para atravesar la siguiente puerta.

- En cuanto estén listos. Seguro que tenemos otra criatura esperándonos en cuanto entremos.

Sugiero levantando el escudo para avanzar con su protección de ser necesaria.

Stanley quiere canalizar el poder de la torre pero se siente incapaz de hacerlo. Para ello viene a su mente una cantidad inmensa de incienso, y se da cuenta que no la posee. Instantes después el conjuro se desvanece y no llega a averiguar absolutamente nada de aquel objeto.

Después se dirigen hasta la puerta del cuadrilátero verde y después de revisarla y no encontrar rastros de trampa en ella os dais cuenta de que la puerta ha sido mágicamente sellada. Cada vez que tratáis de girar el pomo el cuadrado comienza a brillar, pero no hay manera de abrirla

-Si no se abre podemos intentar quemarla- digo y sin más, tras apartar con delicada determinación a mis compañeros, uso mi cálido aliento draconil.

Stanley se apartó de la puerta mientras Mail intentaba calcinarla. Intentó recordar si el símbolo de la puerta se parecía a alguno de los símbolos de la primera sala del nivel. 

Quizás tiene algo que ver.- pensaba

Al pasar al lado de Dama le ofreció los brazales...no he conseguido descifrar lo que hacen estos objetos, pero es cierto que algunos brazales pueden utilizarse sin saber su uso. Puede que tú seas la más indicada para llevarlos y si no Mail que es el sanador.