Partida Rol por web

17 de Abril del 2011

Hace unos pocos días que Maegan te contó lo del aviso de reclutamiento de un miembro adicional para el supuesto grupo del Lunaestrella. Hace días que te preparas para eso y esta mañana partiste junto con tu maestra hacia el Silfarion Avelibre, el 2º Silfarion más grande de los de la Orden tras el Silfarion Cronos. Te despediste de todos los del Lúmina tal y como hicieron Li Pai y los demás el 1 de Abril.
Partís en un pequeño vehículo de transporte, pilotado por la propia Maegan y tú a su lado como copiloto, aunque sin manejar ningún control.

Aún estáis en camino, sobre el azul océano. Mas no vais solo Maegan y tú.
Os acompañan el médico James Burton - la personalidad tranquila de las dos que tiene - Pues le asignaron como médico asistente para la 4º prueba del examen en la que participarás. Lo cual te escama un poco por la remota posibilidad de que saliese a flote el caótico Albert D´Noix en pleno trabajo...
También van el frío Osbert Reinhold y Dumnill Dragasta como protegido. La familia Dragasta debe reunirse en el Avelibre y Osbert acmpaña al pequeño Dumnill para ello y para comunicarles a los cabeza de la familia su... casi nulo, progreso con su extraordinario poder.

Cynthia no abría la boca para ningún comentario innecesario, a no ser que el resto de tripulantes le dirigiera la palabra, mucho más si se trataba de Maegan. Ya vestida con su mono de combate, se disponía a reflexionar durante las últimas horas que le quedaban antes de unirse al Lunaestrella. Se preguntaba qué tipo de personas serían y si estarían al mismo nivel que ella... Y esto la incomodaba ligeramente. La oportunidad le había caído del cielo, y Clover estaba loca por empezar a aprovecharla.

Le incomodaba soberanamente la presencia estricta de Reinhold en aquella nave - ¿Por qué no han mandado a Laitrus en su lugar? Es más indicado para desenvolverse en sociedad... - Negó para sí misma, inconscientemente, casi enfurruñada. Hacía ya un rato que su mirada violeta, la cual escondía tras unas gafas de sol de aspecto futurista, se había perdido en el azul del mar mientras rondaban cuestiones de todo tipo por su cabeza... De cuando en cuando echaba un vistazo hacía su maestra simplemente para estudiar cómo pilotaba, sin gastar saliva en comentarios banales. Otras veces meditaba sobre el largo camino que había recorrido para llegar hasta ese momento...

...Se había esforzado mucho. Tenía que demostrar los frutos de su trabajo, y eso le tensaba el cuerpo. Pero también impulsaba la euforia que, desde que había puesto un pie en el Silfarion, corría frenética por sus venas...

Estás muy callada... - Suelta Maegan con voz apaciguadora, sin elevar apenas el tono y mostrando una sonrisa mientras no quita ojo del horizonte. - ... Jejeje, ¿Nerviosa, eeeeeeh? Tranquila mujer, lo harás bien. Siempre dije que tendrías que haber ido tú en lugar de Jake o de alguno de estos personajes. Además, tienes mi querido XGP... - Explica con voz suelta mientras va variando intermitentemente su atención del panel de mandos a ti, y de ti al panel de mandos. Lo cual resulta un poco inquietante, al tener el control manual puesto y ni estar utilizando su empatía para manejar el aparato.
Aun así, ella parecía tan contenta y despreocupada.
Peeeero ya sabes cómo es el viejo. La orden dice tal, la Orden dice cual... - Continua con tono burlón refiriéndose a Lord Hariman. - ¡Bah! ¡No tienen ni idea! ¡La mayoría de esos viejos chochos no sabría ni conectar un circuíto argontrínseco a una base conductora alfa, Tksjejejeje... - De nuevo deja peligrosamente los mandos para darte un par de codacitos a modo de chiste fácil* - Eeeen fin, pronto llegaremossss...

Osbert, desde su asiento nota el aparente desinterés intermitente de Maegan a los mandos con las levísimas desviaciones y correcciones del enderezamiento de la nave. A lo que anuncia con autoridad en su tono:
Engranaje, haga el favor de pilotar como dios manda. - Le dice serio y contundente.

A lo que Maegan vuelve el torso y la mirada hacia Osbert, cona ctitud despreocupada y chulesca. Se le queda un par de segundos mirando en silencio para contestarle con chulería.
... Tú a mi no me mandas. - Dice, volviendo a los mandos y a ti con una repentina sonrisa, sin aparente queja de Reinhold más que un leve gruñido.

Cynthia ya estaba más que acostumbrada a la actitud de su maestra como para preocuparse por los controles de la nave: Era en ella y en nadie más en quien la muchacha confiaba ciegamente, y en el tiempo que llevaba bajo sus enseñanzas había presenciado actitudes como aquella hasta la saciedad...

Mostró una sonrisa sosegada con sus comentarios, que hacían que el pecho de Clover se hinchara como un globo. El XGP-1... Dios, y Maegan, sabían que Cynthia había nacido para dominar aquella maravilla de la tecnología. Era su sueño, su seguro de vida, su mejor compañía... Se le escapó una risa, tapándose la boca con la mano, viendo bromear a su mentora, hasta que mencionó aquel chiste fácil... Quizás fueron los nervios, las ansias de llegar a tierra firme, pero el chiste no había llegado a calar del todo. Así que siguió el juego, riéndose* con el (peligroso) y animado gesto de Maegan. ¡Sólo sobraba Reinholt! Si su persona se hubiera quedado en tierra, el día no podía haber empezado mejor...

- No estoy nerviosa. Sólo me pregunto qué clase de hazes voy a encontrarme... - por fin se decidió a centrarse en la situación de la nave, algo más relajada tras el inciso - ¿Cuál es su situación? ¿Queda mucho para llegar hasta ellos? - Para ella el inciso de Osbert no había llegado a sus oídos, mucho menos cuando se atrevía a poner en duda la profesionalidad de su tutora.

A Maegan se le ilumina el rostro por un momento en el que te mira, para radicalmente cambiar el rostro a uno serio mientras mira el horizonte. Para acto seguido volver a mirarte con una sonrisa mostrando sus blancos dientes. Para volver al horizonte pero con su sonrisa aún puesta.
Esos 4 chiquillos son los alumnos de 4 de los mejores Hazes que hay y ha habido en jamás de los jamases, nena. - Dice Maegan con tono claro y algo divertido. - Filo helor, colmillo devastación, errante carmesí e intérprete de condolen... Ehm... - Levanta una ceja. - O algo así, zejajajajaja... No se si serán majos o no... Bah. Oh, uno de ellos tiene alas, y otro un traje cibernético, Decalogs...
Es entonces cuando más se le ilumina el rostro.
Aaaah... Ayudé en parte al vejestorio de Albel a diseñarlo... Qué maravilla de traje... bioconectores acoplados a fibra de sintetización hermocástica, con nanotecnología de sistema de reparación de tejidos orgánicos en acción de adosado cutáneo... - Sigue diciendo como soñando despierta unas cuantas señalizaciones más a la anatomía cibernética del traje de uno de ellos*.
...
¡Ah, sí! Y son amigos del Capi de la 2º Unidad, Fenris Dragasta. ¡Tú tíiiioooooooooooo, Dumniiiiii! - Señala con exagerado acento infantil hacia Dumnill, como si se tratara de entretener a un bebé. A lo que éste responde simplemente bajando la cabeza sonrojado. - Nah, es buen tipo Fenris. De hecho es el más majo de tooodos los oficiales.

Entonces otro gruñido sale de boca de Reinhold, a lo que Maegan vuelve a mirarle con atención.
Tsssss, ¡Eeeeehp! - Le llama la atención como si de un perro se tratase. - Vale.

Reinhold no hizo más que callar ceñudo. Cualquiera le dirigía la palabra en ese momento y el pobre Dumnill que a su lado se encontraba era el que peor lo pasaba.
El poder de Reinhold era temible, pero según la jerarquía de mandos, siendo Maegan una maestra oficial con sobrenombre, estaba por encima del estricto Reinhold que, aunque su posición en una de las 10 Unidades era alta, seguía estando por debajo de ella. Y era algo que le sacaba de sus casillas, pero si hay algo que Reinhold cumple a la perfección es el sistema estricto de la jerarquía de mandos.
Así era su actitud militar. Buena para un oficial, mala para todo lo demás.

Bueeeeno, ya falta poco para llegar. - Señala Maegan con un tono algo más tranquilo. - En cuanto lleguemos iremos al hotel donde está esta gente para que la conozcasssss, ¡Uiiiiiihnssssssss! - Suelta llevada por una especie de violento brote maternal, peyizcándote la mejilla con intensidad.

Alumnos de los cuatro mejores Hazes que han habido a lo largo de la historia. Muy bonito. Ahora las ansias de superación se hacían más fuertes, pues aunque no podía quejarse de tener la maestra que tenía, un halo de envidia rondó alrededor de la muchacha, que perdía la vista de nuevo en el mar con una expresión desafiante.

Cita:

Alzó una ceja, atendiendo de reojo a Maegan. Aquel detalle le había parecido curioso... Aunque no llegara a coscarse en qué se basaba exactamente la indumentaria cibernética, aquello de la reparación de tejidos y adosado cutáneo logró llamar su atención lo sufienciente para volver a cerrarse en su mundo mientras Maegan daba realismo a esa actitud infantil que a veces, sólo en ocasiones, salía de su cuerpo...

Un muchacho con alas y otro con un traje cibernético... Si son tan buenos, ¿cómo han perdido a uno de ellos en misión? - Se mordió el labio, completamente ausente - O no son tanto como se espera, o la misión les viene grande incluso a ellos... De todas formas, me interesa cónocer qué tipo de... ¿Eh...?

- Parece que estás más emocionada que yo por conocerlos, Maegan... - una sonrisa de lado, algo forzada, mientras una gota se dibujaba en su cabeza con ese pellizco maternal.

Zejajajaja, no te confundas nena. - Te dice maegan parando el pellizco y dedicando una sonrisa al horizonte, pero mirando en su mente al traje Decalogs con una sonrisa que hasta puede parecer malvada, o más bien obsesiva. - Lo me interesa es ese traje Decalogs. Ese viejales de Zerase Albel fue el que se llevó más méritos por la modificación del traje al tener más elementos biotecnológicos que cibernéticos, cuando fui YO la que diseño los sistemas casi por completo. Quiero ver si al menos el chico le da buen uso, zejajajaja...

- En ese caso no te preocupes - comentó con aquella suave voz de muñeca, esbozando una enigmática sonrisa - Yo misma controlaré que le dé un buen uso... No todo el mundo tiene la oportunidad de probar tus "juguetes" - un tinte de envidia coronó esa última frase. El interés de Clover crecía conforme se iba alargando la conversación... No podía quejarse: No cambiaría el XGP-1 por nada que le pusieran frente a sus ojos. Pero una vestimenta completa... Tenía que verla con sus propios ojos y juzgar.

Luego posó el codo en el posabrazos, apoyando la mejilla con aire distraído...

Maegan te dirige una mirada entrecerrada, mientras tuerce la sonrisa con un cierto aire socarrón.
Je... Con ello cuento, mi jóven padawan. - Te dice con tono burlón, tras lo que vuelve a depositar su atención en los mandos de la nave...

Empezaba a divisarse el Silfarion en el horizonte, era cuestión de minutos el llegar hasta él.

Una vez que os acercáis, ves que el Silfarion Avelibre era gigantesco en comparación con el Lúmina. Mientras que el 2º contaba con una mansión, instalaciones adosadas a ella y un gran jardín, éste sostenía toda una gran ciudad flotante:

Te llena de admiración la visión de un Silfarion tan majestuoso. La verdad es que nunca habías visto uno de cerca además de el Lúmina. Tantos Hazes, tanta gente en un mismo Silfarion... Era como si hubieran arrancado una ciudad como New York de las manos de la Tierra y la hubieran puesto en el cielo. Tantas cosas debe tener ese Silfarion, que solo la idea de las tiendas o instalaciones que podrías encontrarte ya te alegra el haber ido.

Como es típico, entráis en los hangares del Silfarion mientras Maegan así lo anuncia por el comunicador con jerga aviadora.
Los hangares siempre están en la roca del Silfarion, no en la parte superior. Son una puerta de acceso a las tecnológicas instalaciones interiores del trozo de roca flotante. Y los hangares del Avelibre eran inmensos.

Tras daros luz verde, Maegan aterriza sin problemas la pequeña navecita de transporte, permitiéndoos bajar y pisar por 1º vez el Avelibre dentro de las instalaciones subterráneas del mismo.
El hangar está lleno de otras naves, todas de tipos muy variados y muha gente trabajando en ellas. había actividad en el lugar y Maegan ensanchaba su sonrisa con aquello.

Cynthia no había perdido de vista la ciudad del aire desde que la avistó como un pequeño punto en mitad del cielo... Pero su expresión pasiva se fue transformando en una absoluta admiración e incredulidad conforme la nave iba reduciendo las distancias. De pronto, sus sentidos se habían quedado inútiles, mermados, al visualizar la ciudad - Es... ¿Es real...? - Atónita, con los ojos como platos clavados sobre el majestuoso Silfarion, entreabrió los labios y contempló aquella maravilla conteniendo la respiración unos segundos, alzando la vista, abstraída de quienes la rodeaban. Era la primera vez que veía algo como aquello, y Clover se odiaba a sí misma por no haber sido capaz de haber pisado esa Tierra mucho antes...

- Es increíble... - musitó para sí mientras Maegan se disponía a realizar las maniobras de aterrizaje. Cynthia no despegaba los ojos del cristal ni por un segundo, hasta entrar finalmente en el hangar, donde su euforia no disminuyó, sino todo lo contrario... Los nervios bullían dentro de su cuerpo: Era hora de poner un pie en el Silfarion Avelibre.
Descendió junto a Maegan, tras ella, con la espalda recta y las manos a la espalda. A simple vista se la podía notar tranquila, pero le brillaban los ojos con creciente emoción. No dijo nada, simplemente esperó indicaciones de su maestra pacientemente. Eso sí: Sus ojos iban de una lado a otro, persiguiendo al resto de trabajadores y naves.

Al bajar todos, Maegan se despereza de una forma un tanto exagerada mientras que gime con alegría. James baja con tranquilidad algo cabuzbajo, cubriéndole el ala del sombrero la mtiad superior de su cara dejándo ver sólo la línea de su sonrisa en una mueca semitorcida. Reinhold y Dumnill bajan juntos, el primero con aire recto y soberbio mientras que el segundo baja con hombros caídos y la mirada algo perdida entre las grandes instalaciones.
La verdad es que para ninguno, excepto para ti, era la 1º vez que venían a un Silfarion tan grande.

Entonces, alguien se os acerca...

Muy buenas. - Saluda un hombre velludo con oscuros hábitos mientras se para frente a vosotros. - Soy Korah, uno de los examinadores. Vengo en nombre de la capitana Lyubosska... de la 9º Unidad. Vengo a recoger al nuevo miembro del Lunaestrella y acompañarlo hasta el hotel donde están, la 4º prueba es esta tarde.
Lo cierto es que al hombre se le llegaba a notar que le costaba un pooco hablar con el tono de seriedad que estaba usando...

¡Pues muy bien, hombre! - Grita Maegan, exaltando al examinador, y a los que más cerca se encontraban. - ¡Aquí está mi niña! - Dice con el tono aún elevado, empezando a disminurírlo conforme hablaba. - Si es que ya decía yo que tendría que haber venido ella desde el principio. Tanto Jake, tanto Li... bah, ¡Esta, eeeeesta es la que tiene madera para esto joer!

Ehm va... se... vale, vale... - Intentaba cortarla el examinador con las cejas arqueadas en una expresión incrédula. - Pu... pues por aquí... Jo... der... - Musitó incrédulo del extrabagante comportamiento de la extrabagante mujer, mientras os señalaba un camino a seguir.

Bueno, yo tiro por aquí... - Dice james mientras señala perezosamente una dirección con la mano mientras coje su pequeña maleta y echa a andar igual de perezoso por el camino que señala, separándose de vosotros. - Nos vemosss...