Partida Rol por web

Resulta extraño.
Porque sí, desbiaste un momento la vista hacia el gentío de tu alrededor. Y, viste algo extraño un momento. Entre todo el gentío agitado y escandaloso, unas gradas más abajo, viste a una chica no atenta al espectáculo, sino mirándote fijamente. Es muy guapa, bastante, su media melena se parecía al peinado de Kaoru, con las raíces de su pelo rosas, yendo en degradado a acabar en las puntas negras. Sus ojos azules no apartaron la vista de ti, durante los segundos en los que vuestras miradas se cruzaron, aunque a pesar de todo, no pudiste ver bien su expresión.
Un segundo de ampliación del griterío ante una acción de alguien del Lunaestrella que te habías perdido, te hizo volver la mirada a las pantallas del combate. Mas a no ver nada fuera de la onda que seguía el combate, volviste de nuevo la mirada hacia el lugar donde estaba la chica, que en vez de mirar el combate te miraba fijamente a ti, o quizás a otro alguien de tu zona... Pero la chica se había esfumado, ya no estaba...

Era extraño. No había ningúna razón o impulso para apartar la vista del espectáculo que estaban dando sus antiguos compañeros del Lunaestrella, sin embargo hubiera o no alguna razón, desvió su mirada. Al hacerlo se encntró con otros ojos que no estaban atentos al combate. Una chica muy guapa con el pelo peinado de la misma forma que lo llevaba Kaoru le estaba mirando fijamente a los ojos, bueno no podía estar seguro de eso, pero esa er ala impresión que le dió. Antes de poder ver quién era o por qué lo miraba desvió la atención un segundo y al volver a centrarse en el mismo sitio la extraña chica ya no estaba. Intentó volver a localizarla pero entre el barullo de gente era misión imposible.

-Akira, esto...tal vez no sea mas que una tontería, pero una chica del público, bastante guapa por cierto, con el pelo rosa y las puntas de color negro me estaba mirando fijamente, o al menos esa es la sensación que me ha dado. La cosa es que he apartado la vista un segundo y ya no está en su sitio. Se ha esfumado.- le dice a su maestro sin estar seguro de cómo se tomará esas "sospechas".

La verdad es que no me extrañaría que me llamase paranoico...sólo era una chica mirando hacia aqui, y puede haberse ido por mil motivos...además tampoco puedo asegurar que me estuviera mirando precisamente a mi, y aunque así fuera tampoco tiene por que ser un suceso tan extraño...en fin...

Akira vuelve su rostro hacia ti, frunciendo el ceño en una expresión de extrañeza ante tu comentario.
Aquí hay mucha gente, Córen. - Respodió de una forma un tanto seca. - Será impresión tuya. Deberías estar atento al combate.
Tras esto, vuelve de nuevo su rostro mirando al frente. Nada tenían que mostrarle las pantallas de video más que el sonido que producían de la zona de combate, pues con semejante griterío le era imposible hasta ubicar a veces la situación de la arena de combate.
El comentario de su discípulo le pilló un tanto bajo de guardia e inesperadamente... ¿Será la edad...?

Cyn

¡Estoy bloqueando algunos sistemas del bicho! - Grita Cynthia al resto del grupo, aunque haya perdido de vista a 3 de ellos. Aun así, su fina voz llega a ser lo suficientemente audible, aunque tenga que gritar para ello. - ¡No se durante cuánto tiempo podré mantenerlo bloqueado, pero seguro que no mucho! ¡Atacadle ahora!
Se vuelve un momento al único del grupo que sabe exactamente dónde está.
¡Ethan, fríelo ahora! - Le grita para probar si la chica estaba haciendo bien su cometido...

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Ethan

- ¡Dicho y hecho! - Exclama tras la invitación al caos lanzada por Cynthia.

Alza las manos hacia la criatura, seleccionando un punto en el que no pudiera herir con su poder a ninguno de los compañeros que sobre el lomo del monstruo se debatían por mantener la posición. Ya habían hecho algunas aberturas ahí arriba, pero parecía que nadie se estaba ajustando al plan de Adrastos, por lo que sería mejor seguir improvisando sobre la marchar. Si Cyn decía que era un buen momento para probar una nueva descarga, bueno, habría que empezar a confiar en ella.

Un rayo dorado surca el espacio vacío entre los dos combatientes, androide y haze, con un intenso crepitar de energía. Impacta con fuerza contra el muslo de la impresionante mole metálica, haciendo saltar chispas por doquier y creando un efecto similar al de una tormenta a escala.

Ahora solo restaba comprobar el efecto...

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Director

Ethan esta vez suelta un potente rayo que impacta de lleno en el muslo derecho de una de las dos patas, al que antes también había disparado.
La buena noticia, es que lo que había dicho y hecho Cynthia era cierto, los cristales verdes no absorvieron al parecer ni pizca de la energía eléctrica del rayo. La mala, es que a pesar de dar de lleno en la extremidad sin la cobertura de los extraños cristales absorventes de energía, menos metal del que Ethan esperaba de un impacto directo fue destruído. Parecía que el monstruo mecánico no contaba sólo con una poderosa defensa contra ataques energéticos, sino también con una poderosa coraza para ataques físicos. Aunque, a pesar de todo, el impacto hizo tambalearse un poco al munstruo y varios cachos de metal y escamas de hierro salieron disparados, por suerte, lejos de los otros componentes del grupo.
Seguramente hagan falta bastantes rayos más para destruír sólo la pata del monstruo.

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Diokles

Diokles se tambaleo por culpa del movimiento que hizo el monstruo haciendole perder por completo el equilibrio... se fue cayendo hacía un lado dando tumbos por el cuello hasta que ya no había por donde caer... en ese momento batió sus alas y remonto el vuelo ahorrandole caer al suelo de una manera, cuanto menos, patetica...

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Director

Con todo, Diokles no es capaz de sacar la lanza en el repentino y brusco movimiento y al separarse del cuerpo de lamole de metal, ésta se queda clavaba en su cuerpo, separada de su dueño.

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Himeko

Me aparto rapidamente de la mole de metal, estoy demasiado cerca como para poder sufrir por los ataques de mis compañeros o caida de cascotes

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Adrastos

Las cosas se habían salido por completo de madre. No había ningún orden en el ataque y cada uno, sencillamente, golpeaba ahí donde veía. Con tal desorganización era lógico que no tuviéramos ninguna posibilidad por el momento. La cosa, en definitiva, debía cambiar.

-¡Todos, escuchad! ¡Así no estamos haciendo una mierda y estamos desaprovechando la ventaja que nos da Cynthia! ¡Quiero que concentréis objetivos, ¿me oís?! ¡El objetivo ahora es la pierna a la que ha disparado Ethan! ¡Quiero que esa pierna se quede inútil en menos de dos minutos, así que ni se os ocurra pensarlo: hacedlo! ¡Ethan: Diokles y Hime te abrirán un hueco entre las escamas para que puedas freír lo que hay debajo! ¡Cyn: intenta mantener ese control el máximo tiempo posible!

Dadas las órdenes, sólo me quedaba ejecutar mi parte en aquél improvisado plan. Podía funcionar... Y más valdría, porque el combate no podía ni debía alargarse eternamente.

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Cyn

En... Bien, entendido... - Masculló más que dijo la chica, aunque el que realmente estuviera siendo de gran ayuda le había subido bastante la moral.
Concentrada en el sistema informático que ahora era el XGP, intentaba encargarse de que las defensas electrónicas del sistema cobernético de la mole mecánica no se levantaran, y así conseguir bloquear y dañar cada vez más sistemas de la criatura.
De momento, la cosa estaba controlada. Pero sabía que el sistema cibernético del monstruo no tardaría en responder a su ``invasión´´. Aunque rezaba para lo contrario. No sabría si sería capaz de responder a una buena defensa.

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Ethan

Así si. Con un orden, con un plan. Si seguían como habían estado hasta el momento, cada uno por su lado, nunca vencerían al monstruo. Más que nada porque ellos acabarían por cansanrse de lanzar un ataque tras otro mientras que la criatura mecánica podría combatir sin agotarse durante un tiempo indefinido.

En cuanto Ethan tuviera a distancia de toque a Diokles o Himeko, les pasaría su poder de alteración de la probabilidad. Si querían abrir un hueco en un punto vulnerable del monstruo, seguro que de ese modo tendrían mas posibilidades...

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Diokles

Diokles remontó el vuelo y aterrizó nuevamente donde estaba su lanza... dispuesto a subsanar su error y seguir con el combate...

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Himeko

Recibido, subo ahora

Respondo, dando un gran salto a alguna de las zonas elevadas

Adrastos

Con las órdenes recibidas por todo el equipo y así todos concentrados en sus distintos objetivos, sólo me restaba hacer mi parte del trabajo. Así pues, eché a correr por el lomo de la criatura en dirección a su cuello y, después, hacia su cabeza. Para impulsarme lo bastante salté con fuerza hasta caer sobre la última, donde afiancé el equilibrio preparándome para el siguiente movimiento.

Las brutales sacudidas del monstruo estuvieron a poco de hacerme caer desde que me coloqué sobre su cabeza. Sin embargo logré mantener el equilibrio, dispuesto a continuar con lo que tenía en mente. Así, salté desde la cabeza hacia un lado de la misma, resultando esto fatal. Los brutales movimientos me impidieron calcular bien el salto e, irremediablemente, comencé a caer por un lado de la cabeza. No había tiempo para pensar o hacer otra cosa que sujetarme a una de las escamas. Lancé a ciegas el brazo para conseguir tal cosa y, justo en el último momento, conseguí agarrarme, evitando así una caída tremenda.

-Mierda... -musité, contrariado. Sólo me restaba afianzar mi posición como buenamente pudiera. Desenvainé así el wakizashi y lo clavé en una de las junturas entre escamas para mantenerme firme durante el máximo tiempo posible... Al menos hasta que pudiera ascender a la boca.

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Cynthia

Cynthia intentaba mantener las intereferncias en los sitemas del monstruo robótico. Pero tan pronto como logró conectarse a su software y bloquearle o dañarle ciertos sistemas, empezaba a perder el control de la conexión con los sistemas del gigantesco robot.
Nooo... no, no, no, no. - Una mueca de preocupación y frusttración empezaba a aparecer en la chica, mientras veía que de nuevo perdía en control. La cosa estaba resultándole más difícil de lo que ella estaba acostumbrada...

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Ethan

Algo fallaba con respecto a Cyn. Sus negativas y la cara de preocupación que estaba poniendo no aventuraban nada bueno. Sería a la chica nueva a quién Ethan dotara con su poder para alterar la probabilidad, al menos temporalmente.

Mientras esperaba el momento adecuado para acercarse hasta la chica, Ethan no perdía de vista a sus compañeros ni a la criatura.

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Diokles

Diokles extrajo su lanza del metálico cuerpo del monstruo, recuperándola sin problemas.

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Director

El engendro mecánico por unos momentos, dejó de dar tantos tumbos. Los violentos espasmos empezaron a cesar, y los cristales empezaban a recuperar su verdoso brillo a parpadeos intermitentes. Lo que fuera que Cynthia estaba consiguiendo hacerle parecía dejar de funcionar...
Y, para males, un fuerte y extraño rugido por parte de la bestia robótica hizo que le siguiera un extraño ruído proveniente del interior de su cuerpo. Concretamente, de unos orificios entre escamas que había abierto antes y que Adrastos mejor los vio.
Unos granes cilindros metálicos de un tamaño algo menor al de una persona normal, salieron disparados del interior de los orificios de su espalda dejando una fina estela de humo en su camino. Eran misiles, quizás una decena de misiles que empezaron a volar por encima del gran robot y en nada ya estaban trazando cada uno un rumbo distinto, que, conforme los veiais moverse, veis que se dirigen a vosotros.
Notas de juego

Notas de juego

Repasando las posiciones, Diokles está por la espalda del monstruo, recuperando su lanza. Himeko en una roca elevada a punto de saltar hacia el cuerpo del monstruo. Adrastos en una peligrosa situación, agarrado sólo por su brazo y espada en una de las escamas del lateral del cuello del monstruo. Ethan y Cynthia están en el suelo, el primero alerta, sin hacer nada por el momento, y la chica intentando trastear en el equipo electrónico que había convertido su ``arma´´ XGP.

Himeko

Salto de nuevo hacia el monstruo, tratando de caer cerca de la zona donde habia arrancado antes la escama,

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Director

Himeko cae justo donde había arrancado antes una escama del monstruo, por uno de los laterales de su espalda.

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Adrastos

Quizá, después de todo, la situación en la que me encontraba no tenía por qué ser del todo perjudicial para mis planes. Me sujeté entonces con ambas manos en la empuñadura de la espada y, ayudado por los frenéticos movimientos del monstruo comencé a balancearme. Acto seguido, cuando los balanceos eran lo bastante amplios, me impulsé hacia arriba con las piernas, dando casi una vuelta entera y, con un último y ágil movimiento, quedándome en pie sobre la parte roma del filo de la espada. Acuclillado, no obstante, para tener también un punto de agarre con las manos. Si aquello salía bien quizá podía incluso dar la vuelta al ataque de misiles de la bestia contra sí misma.

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Cynthia

Cynthia seguía intentando volver a ganar ventaja en aquella lucha cibernética que estaba teniendo con la gran máquina. Aunque el sonido de los misiles saliendo de su espalda, y empezando a tomar distintas rutas hacia cada uno de ellos, incluída ella, la inquietó lo suficiente como para dejar a un lado aquello en lo que estaba centrándose y empezar a pensar en algo que hacer frente a los misiles que se le venían encima.
Su campo de fuerza corporal estaba activado, pero la chica dudaba de que pudiera soportar el impacto directo de unos misiles. ¡Dios mío! ¡Se están pasando, eso es demasiado! Pensaba algo frenética para ella misma.
Lo malo era que si intentaba transformar de nuevo el XGP, volvería a costarle volver a transformarlo en el sistema de contramedidas electrónicas tan eficaz que tanto le había costado conseguir.

¡Bah, a la mierda! - Grita mientras intenta trastear de nuevo su arma.
Con un gran baile multiforme de acero y metal, transformó su arma en algo a lo que estaba ya acostumbrada, por lo que la transformación salió a la primera por suerte para la chica. Un vehículo volador en el que ya se encotraba montada durante el proceso de transformación.
Vehículo volador.1

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Ethan

- ¿¡MISILES!? - Exclama Ethan con los ojos abiertos de par en par y las pupilas contraídas de pura sorpresa mientras aquella cosa monstruosa lanzaba al aire cilindros cargados de muerte. No terminaba de creerse lo que estaba viendo. Los diseñadores de la prueba se habían extralimitado un poco a su gusto. Se preguntaba a qué tipo de locuras se habrían enfrentado sus predecesores, aquellos que hicieron los exámenes antes de la era de la tecnología.

Con rapidez y sin dudar, carga su sistema con su poder para alterar la probabilidad a su favor, gestando al tiempo una idea en su mente que podría funcionar. Había captado las intenciones de Himeko y Adrastos. Estaba bien claro lo que pretendían hacer. Pero Ethan no tenía la capacidad analítica del líder del equipo ni la resistencia sobrehumana de la japonesa.

Antes de que pudiera cargar también su electricidad interna, una mota de polvo se mete en su ojo y le desconcentra durante apenas un segundo, tiempo que para alguien como él significaba mucho más que para nadie. había perdido unas décimas que ahora podrían significar un drástico cambio en su estrategia.

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Diokles

Diokles confiaba en su resistencia, así que ignoro los misiles y lanzó un potente derechazo en el punto donde había arrancado una escama momentos antes...

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Himeko

Lanzo un golpetazo en la zona que ha quedado desprotegida, con suerte con este agujero y el de diokles podemos hacer alguno en la zona media e intentar hacer una fisura

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Adrastos

Posición perfecta, distracciones perfectas... Momento perfecto. Gracias al apoyo de mi wakizashi, una herramienta completamente inútil contra un enemigo como aquél, me hallaba en posición de alcanzar mi objetivo inicial antes del último desliz. Tensando las piernas gracias a la postura acuclillada, salté con gran potencia arqueando la espalda hacia atrás en el último momento, para así realizar una sencilla pirueta que me permitiera pasar entre los inmensos colmillos de la bestia, hasta colarme en el interior de sus fauces para perderme a la vista de todos, rumbo al corazón del monstruo. Si los misiles continuaban dirigiéndose hacia mí e impactaban contra su propio lanzador, el resultado sería colosal.

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Cynthia

Cynthia puso su deslizador en marcha, seguida de los misiles que la eligieron como objetivo. Por suerte para la chica, menos que los que se dirigían hacia los demás.
La chica no sabía si huír hasta que Ethan o alguno de los del grupo consiguiera quitarles los misiles de encima, pues con tal ajetreo no podía pararse a mirar lo que estaban haciendo cada uno. Mas por su mente también pasó la idea de hacerles juego alos misiles, quizás pasando entre las patas del monstruo esperando que alguno impactara en alguna de ellas, o en las dos en el mejor de los casos.
Sería matar dos pájaros de un tiro. Pero la chica tampoco es que fuera muy diestra en el manejo del aerodeslizador, y la presión a la que estaba sometida ahora mismo no era muy habitual...

Pero, quizás precisamente fuera la presión, el momento y el lugar que tenía para demostrar lo que valía, pero algo la hizo decidir la 2º opción.
Podía salirle bien. Cynthia lo sabía, no era una acción inviable para ella.
Con fuerzas sacadas de donde la chica no tenía ni idea, ya empezó a toamr cierta dirección con el aerodeslizador, para acabar pasando entre las mecánicas patas del monstruo cuando los misiles la siguieran de cerca.
Total... Si podían curarnos si el rayaco de antes nos daba, podrán curarme de esto... Se consolaba y motivaba la chica con energía.

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Director

Un pequeño detalle a destacar, el un sonoro respingo colectivo por parte del público al colarse Adrastos por la boca del monstruo.

El combate-espectáculo estaba causando de por sí bastante espectación.

Ethan

Al contrario que sus compañeros, que parecían haberse vuelto todos unos temerarios de repente, Ethan iba a ser esta vez un poco mas prudente. Confiaba en su velocidad, si, pero también valoraba la situación sabiendo que el mas leve tropiezo lo podría llevar a la muerte. Si no lograba salir del radio de la onda expansiva de las explosiones a tiempo, sería lanzado por los aires varios metros. No podía permitirse el lujo de aterrizar contra una roca como los demás del LunaEstrella como ya comprobó en la misión que les llevó bajo tierra. Él era la artillería pesada, pero su resistencia no superaba la de un humano normal y corriente, lo que lo colocaba en clara desventaja.

Concentrándose, Ethan acumula una gran carga en la base de su cráneo que comienza a transmitirse por el sistema nervioso hasta la punta de sus dedos. Iba a probar un tiro complicado. En el bosque, con los lobos sheene, había funcionado, pero con confiaba demasiado en que el truco volviera a tener éxito. Sin embargo, la suerte estaba del lado de los osados, así que se arriesgaría.

Una potente descarga de un intenso dorado une por décimas de segundo a Ethan con el misil mas cercano. La energía chisporrotea con fuerza antes de abandonar al muchacho y se encadena con el siguiente y seguidamente con otro más. Hasta tres misiles quedaron unidos por un relámpago en cadena mientras Ethan esperaba que hubiera sido suficiente para hacerlos estallar en el aire. Quizá, con un poco de suerte y si llegaban a explotar, las ondas expansivas combinadas fueran suficiente para desviar otros proyectiles de sus trayectorias...

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Director

Si no por el rayo que pasó de misil en misil de Ethan, la misma explosión del 1º hizo que el segundo, al estar tan cerca, explotara. Lo mismo con el tercero.
Ethan se había quitado de encima los misiles que le escogieron de blanco. La explosión por suerte para el chico no llegó a afectarle de lo lejos que se encontraban de él, mas aun así se sintió el estruendo y la onda triple por todo el valle.

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Diokles

Diokles, por su parte siguió con su idea de "escarbar" en aquella bestia mecánica hasta intentar llegar a alguna parte importante... pero esta vez no estuvo muy acertado en su golpe...

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Himeko

Comienzo a arrancar todo lo arrancable bajo el fuselaje por el agujero hecho

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Adrastos

Lentes ópticas... Una larga hilera... No debería ser un problema, y si quería llegar hasta el corazón mismo del monstruo esto era un obstáculo que debía superar. Extraje de la parte trasera de mi cinturón de herramientas la Uzi, apunté al centro de la primera lente y abrí fuego a discreción. Si esto no bastaba habría que pasar a asuntos de fuerza mayor con más potencia de fuego.

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Ethan

- ¡SI! - Exclama el australiano al ver que su descarga había logrado su propósito, destruir los tres misiles que se dirigían hacia él, dejándole espacio libre para maniobrar sin tener que estar atento a su espalda. Era hora de volver a ser el Ethan de siempre y arriesgarse un poco por los demás.

Rápidamente calcula una ruta segura para interceptar el aerodeslizador de Cynthia sin exponerse demasiado a los ataques del monstruoso robot... Y se lanza a la carrera, acelerando sobre el terreno rocoso a una velocidad imposible para un ser humano. La estela de polvo que deja tras de sí se eleva varios metros y acaba siendo llevaba por la brisa.

Apenas dos parpadeos mas tarde el chico está a distancia de toque de la chica nueva tras haber trazado una parábola que lo llevaría a una zona mas alejada y segura del campo de batalla. Había captado su intención al verla acercarse a las patas de la criatura, así que le iba a echar un empujoncito antes de apartarse del combate principal.

Con apenas un roce, Ethan intenta transmitir su poder a Cynthia. Las probabilidades de éxito deberían haber abandonado al australiano para ir a parar a su compañera, pero algo había fallado. Quizá hubiera errado su cálculo o su capacidad para concentrar su poder se viera reducida al estar en movimiento. Fuera como fuera, incapaz de detener la maniobra que había comenzado sin ponerse en peligro, Ethan se aleja de Cynthia sin haber logrado su objetivo, abandonándola a su suerte.

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Adrastos

La cosa había salido bien, pero de seguir cayendo a aquella velocidad destrozando cristales lo más probable que podía ocurrir era terminar atravesado por cientos de esquirlas que, a buen seguro, acabarían destrozándome. Tenía que encontrar una forma de detener el rápido ascenso mientras continuaba destruyendo cristales. Lancé el brazo libre con un potente latigazo hacia un lado, consiguiendo agarrarme a uno de los cables que componían las venas y las vértebras de la máquina gigante. Así, más seguro, apunté de nuevo hacia abajo y abrí fuego contra la hilera de lentes ópticas en busca de abrir un camino hacia el corazón de la bestia.

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Cynthia

Armada de voluntad, Cynthia intentó pasar por las piernas en su valiente/temerosa maniobra. Si no se estrellaba contra algo, quizás la propia explosión de los misiles la dañaba. O en el peor de los casos, ocurrirían ambas cosas...

Por suerte, la chica no se chocó con nada, y consiguió pasar entre las patas del monstruo, en constante movimiento, sin chocarse contra ellas ni contra ninguna roca o piedra molesta, o incluso algún matorral seco que desestabilizara a la chica.
Ahora sólo le faltaba rezar para que la explosión de los misiles no le llegara...

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Director

Los misiles que iban a por Diokles, impactan los cuatro contra él y contra el lomo del monstruo. A Diokles la explosión de los misiles no le produce daño alguno, igual que a la armadura externa del monstruo, pero elr esquicio que ha abierto Diokles sí causa considerables daños en el cuerpo interno de la máquina en esa zona.
Los misiles hacia Adrastos impactan de lleno contra la cabeza de éste, esta vez sí ocasionando daños tanto a la armadura externa como al cuerpo interno de la cabeza del engendro.
Los que iban a por Cynthia impactan ambos contra una de las patas de la máquina, también ocasionando daños en la armadura externa y el cuerpo interno, aunque no muchos, al menos los suficientes como para hacer que la máquina pierda el equilibrio y se precipite a una posible caída lateral. Por desgracia, la explosión de los misiles que impactan contra la pata pilla a Cynthia lo suficientemente cerca para sentir la fuerte onda expansiva, haciendo que pierda el control del vehículo, saliendo disparada ella por un lado y el vehículo por otro, precipitándose ambos hacia una paratosa caída hacia el rocoso y arenoso suelo. Por suerte su campo de fuerza de momento ha evitado daños a la chica.

El estruendo es tremendo, el cuerpo de la máquina retumba y se tambalea como nunca antes lo había hecho por todas sus partes, y hasta parece perder el equilibrio tanto como para precipitarse en una caída lateral, contraria a donde se encuentra Himeko, pero sí hacia la parte del lomo donde se encuentra Diokles.

Al estallar los misiles en contacto directo con Diokles, era imposible no recibir parte de daño por los trozos de metal de la armadura y del cuerpo interno que tan velozmente volaron en todas direcciones por las explosiones. Goma quemada de los cables, tuercas... Pero lo peligroso fueron los incontables trozos de metal fragmentados que en ese momento actuaban como afiladas cuchillas voladoras, que ni el extraordinario cuerpo de Diokles consiguió repeler del todo.
Sin embargo, el chico tuvo suerte, y los fragmentos cortantes, cuchillas voladoras ahora, creados por la explosión no resultaron tan grandes ni tan numerosos como para causarle al griego daños peores de los que podría haberse imaginado.

Aun así, Diokles sufre varias laceraciones en distintas partes de su cuerpo (Aunque nada que sea grave aún para Diokles), sobretodo en las piernas, y su ropa acaba hecha girones de tal forma que casi le queda la forma estable de los pantalones para cubrir sus partes nobles.

(Para Adrastos:?)
Sientes el estruendoso sonido de los misiles impactando a unos metros tras de ti, en plena cabeza de la criatura, y el fortísimo tambaleo de ésta al recibirlos.
Por suerte, ningún misil hizo la casi improbable maniobra de meterse en la boca y llegar hasta donde estabas, por lo que quedas a salvo de los daños de la explosión al tener todo el metal y la estructura de las mandíbulas y la cabeza en general de la bestia como cobertura.

Sin embargo, notas cómo el cuerpo de la mole se va inclinando poco a poco. Parece que ha perdido el equilibrio por alguna razón y va a caerse por uno de sus costados.
Por un lado, el cristal casi ha cedido ya, pero no te va a dar tiempo a hacer nada hasta que el monstruo caiga. El impacto es inminente...

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Director

El monstruo, que al fin parece estar bastante dañado, empieza a caer por la parte del lomo en la que se encuentra Diokles. Caerá cuando le llegue su turno.
Adrastos está dentro. Himeko en el costado bueno que quedará horizontal cuando el monstruo caiga, Diokles en el costado por el que caerá, Ethan en el suelo y Cynthia volando hacia una muy aparatosa caída sobre el rocoso y arenoso suelo.

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Diokles

La bestia empezó a escorarse hacía un lado con Diokles sobre ella... El griego se agarró con fuerza a ella mientras iba viendo como poco a poco se iba acercando al suelo... el viento movió su cabello negro mientras contraía el rostro mirando y calculando lo poco que quedaba para estrellarse... los segundos parecían minutos para el Haze que ya había colocado una rodilla flexionada sobre el armazón de metal. Cogió su lanza colocandola por detrás de el mientras la agarraba con fuerza y fue entonces cuando flexiono su cuerpo por completo encogiéndose... - ahora o nunca - pensó y se lanzó al vació, directo hacía el suelo... dio un mortal hacía delante gracias al impulso y justo cuando acabo aquella filigrana desplego sus alas a escasos centímetros del suelo... entre el y el monstruo de metal... el polvo se elevo por todos lados pero fue cortado por un veloz Diokles que salio despedido mirando al frente batiendo sus alas y dejando una estela de tierra pulverizada tras de si mientras giraba sobre si mismo al alzar el vuelo...

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Monstruo

El Monstruo cayó de costado al suelo, levantando una gran nube de polvo y arena además de un gran estruendo: Centenares, quizás miles, planchas dobladas o rotas por el impacto, cables seccionados, cristales (Los verdes) rotos y esparzidos, tuercas y tornillos saliendo disparados de su sitio. Fue un estruendo metálico total, casi como el derrumbe de un edificio. El suelo retembló bajo los pies de Ethan. Himeko y Adrastos sintieron en fuerte impacto, Cynthia seguía en el aire a punto de estrellarse y Diokles había logrado librarse del aplastamiento de una forma que resultó espectacular.

La genté chilló. ¡Exclamó! ¡Vitoreó con fuerza que el grupo de Hazes hubiera tumbado a la gran bestia mecánica!

Sin embargo, la cosa quizás no haya acabado.
Tardó un poco el disiparse la nube de polvo y arena lo suficiente como para que, los que no estaban en contacto directo con el monstruo, vieran que aún seguía moviéndose. Pero, aun así, con cada movimiento se oía el crujir de piezas sueltas, el rechinar de cristales aún rompiéndose, seguramente en el lado derecho (Que es por el que se ha caído) no le queden cristales de una pieza. La gran máquina había sufrido daños extras en la violenta caída, aunque no se sabe dónde ni cuántos. Quizás esté a nada de que su sistema operativo caiga por daños físicos, o quizás esté lo suficientemente bien como para levantarse dentro de poco.
De todas formas, ahora parecía estar más indefenso que nunca.

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Director (Para Adrastos)

Sientes el tremendo impacto que, junto con el cambio del punto de gravedad, te indican que la bestia ha caído por su lomo derecho.
Inevitablemente, el impacto te daña, cristales sueltos de las lentes han favorecido que llegues a cortarte al soportar el tremendo golpe. Aunque podría haber sido peor.
Por suerte, hay dos cosas buenas: La primera es que puedes ver que la arena entra por el sentido donde está la boca, por lo que podrías salir si te das prisa. La segunda es que el golpe ha hecho que todas las lentes sean destruídas, y un estrecho camino hacia el interior de la máquina se abre, pero parece peligroso, pues cables sueltos chisporrotean por doquier y algún que otro cristal suelto queda por ahí. Aunque eso era buena señal, indica que el monstruo mecánico parece estar seriamente dañado.

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Himeko

Me sujeto a los restos cuando va a pegar el golpe y despues miro la zona mas dañada, la cabeza, posiblemente este el centro de control o algo importante

Salto hacia esa zona con todas las fuerzas, tratando de coger la mayor altura posible

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Adrastos

-¡Uaaaaaaaaah! -grité tan pronto la gravedad cambió y me vi proyectado contra el suelo, que también había cambiado de lugar. Fruto de la costumbre y de mi agilidad prodigiosa, tan pronto toqué firme me lancé al suelo, rodando, para absorber la mayor parte del impacto. Y rodé hasta que mi espalda dio contra una de las paredes internas del monstruo. Así terminé, boca abajo, lleno de cortes, el traje hecho unos zorros... Y el monstruo probablemente aún vivo. Suspiré con gesto amargo y me puse de nuevo en pie y haciendo crujir el cuello. Tenía dos posibles caminos... La cuestión era cuál escoger. Pero para hacerlo precisaba algo de conocimiento de causa. Por esa razón recurrí a mis sentidos ampliados para que me indicaran qué me esperaba en el interior del monstruo de continuar con aquél camino.

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Director (Para Adrastos)

Viendo a través de la penumbra y de los incontables trozos de metal o de cristal, echas un vistazo a lo que podría haber más allá de ese pequeño tunel que hace las veces de esófago del monstruo. Esta vez consigues visualizar bien a través del metal.
Y lo que ves te resulta como poco interesante.
Prácticamente todos los cables y circuítos de la máquina (Al menos los que están intentactos o no muy dañados) parecen seguir a tu mirada, convergiendo en un punto, unos metros más adentro de la criatura. Es difícil explicar lo que ves, incontables circuítos, cables, mecanismos, convergen en lo que parece una estructura que destaca sobre todas las demás, del tamaño de un humano. Dicha estructura parece ser de un material muy resistente, pues a pesar de los golpes que parece haber recibido, está totalmente intacta. Tiene la forma de un reloj de arena, en sus partes inferior y superior convergen cantidad de cables, y en su parte intermedia, donde se juntan ambos cuerpos (Inferior y superior) hay como una especie de esfera verde fulgurante, que parece chispear de vez en cuando.
Eso es lo que ves pocos metros más adelante. Lo malo es que seguir por el ``esófago´´, de tantos cristales y demás obstáculos que hay debido al destrozo, quizás te sea inevitable sufrir unos cuantos daños más. Pero, aun con todo, no crees que sea un comino imposible, sólo acabarías con unos cuantos cortes más.

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Cynthia

Cynthia, separada del aerodeslizador por la onda de la explosión, se precipita hacia el suelo, donde empieza a dar vueltas de campana, rodando varios metros por la arena y las piedras hasta parar por fin.
La chica gime, ha sido una aparatosa caída, y con ella aún en el suelo no se sabe si su campo de fuerza ha logrado protegerla de los daños o no ha sido suficiente...

Mientras tanto, Adrastos sigue dentro del monstruo.

Ethan

Antes de que su compañera impacte contra el suelo, Ethan se lanza en una rápida carrera hacia ella para interceptar su trayectoria y evitar daños mayores. Sabiendo que la chica poseía un campo de fuerza alrededor de su cuerpo, esta vez no iba a tratar de interponerse entre ella y el suelo, sino que iba a tratar de agarrarla por una mano y, aprovechando la inercia del movimiento de los dos, desviar su impacto para que este fuera mas suave y perpendicular al suelo. Rodar por el suelo antes de detenerse siempre causaría menos daño que impactar con fuerza contra él.

Pero no llega a tiempo y su compañera se le escurre entre los dedos.

Aún así, Ethan se acerca hasta ella para comprobar su estado. Si podía moverla sin peligro para ella, la cargaría en brazos mientras los demás se ocupaban de la bestia mecánica.

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Diokles

Después del espectáculo que dio con esa huida realizada... el joven griego, en una pasada que realizó sobrevolando la bestia de metal, hizo un circulo con la lanza en el aire, echó el brazo hacía atrás cerrando los ojos durante un instante...

- ¡CEL... - de la punta de aquella bella arma salió un destello azul iridiscente que por momentos iba creciendo en intensidad mientras Diokles iba contrayendo más su rostro. En un segundo lanzo con fuerza su lanza pero sin soltarla... - ...SIUS! - termino de rugir y al hacerlo, justo cuando acabó aquel amago de lanzar su arma salio despedida de su punta un clon de aquella poderosa arma de hielo... el virote voló veloz directamente hacía el monstruo. Diokles había tratado de darle donde hubiera partes dañadas... pero no estaba seguro si daría ahí...

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Himeko

Una vez que ha caido el robot, y tal y como dirigia mi salto caigo sobre la cabeza del robot, apuntando a la zona mas dañada, buscando hacer el mayor destrozo posible dando un golpetazo con las dos piernas segun caigo, provocando un fuerte estruendo y que parte de las cosas que habian queedado colgando de la cabeza salten disparadas

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Adrastos

Siguiendo con aquél viejo dicho de guerra que rezaba: "sin dolor no hay gloria", mi camino por el momento era más que evidente. Ya que, por un lado, podía salir del interior del monstruo y continuar fuera haciéndole cosquillas o, por contra, podía continuar hacia su corazón para propinarle el golpe definitivo. Cierto era que estaba más dañado de lo que quizá podríamos haber soñado en inicio... Pero una mole de proporciones tan gargantuescas como aquella a buen seguro tenía mucho más que ofrecer para acabar con el equipo Lunaestrella. Así pues, como líder y guerrero en posición ventajosa, tenía que tomar una dolorosa -y potencialmente cortante- decisión. Crucé ambos brazos al pecho, frente al rostro los puños, para evitar sufrir daños en aquella zona y, sin más dilación, comencé a recorrer la senda interna que me llevaría hacia el centro de la bestia. Todo aquello resultaba casi poético.

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Director / Cynthia

El proyectil de hielo de Diokles, con la forma clonada de la lanza, impacta en uno de los semidestrozados brazos del gran robot, aun sin incorporarse, y lo daña de tal forma que casi hasta llega a seccionarlo. El brazo derecho queda con el arpón de hielo clavado en su articulación con el torso y dejándolo colgando, sin movilidad en la extremidad.

Mientras tanto, de repente la cabeza del monstruo -Ya bastante destrozada- simplemente prece implosionar. De repente parecía que un gran puño gigante invisible la estampara contra el suelo, destrozándola casi por completo. Cristales, tuercas, engranajes... De todo salió volando por la zona. La parte inferior de la mandíbula se despredió por completo y la cabeza en general había quedado irreconocible. Parecía incluso raro que el gran monstruo siguiera moviéndose tras aquel golpe, pues prácticamente apenas tenía cabeza tras eso.

Por su parte, para alivio de Ethan, cuando llegó junto a la chica pudo ver que apenas presentaba algún que otro rasguño en su fina piel de porcelana.
Cynthia abrió los ojos, con la cara algo contraída a pesar de que apenas sentía dolor, y miró a su alrededor. Parecía que al final, aunque no había acabado de forma muy elegante, había coseguido lo que imaginó que conseguiría, y eso la satisfacía por dentro.
Ethan... - Dijo en un hilo de voz, mientras, aun recostada, se aseguraba de que tenía todas las partes del cuerpo en su sitio. Aunque no sufrió daños físicos, había dado muchas vueltas de campana, y tardaría un poco en quitarse el mareo lo suficiente como para poder ponerse de pie. - ...Y el... ¿Y mi... cacharro...? - Dijo sin molestarse de llamarlo por su nombre oficial en aquel momento. - Jeje... Uf... Al final, le he dado una buena...

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Ethan

- Si, has tenido suerte... - Responde Ethan al tiempo que ve como la cabeza del monstruo mecánico es destrozada por la fuerza invisible que era Himeko. La chica japones era aterradora cuando entraba en ese estado y el australiano se preguntaba hasta qué punto cambiaría su físico cuando nadie era capaz de verla. También hacía rato que no veían a Adrastos y eso le preocupaba. Dentro de la máquina podría sufrir daños colaterales como resultado de los ataques de los demás... Confiaba en su líder, pero se la estaba jugando en extremo.

- Parece que esto ya ha acabado... aunque mejor no adelantar acontecimientos... ¿Te puedes poner en pié? Le ofrece una mano para ayudarla a incorporarse, sin quitarle ojo al gigantesco robot. - Ahora buscaremos tu... aparato, tranquila, no debe estar muy lejos.

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Diokles

Diokles, sorprendido por la explosión siguió sobrevolando aquella mole de metal. No estaba seguro de que se hubiera acabado el combate...

Himeko

Visto que por aqui solo hay humo y polvo salto hacia arriba, intentando apartarme del robot un poco por si explota o algo asi, cogiendo altura para poder ver enseguida si hay alguna otra zona que venga bien destruir

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Director (Para Adrastos)

A duras penas, empezaste a avanzar por el estrecho ``tunel´´, adentrándote más en el gigantesco cuerpo de la máquina, directo a sus entrañas.
Casi parecía un descenso o un sendero hacia el infierno, un infierno en el que el ardor y el fuego han sido sustituídos por cables chisporroteantes y filos de metal o cristal cortantes. Avanzas rápido, y es gracias a tu superagilidad extrema que te permite a veces contorsionar tu cuerpo lo suficiente para sortear obstáculos que a cualquiera le habrían sido imposible, o de haberlo intentado habrían terminado con heridas gravísimas, seguramente hasta morir desangrados en aquel estrecho tunel del terror.
A pesar de todo, no puedes evitar recibir algunas laceraciones de más durante el camino, aunque la mayoría en brazos y piernas, sin llegar a dañarte apenas el torso y nada la cara.

Con ya bastante parte de tu cuerpo y de Decalogs teñida de tu sangre, superas al fin el tunel y entras en lo que, siguiendo el esquéma anatómico de la criatura, debería ser su estómago. Un espacio amplio, como una cúpula, mas al estar tumbado el monstruo el suelo plano ahora hace de pared lateral y el resto de la semiesfera te hace las veces de suelo, techo y paredes restantes. Parece hasta un habitáculo habitable, casi sin máquinaria, y parece ser así por lo que encuentras en el centro de la sala.
Un extraño y gran artefacto con forma de reloj de arena atraviesa el centro del espacio en horizontal (En posición normal lo haría en verticas, del suelo al techo, pero la sala está volcada). El artefacto parece dañado, y en el centro se encuentra una especie de esfera que brilla intermitentemente.

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Ethan

En un abrir y cerrar de ojos, Ethan desaparece del lado de Cynthia y comienza a recorrer la zona en la que cree que cayó su extraña esfera para recuperarla y devolverla a su dueña. Para contar con un poco de ayuda extra, activa su poder de probabilidad, confiando en que su buena suerte le haga localizar el objeto en el menor tiempo posible.

Tras un par de rápidas pasadas, parece haber detectado un destello metálico que bien podría ser lo que busca o una de las innumerables piezas de metal que había perdido aquella criatura robótica durante el combate. De ser el arma de Cin, se la llevaría de nuevo para que la chica estuviera preparada por si el robot volvía al ataque.

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Adrastos

Llegué jadeando al estómago del monstruo mecánico. La pérdida de sangre me cansaba, y no estaba nada acostumbrado a recibir heridas. Por lo general me resultaba sencillo evitar el dolor ahí de donde viniera... Pero esta vez... Bueno, sencillamente había que superar el dolor para llegar al final del desafío. Era, por tanto, diferente a lo acostumbrado. Una vez ahí, sin embargo, todo podía resultar más sencillo. No invertí demasiado tiempo en observar lo que me rodeaba... Mi atención la había captado la esfera que brillaba intermitente en el centro del reloj de arena. Un par de rápidos pasos me lanzaron a la carrera, pero no duró mucho, pues me impulsé para efectuar un larguísimo salto. Tan pronto toqué el suelo salté de nuevo, pero esta vez describiendo una parábola tras la que terminé en pié sobre la estructura similar a un reloj de arena*. Ahí desenvainé la katana y lancé un golpe con la punta al cristal contenedor para, una vez estuviera roto, coger la esfera intermitente con la mano.

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Director (Para Adrastos)

Rompes el cristal, y, aunque con cierta dificultad, logras sacar la esfera del tamaño de un balón de su posición original.
Al hacerlo, su brillo intermitente va apagándose poco a poco, pero el resto de sistemas de la máquina se apagan súbitamente. Otro gran tambaleo se produce en el interior, que casi te hace perder el equilibrio en la situación donde estás, pero gracias de nuevo a tu extrema agildiad -a pesar de tus heridas- consigues no caerte.
Un sonido conjunto de sistemas y mecanismos apagándose decrece al unísono. Pequeñas luces que podrían haber por distintos puntos de la sala se van apagando tras el tambaleo. Los cables van dejando de chisporrotear poco a poco. Aquella esfera parecía ser el núcleo energético de aquella mola y se lo habías arrancado por completo.

Sólo te quedaba rezar para que aquella máquina infernal no tuviera alguna especie de suministro de energía auxiliar o algo por el estilo...

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Examinador 2 ``el del teletransporte´´ (Para Adrastos)

Tras unos minutos de silencio, la oscuridad empezaba a devorar la volcada estancia. Las luces que iluminaban la sala empezaban poco a poco a desvanecerse.
Pero entonces, viste como de un segundo a otro, alguien apareció junto a ti, a una distancia prudencial.
Con la penumbra llegó a exaltarte sobremanera, pero por suerte reconociste a tiempo su cara y sus ropas, además de su voz.
Enhorabuena, Lunaestrella. - Dijo uno de los examinadores que estuvo con vosotros en la 3º prueba, en el silfarion Saga.
Con una leve sonrisa, el hombre te tendió la mano.

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Director

Ethan no encuentra el artefacto de Cynthia* entre los incontables trozos de metal arrancado, engranajes, cables, etc, etc... Desparramados por el arenoso suelo, en el cual el polvo aún no ha acabado de asentarse por completo.
Himeko, desde su posición, tampoco ve algún punto extremadamente vulnerable del monstruo. Su cuerpo parece estar destruzado por igual en bastantes sitios.

Pero eso acaba siendo lo de menos, pues algo ocurre.
El monstruo metálico, a pesar de estar tan destrozado -incluso sin cabeza- intentaba incorporarse con torpes y enrecortados movimientos. Incluso perdiendo varias piezas de su armazón a cada segundo. Sin embargo, de repente el monstruo parece quedarse sin fuerzas y derrumbarse de nuevo en el suelo, levantando más polvo tras la caída, haciendo retemblar el suelo de nuevo.
No hubo ninguna explosión, ni ningún gran chisporroteo, ni nada que pudiera especificar el derrumbe. Simplemente de un segundo a otro se quedó sin fuerzas. Los cristales verdosos iban perdiendo brillo a cada segundo y los cables cada vez chisporroteaban menos.
Hasta que, pasados escasos minutos, el gran gigante de hierro se quedó completamente en silencio...

Akira no paró de ver el combate con su típicacara inexpresiva y su mano sobre su mentón. De vez en cuando, en los momentos inesperados en los que el público estallaba a gritos que os destrozaban los oídos, Akira hacía muecas casi inperceptibles para cualquiera. Pero que para alguien que lo conocía bien como tú, reconociste como muecas de sorpresa e interés, además de molesta por los gritos.
De vez en cuando, incluso te pedía que le narraras lo sucedido, pues incluso él con su superoído a ese nivel a veces se confundía con el gran griterío de la gente.

Tras ver el último suceso, el segundo derrumbe del montruo metálico que parecía el definitivo, Akira soltó con cierta espectación:
Parece que ha acabado...

Director

De repente, aparecen dos figuras humanas sobre el lomo de la bestia mecánica derrumbada. Teletransportados de a saber dónde, aparecen un laceradísimo Adrastos, cuyo traje es teñido en gran medida por el rojo de su propia sangre, y alguien que reconocéis como uno de los examinadores que estuvo con osotros en la 3º prueba del Silfarion Saga. El hombre de pelo castaño.
Adrastos parece débil, pero sigue vivo. Además parece sostener un pequeño objeto redondo, algo más pequeño que un balón de futbol, en una de sus manos.

Las cámaras enfocan de lleno a ambos, viéndose en todas las pantallas.

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Examinador (El tío castaño del teletransporte. No se si te acuerdas, pero fue a rescatarte de Ancestra junto con Fenris y los maestros)

Entonces, el examinador levanta el brazo del líder del equipo como si del final de un combate de boxeo se tratara, y grita soriendo y a plena voz:
¡Se acabó la prueba!
Tras un breve silencio sepulcral, el estadio estalla en gritos y en aplausos.
Cada cámara vuela, como si de imánes se tratasen, a enfocar a cada miembro del equipo. Diokles volando en el aire, Ethan entre la chatarra, Cynthia sonriente recostada en la tierra intentando incorporarse, y buscando al principio a la invisible Himeko que no son capaces de captar.
Realmente había pasado. La prueba había acabado, el equipo Lunaestrella había logrado derrotar a aquella gigantesca criatura mecánica. ¡Y además sin perder a ningún miembro del equipo, habiendo un reemplazo entre ellos!

El examinador se teleporta al suelo junto con Adrastos, esperando a que todos os reunieseis con ellos.
Vamos, venid. - Se limita a decir una vez en el suelo, y cerca de Cynthia.

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Cynthia

A Cynthia le costaba creérselo al principio. ¿Hablaba en serio? ¿Se había terminado ya? ¿Y habían ganado?
Hemos ganado... Pensó para sí esbozando una temblorosa sonrisa que poco a poco iba saliéndole en el rostro. No me lo puedo creer... Han ganado... Espero que me estés viendo Maegan. La chica empezaba a sentirse emocionada. Tanto que incluso se arriesgó a ponerse en pie de golpe, sin esperar a que el mareo se le hubiera pasado del todo. Por supuesto, aquello hizo a la chica perder el equilibrio y tener que caer inevitablemente de rodillas al suelo y llevarse una mano a la cabeza.
Había sufrido pocos daños, pero aún estaba demasiado mareada.
Ugh...
Pero eso no le importaba. Era lo de menos. Aunque apenas se sentía que había servido para algo, la chica había superado una prueba de examen de acceso -brutal- al que no pudo ser admitida. Con una gran sonrisa de satisfacción y alegría al fin florecida en su rostro, la chica rezaba para que todos la estuvieran viendo. Incluso se le escapó alguna lagrimilla que se apresuró a borrar.
¿Se ha terminado? - Preguntó al examinador en un suspiro, mientras ya sólo le quedaba esperar a que Ethan llegara con su aparato si lo encontraba.

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Examinador

Sí. - Se limita a decir el examinador sin más ni más. Aunque con una sonrisa hacia la chica. - Ahora a que os miren las heridas.

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Diokles

Diokles sonrió aliviado y alegre... alzó su lanza hacía el cielo con las alas desplegadas y se dejo caer sobre el suelo...

Salió de la grieta que provocó y se fue directo hacía donde estaban el examinador y Cynthia - bien hecho chicos... ha sido genial - miro a su hermano preocupado, pero sabía que pronto estaría bien - que huevos le has echado hombre - y le dio un pequeño abrazo, más bien le rozó para evitar hacerle daño o molestarle...

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Himeko

Aparezco entre la gente del grupo, justo al aldo de Diokles, con la ropa quiza un pelo arrugada pero aparte de eso casi intacta

Venga, muy bien chicos, ha salido estupendo, que buena idea Adri, ya veras como estas recuperado en un momento

Celebro con una sonrisa de oreja a oreja, antes de apoyarme en Diokles con gesto cansado

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Adrastos

Sonreí a Diokles con gesto pícaro tan pronto se acercó a mí, incluso sacando levemente la lengua.

-Supongo que esta vez no lo pensé demasiado... Pero lo mejor es que ahora tenemos un bonito recuerdo -alcé la mano en la que sostenía la fuente de alimentación del monstruo, observándola con curiosidad y una amplia y orgullosa sonrisa-. ¡Somos los mejores, Lunaestrella! -exclamé, alzando el puño, henchido de júbilo. Habíamos vencido a nuestro mayor enemigo y, lo que era mejor... ¡Seguro que habíamos pasado todo el examen! Pero aún quedaba algo por decir.

-Esto es por Mike... Esté donde esté... -recé, extendiendo un brazo, ahora más serio, con la palma de la mano abierta con la intención de que cada uno colocara sobre ella su propia mano.

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Ethan

Ethan sonríe al ver aparecer a Adrastos de una pieza. Destrozado, eso si, y cubierto de sangre de los pies a la cabeza. Pero de una pieza, que era lo realmente importante. El líder del LunaEstrella era uno de los grandes. Un Haze al que daba gusto seguir.

Tras haber recuperado el arma de Cin, se reúne con el grupo, chispeando de pura alegría. Tenía los ojos dorados por la carga acumulada y el pelo de punta debido a la estática. Habían vencido. Habían derrotado a aquel monstruo ellos solos, sin ayuda de nadie, sin supervisión de nadie. Solo esfuerzo personal, trabajo en equipo y muchas, muchas ganas de ser algo más, de llegar más lejos que nadie. El corazón del australiano estaba lleno de orgullo, por haberlo logrado y por ser compañero de quién lo era.

- Tíos... ¡Somos los mejores! ¡Los Números Unos! ¡Las próximas leyendas de la Orden!- Grita a pleno pulmón haciendo eco de las palabras de Adrastos, al que felicita dirigiéndole un pulgar alzado y una gran sonrisa - Y tu eres el puto amo, Adrastos.

Entonces Adrastos invoca el recuerdo de Mike y Ethan se pone un poco mas serio. La sonrisa se le borra de la cara, pero sus ojos siguen chispeando. Había que rendirle tributo a su amigo desaparecido. Un chico que se había ganado de alguna forma los corazones de todos ellos con su descaro y su falta de tacto. Mike el Rompecorazones...

Ethan se aparta entonces unos metros y encoge los brazos hasta pegarlos al cuerpo, bajando la cabeza y cerrando los ojos. Cada centímetro de su piel comienza a brillar con un fulgor interior mientras la energía se acumula en todas y cada una de sus células. El vello de todo el cuerpo se le iba erizando y, aún a aquella distancia, sus compañeros podían sentir el la fuerza del campo estático que estaba creando aquel generador humano.

En un abrir y cerrar de ojos, descarga todo el poder con un grito de victoria, alzando los brazos hacia el cielo y creando una columna de pura electricidad dorada que, al llegar a una altura máxima, se abre formando un corazón partido por la mitad, el símbolo de Mike, su marca personal. El único tributo que Ethan podía rendir a su amigo perdido. Si estaba en alguna parte, esperaba que pudiera ver aquel gesto...

Agotado por el combate y aquella última descarga, Ethan regresa junto al grupo y coloca su mano sobre la de Adrastos. - Por Mike... Esté donde esté.

Y así, junto con el examinador, desaparecieron del campo de batalla. Ya sólo quedaba el gran robot semidestruído. No tardaron varios Hazes junto con troas máquinas, a quitar la basura y preparar el escenario para un nuevo combate de otro equipo.

Akira esboza una leve sonrisa al ver que el equipo Lunaestrella ha acabado el combate con éxito.
¿Qué te ha parecido, Córen? - Te pregunta sin más, con un cierto tono de interés en la pregunta. Menos mal que, a pesar de lo molesto que resulta tener un superoído en esos lugares, no os hace falta alzar mucho la voz para escucharos estando tan cerca.

Córen se había mantenido en silencio el resto del combate que estaba resultando ser completamente épico. Había pocas cosas que se pudieran añadir. Era mejor no perder el tiempo en comentarios y centrarse en no perder detalle. Desde uego los de Lunaestrella estaban dando un espectáculo difícil de olvidar y además estaban demostrando lo fuertes que eran tanto individualmente como en equipo. Al terminar el combate y a pesar del gritería que le destrozaba los oidos sacó fuerzas para unirse a los aplausos de los demas.

- Es increíble maestro.- comenta sinceramente con un esbozo de sonrisa.- Se han vuelto realmente fuertes. Creo que no muchos grupos de Hazes de su nivel son capaces de hace rlo que han hecho con tan "aparente" facilidad.- casi parecía entusiasmado por la capacidad de sus antiguos compañeros. El anterior Córen sólo habría mostrado envidia, pero ahora estaba realmente contento por el éxito del que fue su antiguo grupo.- Creo que tarde o temprano los libros de historia hablarán sobre ellos...y sobre lo burro que fui yo por abandonar ese grupo jeje.- termina bromeando finalmente con una sonrisa sincera. Hacía mucho tiempo que Córen no bromeaba.- Sólo siento que hayan perdido a ese Mike...pero viendo de lo que son capaces seguro que consiguen salvarlo...Bueno...¿y ahora qué?. ¿Nos volvemos al Cronos?-termina preguntando sin saber que es lo que le toca hacer ahora...

La sonrisa de Akira se ensancha en una mínima medida al escuchar tus palabras. Sobretodo en la inusual parte en la que bromeas.
realmente había sido espectacular. Bastante fuera de la media, en parte al maestro le recordó el examen que hicieron él y sus compañeros hace años, por aquel entonces. Ya desde el principio apuntaron alto, igual que parecían hacer sus discípulos. Pero aunque Córen no estaba allí abajo junto con el resto, Akira no le excluía de aquel pensamiento.
¿Ves esa fortaleza? - Te dice antes de respodner a tu pregunta. - Es la fuerza que te decía, Córen. Uno no se convierte en el Haze más fuerte del mundo por sí solo. No es uno quien tiene la fuerza, sino que son sus compañeros los que se la dan.
No quiero que estas palabras te afecten. Todo lo contrario, quiero que te motiven a seguir el camino por el que ahroa llevas. Observa. - Señala a aquellos minúsculos puntos en la distancia que son tus antiguos compañeros, por los que aún siguen saliendo en algunas pantasllas del estadio. - Tú elegiste seguir el camino de la fuerza en la soledad, y ellos en el compañerismo. Quiero que reflexiones sobre el punto en el que por un lado ellos han llegado, y en el que tú has acabado.
Hace una breve pausa para dejarte meditar un momento. Entonces sientes su mano sobre tu hombro caer suave y amistosa.
Aún no volveremos al Cronos. - Te contesta. - Hay algo que debemos hacer... Si no te apetece ver algún combate más, claro. No tenemos prisa.

-Si ahora lo veo...- responde suspirando y con una media sonrisa de tristeza en la boca, expresión de alguien que se arrepiente por lo que ha hecho, pero que piensa seguir adelante sea como sea.- Todo esto que me ha pasado me ha servido para abrir los ojos y no sólo para ver lo que está delante mia...Creo que entiendes lo que digo.- añade de nuevo. Era evidente, y más para su maestro que no se refería a la vista física, sino una que va más alla...

-Bueno pues vamos a hacer lo que toca...No me gustaría abusar del permiso que me ha dado el Capitán Takeda. Además, y no es por menospreciar a los otros combatientes, pero después de esto creo que los demás combates se van a quedar algo sosos jeje.- en realidad no le importaba quedarse a ver más combates, pero la Orden le había dado ese permiso como un asunto puntual y no quería excederse en sus privilegios. Tenía que hacer muchas cosas de ahora en adelante y una de ellas era recuperar la confianza de la Órden y de sus superiores.

Akira y tú empezasteis a salir del estadio.
Sorteasteis con cierta dificultad al barullo de gente que había hasta la puerta, además parecía haber más gente que tuvo la misma idea o impresión que vosotros, o que simplemente iban a tomarse ellos und escanso hasta que empezara el siguiente combate del siguiente grupo -El cual ni te sonó cuando anunciaron su nombre-.
Casi a la salida, yendo por los pasillos interiores del estadio, al girar uno te pareció ver al fondo una chica. En concreto, se parecía bastante a aquella chica que te dio esa sensación tan extraña al verla entre la multitud.

Al salir del estadio y girar un par de pasillos Córen divisa al final de uno de estos a una chica bastante guapa. No se habría quedado más que en eso si no llega a ser porque le recuerda completamente a la chica que había pillado mirándolo entre la multitud del estadio y que después había desaparecido por completo. Podría haber sido una simple coincidencia, pero Córen había aprendido a no creer en ese tipo de cosas. Además por arriesgarse a averiguar algo lo peor que podía pasar es que la chica le ignorara.

- Este Akira...un segundo voy a hablar con esa chica del fondo. Vuelvo enseguida.- dice casi a la vez que empieza a andar en su dirección. Era evidente que sabía que Akira era ciego, pero también sabía que con el sistema de "radar" que le otorgaba su oido sabía perfectamente a qué chica se refería.

Córen empieza a acercarse a la chica a paso ligero.-Eh...oye- le "grita" a la chica cuando ya está más o menos cerca de ella.

Akira apenas puede murmurar un leve Eh, Córen... Espera. cuando te separas de su lado.

Por suerte, la chica no se encontraba muy lejos, y no te haría falta alejarte mucho de Akira.
La chica caminaba por uno de los pasillos, pero al verte venir, en vez de esperarte salió corriendo sin decir palabra, metiéndose en la esquina de ambos pasillos y perdiéndola de vista.
Pero aún la detectabas por el sonido. La misteriosa chica corría en dirección a una de las puertas que se supone dan fuera del estadio, al aparcamiento y demás.