Partida Rol por web

Roderick, vuestro maestro haze, os ha cuidado y educado en cuanto ha podido. Ha sido capaz de controlaros al principio con ayuda de una de sus habilidades especiales, mas con el tiempo le habéis cogido respeto e incluso cariño.
Él os trata a ambos con comprensión y bondad, y como iguales, como hermanos que sois. Os ha dado también por su mano la educación que debisteis, además de meteros en un colegio de la ciudad.

Por otro lado os ha educado también en vuestra naturaleza haze y os ha explicado cuanto sabe. Hace tiempo que quería enviaros a un Silfarion a cumplir como verdaderos hazes, pero de momento la Orden no aprueba el consentimiento.
Varias han sido las veces que habéis ido a cazar Sheenes con él y os ha enseñado tanto a Kirian como a Sadie a usar bien sus habilidades y saber valeros el uno del otro.

Actualmente, seguís viviendo con él en su casa, haciendo vida normal además de entrenar y cazar sheenes con él de vez en cuando. Roderick tiene amplios conocimientos y tiene un laboratorio propio en el sótano al cual no os deja bajar habitualmente. Una de las cosas en las que trabaja es en la forma de que podáis ser autosuficientes el uno sin el otro, pero aún no lo ha conseguido. Además sabéis que él mismo padece una horrible enfermedad de la que desconocéis su naturaleza pero que mantiene a raya con una medicación que él mismo se fabrica.

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Esta es su casa:

Y distintas partes de ella, como el salón, la sala de estar, el recibidor, las escaleras y vuestro cuarto (decorado al gusto de alguno de vosotros)

Os encontráis cenando con él en el salón.
Ha preparado unas pastas con queso y tomate bastante buenas como suele salirle.

- Está... Buenísimo... Roderick... - jadeaba Kirian, que llevaba todo el día "abandonado" por su hermana, quien ya tenía algo hundidas las ojeras - Pero... ¿Podrías decirle a Sadie que haga el favor de "volver"...?

- ¿¡Eh!? - Sadie se escandalizaba - Roderick... Dile a ésta forma de vida inferior que no hable como si no estuviera delante.

- ¡No es verdad...! - se lamentaba Kirian - ¡Es que a mí nunca me haces caso, Sadie! Además... ¡El parásito eres tú!

- ¡¡TENGO TODA LA NOCHE PARA ATORMENTARTE, "COSA"!!

- ¡Roderick, dile que pare...! ¡Luego lo hace! - rogaba el débil Kirian.

- "Roooderiiick, ayyy dame el chupeteee" - le chinchaba Sadie.

- Veeenga, veeenga, vale ya chicos. - Dice Roderick con una sonrisa apurada pero amigable, terminando de tragarse un bocado de la pasta de su plato. - Sadie no molestes a Kirian, y Kirian no llames parásita a tu hermana.
Decidme, ¿Qué tal os ha ido el día? Personalmente me ha sido un poco soso, jejeje. - Añade con aire tranquilo.

- Pues... Nada... Estudiando... - comenta Kirian.

- ¿Estudiando? Tú no estudias, siempre estás leyendo cosas de medicinas, hierbas y demás mierda tóxica... Fijo que escondes marihuana o adulteras coca. ¡Freaky! - le señaló ella.

Kirian miró con aire ausente y resignado a su hermana... Para luego volver a comer, haciéndole oídos sordos y callándose...

Satisfecha al ver callado a Kirian, Sadie sonrió y adquirió un gesto angelical mientras se preparaba el siguiente pincho...

- ¡Pues yo lo he pasado genial! He salido a ver ropa y hacer unas compras cuando me ha parado un chico monísimo que me ha dicho piropos. Me ha invitado a un café en una terraza, hemos charlado... ¡Y resulta que conoce a Susan! ¿Te acuerdas de Susan? Esa amiga mía que suele llevar dos coletas, rubia, con cara de niña... Pues la conoce, son muy amigos... - diez minutos de cháchara después - : ... ¡Y acabó estampando la bicicleta contra el suelo! ¡Fué patético! - se rió al concluir.

- Vaya, eso está muy bien Kirian. - Le contesta a este sonriente. - Saaaaadie... - Le reprime a su hermana por el comentario.
A Sadie en cambio la escucha atento y ríe leve y bonachonamente por su último comentario.

Vaya, me alegro por vosotros. El mío ha sido un día un tanto aburrido. Después de dar las clases en la universidad me he pasado la tarde en el laboratorio. - Os mira a ambos y da un breve suspiro. - Aaaains, quién fuera jóven de nuevo.

Tras lo que seguís comiendo, hasta que Roderick vuelve a poner voz en la mesa.
- Mmmh, ¿Sabéis? Recibí un comunicado de la Orden, es posible que nos asignen en un Silfarion pronto. - Comenta con alegría en el rostro. - ¿No os parece estupendo?

- ¡Tú no necesitas ser joven, Roderick, eres guapísimo...! - Sadie se levantó de la silla y le abrazó, enterrándole la cabeza entre los pechos. Kirian la miró asqueado. Para él era un mentor, un maestro e incluso un padre... Sadie pensaba de otra manera. Quizás porque no le veía tánto.

- ¡Pero por Dios, Sadie, suéltale, lo vas a ahogar...! - Kirian se levantó para coger de los hombros a Roderick y apartarlo, Sadie se sentó en la mesa cruzando una pierna sobre otra. Era incorregible...

No obstante Kirian parecía interesado en otra cosa...

- ¿Un Silfarión...? ¿Por fin...?

Roderick se abruma un poco ante el abrazo de Sadie, mas vuelve a recuperar la compostura enseguida.
- Sí Kirian, por fin, tengo que esperar su respuesta, pero estoy seguro de que esta vez nos asignarán a alguno. - Dice con tranquilidad y una leve sonrisa esbozada, con los ojos entrecerrados. - Ya veréis, seguro que os gustará. En los Silfarion hay de todo, y estaréis con más hazes como vosotros. Es el mejor lugar donde se puede vivir, os lo aseguro. - Añade más alegre, tomando uno de los últimos bocados que le quedan a su plato.

- Oh, pero... ¿Tú vendrás con nosotros...? - le pregunta con ojillos brillantes - Es que si no vienes... Todo va a estar muy desangelado... - se inclina hacia él, cruzándose de brazos para realzarse el pecho ante su maestro. Kirian se tapaba la cara avergonzado.

Roderick, contrayendo una mejilla con una sonrisilla, intenta hacer caso omiso de las actitudes de Sadie, y le contesta :
- ¡Cla... claro que iré con vosotros! No os dejaría por nada. A ninguno. - Dice mirandoos a ambos, tras lo que se rasca la cabeza con una mano, pensativo. - Ains, lo pesado va a ser trasladar todos los bártulos que tengo abaj... COF COF... -
Veis que de repente da un par de tosidos, bastante exagerados, y cómo contrae la cara en un gesto de dolor, llevándose una mano al pecho.
- ¡Argh! ¡Mierda! - Se queja mientras se saca rápidamente un tarrito de plástico con unas pastillas dentro, de las cuales coge una y se la lleva a la boca para tragársela al instante. Es esa enfermedad de la que padece.
Poco a poco le va remitiendo esa incómoda sensación y va recuperando la compostura.
- Uf... Esta condenada... tranquilos, no pasa nada, ya está. - Os dice sonriendo, recuperado del todo.

- ¡Maestro...! - Kirian se preocupa al ver que Roderick parece dolerse de su enfermedad, pero se calma un poco cuando éste vuelve a encontrarse bien - ¿Todo bien, en serio...?

- ¡Oh, Roderick...! - se le abraza de nuevo, lloriqueando - ¡Tienes que curarte pronto! ¿¿Qué sería de mí si te perdiera?? ¡Me romperías el corazón...! Vayamos a la cama y te hago un masaje.

Una sonrisa lobuna se dibuja en su rostro cuando su imaginación se llena de pensamientos "impuros".

- Tranquilos, estoy bien, de verdad. - Contesta con una sonrisa.
Ante el nuevo abrazo, las palabras y la sonrisa de Sadie, Roderick no puede evitar sonrojarse levemente, pero enseguida se levanta erguido y contesta a Sadie con dulzura en su voz.
- Te lo agradezco Sadie, pero estoy bien. Olvidé tomarme la medicación esta tarde, nada más. - Posa su mano en su cabeza acariciándola. - Sólo necesito acostarme un poco para que la medicación haga mejor efecto. - Dirigiéndose a subir a su cuarto, gira la cabeza y mira los platos de la cena, casi acabada, con los ojos entrecerrados. - Vaya, ¿Os importaría recoger vosotros la mesa, por favor?

- No te preocupes, maestro, nosotros recogemos... - dijo Kirian inclinando la cabeza con gesto reverencial, a la vez que preocupado.

Sadie secundó a su hermano asintiendo con la cabeza.
Una vez se marchó, Kirian sudaba a mares por la ausencia de Sadie en su interior, pero recogía obedientemente...

- Gracias chicos. - Dice mientras marcha a acostarse y quedáis solos para recoger la mesa.

- Le gusto. Estoy segura - dijo con suficiencia - En cuanto se cure... No voy a dejarle salir de la cama en un día entero - rió, echándose una mano a la boca.

Kirian negó con la cabeza, cargando con los platos mientras ella se sentaba en el sofá.

- No me rechistas, ¿eh, hermanito? - miró de reojo a Kirian, quien pretendió hacer oídos sordos mientras metía las cosas en el lavabajillas - Igual que con Scott el otro día... Te gustó, ¿verdad? Lo hizo muy bien...

El muchacho guardó silencio. Era realmente frustrante no sentir nada que no sintiera su hermana... Y también era espantoso el hecho de no tener intimidad sexual. Sus experiencias eran las mismas que las de su hermana. No obstante, de alguna retorcida manera, eso les unía... Era la parte de ellos dos que aún seguía siendo un sólo individuo.
Sadie se levantó y se desnudó. Kirian, ya casi como un mecanismo estudiado, se echó la túnica india hacia atrás, descubriéndose la espalda y agachando la cabeza. Ella se le abrazó por detrás y tras un par de espasmos mientras se fundían en uno sólo, Kirian, para quien aquello era un alvio, terminó de recoger y se fué a dormir.

Kirian va recogiendo los platos en paz, mientras que su vaga hermana le deja hacer y está tumbada en el sofá.

Os unís en un solo cuerpo de nuevo y os váis a dormir.
O al menos eso pretendíais.
Pues cuando vais a subir las escaleras, oís el estruendo del cristal al romperse, proveniente del salón.