Partida Rol por web

Luisa se prepara para emitir para su canal: Horror Tales.

“Hola, buenas noches. Bueno… No sé si alguno de mis suscriptores está ahora en línea pero intentaré dejarlo todo grabado… Veréis, esto no va a ser un directo habitual, como podréis comprobar no estoy en casa.

Realmente… no sé cómo va a acabar todo esto. Yo… estaba con unos amigos y… Bueno, pensábamos que esta noche iba a ser como otra noche de Halloween cualquiera: una quedada de amigos disfrazados en casa, con los típicos adornos y luces, comida, bebida, unas partidas de videojuegos y alguna peli de terror de fondo pero... No llevábamos ni media hora cuando a Alberto se le ocurrió sacar una vieja tabla de ouija y llevarnos a todos a saltar la tapia del cementerio.

A Daniel le pareció una chorrada que sólo nos llevaría a encontrar problemas y una buena multa que pagar cuando nos descubrieran. Y en cuanto a mí… Bueno, aquí estoy, retransmitiendo en directo en esta noche tan… tan extraña.
Finalmente Alberto nos convenció y nos ha arrastrado a todos hasta aquí.

(Hace un barrido con la cámara del móvil para enfocar en la penumbra a los demás y sigue)

He aprovechado que nos hemos detenido en este recodo del cementerio para preguntarle a Alberto hacia adónde vamos y qué hemos venido a buscar pero… como todo esto ha sido una locura de improvisación… Él se ha detenido y sacando la tabla ha dicho que este es un buen lugar para comenzar. De modo que aquí estamos los cuatro.”

(Hace un nuevo barrido con la cámara del móvil y apunta a la tabla de ouija que han depositado sobre una lápida, comenzando así la sesión)

La cámara se mueve. Mejor dicho, alguien mueve el móvil, se enfoca a sí misma.

-Qué pasa chicas y chicos. Soy Sara, la Sara que tanto os mola. Super cool y super friki. -Otro barrido del cementio.

-Esto va en serio. Sesion de espiritismo en directo en el cementerio, la noche tenebrosa del año, cuando los muertos visitan a los vivos, las hadas enseñan su reino a los incautos humanos, el fin del verano según la tradición pagana antigua de los celtas. Truco o trato. 

Enseña las caras de sus amigos.

-¡Buhhhh! Va que quiero ver eso likeeeees! 

Alberto no prestó mucha atención a la cámara. Su atención estaba completamente centrada en preparar la sesión; el tablero, el marcador, un par de velas... Siempre había querido probar aquel juego pero por diferentes motivos jamás se había dado el caso así que estaba bastante ilusionado, más si cabe por ser la noche de las brujas. Rebuscando en el bolsillo de la gabardina, extrajo una caja de cerillas y encendió el par de velas que había puesto alrededor del tablero para que iluminaran las letras. También había dejado a un lado la máscara del doctor de la peste que llevaba puesta, para poder ver mejor en la oscuridad y se había sentado enfrente del tablero, encabezando la sesión. 

- Colocad el dedo índice sobre el marcador - dijo haciendo lo propio -  y no lo quitéis bajo ninguna circunstancia - añadió muy serio - o de lo contrario... - hizo una pausa dramática y esta vez sí miró a cámara -  podríamos abrir una puerta entre el mundo de los vivos y los muertos. Dicho eso ¡Empecemos! - Alberto esperó a que todos se sentasen e hiciesen lo que había pedido. Vio la cara de escepticismo de Daniel y lo miró directamente a los ojos cuando dio comienzo al juego - Espíritus del más allá, hemos venido a jugar ¿Alguno quiere unirse a nosotros?

Por supuesto que Daniel no creía en estas cosas, se notaba en su actitud y advertencias sobre lo realmente peligroso: la vida misma. Vagabundos o borrachos que hubiesen por aquí buscando pelea, unos antecedentes penales si los pillaban o cualquier accidente que pudiera suceder en la oscuridad de la noche. Sin embargo, Daniel siguió el rollo a Alberto. Al principio pensó que era una táctica muy antigua para ver si con el miedo podría ligarse a alguna de las chicas, más tarde se sorprendió que tuviera tan ensayado su papel de místico hasta el punto de dudar si era un truco o si se lo creía realmente. De cualquier manera, aunque sea escéptico, si accedió fue porque le encanta el terror. Estas historias tienen su punto de entretenimiento.

En algún momento la cámara le apuntó y él giró su cara, ocultando su mitad desnuda.

—Joder, estamos grabando la prueba del delito —dijo—. ¿Cuánta gente nos está viendo? Bueno, mejor si apuntamos al tablero, ¿no?

Cuando todo comenzó, Daniel solo tuvo que seguir las direcciones de su colega: que si poner el dedo, que si esperar a que algo místico lo mueva, es decir, Alberto; ese tipo de cosas...

Luisa muteó el directo y dijo en voz baja mirando especialmente a Daniel, mientras enfocaba con el móvil el ambiente del cementerio.

— Esto tiene buena pinta, pero tengo algo para que suban un poco más — explicó mientras se colocaba el pecho de manera sugerente con un escote vistoso usando la mano libre —. Esto los vuelve locos — dijo burlona antes de volver a centrar la atención en la cámara.

Aquel plan no era lo que Luisa esperaba, pero sabía que todo lo relacionado con la ouija en un cementerio, era más que llamativo, porque acojonaba de lo lindo. La youtuber estaba animada, excitada; ya que hacía tiempo que no pegaba un pelotazo. Su canal iba de lujo, pero los días como estos había que aprovecharlos para monetizar como Dios manda.

— ¡Esto comienza! — dijo Luisa enfocando alternativamente entre las instrucciones que daba Alberto y la mesa.

Con la mano libre, colocó el dedo índice tal y como Alberto había sugerido. De reojo, observó a Sara y Daniel, animándolos con la cabeza.

Tenéis todos los dedos puestos sobre la planchette.

Ante la pregunta de Alberto, la planchette resbala con suavidad sobre la tabla y parece que nadie la está moviendo.

P - O - S - A - D - A

Repite la palabra un par de veces y las visualizaciones en directo aumentan. También hay alguna suscripción nueva al canal.

Luisa volvió a pulsar el muteo con el pulgar de la misma mano con la que sujetaba el móvil mientras enfocaba la mesa tras aquella sucesión de letras.

— Venga, joder — dijo casi riendo —, que no se note tanto, debe de ser creíble.

Pero los corazones en forma de "likes" y los suscriptores comenzaron a aumentar, lo que hizo que la geek considerara que no había salido tan mal como había parecido. Asintió orgullosa y volvió a permitir el audio de la grabación.

— ¡Posada! — se enfocó desde arriba, mostrando medio torso — Por cierto, ¿os gusta mi maquillaje de Halloween? Seguid a @thetrashmask, la puta ama, no me ha quedado como los hace ella... ¡Pero! Nada mal. Dejadme un comentario y me decís que os parece.

Luisa enfocó alternando a los demás.

— ¿Qué os parece? Posada.

P - O - S - A - D - A

Durante la comunicación con las fibras de la madera decorada, Daniel mantuvo el dedo en su sitio a las órdenes de Alberto, pero sus ojos estaban más concentrados en el escote de Luisa. Quizás tenía a un gran fan alocado justo delante suya. Se rascó la cabeza con su otra mano y miró a Alberto levantando la ceja de incredulidad.

—¿Posada? ¿Qué ocurre en una posada, Alberto? Pregúntaselo —le sonrió y le guiñó el ojo, para hacerle ver que entendía "lo que pretendía" con el juego. Eran dos chicos y dos chicas, lo más obvio que pudiera pretender con una chispa de ingenio.

Cuando Luisa enfocó su rostro, se tapó su mitad limpia, dejando visible solo la parte esquelética.

—Parece que el espíritu quiere que vayamos a una posada, jejeje —se notaba que no se lo estaba tomando muy en serio—. ¡Eh, una cosa, visitas! Seáis escépticos o no, dad like a Luisa, ¿eh?

Sus compis se pusieron pronto manos a la obra. Estaba nerviosa, un montón, estas historias de espíritus y conexión, de rituales y tal, le daban respeto y algo de mieditis. Corrían muchos rumores sobre el asunto, las pelis de terror, novelas. Ella lo hizo una vez, en la adolescencia, y la chica que controlaba bastante del asunto y guiaba, dijo de dejarlo, que el espíritu era malo. 

Desde entonces, no se metió más en esto, hasta conocer a Luisa. ¿Alberto controlaba? Para ella, que no. Que se había mirado unas pelis, leído algo y mirado otro youtuber. Pero ahí estaba, aparentando seguridad. Lo mismo que Daniel.

Y qué decir de Luisa. La tía tenía tirón, extrovertida, carismática. Decidió imitarla, riéndose, Sara llevaba camiseta sin apenas escote, ella se apartó de la cámara, se quitó el sujetador y sus pechos y pezones se marcaron como dianas bajo la tela.

Posada. Ella no movió el dedo. Miró a sus amigos, también a un lado y otro de cementerio. ¿Fue Alberto? 

-Posada. ¿Qué coño significa? Nadie dice ahora posada. Será tu tatarabuelo, Daniel, jajaja. ¿Tiene sed el "espíritu"?

P - O - S - A - D - A

La planchette se queda quieta unos instantes y como si una quinta mano tratase de llevársela, se separa un par de centímetros de la tabla antes de caer contra la madera.

Alberto miró a Daniel cuando éste devoró a Luisa con la mirada. Una punzada de celos lo obligó a mirar para otro lado y recomponerse antes de que nadie notase cómo se sentía. El planchette comenzó a moverse de repente devolviéndole al presente y captando toda su atención. 

- Posada - repitió confundido para sus adentros. Instintivamente miró al resto tratando de descifrar si alguno de ellos estaba jugando a los espíritus o realmente algo se estaba comunicando con ellos. Alberto no sabía que creer hasta que el trozo de madera se elevó del tablero unos centimetros para volver a caer. Sus ojos se abrieron de par en par mirando algo preocupado al resto del grupo uno por uno - ¿Qué quieres decir con posada? - preguntó bastante serio - ¿Moriste en una posada?

N - O

Responde el espíritu ante la pregunta de Alberto.

Luisa soltó una carcajada ante el comentario de su tatarabuelo. La verdad era que aquella palabra no era usual en los tiempos actuales. ¿Quizás el espíritu era alguien muy antiguo? Ni puta idea. Luis seguía grabando, alternando entre los demás y la planchette. Pero, de repente, algo sucedió. Se levantó un par de centímetros y volvió a la tabla. Fue un instante.

— ¿Qué cojones? — dijo Luisa, sorprendida — ¿Lo habéis visto? — preguntó mirando a cámara.

Los comentarios se dispararon: "WTFFFF", "OMGGGG" y millones de emoticonos de susto y miedo. Todo va de puta madre, pensó la geek.

— ¡Gente! Podéis dejarnos en comentarios las preguntas que queréis que hagamos al espíritu, ¿ok? — volvió a preguntar mirando a cámara para después apuntar al tablero.

Por ahora, Alberto era quien llevaba la voz cantante. Además, él había ideado el juego, así que Luisa se dedicó a escuchar sus preguntas. Pero ante la negativa de la misma, se animó.

— ¿Aquí... había una posada antiguamente?

N - O

Qué coño... 

Sara miró a sus amigos, buscando rastros de travesura en ellos que delatasen quien fue el que hizo ese movimiento. ¿Pero cómo levantar o levitar ese trozo de madera llamado... planchette? Se fijó en Alberto, preguntándole con los ojos, eso precisamente, ¿cómo coño lo has hecho?

No tenía muy claro cual de los tres controlaba la ouija. ¿De verdad estaba resultando? Aquella vez en su adolescencia... Comenzaba a sentir frío, un frío que procedía ed su interior. Miedo. Qué idiota soy. 

Se le ocurrió entonces la pregunta más obvia.

- ¿Quién eres? ¿Cuál es tu nombre?

G - U - A - D - A - L - U - P - E

Cuando la planchette marca la última letra... un golpe, como si alguien hubiese dado un puñetazo a la tabla desde abajo, lanza la Ouija por los aires.

Daniel pegó un respingo cuando la figura se elevó del tablero, el movimiento fue demasiado inusual. El tablero estaba sobre una lápida y era imposible que hubiese un truco por debajo, con algún imán o mecanismo, como suelen hacer en esta broma. Tardó unos segundos en reaccionar, pensando cuál había sido el truco.

—Joder, ¿cómo lo has hecho? Es imposible que algo así suceda y no es mi tatarabuelo —dijo, volcando la sonrisa hacia Sara, que con sus lentillas parecía la chica poseída del Exorcista.

La llave seguía moviéndose dando respuesta a las preguntas. Ahora no solo respondía a las preguntas del mensajero Alberto, sino también daba respuestas a las de las chicas, así que él lo intentó del mismo modo.

—Bueno, bueno, primero las presentaciones, ¿no? Luisa, Sara, Alberto y yo Daniel —fue señalando a cada uno con su mano libre y por último señaló la planchette. Sara continuó y preguntó por el nombre del supuesto espíritu.

Esperó su respuesta, sin duda de que era Alberto quien la estaba moviendo de alguna manera, aunque Sara parecía en su salsa y a Luisa le beneficiaba para su canal. Daniel no tenía ni idea, ¿podría ser una broma planificada entre ellos tres? Todo era posible.

Entonces la tabla sale disparada y Daniel se levanta, al perder contacto con sus dedos. Estaban haciendo mucho ruido que podrían descubrir los guardias de seguridad y llevarse una buena noche en el calabozo.

—Vale, eso ya sí no me gusta nada. ¿Qué cojones os pasa? Acaso pretendéis que ha sido el muerto de debajo, ¿no? Jajaja. Ni siquiera se llamará así.

Daniel apuntó con la linterna de su móvil a la lápida, buscando la esquela donde estaría su nombre y frase recordatoria.

— ¡Cojones con Guadalupe oye! — exclamó Luisa cuando la mesa saltó bajo sus manos con un respingo— Casi se me cae el puto móvil. Chicos, chicas, chiques, esto se pone interesante.

Luisa seguía con su actitud divertida y de retransmisión, tipo presentador de show. Sin ir más lejos, lo que hacía delante de la cámara era un show para entretener a la chavalería. Pero, sobre todo, para pillar pasta. Pero aquel sobresalto la había dejado un poco fuera de juego. Demasiado real. Llegó a pensar que Daniel o Sara tenían algo que ver con aquellos trucos y que Alberto no era el único. Aún así, seguía dispuesta a avanzar en el juego.

— ¿Trucos? Esto se ha movido de verdad, Daniel — le dijo con un claro tono evidente de "todo por la audencia" mientras recogía la tabla y la volvía a su sitio —. Guadalupe, ¿estás enfadada con nosotros?

-¡AAAAAAAAAAAAHHH!

Sara gritó, sorprendidísima por el el golpe y el vuelo de la Ouija. Se puso en pie de un salto. La cara descompuesta, más pálida que incluso con el maquillaje, los ojos abiertos como platos, mirando aquí y allá, a la tabla, a sus amigos y a la cámara. Su expresión era de verdadero susto. Se le olvidó darle al mute.

-¿Quién ha sido? Coño, capullos, menudo sustazo. Por poco me meo en las bragas. -se fijó en Luisa cuando fue a por la Ouija. ¿Lo has preparado tú? Oye, que estamos en un cementerio y como esto siga así me voy a cagar las patas abajo, tíos, no tiene gracia...joder.