Partida Rol por web

Gregorio observa con atencion a todos los novatos que van realizando sus disparos. Pone gesto de sorpresa ante la actuación de unos y gesto de desaprobación ante la actuación de otros. Pero en especial pone bastante atención en el último grupo que ha realizado sus disparos.

Los disparos de Martin, Jose y Paco pasan bastante desapercibidas la verdad mientras Gregorio piensa en voz baja casi susurrando pero imperceptibles para los novatos… Vaya por dios, de estos no hacemos policías de provecho.

Por otra parte, los disparos de Marcos llaman la atención de Gregorio… Bien hecho muchacho… le dice con una sonrisa en la boca mientras piensa… Hay que joderse, el mas viejo de todos y con la mejor puntería. Debe llevarlo en la sangre.

Cuando Marcos y Gregorio cruzan sus miradas, Gregorio esboza una ligera sonrisa, pero esta  no es debida a ningún tipo de complicidad sino a que a Gregorio le parece gracioso el aspecto físico de Marcos.

Muy bien novatos.. dice finalmente Gregorio.  Dejad las armas donde estaban y seguidme.

Pasáis el resto de la mañana recorriendo la comisaria de arriba a bajo. Gregorio es vuestro guía por la comisaria y os enseña y explica cada uno de los departamentos, sus funciones y los que están al cargo de los mismos.

Después de la larga mañana Gregorio os da libre para comer en el bar de la comisaria o donde buenamente os apetezca hasta las 15:00 horas. A esa hora debíais reuniros con el nuevamente, esta vez en el gimnasio*.

<<Vaya mierda de puntería>> pienso para mí mientras sigo a Gregorio por la comisaría junto a mis compañeros <<No puedo creer que haya fallado tan estrepitosamente el último tiro>>.

Tras el tour policial, Gregorio nos da libertad para recorrer la comisaría a voluntad, pero tengo la garganta seca. Me dirijo a mis compañeros un tanto nerviosa, ya que aún no nos hemos presentado correctamente.

_Caballeros, no sé vosotros pero yo me muero por un café... ¿Alguno me acompaña al bar?_ miro al más joven primero y luego a los otros dos, arqueando una ceja mientras sonrío sutilmente _Por cierto, me llamo María, pero podéis llamarme Martín, ya que detesto mi nombre de pila_ añado mientras ofrezco mi mano por si alguno quiere estrecharla.

Bueno. La verdad es que las cosas no van tan mal. Me parece que con la demostración de tiro he arreglado un poco el desaguisado de llegar tarde, así que la suerte se equilibra y me va lo comido por lo servido.

El resto de la mañana es un poco confuso. La comisaría es enorme y hay muchos sitios que recordar. Y la verdad es que con los nervios del primer día, no estoy en el estado más receptivo posible. Aún así, en la academia te enseñan qué partes de la Comisaría hacen qué cosa, así que más o menos me voy quedando con las que yo pueda necesitar. Los vestuarios, la sala de tiro, el gimnasio, el garaje, la zona de los impresos...

Después del tour, todos nos quedamos un poco sin saber que hacer. Aunque ahora seamos compañeros- y es más que posible que nos vayamos a ver mucho en lo sucesivo, en este momento todos estamos asimilando un poco que esto es real, así que estamos algo lentos en presentarnos. Por suerte, la chica rompe el hielo, así que decido aprovechar el tirón, y le estrecho la mano, un apretón corto y firme, como solía decir mi padre que tiene que ser.

Encantado, Martín. Yo soy Marcos. La verdad es que te entiendo, mi nombre de pila tampoco me apasiona mucho, pero supongo que con todos estos años, ya me he ido acostumbrando.

Lo del café suena bien.  Uno nunca es persona por las mañanas hasta que se he ha tomado dos o tres, y yo esta mañana la he tenido bastante ocupada- digo, con un asomo de sonrisa. Es una forma suave de decirla. ¿Vosotros os venís? Digo, volviéndome hacia los otros dos.

Laura se dirige hacia la calle, es hora de comer y se dispone a ir al bar de la esquina a comer, donde sirven buena comida a buen precio. En su camino hacia la salida de la comisaria se cruza con los novatos y no puede evitar escuchar los comentarios de estos.

Sin pensárselo dos veces, se dirige a Marcos y y Martin y les dice… Perdonad, no he podido evitarlo y he escuchado parte de vuestra conversación…. Con una sonrisa en la boca continua… Si queteis tomar el mejor café de la zona no lo dudéis, en el bar de la esquina lo hacen de vicio. Yo voy allí a comer, me acompañais?... pregunta mientras sigue su camino hacia la salida de comisaria.
 

Jose no se encontraba de buen humor. Había fallado uno de sus tiros, eso no lo hacía para nada feliz. Estaba entrenado para ser competente, y no lo había sido.
-La verdad, no me importaría tomar un buen café.- Por no ser desconsiderado, dijo su nombre en voz alta, y se explicó de manera breve.

-Me llamo Jose. Y este de mi lado es Paco-

Se levantó de la mesa, junto con el resto de sus compañeros. Paco estaba bastante ausente, pero sabía que se debía a la misma razón.

Paco llega después de los tiros, y se sienta al lado de Jose.
-¿Que tal estas?-
Se levanta junto a el y se acerca a el resto de sus compañeros.
- Hola, soy Paco.- Levanta la mano y les saluda.
No estaría nada mal un café, me siento cansado.

Seguis a Laura al bar de la esquina. Ella se sienta en una mesa grande y os invita a que os seneteis con ella y aceptais a la invitacion.

No pasa mucho rato hasta que llega un camarero para tomaros nota.

El camarero se situa junto a vuestra mesa y mira a Laura con una amplia sonrisa... Hola Laura, veo que hoy tienes compañia... Luego os mira a vosotros... Carne fresca para la comisaria eh?... Bien, que vais a tomar?.

Formulada la pregunta toma un block de notas en una mano y un boligrafo en la otra para apuntar la comanda.

Laura le devuelve la sonrisa al camarero y le dice mirando a sus compañeros... Si, hoy estoy bien acompañada... luego dirige su mirada al camarero... A mi ponme una ensalada tropical y una coca-cola Zero por favor.

Ya en el bar, acompañada de los otros novatos y de Laura, me siento junto a Marcos, pues su apretón firme me dio bastante confianza, algo que es de agradecer en tu primer día... y más aun después de haber fallado uno de los tres disparos en las pruebas de tiro. Al llegar el camarero, dudo unos instantes, acariciándome la barbilla. 

_A mí tráigame un barraquito, por favor_ Al ver la cara de duda, recuerdo que ese tipo de café lo tomaba durante mis años en Canarias, y que no es muy conocido por otros lares de España, así que rectifico _. Mejor sírvame un cortado condensada... y un sandwich mixto.

Miro a mis compañeros intentando ocultar el leve rubor de mis mejillas. Había salido de mi tierra natal para poder convertirme en policía, ya que en Canarias eran escasas las plazas. Llevo dos años aquí y todavía no llego a acostumbrarme del todo ni al tráfico ni a las grandes ciudades... ni a los altos precios. Quizá mis compañeros noten mi acento, pues dicen que los canarios, más concretamente los palmeros, hablamos cantando. 

Me dirijo a Laura, pues nos señaló aquel bar para comer y aun no sabemos nada de ella.

_Dime Laura, ¿cuánto tiempo llevas en la policía?

Laura contesta a la pregunta de Martin mientras el resto de sus compañeros hacen su pedido... Pues llevo dos años, pero en esta comisaria aproximadamente 6 meses. Pedi el traslado de mi antigua comisaria, alli no me iban bien las cosas... dicho esto, la expresion de su cara entristecio.

José se carraspea la garganta. Estaba indeciso, pero debía pedir algo corriente. Miró al camarero, para decidirse, pero no lo consiguió, y dijo lo primero que se le vino a la mente.

-Un café con hielo, por favor.

Dicho esto, cruzó los brazos y miró a Laura. -No voy a inmiscuirme en sus problemas, eso es de mala educación, además, es el primer día que la conozco.- Así, que, no dijo nada más.

Un cortado y un sandwich mixto, por favor- replico a la pregunta del camarero. Nunca he sido de gustos muy particulares, de hecho para mí el café es casi más un ritual que otra cosa. Las mañanas largas en la universidad, con los horarios de mierda. Casi más una oportunidad de estar con los amigos que de beber café propiamente dicho, así que por mi parte siempre me he conformado con el cortado o el café con leche de toda la vida. No es que tenga nada contra otras cosas más complicadas, como todos esos cafés con nombre de país detrás- el irlandés, el vienés, el escocés y a saber qué mas. Simplemente, no me llaman mucho la atención.

Lo que sí que me la llama es lo que pide Martín. Barraquito. Hacía tiempo que no oía eso. ¿Es canaria? Yo la verdad es que no sabía que existía hasta una temporada que tuve una novia tinerfeña. La verdad es que esa temporada me enteré de muchas cosas que no sabía que existían, o que tenían otro nombre

Sea como sea, lo que me llama la atención es lo que está contando Laura. A Martín ya tendré tiempo de preguntarle, al fin y la cabo raro será que no nos veamos. Asiento cuando termina de contar su caso.

Me imagino que debió de ser jodido. Yo tenía otro curro antes de estudiar para policía, y la verdad es que cuando no "encajas" en tu sitio de trabajo, la vida es bastante horrible. A nadie le gusta pasarse ocho horas en un sitio en el que no te sientes bien. ¿Aquí te van mejor las cosas?

La sonrisa volvio a aparecer en la cara de Laura cuando Marcos le pregunto por su situacion actual... Si!!!, aqui me va genial, ademas he conocido a Carlos, un compañero, estamos... Laura duda unos instantes antes de seguir hablando... empezando ahora una relacion y de momento no nos va nada mal. Cuando tenga oportunidad os lo presento. 

A Jose no le hacía gracia hablar sobre ese tipo de cosas. Estabamos en un descanso, pero al no conocer a nadie, no pensaba en aquello. Miró a Paco, y le sonrió. Debía mostrarse un poco menos hosco, para no caer en la bordería.

-Hoy por hoy, se trabaja donde se puede. Tenemos suerte de poder haber caído donde queríamos, es obvio. -

Alargó las piernas, estaba cansado. Odiaba estar sentado, todo aquello, le superaba.  

-Estoy expectante por saber cual es la primera misión. Supongo que algo sencillo, aunque preferiría algo que hiciese que mis niveles de adrenalina se disparasen, me veo en la obligación de conformarme con algo menor por ahora. No nos asignarán cosas duras hasta dentro de un tiempo.

El camarero mira a Paco esperando su comanda. Este parece mas interesado en la conversación que mantienen su compañeros que al camarero en cuestión. El camarero algo impaciente ya por la situación empieza a pegar pequeños golper con su boli en el pequeño bloc de notas que tiene en su mano izquierda.

Al final paco se da por aludido y hace su pedido. Inmediatamente el camarero da media vuelta hacia la barra y poco tiempo después llega a la mesa con lo pedido.

La hora de la comida transcurre plácidamente y antes de que todos se dieran cuenta se había echo la hora de acudir a la cita con Gregorio en el gimnasio.

Despues de pagar la cuenta, invito Laura, todos se dirigen de nuevo a la comisaria en busca de Gregorio, el cual ya estaba en la puerta del gimnasio con los brazos cruzados y el gesto serio.