Partida Rol por web

El conductor del otro furgon pega un aceleron hasta acercarse lo suficiente como para embestiros. Accion, qie segun parece que la que va a realizar cuando Donovan da un grito de aviso.
-¡Mierda!, alli delante hay un barranco.- El camino da una curva cerrada hacia la derecha para luego descurrir paralela a un barranco que cae unos 20 mts hasta un cauce seco lleno de rocas.

¡Maldita sea Donovan, ten cuidado!

Carver grita mientras apunta con su automática y comienza a disparar contra el cristal delantero de la furgoneta que los persigue, rezando por que no esté blindada...

¿Un barranco? ¡Joder! ¡Putos mexicanos! -Diciendo esto, me asomo por la ventanilla de nuevo, esta vez, intentando disparar a las ruedas de nuestros perseguidores, para que pierdan el control del vehículo.

No obstante, aunque me acerco, no logro dar a las ruedas.- ¡Donovan, intenta no coger todos los putos baches, has hecho que fallase!

El parabrisas del furgon perseguidor estalla en miles de pedazos, pero los chicanos no frenan. Al contrario, aceleran hasta que logran impactar en la trasera de vuestro vehiculo. El chirrido del metal aplastado inunda todo el furgon y Donovan lucha por controlar el vehiculo. Por poco logra mantenerlo en el camino que ahora corre paralelo a un pequeño barranco. Tal vez la proxima no tenga tanta suerte.....

La inercia del golpe sacude violentamente a Carver dentro de la furgoneta. A pesar de ello puede ver perfectamente como la chapa de la parte trasera se deforma y se aplasta mientras un estremecedor ruido metálico lo llena todo.

Sin embargo, y aunque parezca un milagro, logran continuar en la carretera. Por el momento...

Carver se echa al suelo, saca medio cuerpo fuera de la furgoneta y apunta con su arma a uno de los neumáticos delanteros de la furgoneta de los mejicanos, que vuelve a acelerar para embestirlos de nuevo.

La rueda estalla haciendo perder el control al conductor del furgon. Da bandazos de un lado a otro del camino y en un segundo salta hacia el borde del barranco. Cae de morros y despues vuelca sobre el lecho de piedra. Donovan comienza a frenar y al final se detiene. Veis que una nube de humo comienza a subir desde el fondo del risco. Bajais del furgon y os asomais por el borde del camino. Abajo el vehiculo es un amasijo de hierros que estan comenzando a arder. Un grito os llama la atencion. Uno de los chicanos esta atrapado, sus piernas estan bajo el furgon.
-¡Ayuda!, ¡joder!. Os ve desde alli abajo.- ¡Ayudame, me estoy quemando!
De pronto el movil de Carver vuelve a sonar.

Se asoma para ver lo poco que queda de la furgoneta. Tiene la respiración agitada, después de tanta sesión de disparo y tensión. Se alegra de que haya acabado por ahora

Cuando oye a gritar al muchacho aquel, suelta una risa que le sale de dentro, sonando casi como un resoplido. Se coloca en cuclillas para observar la escena más de cerca, y después gritar:

- ¡Jódete, capullo!

Se le llena la boca al gritarlo, y se siente mejor. Se levanta y vuelve de camino a la furgoneta, para tomar el asiento del conductor y cerrar la puerta de un fuerte golpe

Desde lo alto del barranco Carver contempla la furgoneta destrozada con una mueca de desprecio dibujada en el rostro cuando el teléfono vuelve a sonar con su estridente música.
¿Será Keller de nuevo?

Aun no han pasado los veinte minutos. Responde al móvil.

Espera Donovan... No hace falta ser así. ¿No has leído la Biblia? -digo con una sonrisa malévola.

Me asomo al barranco, para decir- Haremos un trato, chicano. Tú nos dices porque nos queríais matar, quien os contrato, y todos esos rollos; y nosotros te sacaremos de ahí. ¿Te parece un buen trato?. Aunque no creo que puedas escoger...

El frijolero sigue chillando desde abajo.
-¡Sacarme de aqui, me estoy quemando!. No parece oir las palabras de Fairlane, pero al ver lo que puede ser su unica salida, responde rapidamente. -¡Trabajo para la familia Castillo, el doctor nos llamo, no se nada mas, joder!, ¡¡Sacarme de aqui!!

Carver escucha la voz de Keller al otro lado del telefono. -Si, no han pasado, pero no quiero que haya malentendidos, no habra segunda oportunidad. O estan conmigo o contra mi. Espero su llamada.

¿El Doctor? ¡Qué doctor, muchacho! -grito alzando la voz, esperando que me escuche. Cuando me conteste, sea lo que quiero oir o no, le disparo en un hombro, y luego en el otro. Que no tenga la más mínima oportunidad de escapar, y si no muere calcinado, que muera desangrado.

Ha jodido a los tipos equivocados por última vez.

El frijolero solo acierta a chillar cuando nota como las llamas se acercan a sus piernas.
¡BANG!¡BANG!. Fairlane dispara contra los brazos del chicano, aumentando su dolor y el volumen de los gritos. Mientras os acercais otra vez hasta el furgon, los alaridos van aumentando, despues se convierten en sollozos y por ultimo solo se oye el crujir del metal caliente mientras los restos del accidente siguen ardiendo. Todos estais alrededor del furgon, polvorientos, cansados y jodidos por no tener el dienro, pero vivos. Parece que la unica oportunidad de recuperar lo que os deben pasa por el movil del senador.

Dick está sentado en el suelo apoyado en una de las ruedas traseras de la furgoneta. A falta de un cigarro, va mordisqueando un palito para calmarse, sin hacer caso a Carver o al extraño interrogatorio de Fairlane.

Suspira profundamente y tira el palito lejos - Bien... Lamento informaros de que nos han jodido - se echa el pelo grasiento hacia atrás, su mano tiembla un poco- así que si queréis volver a ver alguna vez a vuestros hijos, vuestras mujeres o vuestras putas no tenemos más remedio que reunirnos con ese cabrón de la C.I.A.

Dick se levanta haciendo con un gemido de esfuerzo y abre la puerta trasera del coche que le queda más cerca, entrando dentro del coche.

- Haga esa llamada, señor -le dice a Carver, burlándose con su tono de su pasado militar - A ver qué pueden ofrecernos los Estados Unidos de América. - Acto seguido cierra la puerta de un portazo.

¡Buen comienzo!

Desde abajo llega el olor de grasa quemada. Grasa humana que le hace recordar a Carver que hace horas que no prueba bocado.

Dick y Donovan han entrado en la furgoneta. Fairlane sigue mirando al barranco, contemplando su obra. Y el ex-SEAL sostiene en su mano el teléfono móvil, apretándolo con tanta fuerza que el plástico cruje.

El expoli tiene razón: Están jodidos. Carver lo sabe muy bien. Es la misma sensación en las tripas que tuvo los días previos a su expulsión sin honores del cuerpo y su entrada en la carcel militar. La sensación de que la mierda se te viene encima y no puedes hacer nada para evitarlo.

Resumiendo: El senador les contrató para matar al grupo de frijoleros que habían dado una paliza a su hijo. Lo hicieron. Pero a la hora del cobro descubrieron que el buen senador les había vendido. ¿Por qué? Está visto que la banda que se cargaron tenía alguna relación con la familia Castillo. Sean quien cojones sean los Castillo, parece que despiertan el interés de la policía y el FBI. En cuanto a lo que quiere el tal Keller de la CIA es enmarronar al senador por relacionarse con esa familia.
Por su parte encantado. Que le den por culo al senador si a cambio puede salir de esta limpio. Aunque sin dinero.

Así que deben negociar con Keller. Hay que fijar un lugar de encuentro.
Carver mira a su alrededor. Una carretera polvorienta junto a un barranco en medio de la nada.
¿Pero donde coño están? ¡Ni siquiera sabe si están en los States o han pasado a Frijolandia!

El ex-SEAL está a punto de lanzar el móvil al barranco de pura rabia cuando de pronto se le ocurre.
¡Este es uno de esos móviles de última generación! ¿No? Entonces debería tener incluido un navegador GPS que les indique su posición.

Rezando para sus adentros, Carver pulsa la pantalla táctil y busca entre los menus del teléfono...

La funcion de GPS del movil tarda unos minutos, pero al fin indica donde estais. La zona esta cerca de una reserva natural del desierto, cerca de la frontera con Mexico a unas dos horas al sur de Los Angeles. Carver se caerca para ver el indicador de gasolina del furgon. Esta a un cuarto, pero las buenas noticias es que a unos 30 Km, hay un area de servicio cerca de entrada a la autopista Norte-Sur.

- Al menos no estamos en la puta chicano landia

Dick mira el móvil desde el asiento de atrás por encima del hombro de Carver, con un cigarro en la boca que nadie sabe de dónde ha sacado. Nada más ver la situación por el GPS, se echa hacia atrás y se acomoda en el asiento, con las piernas abiertas y las manos en los bolsillos.

- Arranca chico guapo -le dice a Donovan- vamos a esa gasolinera y volvamos a la civilización.