Partida Rol por web

La joven atada y amordazada fue puesta en la silla con gestos duros y severos. Con cara de dolor, aguantó las sacudidas del proceso. Luego escuchó al mago decir que tenía que responder preguntas, y en ese momento bajó la mirada hacia la mordaza y le puso una cara sarcástica que debió dejar en evidencia a Volker. ¿Cómo voy a contestar listillo si estoy amordazada? Su situación era precaria, atada fuertemente con cadenas y cuerda a la silla, amordazada y con el camisón destrozado.

Volker observó a la joven; pese a su dudoso futuro se permitía el lujo de insultarles.

No sabía con quién se jugaba los cuartos.

Con el dorso de la mano, el mago le envió una bofetada en pleno rostro. Prácticamente sin fuerza -no pretendía herirla- pero que fuera sonora.

¡CHAssssss!

- Conmigo no te pases de lista, no creo que estés en posición de burlarte de nosotros, precisamente-

le dijo el mago con gesto adusto. Había que demostrar que eran ellos, los Mercenarios del Mal Camino, los que dominaban la situación. Por si a la joven no le había quedado claro después de masacrar a sus acompañantes.

Luego miró a Surga, le señaló la mordaza para que se la aflojara levemente, pero le pidió que estuviera alerta, con la magia nunca se sabía.

- No te lo voy a repetir dos veces, ¿Donde está el texto?-

le inquirió.

¡CHAssssss! La bofetada le torció el gesto. Unas leves lágrimas asomaron a su rostro. Luego le quitaron la mordaza. Cerdos... Murmuró lamiéndose un labio que se había mordido. ¿Que-Texto? Pregunto la joven mirando intensamente a Volker. Sabía que el hombre que tenía en frente, tenía algunas capacidades al igual que ella. Sus dos palabras sonaron firmes, tajantes.

¡Malditos bastardos! El joven seguía en el suelo, atado y dando coletazos como un pez fuera del agua. Su resistencia parecía ser brutal. No dejaba de luchar y luchar, pese a las cadenas. ¡¿Sabéis lo que estáis haciendo?! ¡Los mataron a todos! ¡A todos! Su rostro estaba rojo por la furia y la fuerza, rojo como la sangre. Como la sangre del mago que tambien salpicaba su rostro con gotitas. ¡Vuestros compañeros no dejaron a nadie con vida! ¡Hombres, mujeres, niños y niñas, acianos! ¡A todos maldita sea! ¡¿Como podeis hacer semejante atrocidad?!

     Surga giró la cabeza hacia el muchacho y preguntó con el mismo tono y forma que la chica. - ¿Que-compañeros? Los mercenarios tenían ahora la sartén por el mango y cuando el día acabase aquellos dos habrían contado cosas que no sabían siquiera que sabían. Vaya que si.

Magnus tampoco entendió aquella alusión y se unió al norse - ¿Compañeros? De que mierda hablas - le dijo de malos modos encarándose con el joven - más te vale contarnos de que coño hablas y de que nos acusas

Malditos...todos vosotros. Vosotros y el grupo que antes que vosotros vinieron a por ella. Cerró los ojos intentando aguantar el dolor de los recuerdos. Estaba claro que los recuerdos estaban asaltándolo. Los que asaltaron antes que vosotros el convento, y mataron a todos, buscando lo mismo... ¿Como podéis sacrificar vuestra jodida alma de este modo? ¿A qué poder oscuro habéis vendido vuestras vidas? ¿Eh? !¿Eh?!... Insensatos... Os miraba con los ojos abiertos de par en par. ¡No hay ningún….TEXTO! Escupió la palabra. ¡No hay nada! ¡Solo la muerte que una y otra vez nos persigue con esas palabras!

     ¿Que no había ningún texto? Eso no podía ser cierto. Pronto hablarían... muy pronto. Por otra parte a quien se refería el muchacho. ¿A los secuaces del empleador de los mercenarios quizás?

Nosotros trabajamos solos, paleto - le dijo mirándolo algo confuso

!Ya! Claro... ¿De verdad? Esa era una teoría dificil de mantener. ¿En dos días llegan a nuestras puertas dos grupos de personas que matan todo lo que se mueve y dicen buscar lo mismo? ¿Todos preguntando por ese... TEXTO? Negó mientras miraba dándose la vuelta rodando sobre si mismo a los ancianos bañados en su propia sangre tendidos en el suelo. Creo que no... Sois los mismos que el otro día matasteis a todos en el templo. Hizo un gesto negativo con la cabeza.

¿Pero os dais cuenta? !Un templo masacrado! !Desde el ultimo anciano hasta el último niño! Creo que no sabéis con quien estáis haciendo negocios... Luego reflexionó mirando los dos acianos muertos, al igual que en el templo, gente que solo defendía a los jóvenes... O quizás sí. Lo cual es peor incluso. Las palabras del joven eran ciertas. ¿De verdad se había asaltado un templo? ¿Un convento donde moraban religiosos imperiales? Eso suponía una gran condenación, incluso la pérdida del alma y la corrupción.

- Como no nos cuentes dónde está tu amigo - dijo el mago señalando al estúpido joven encadenado que no dejaba de hablar. - lo va a pasar muy, muy mal, y será culpa tuya.-

le dijo a la joven con gran seriedad. Von Luster ya les avisó de que había enviado un grupo mal organizado y con rapidez que no había logrado sus objetivos. Por otra parte, el mago tampoco hacía demasiadas conjeturas respecto a la naturaleza de las intenciones de su patrón, si pagaba, le daba igual lo que contuviera el texto. Como si servía para invocar demonios o abrir un portal de Caos. Eso sí, cuando lo hallaran, se plantearía el echarle un vistazo. Nunca se sabía, a menudo era tan peligroso saber, como no saber.

Chassssss!!!!

Volker le envió otra bofetada, en las mismas condiciones que la anterior. Sonora pero poco dañina.

- Estas agotando mi paciencia. Creo que vamos a tener que utilizar métodos menos ortodoxos. Como dicen los Cazadores de Brujas, habrá que probar con el Tormento.-

comentó el mago con sus compañeros mencionando la tortura.

!No la toques maldito cabrón! !Eres muy valiente golpeando a una chiquilla atada a una silla pero no se te veía tan machote cuando te estaba pasando por la espada cerdo! Escupió hacia el suelo en dirección a Volker un salivazo ensangrentado. Sucia magia tuviste que emplear valiente. !Desatadme, y dadme una espada! !Me enfrentaré a los tres a la vez si lo queréis! Sucios mercenarios sin honor...

La bofetada no pilló desprevenida esta vez a la joven, que se preparó y la aceptó con resolución. Chassssss!!!! Sonó de nuevo. Negado con la cabeza la joven llamada Lith demostrando una entereza brutal pese a su edad miró en dirección del joven y dijo en voz alta. Son sirvientes de los poderes oscuros. Nada cabe decirles, no atenderán a verdades o razones. Luego sonrió mientras miraba a Volker, que lo tenía en frente y le dijo muy convencida con la verdad en sus ojos. No hay ningún texto. Todo ardió en el templo... Así que aquí estaremos hasta que veáis la verdad, aunque sea ya tarde...

!Escucha lo que está diciendo! !Tiene toda la razón, vas a arder en el fuego eterno por esto! !Esto es lo que les pasa a los que matan sacerdotes y se ponen en contra de los dioses! ¡¿Estás listo para firmar un pacto con el diablo?! ¡¿Cuantas coronas vale eso?!

¡¿A qué estamos esperando?! ¡Follatela! ¡Lo estamos deseando hombre! Esta mujer se ha defendido como una guerrera. La hemos tenido entre nuestros brazos, se ha resistido, ha luchado más que el resto. !Concédele el honor de nuestra semilla del Norte! ¡Nada importa ya!

¡¿Qué coño estamos haciendo?! Es una joven con poder, con el influjo esencial de la magia y aquí hay algo más que un simple texto. Somos los más inteligentes de este trió de brutos asesinos. ¡¿Como no lo hemos visto antes?! ¡¿Qué es lo que el patrón querrá?! ¡¿Es el oro suficiente?! ¡¿Qué pasará después?! !Despierta maldita sea! !Abre los ojos y mira por primera vez en nuestra vida!

     Surga soltó de repente un sonoro - ¡HA! Como si acabara de recordar alguna chanza. - Lo haré, claro que lo haré... murmuró. Caminó unos pasos hasta ponerse frente a la chica y miró al muchacho. - No que con quien creéis que estáis tratando, pero os voy a contar un par de cosas a los dos. Su acento del norte había salido mas a la luz, quizás de forma deliberada o quizás porque estaba perdiendo la paciencia. - No sabéis nada de nosotros y no sabéis nada de mi gente. Cuando viajaba con mi clan, saqueábamos pueblos cada mes y hacíamos cosas que otros pueblos considerarían... bárbaras. No me importan los dioses mas de lo que yo les importo a ellos, pero eso da igual. Lo que importa es que vais a decirnos ahora mismo donde está ese pergamino... o serás responsable de lo que le pase a ella, muchacho. Con un fuerte tirón rasgó el camisón de la muchacha dejando parte de sus muslos al aire. - Como a muchas fieras de los yermos del norte me gusta ablandar la carne antes de comérmela. Te juro por el azul del glaciar que le robaré su inocencia delante de tus ojos y te haré mirar. Antes de que acabe el día pediréis los dos la muerte o estaréis muertos por dentro. Una de dos.

!BASTA BASTA NO HAY NINGÚN PERGAMINO, NO HAY NINGÚN TEXTO MALDITA SEA! Apretando la mandíbula intentaba soltarse. Con lo que estaba sudando quizás pudiera soltarse de las cadenas. Eso debía pensar, pues lo intentaba con fuerza, con verdadera fuerza. Dos lagrimones comenzaron a correrle por las mejillas a aquel joven mientras el nórdico rasgaba el vestido de la joven dejando a la vista sus blancos y tersos muslos, así como la ropa interior. Delicada y blanca como la nieve.

La joven lanzó un pequeño grito angustiado cuando el nórdico le abrió el vestido rasgándolo. Intentó cerrar las piernas, pero atada como estaba en la silla, de manos y sobre todo de pies, no lo logró. Echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos tragando con esfuerzo. No hay... ningún... texto... Murmuro dejando escapar unas lágrimas.