Partida Rol por web

Yo también pienso que por mar iremos más rápidos y seguros. Es más difícil emboscar a alguien en un río que en un bosque, y mientras estemos en un barco viajaremos incluso mientras dormimos, por lo que haremos más trayecto por día le comento al capitán, ya que si bien no era necesario convencerle de la idea era recomendable que esta al menos le pareciera buena. Y realmente prefería mil veces el viajar en barco a tener que patearme los bosques de medio Imperio.

Muy bien, te esperaremos en alguna de las posadas cercanas. Creo que lo mejor sera que busquemos una por la zona portuaria, puede que incluso podamos encontrar algún capitán dispuesto a llevarnos.

En la horca deberían estar...

De acuerdo pues -exclamó con alegre voz- yo iré a buscar una barcaza fluvial mientras os tomáis unas cervezas en una taberna. ¿Alguien quiere acompañarme?

Diego Chasqueó la lengua y los dedos.-Mierda,Me ha calado...Bueno para que a nuestro joven caballero no le falte compañía iré con el.-Diego volvió a alzar el cuello para mirar a Otto.-y si al joven no le molesta bajar para codearse con la plebe mejor...o experimentaré un dolor de cuello similar a la horca de tanto miraros.-La sonrisa socarrona brilló bajo el bigote de Diego y sus ojos miraron con profundidad al caballero.

Antes nos huye y nos desprecia,ahora busca nuestra compañia...dios mas indeciso que una virgen fulana...

Al menos tendré cuatro ojos para vigilar rateros.

Sea, y con mucho gusto bajaré de mi montura.

Otto desmontó y se pusó junto al extranjero.

Mi montura necesita descansar.

Bien entonces, id a ver si hay algún patrón dispuesto a proporcionarnos transporte o algo similar. Nosotros buscaremos una lugar para descansar y quizás entablar alguna conversación que nos proporcione algo de información, las tabernas son lugares propicios para ello. Comenta el señor Hiemdrich mientras entráis en la ciudad por empinada cuesta y la alta puerta con el rastrillo subido. El sol no estaba alto, pero a ras de suelo comenzaba a molestar en la vista.

Entorna los ojos mientras otea la dirección correcta hacia el puerto y luego señala con una mano hacia un punto cercano. Estaremos cerca del puerto, para no alejarnos mucho. Podríamos quedar a medio día en el "Monumento de los Cráneos" un lugar conocido por estas tierras, se encuentra cerca del puerto.

El grupo se separó cerca del puerto mientras unos buscaban una taberna y los otros una embarcación que los pudiera transportar.

No sabría decir si el tipo del caballo es demasiado tonto o demasiado listo. Primero no quiere que nos acerquemos a el en el bosque, y ahora en la ciudad no quiere ir solo. Ahora que podría intentar escapar... al menos esta claro que es un hombre peculiar.

Capitán, usted parece conocer algo la ciudad, ¿sabe de alguna posada en la zona portuaria donde podríamos comenzar a recopilar información? pregunto con la esperanza de que la respuesta sea afirmativa, no me gustaría empezar perdiendo el tiempo preguntando por ahí a desconocidos por la ubicación de la posada.

Hace tiempo que no entraba por estos lugares... Lo mejor será que preguntes a ver si saben de algun lugar a los nativos del lugar. Podrias usar tus encantos femeninos para averiguar algo. !Ja! Dijo con una media sonrrisa, que segundos despues desaparecio de su rostro.

No creo que eso sea posible con este atuendo... y menos aun con mis ojos respondo con un encogimiento de hombros a la insinuación del capitán. Intentare enterarme de algo, pero no sería de extrañar que lo único que consiga sea unos pocos balbuceos de antes de que el interrogado en cuestión salga corriendo. Ni tampoco sería la primera vez.

Así que siguiendo las indicaciones del capitán pare al primer tipo que paso por mi lado disculpe caballero, somos nuevos en la ciudad. ¿Sería tan amable de indicarme alguna posada en las inmediaciones del muelle?

El hombre del lugar, que acarrea unas pesadas cestas por la calle te mira de arriba abajo observando tu melena negra recogida en la coleta y tu gastada túnica gris. Arquea una ceja de modo elocuente y comenta con gesto claramente burlón. ¿Posada? ¿Taberna? No no jovencita, para la gente como tú deberías buscar el albergue para desfavorecidos... Seguro que te echan una mano... Murmura mientras sigue su camino con las pesadas cestas tras de sí.

Vaya con la gente del lugar… No parecían muy afables por el momento, y eso que la gente de Averheim tenía fama de ser curiosa y entrometida. Quizás eso era con los que tintineaban por las monedas de sus bolsillos…

¿Lo ve? Pregunto tras girarme en dirección al capitán de la guardia. Va a ser bastante difícil encontrar a alguien que sea capaz de mirarme y no ver en mi a un demonio o a un vagabundo. Todo depende de si se fijan primero en mi cara o en mis ropas.

Habré de seguir intentándolo repito el proceso, en esta ocasión parando a una mujer que llevaba una alforja con leche en la cabeza disculpe, estoy buscando una posada cerca del puerto donde poder descansar y comer algo tras un viaje por los bosques, ¿sería tan amable de indicarme donde puedo encontrar una?

El escudero se despidió de los demás con un sencillo "Hasta otra" y camino por las calles de Averland. Sentía curiosidad por esa ciudad, no estaba muy seguro de haber estado en ella. Recordaba una jornada de caza con un noble...¿cómo se llamaba? Otto ya no lo recordaba, que había invitado a su señor por esta zona; pero no había entrado en la ciudad. No era un gran urbe como Altdorf, pero era los bastante grande como para que la gente no se conociera, y para que los extranjeros como él pasaran desapercibidos.

Allí está el río...pero no veo el puerto, debe estar río abajo. ¿Tiene sed? Podríamos pedir algunos refrigerios en alguna taberna fluvial mientras charlamos con los barqueros. Alguno querrá ganarse unas monedas de plata.

Luego nos veremos.-Con esas sencillas palabras Diego siguió los pasos del caballero que parecía saber a donde ir,fumaba de su pipa con aire distraído mientras lo seguía y a veces bajaba la cabeza con una sonrisa cuando Asche le rozaba la pierna y le acarciaba la testuz con la mano.-Eh eh eh...Hablamos de beber,taberna,y charlar...chaval,dejame ver que puedo hacer que tengo experiencia en ese campo...-con una sonrisa bajo su bigote Diego caminó un tanto mas animado,el simple pensar de una buena cerveza y una charla en los puertos le animó bastante.

Camináis por las calles hasta que llegáis a lo que claramente es la zona de los embarcaderos del rio. No hay ninguna gran barcaza, sino pequeños transportes de mercancías que recorren el rio Aver en su recorrido desde Null hasta tierras más profundas. Parece que la guerra ha afectado también al negocio de las mercancías, que debe estar recuperándose a un ritmo lento, pues es verano y pese a las extrañas temperaturas del momento debería haber un aflorado comercio que inundara el lugar. Quizás el mal tiempo y las cosechas perdidas no han dejado mucho con lo que comerciar. Pese a ello hay unas cuantas embarcaciones atracadas en los muelles, y cerca de ahí se ven algunas tabernas con gente del lugar saliendo y entrando.

Diego caminó con soltura hacia una taberna,una sonrisa satisfactoria se había grabado a fuego en su cara y su mascota parecía sentirlo pues también estaba impaciente como su amo y ambos pararon frente al poste de una taberna.-Asche quédate aquí vigilando,ladra si hay problemas.-Diego le dijo estas palabras mientras se arrodillaba ante el animal y le daba una galleta de su bolsa,acarició la cabeza al animal mientras la comía y miró a Otto.-Deja aqui al caballo,Ashe lo protegerá.-Sonrió y entró mesándose la barba en la taberna.

Eso era lo que me preocupaba, mi caballo.

El robo de caballos suponía la muerte, que el escudero podía ejecutar sin necesidad de juicio, siempre que hubiera testigos. Pero con la inestabilidad de la zona le preocupaba su montura. Hizo un más que complejo nudo con las riendas de su montura y dejó el caballo junto al perro.

Te sigo.

Nada más recibir las instrucciones el animal se sentó sobre sus patas traseras al lado del caballo del caballero. Su perfil era esbelto y sus orejas se encontraban en punta hacia arriba, atento a cualquier acontecimiento que se diera, o a los extraños que se acercaran demasiado a los dos animales.

Los dos aventureros entraron en la zona del puerto sin grandes problemas. No había excesiva actividad por aquella zona pero aun así la gente entraba y salía de las tabernas cercanas. La mayoría parecían antiguas y cargadas de historia. Unos cuantos carteles inidentificables para los dos hombres que caminaban juntos mostraban los nombres de algunas de ellas. Eso no iba a servir de mucho pues no sabían descifrar aquellos símbolos... Pero si podían ver las diferentes formas que identificaban cada una de ellas y que colgaban dibujadas en trozos de madera colgantes. Un cráneo colgando de un anzuelo como si acabase de ser pescado; un remo partido y astillado; una trucha atravesada por una flecha; un timón con laureles…

La mujer que llevaba una alforja con leche en la cabeza se detiene sorprendida y casi pierde su valiosa carga. Ui hija mía... qué cosas me preguntas. !Pues claro! Hay unas cuantas posadas por aquí cerca, no son los palacios pero bueno... Si sigues por esa calle de ahí y luego tuerces a la derecha, óyeme bien lo que digo -te dice cogiéndote del brazo con una mano- derecha hija derecha, la de este lado -su mano derecha se agita al aire- ,llegarás a una calle donde verás un edificio antiguo donde pone "El golpe de remo". Es un lugar limpio donde los viajeros pasan....

La mujer habla y habla como si le hubieran dado cuerda varias veces. NO para de hablar y preguntar. ¿Y de donde venís? !Ais hija, ¿cómo me vienes vestida así a este lugar?! Se de unos nuevos modelos de ropa que han llegado recientemente desde lugares lejanos, un tanto picantes para mi gusto pero para una chica joven como tu...

Es realmente difícil matar a una trucha de una flecha, ¿no te parece?

-Mmm...Nunca lo he probado...-Entendiendo las palabras de su compañero Diego hizo ademán de entrar en la taberna.