Partida Rol por web

Diablo actualmente se encuentra apresado, no tiene seguidores pues ya no reciben su poder, por lo que hace tiempo que esas comunidades se disgregaron. Quizás haya una forma de que vuelvan a creer en él y tú poder invadirlos, pero eso lo dejo a tu elección xD

Pero una consulta dichos pueblos que dejaron de creer están en manos de otros dioses o son de alguna forma “independiente”? ya que si es así me gustaría poner mi influencia en ellos en caso contrario me encantaría comenzar “camuflándome” en los territorios de Glorya o en los pueblos limítrofes de Caldrum o alguno que sea especialmente opresor.

El otro panteón que es el de los demás Dioses posee una de las ciudades más prósperas que es la Ciudadela Dorada. Lo que sí sabes es que entre ellos compiten por gobernarla y ser el centro del panteón. Actualmente es Zaryvia el dios principal de aquel lugar.

Al momento de escuchar a sus hijos inmediatamente el dios de la libertad detiene su avance hacia tierras lejanas para aparecer, en un pestañar de ojos, en el centro de la biblioteca.

Su brillo dorado cubre todo el lugar, dejando una esencia fresca y llena de vitalidad-. ¿Qué sucede Embla?-. pregunta en un tono acogedor mientras su imponente figura se acerca a la bella elfa que lo estaba invocando, para luego detenerse y dirigir su decidida mirada, representada en dos ascuas de color oro que irradian una niebla del mismo color…

Tras la charla con su padre el dios del vino y sus adoradores se retiraron a la sombra de unos pinos a entretenerse con risas y bebida. En el momento en el que los nobles están azuzando a un joven y bello esclavo para que luche con una lanza contra una jauría de perros Bromios oye un susurro en el viento. Una plegaria de sus adoradores. Asiente y sonrie satisfecho de la nueva oportunidad para inmiscuirse en los asuntos de los mortales. Al parecer alguien ha envenenado al Rey de la isla, Agamenon IV, habrá que descubrir quien fue el culpable de ello. Una vez sepa quien fue y por que ya juzgará Bromios el Desaforado si fue un caso de mezquindad castigable o una sana demostración de ambición y pasión.

Deja la fiesta de sus adoradores y se retira a los palacios subterraneos para poner en marcha su plan. Una vez ha caido la noche y los nikte empiezan uno más de sus orgiasticos banquetes el Señor de la Desmesura concentra su poder para tomar la forma del Rey asesinado. Su asesino o asesinos, casi con seguridad otros nobles o parientes del monarca, estarán entre los salones borrachos y excitados por creerse que han triunfado en sus designios. Seguramente cuando vean caminar de nuevo a Agamenon se traicionarán de palabra u obra.

Ahriman pareció ignorar a su nieta, más centrado en lo que veía y en sus pensamientos, que en la joven diosa. Aunque exteriormente no mostraba muchas emociones, no parecía hacerle especial gracia lo que veía.

“Ah… Zaryvia… Ya lo recuerdo…”, comenta al fin, cambiando el peso de enorme bastón. “Su existencia la considero totalmente aburrida y muy poco productiva, de ahí que lo olvidase.”.

“Ciertamente su ciudad es dorada por lo que él representa, o al menos debería representar, que es el sol. Lo que pasa es que en lugar de preocuparse, simplemente deja que pasen los días, durmiendo como si fuese un simple animal”.

Asintiendo para sí, observando nuevamente la ciudad, meditó un poco más antes de retomar la palabra.

“Viaja hasta allí, pequeña, y averigua lo que puedas, ya sea movida por tu curiosidad natural o por agradarme, y vuelve cuando termines”, le dice, golpeando levemente el bastón con el suelo, haciendo que el espejo empezase a desaparecer lentamente, derritiéndose y fundiéndose con el suelo. “Su mera presencia la considero ofensiva y a buen seguro hay otros más acordes a su puesto”.

Por fin parecia tener una respuesta sobre la opinión que tenia Ahriman sobre el dueño de la ciudad dorada. Su opinión sin embargo fue algo falta de sustancia recordándole a ella de que los intereses de ambos no congeniaban lo suficiente para que una respuesta suya satisficiera.

Dejando escapar aire de su ser como hacían sus mortales en una expresión rara en un dios volvio a hablar. “Ya veo. Investigare lo que pueda de aquel dios ocioso…” le informo apartándose del vidrio que se iba desvaneciendo. “De cualquier forma hay otro interes que me ha venido a la mente.” Dijo de repente pero no de sorpresa ya que ella solia ser asi con sus tareas.

Sin mas empezo a flotar. “No quiero molestarlo mas. Me despido señor.” Dicho eso se aparto con rapidez saliendo de ese palacio que sentia oscuro y opresivo.

La dirección de su viaje no era la de la ciudad dorada que habia sido puesta a investigar sino su pueblo que observaría en el cielo una estrella fugaz que caía en el horizonte. Seria ella marcando su llegada al pueblo, como otra vez. Adoptando la figura de su pueblo y pareciendo una viajera mas yendo a la capital investigaría el problema que tenian.

Dios Caldrum, necesitamos que nos guíes para conseguir la prosperidad de nuestra civilización. Nos quedamos sin recursos... pero hay más mar que éste.

El dios, al poco de escuchar a sus súbditos, se presentó en la Isla Prima, allí, para asombro de todos, habló con su voz poderosa que se extendía al rebotar contra las aguas circundantes y dijo en tono poderoso:

-¡No temáis fieles míos! vuestro dios os escucha, y como bien sabéis, recompensará a aquellos que honren las virtudes que todo azúrido debe tener; así pues, os conmino a todos a preparar las naves y afilad las armas, un nuevo destino nos aguarda y tendremos aliados que nos aseguraran que la empresa tenga éxito, pues esta será la guerra más grande que haya habido jamás, sí, mis fieles, nos dirigimos a la mismísima Lastaroth, para erradicar de una vez esa mácula molesta de insurreción y caos -dijo para asombro de todos- ¡marchamos a la guerra! -concluyó instando a todos a lanzarse hacia el mar. 

- Yo no lo sé todo, Padre... ¿Qué has escuchado?.- dice la joven, mientras desmiente que fuera ella quien lo había invocado. Estaba en ese momento adquiriendo conocimientos de un libro de alquimia, y el lugar estaba vacío.

Era una tarea muy difícil cambiar el geas a los ojos de la gente, y ya que el dios no tenía aún una bendición capaz de reforzar la imagen ilusoria que quería proyectar debía concentrarse muchísimo para poder conseguir parecerse lo más mínimo al Rey.

Siona baja a la tierra, exactamente a las afueras del pueblo, en una cercana colina. Observaba desde arriba a su pueblo, como hacía desde hace mucho cuando quería relajarse de sus obligaciones. Al fin y al cabo eran como sus hijos, ya que guardaban gran predilección.

Uno de los fieles profetas de la deidad se monta en una piedra mirando hacia el mar y grita.- Pero señor Caldrum, gran Dios... No tenemos monturas voladoras para poder atacar esos inexpugnables picos...

Siona queria a sus hijos aunque ellos debian darse cuenta que sus intereses empezaban en un lugar para luego pasarse a otro sin advertencia. Aunque tal vez porque la adoraban e iban con otros tiempos comparados a los de ella aun no se habian percatado de su defecto.

Sin embargo ahora mismo tenían su interés por lo que se moverías cubierta solo con una tunita en la cabeza tapando su rostro para que solo los que más atención le prestaran descubrieran que la diosa andaba en la tierra. Aunque de por si su presencia los llamaria a que le prestaran mas atension sintiendo en ella algo divino y muy dificil de ocultar.

A pesar de la mirada y posibles reclamos siguió avanzando hasta el gran edificio que pertenece al Gremio de los exploradores, recordando como años habia sido el centro de reunión de su pueblo. Ahí hablaria con la gente para comprender su problema con los diamantes. Aunque escuchar no era lo suyo sino la accion rapida.

“He escuchado sus ruegos mi pueblo, aunque no comprendo como puede considerarse un problema esta falta. El mundo es grande y a pesar de estar habitado hay una abrumadora cantidad de lugares donde los pueblos aun no han puesto pie. Esos lugares inexplorados es los que deben buscar para solucionar esta escases, deben reclamar sus recursos y riquezas para que los ayude a progresar.” expreso con un tono que no era acusatorio sino diciplinatorio aunque no con la dureza que se esperaria de su abuelo o padre.

Plantándose en el centro de la habitación sacandose su tunica para que tuvieran problema alguno para saber quien era que les hablaba. “Yo no les he dado el don de la vida para que se que se conforme con lo que tienen aquí, sino para que exploren el mundo y crezcan como ningun otro pueblo en este planeta.” Agrego en forma de conclusión a su pequeño discurso que buscaba motivarlos a viajar como ella pero en su caso para buscar lo que les faltaba en estas tierras.

-¡Pues los escalaremos! ¡derrumbaremos sus montañas! ¡los torturaremos hasta que nos digan cuáles son sus accesos secretos! ¿acaso se detiene el mar en sus embestidas contra los acantilados? ¡NO! ¡pues nosotros tampoco lo haremos! ¡¿queda claro?! -expuso con rotundidad y dureza, denotando que no quería guerreros débiles que se asustaran ante aquellas cuestiones, sino gente capaz de superar cualquier adversidad que se le presentara.