Partida Rol por web

Era un despacho que debían visitar al fin y al cabo, para cumplir con todos los pasos de su plan: allí deberían implantar las pistas falsas que marcarían a Kalmer como un adepto del Forastero para que las sospechas sobre Feinmann se esfumaran. Un lugar demasiado ordenado y limpio para lo que acostumbraba a disfrutar Vladko, pero no estaba allí para pasar el rato.

—Nos deshacemos de los del despacho de la mujer y vamos a la Biblioteca —comentó el asesino, mientras se incorporaba sobre el cuerpo del Decano para buscar algo de valor. Ya que dejarían un cadáver, qué menos que pareciera un robo en condiciones—  Echa un vistazo para ver cómo le va a Elian.

Elian creyó que estaba en racha. Otro maldito Decano menos en el mundo. Nunca llegó a pensar que podría sentir tanto placer por matar a alguien.

Y mientras sus compañeros se deshacían del cuerpo, y con sumo cuidado, trató de acercarse a la puerta que tenían como objetivo. Allí estaba el despacho de Miranda Feinmann, el 416. Cualquier sonido o conversación que pudiera llegar a captar, podrían suponer una gran diferencia a su favor. Agudizó todos sus sentidos pero en aquella situación, con sobresaltos inesperados a cada instante, era complicado concentrarse..... y mas llevando aquel inmundo traje.

Mientras Vladko intenta sacar algo de provecho de los bolsillos de aquel decano le dice a Matka que se asome a la puerta para ver que tal le va a Elian. Este que en un principio se queda haciendo guarda para disimular y que nadie note el cambiazo, empieza a escuchar voces al otro lado de la puerta 416 y pega la oreja sin conseguir sacar nada en claro.

Sara que estaba expectante, dudando entre si ese decano era o no Elian, al ver su gesto de intentar escuchar la conversación, se cerciora de que se trata de su compañero y por suerte ceja en su empeño de asaltarle con sigilo. 

Matka ve como Sara se acerca a la altura de Elian y os hace a a ambos una señal para entrar en la sala 417. Elian, al no scar nada en claro decide rendirse y reunirse con sus compañeros en el despacho adyacente, el de Kalmer. Sara no atrda en reunirse con el resto del grupo. Vladko se levanta del suelo y se guarda el botín recién obtenido, apenas 15 monedas, pero que suma al bote común. 

Parece que todos, salvo Maevis que está cubriendo la ruta de escape o algún posible movimiento por parte de los decanos que puedan estar en otras plantas, estáis allí para compartir la información y los avances que habéis obtenido en vuestras incursiones. Huelga decir que lo hacéis en un tono especialmente bajo, pues pared con pared sabéis que hay un grupo indeterminado de decanos rebuscando en el despacho de Miranda Feinmann.

Sabéis que tenéis que tratar de exculpar a vuestra clienta de cualquier sospecha que pueda recaer sobre ella y las falsas acusaciones de herejía que recaen sobre ella y de paso conseguir que esas mismas pruebas incriminen a Gustav Kalmer acabando con la mínima cantidad de decanos posible.

Y allí estáis en el despacho de ese hombre, el mismo que ha acusado a vuestra clienta...

Mientras contaba rápidamente las monedas que había recuperado del Decano que se había tropezado con un virote de Elian, Vladko asintió a Sara cuando se reunió con ellos en el despacho.

—¿Qué noticias traes, niña? —deslizó la mano en su bolsa y la cerró nuevamente —Kalmer estaba en la Biblioteca, según el fiambre.

Se refería al tipo que ahora parecía afanarse en desangrarse en el suelo del despacho de denunciante.

—Al otro lado tenemos más Decanos: nos deshacemos de ellos, vamos a por Kalmer si no lo has matado ya, y nos encargamos de las pruebas. Luego no nos ata nada aquí más allá de robar todo lo que podamos para que parezca eso, un robo.

Sara en voz suave y baja comentó su actuación - puesto que no iba vestido de decano, solo le he dejado inconsciente, además estaba leyendo un libro sobre el forastero que amablemente estoy custodiando, puede que a Billie o a Daud les guste el diario que he adquirido, ya fuera una prueba o no, preferí asegurarme y puesto que planeamos que parezca un robo y la página marcada hablaba de abrir cerraduras y ventanas desde el exterior, será valioso para agrandar la hazaña...

Si hubiera sabido que aquel hombre era kalmer, quizás lo hubiera matado, aunque eso podría haber perjudicado en la misión. Y dado que Kalmer pretendía inculpar a su clienta, que mejor "pensó" que inculpar a Kalmer de forma que cualquier decano se fijara en él con una prueba poco visible para alguien que no buscara un mínimo...

Tomando el libro como referencia, y haciendo uso de la tinta del propio Kalmer, se agachó para dibujar en el dorso de la mesa, alguno de los símbolos de culto al forastero. Buscaba ser lo más precisa posible, de modo que un novato (o novata) como ella no fuera capaz de hacerlo. Aquel hombre había estudiado bastante, aquella prueba incriminatoria contra aquel tipo, tenía que ser una obra de arte, pues no le imaginaba haciendo algo vulgar...

- espero que esto baste...

Elian escuchó atentamente las palabras de Vladko y le parecieron correctas. Si habían llegado hasta aquí, ¿por qué no iban a poder deshacerse de un par de decanos mas y acabar el encargo?. Aun así no dejaba de preguntarse si no serían demasiados muertos para un robo. Pero a veces, las cosas se torcían y había que recomponer el plan sobre la marcha. La idea de Sara le pareció brillante y asintió con la cabeza. Una jugada maestra: el tipo desmayado y una inscripción en un lugar no demasiado visible pero si lo suficiente para que pudieran encontrarlo e inculparle.

Ahora quedaba lo mas difícil. Como "eliminar" a los Decanos que rebuscaban en el despacho contiguo. Tuvo una idea que compartió con sus compañeros..

-¿Creéis que si llamo a la puerta, abro de golpe, les digo que "piden refuerzos en la vigilancia de la segunda planta" y me alejo de la puerta caminando enseguida por el pasillo saldrá alguno? Si los separamos tendremos mas posibilidades....

Elian observó el rostro pensativo de sus compañeros. Sabía que cualquier plan iba a ser arriesgado. Todo maldito movimiento allí era arriesgado. Un mal paso y tendrían encima a todos los Decanos, sus maltitos perros y a toda la vigilancia de aquel lugar. Debían medir muy bien su siguiente decisión. Aguardó en silencio mientras seguía observando el despacho con detenimiento.

- por mi, matarlos no me molesta, pero si los matamos a todos ninguno encontrara este detalle debajo de la mesa... Con el que tenemos muerto aquí, buscaran pruebas. Por tanto, puede ser mejor no tentar a la suerte, cuando estemos preparados, llevarnos lo posible y ya...

Estáis en el despacho 417 que pertenece al profesor de astronomía Gustav Kalmer, según veis reflejado en una placa metálica que brilla por la escasa luz que entra por la ventana. Junto a vosotros se encuentra al cadáver de un decano de la abadía de Quidam, tendido sobre el parqué. Matka se queda vigilando para que nadie entre y os sorprenda, mientras el resto discutís en voz baja sobre vuestros planes a seguir. Sara os informa de que ha encontrado un manuscrito que Kalmer estaba consultando, por alguna razón que desconocéis, en la biblioteca. Le ha dejado sin sentido según os cuenta. 

Mientras Vladko y Elian tramáis una forma de terminar con el plan lo más limpiamente posible, Sara toma el cuaderno y lo abre. Ayudándose de una lámpara, un tintero y pequeño pincel, se tumba boca arriba y se toma todo el tiempo del mundo para reproducir uno de los símbolos de El Forastero bajo la mesa del académico... 

El resultado es bastante bueno dado el poco tiempo del que dispone para ejecutarlo y la posición en la que se encuentra. Por suerte a menos que un ojo experto lo examinara, no se daría cuenta de que se trata de una farsa. Contenta con su trabajo, la joven regresa a la conversación que mantienen los dos veteranos del grupo, intentando aportar su punto de vista.

Entonces Elian propone un plan arriesgado que podría dividir las fuerzas de los decanos, pero también al grupo. Tenían muchas decisiones que tomar y no demasiado tiempo para hacerlo. ¿Eliminarían a todos los decanos? ¿Dividirían al grupo tal y como propone Elian? ¿Dejarían más pruebas que incriminaran a Kalmer? ¿Buscarían las posibles pruebas, verdaderas o falsificadas, dentro del despacho de la señorita Feinmann para exculparla?

Muchas decisiones y muy poco tiempo...

-Nosotros hemos venido a buscar pruebas e incriminar. Si los matamos a todos, además del riesgo tendremos una misión inacabada. Yo opto por salir lo más discretamente posible. Si saben que hubo balleneros, no sería nada raro. Lo que los descolocará será la marca del Forastero en este despacho... -Matka pensó por unos instantes-. ¿Y si Elian cuando estemos a punto de irnos pide refuerzos por haber visto a balleneros, y nos acabamos de esfumar mientras nos buscan? O quizás ni siquiera lo recuerden. Yo me largaría y punto.

Matka era extremandamente práctica y solvente. Lo mínimo con la mayor eficacia posible.

El plan de Elian era quizás la mejor opción, ella podría quedar atrás invisible, pegada a la pared, el inconveniente que veía era que ella no era nada buena buscando cosas, era poco paciente para eso, pero al parecer Matka apoyaba la idea...

Ciertamente matar a todos sería un inconveniente, eliminar a quienes tenían que verificar las pruebas no era buena idea...

- ¿y si olvidamos el hacerlo parecer un robo? Dejando los de aquí unos más vivos que otros, sabrán que han habido balleneros, si Elian sigue con su plan cuando todos os hayáis marchado, haciendo algo de buen ruido como hacer caer un estante, diciendo que huyen escaleras abajo. Si salen todos, puedo tomar las pistas a la vista tras esperar invisible en el rincón más oscuro. Inconvenientes que le veo a eso, uno; que no salgan todos, lo que significa que tendré que noquear o matar a alguno o morir en el intento, y dos; no soy muy buena buscadora, por lo que no quiero críticas si me dejo algo...

Luego miró a Vladko sonriendo bajo la máscara - aunque la idea de matarlos me gusta mucho más, y que los que están inconscientes se coman la cabeza, con suerte deducen que ha sido una trampa bien pensada del tal Kalmer, que con un símbolo bajo su mesa, duerme mientras le hacemos el favor de matar a algunos decanos. Con esta opción podemos buscar bien esas pruebas.

Tenía que reconocer que la muñequita rota se había portado como una profesional: si mataban a Kalmer no conseguirían el mismo efecto que si lo dejaban inconsciente y eran los Decanos quienes encontraban las pruebas en su contra.

—Buen trabajo —reconoció a Sara. Era muy duro con ella, pero cuando las cosas se hacían bien, debía decírselo —Vayamos por partes. Primero a por los Decanos de ahí dentro. Los dejamos inconscientes, los robamos, y vamos a ver qué hay en el despacho de la mujer. Tu idea me parece buena, Elian.

Sara podía hacerse invisible, salir al pasillo, pasar de largo la puerta del despacho de la contratante y esperar ahí. Matka y Vladko esperarían en el 417 con la puerta abierta. Elian, disfrazado de Decano, los haría salir, torciendo en dirección a la puerta de la 417. Para saber cuántos son exactamente, Elian haría una señal en el marco de la puerta, y considerando que había más de uno, haría lo siguiente: daría un un golpe si son dos Decanos, dos golpes si son tres, y no daría ningún golpe si eran más de tres. Considerando eso, Sara tendría que contar y atacar al último. Matka y Vladko dejarían que el primero pasara de largo y saltarían sobre el Decano o Decanos que se quedaran en medio. Elian aprovecharía para reducir al primero.

—¿Todo claro? Vamos a ello.

Elian se ajustó la ropa de Decano que tanto le molestaba notar sobre su cuerpo. Cerró los ojos e inspiró profundamente. Luego, al volver a abrirlos, carraspeó levemente para poder engolar mejor la voz y se encaminó hacia la puerta. Antes de salir del despacho dio un último vistazo a sus compañeros. La suerte estaba echada. Mientras el resto de balleneros ocupaban los lugares que había indicado Vladko con apenas pequeños sonidos audibles, Elian se dirigió con paso firme a la puerta del despacho contiguo. Se detuvo frente a él y se irguió. Cerró el puño y golpeó la puerta en dos ocasiones con fuerza. Luego abrió y, sin esperar respuesta, puso en marcha el plan...

- Parece que han escuchado algo extraño en la segunda planta - dijo con voz seca y cortante - Solicitan refuerzos en la vigilancia - y dando un rápido vistazo a todo el interior del despacho, dio la espalda a sus ocupantes y se encaminó con paso firme hacia la escalera, pendiente de las señales en el marco de la puerta que debía ofrecer, con disimulo, a sus compañeros.

Sólo esperaba que el plan surtiera el efecto deseado.

Matka asintió a las palabras de Vladko. Preparó en silencio sus armas, ballesta incluída por si acaso, y siguió al ballenero en silencio al despacho que ocuparían ocultos.

Matarlos esperaba que fuese fácil, pero siempre hay cabos sueltos. Ojalá no se topasen con ninguno.

Pasos insonoros con botas de hebilla... La asesina ya sabía de sobra cómo pisar. Se deslizaba como un gato, aunque echaba de menos su cigarro. 

Ahora céntrate, que no va a ser fácil -se dijo, y una vez en su puesto aguardó la señal de Elian.

Hecho el plan, Dará se preparó, alfanjón y estilete en mano. Aquel par de armas que darían a los decanos inconscientes una idea de lo que esperaba propagar, en esta ocasión no habrían filos mal posicionados, iría a saciar su sed de sangre como se debía.

Pero ya les dijeron que podían haber chuchos de decanos y quiso excederse en su sigilo por tal de mofarse incluso de ellos si había alguno allí.