Partida Rol por web

El Doctor Ronald Green no podía creer lo que estaba viendo. Su mente analítica le decía que ese engendro no podía ser real pero encajaba erfectametne con todas las marcas, huellas y pistas que les habían conducido hasta allí.

Poco se podía hacer por el pobre Marcus y no parecía el mejor momento para análisis científicos de la sangre goteante de la pared, pero estaba claro que había que aprovechar el momento. Contando con que la criatura estaba desequilibrada, medio atrapada en la puerta y muy malherida, Ronald se lío a pegarle con el pesado candelabro en lo que intuía podía ser la cabeza.

Sólo esperaba que fuera suficiente para detenerla para siempre... o el tiempo suficiente para huir de esa mansión maldita.

8 - Marzo de 1926

14:35 de la tarde

Temperatura: 8 °C

Cielo nublado, lloviznando esporádicamente.

Mansión Bensten.

El primer disparo de Caid tumbó al monstruo, fue un tiro certero en la cabeza, por si acaso el segundo disparo impactó en el cuerpo tumbado de la criatura. El ruido había sido ensordecedor tanto el de la pistola como el del rifle disparando, entre el humo el doctor se dirigió para acabar con el monstruo pero este ya estaba muerto.

Intentáis entonces ayudar a Marcus, pero ha fallecido, demasiado tarde el mordisco había sido bestial.

El doctor sigue investigando el cuerpo de la mujer... al parecer sufre desgarros de garras en los hombros, y un gran mordisco en el cuello. Las consecuencias de su muerte no se debe a un accidente en coche, pues su cuerpo no tiene fracturas, ni miembros dislocados, tampoco sufre de aplastamiento en ninguna parte, cuando empezáis a hacer suposiciones.

Caid se da cuenta de los desgarros en los hombros, y el gran mordisco en el cuello nada más.

Pero antes sabéis por qué Marcus iba tan deprisa... quería encontrar al niño, y salís de vuestro terror para seguir investigando las habitaciones en busca de James. Caid toma la lámpara del profesor y se la cuelga al cinturón... seguís por donde Caid pensaba investigar el pasillo Este que finaliza en una puerta y en un pasillo hacia el Sur allí en total hay tres puertas, están cercanas del dormitorio donde subisteis por las escaleras. Las tres habitaciones son del servicio, las dos que poseen ventanas se encuentran con maderos para no dejar pasar la luz, y no hay bombillas. El suelo es de madera pulida, hay paredes en el que se pueden apreciar daños causados por la humedad. Y al abrir las puertas estas chirrían, pero la madera no cruje en toda esta planta. Allí encontráis como el dormitorio de la escalera... muebles utilitarios cubiertos descuidadamente con sábanas sucias y polvorientas. El pasillo Sur finaliza en una puerta que al abrirla da a un pasillo horizontal. Al Este termina en una pequeña ventana que deja pasar algo de luz. Hay una puerta un poco más al Oeste y en frente vuestra. Nada más en el pasillo al final se bifurca al norte y al sur.

Al abrir la puerta no chirría es un dormitorio iluminado con tres ventanas, con una lámpara que se enciende al pulsar el interruptor, es una cama que está preparada, ¿pero para quién?, la habitación está limpia, posee armario, mesitas y una mesa circular con sillas. El pasillo se desvía en el norte y el sur hacia el Oeste como si hiciera un rectángulo. Seguís hacia el final del pasillo al norte hay una puerta y al sur dos. Al abrir la puerta del pasillo norte esta no chirría es donde está el monstruo yacido muerto y Marcus y la mujer momificada parcialmente, y al inicio del pasillo Oeste otra puerta que abrís. Esta habitación también está meticulosamente limpia la puerta no chirría con una cama preparada, ¿pero para quién?, un armario y mesitas.

Volveis sobre vuestros pasos para examinar las puertas del pasillo al sur, os encontráis dos puertas antes de que se gire hacia el Oeste. Al abrir la primera puerta que no chirría os encontráis con una habitación grande con ventana, en la cama un cuerpo de niño yace muerto de piel y cabellos hermosos. La habitación está limpia con armario y mesitas. Habíais encontrado a James y ahora qué haríais seguir explorando la mansión, explorar fuera, o dar por concluida la investigación...

La muerte de su colega Marcus sobrecogió el corazón de Lamar. Aquella criatura de pesadilla había acabado con él de una forma brutal, y Lamar no podía sino sentirse culpable. ¿Cómo pudo haber fallado el disparo? ¿Habría sobrevivido Marcus si él hubiera sido capaz de acertar? Estas preguntas venían a la cabeza del diletante cual torrente descontrolado.

Y la criatura murió por los disparos de Caid.

- ¡Marcus! Logró decir al ver el cuerpo sin vida y con el cuello desgarrado tendido en el suelo. - Marcus... No puede ser... Casi balbuceó Lamar. Se había quedado pálido como el papel. Ya no podría compartir un buen brandy, ni hablar de sus viajes, ni reírse de los chistes sin gracia que contaban junto a una taza de buen café. En un instante, todo eso había acabado. Y un ser horrible salido de una pesadilla era el causante.

Lamar tuvo que apartar la vista de la desagradable escena. Una escena que con seguridad volvería a visitarle durante muchas noches.

Hubiera querido salir corriendo de aquella horrible casa, huir de aquel lugar, pero se sobrepuso lentamente. Tenían que encontrar a James, si no, la muerte de su colega, carecería de sentido. Si es que tenía alguno.

Junto a sus compañeros, Lamar siguió investigando la casa. Caminaba pesadamente, apesadumbrado. Aprovechó para recargar la carabina. 

Entonces llegaron a la habitación donde encontraron el cuerpo sin vida del hijo de Jon. 

- Parece que hemos encontrado al niño...Su voz no reflejaba demasiado entusiasmo. Pues aún mantenía la esperanza de que estuviera vivo. Era evidente que no.

- Creo, que deberíamos averiguar que narices a pasado aquí. El porqué de todo esto. Se lo debemos, se lo debemos a Marcus. Comentó con tono muy serio.

Esto ha sido una pesadilla. Una auténtica pesadilla. Y ahora, con Marcus muerto y la madre muerta... y el niño también muerto... Me temo que John va a sufrir mucho, más de lo que cualquier hombre debería tener que soportar.

- Creo que hemos hecho todo lo que hemos podido aquí. Está claro que tanto James como su madre murieron mucho antes de que llegáramos nosotros aquí - dijo Green. - Lamento no haber podido hacer nada por Marcus, esas... cosas... bichos... lo que sean... parecen no alimentarse de la carne, sólo de los fluidos internos.

- Quizás sea buena idea avisar a los responsables de la zona. Que den una batida, a ver si logran encontrar al que nos atacó abajo, en las escaleras - luego añadió: - Y enterrar a Marcus. John va a quedarse destrozado.

Llegas a la conclusión de que esa mujer si es Mary Whitelock tuvo que ser sacada del coche por aquel monstruo, mientras conducía ese ser habría desgarrado el techo, quizás lo había quitado con su fuerza. Hecho que provocó que el coche diera tumbos y en vez de encaminarse hacia el puente cayera por el barranco. Crees que agarró a esa mujer por los hombros como una ave de presa, dándole muerte con sus mandíbulas, llevándosela en volandas hasta la mansión. Pero algo no cuadraba, alguien había estado limpiando aquellos cuartos con suma atención, y habiendo cocinado, y no podía ser el monstruo...

- Hay una cosa que me sigue preocupando - Green había tratado de componer lo mejor que supo el cuerpo de Marcus, envolverlo en una sábana y cerrarle los ojos. - Si esa cosa era tan descerebrada como agresiva, ¿Quién estaba cocinando? ¿Por qué usar vajilla de plata? Eso cuesta mucho de limpiar y está claro que algunas puertas y habitaciones han recibido atenciones constantes en los últimos tiempos.

- Creo que a John le ayudaría saber todos los detalles que podamos proporcionarle, pero no sé si será seguro enfrentarnos solos a lo que podamos encontrar ahí fuera.

Descorazonado por la muerte de Marcus, así como la de madre e hijo, y enfrentado al horror de la criatura y los espíritus atrapados en la casa, Caid había visto bastante, todos habían perdido bastante. Cambiando el cargador por uno fresco con bala en recámara, se dirigió al resto mientras se ponía en camino a la salida con cuidado:

- Salgamos inmediatamente, fuego a todo, y a correr. Mientras aún podamos. Que el fuego limpie el horror y arrastre el misterio al Abismo del que nunca debió surgir. - Dijo en voz baja, mientras con la mano libre sacaba su mechero zippo de gasolina para incendiar la cama. El cuerpo del chico la haría arder aún más rápido.

8 - Marzo de 1926

15:57 de la tarde

Temperatura: 8 °C

Cielo nublado, lloviznando esporádicamente.

Mansión Bensten.

El problema de Caid era inviable la madera estaba tan humedecida y los trapos eran tan viejos que no se podía ni hacer arder un cuarto. La idea de Lamar de seguir investigando y del Dr. Ronald de encontrar a alguien responsable en la zona era viable. Por otro lado Lamar os contó lo que le dijo el sacerdote de que el alma de Mary Whitelock debía de descansar en paz. El entierro que proponía el Dr. Green era lo más razonable.

Queriendo Lamar dejar todos los cabos sueltos atados seguís investigando la mansión... Si había alguna forma de elogiar a Marcus era seguir abriendo puertas. En la puerta contigua encontráis un lavadero la puerta no chirría al abrirse. Seguís por el pasillo Oeste para ir bordeando la forma rectangular de la mansión... En este pasillo hay un candelabro a la altura de vuestras cabezas, da a un balcón con puertas de ventanas grandes que no están cerradas del todo. Suponéis que la criatura debía de haber entrado por aquí, ya que era lo suficientemente espacioso. Esta parte da a la zona frontal de la mansión, seguís por el pasillo Oeste que luego se gira hacia el norte, y encontráis dos puertas después el pasillo se bifurca en dos direcciones Oeste y Norte. En el norte otras dos puertas una después de la bifurcación en el Norte y otra ya en el Este haciendo la forma cuadricular de la casa.

Las dos habitaciones del pasillo Norte antes de la bifurcación son un lavadero la puerta no chirría al abrirse, y un dormitorio que al parecer está sin tocar desde hace tiempo pero bien amueblado, esta puerta chirría al abrirse. Os metéis después por la bifurcación del ala Oeste viendo al fondo un ventanuco que ilumina el final del pasillo. En el pasillo hay dos puertas en el lado izquierdo y tres en el derecho. Las del lado izquierdo son habitaciones sin tocar hace mucho tiempo y bien amuebladas, con maderos en las ventanas. Las habitaciones de la parte derecha son de igual características habitaciones sin tocar desde hace mucho, bien amuebladas y con maderos en las ventanas, las puertas chirrían al abrirse. Os dirigís al pasillo del norte para abrir la última puerta, esta chirría al abrirse encontrando otro dormitorio similar a los anteriores con un madero en la ventana pero sin armario. En este pasillo de la zona de arriba y en medio, está la gran escalera de bajada a la planta baja bloqueada por un armario. Este sería el ruido que escuchasteis de un gran mueble al moverse, sin lugar a dudas la criatura os estaba esperando para empujar el armario si subíais por la escalera principal. Habíais explorado la segunda planta sin encontrar otro monstruo o criatura. Bajáis por la escalera de la cocina, y miráis en el rellano de esta que se encuentra vacío pero por el que cabía aquella criatura que habíais dado muerte. Los que os hace suponer que el bicho que os atacó en la escalera era el mismo al que habíais dado muerte, y que se habría ocultado en esta antes de subir a la segunda planta.

En la planta baja abrís la puerta del noroeste que os faltaba por ver, dando a un pasillo del servicio sin ventanas que finaliza en otra puerta ambas no chirrían al abrirse. Al adentraros veis una sala de estar con un mobiliario cómodo con sillones que poseen una ligera capa de polvo pero con algunas señales de uso reciente. Hay una puerta que da a la parte trasera de la casa, en el norte dos ventanas grandes, y en los laterales todas con maderos. Hay otra puerta en el lado Suroeste que da a una sala de billar, la mesa de juegos cubierta domina la habitación con una ventana con madero. Otra puerta en la parte Oeste da a un estudio, con una mesa varias estanterías sin libros, y dos ventanas con maderos, todas estas puertas no chirrían al abrirse. Una puerta al Suroeste... ya os faltaba poco para completar de descubrir la casa, os encontráis con un conservatorio en el que hay plantas largo tiempo muertas que cuelgan pálidas de sus macetas, un mobiliario esquelético destaca bajo las capas de polvo. Y la última puerta de la mansión que os faltaba por descubrir en el lado Sureste da a una Biblioteca, con dos ventanas con maderos en la parte sur, hay Obras de referencia en las estanterías, algo de ficción, y volúmenes varios. En la pared norte se encuentra la colección ocultista e histórica, con títulos que van de Cortés y el Dorado a Fracasos de los misioneros de México y El culto del oso en los Apalaches.

Salís de la mansión para otear los alrededores de la fachada de detrás de la mansión... Prácticamente camuflado por la hierba y los arbustos, se encuentra una mesa de madera, con su superficie manchada de lo que parece ser sangre. Encontráis entre la hierba los restos de más de cuarenta pájaros sin cabeza. Parece ser que ningún animal ha hecho presa de estos animales, ni siquiera insectos o larvas. Frente hay un claro circular de más de tres metros de diámetro, sobre el cual se han colocado ramas al azar. Recordáis las dos palabras que había descubierto Marcus de la canción del coro de la iglesia mansión y altar.

Seguís investigando la parcela más allá de los árboles que os impedían la visión, por detrás de la mansión, descubriendo un estrecho camino pavimentado agrietado e infectado de malas hierbas. Seguís el camino que por donde veníais se había quedado oculto por la hierba demasiado crecida y arbustos sin podar. El camino finaliza en una cabaña, casi oculta entre los árboles y cerca de la cabaña hay un pozo. Junto a la cabaña se encuentra una estructura exterior que os parece un retrete. Os inquieta ver una cabaña allí y tan escondida:

La puerta se encuentra abierta como si alguien hubiera tenido mucha prisa por salir... ¿sería la casa del cuidador? Os introducís en su interior que da a la salita con varias sillas pesadas y una mesa vieja. La cocina está equipada con un horno a leña y unos utensilios algo antiguos pero en buen estado. La casa no cuenta con electricidad ni teléfono. Lámparas de queroseno cuelgan de las vigas del techo, representando la única luz durante la noche. El dormitorio contiene una gruesa cama de matrimonio, un armario ropero y una mesita de noche. En el armario solo hay prendas de mujer, estas últimas son modernas y al parecer sin estrenar. Las prendas son caras para encontrarse en una cabaña. En la mesita de noche hay en su interior una hoja...

Con cautela, Lamar tomó la hoja de papel y la leyó en voz alta.

La mano aún le temblaba por la tensión de toda aquella situación. ¿Habían encontrado un altar con sacrificios de animales? Eso parecía, lo que hacía las cosas más siniestras si podía ser.

Soy tan feliz, tan feliz, que debería

fumarme un puro o algo, porque es lo que se

suponen lo que hacen los padres, porque la haré

abuela, madre, con un nieto rubio y bello.

Me pondría a cantar. Estoy contento de que 

el parto no afectase a mi Mary como suele

pasar, y no creo, madre, que mi bebé ni

siquiera llorase cuando vino al mundo, porque

está bien. Los niños no lloran y yo no lloré a

pesar de que cuando usted y padre me hicieron,

y ahora tengo un hijo y lo cuidaré, y jamás

haré nada que pueda herirle, salvo que tal

vez le pegue alguna vez como usted hacía

conmigo para asegurarse de que no lloraría,

y él tampoco lo hará, madre. Vino la cigüeña,

y no a un nido, sino a un claro. Lo hice,

madre, no como usted, padre o un doctor,

lo hice yo y sin ayuda. Seremos una familia

tan feliz...

Una familia feliz, feliz como un juego; pero

solo somos tres en nuestra familia, y

en una familia feliz debe de haber cuatro, y no

tengo ninguna hija. Pero la cigüeña traerá

una niña y después otro niño, y entonces

seremos cinco y no cuatro, aunque ello no

importará porque seremos una familia feliz.

Y usted no podrá hacer nada, y seremos una

familia feliz, y padre no podrá dañarnos.

Mary no me hace daño, madre, ella no es

una mala madre. Todavía la amo, la amo, la amo.

Y hoy hablaré con la cigüeña o tal vez

mañana, pero definitivamente pronto,

porque Mary tiene tres hijos y dos están con

su malvado padre... pobres niños. Y entonces

seremos cuatro, y luego cinco, mejor para el

juego; y todos nos sentaremos a la mesa como

hice hoy con mi hijo, y hablaremos de las

noticias y otras cosas de la que los padres

deberían hablar con sus hijos, y hablaremos

hablaremos, pero él no habla mucho aún,

y debería hablar más porque es bueno,

porque deberíamos decir lo que pensamos,

porque somos libres de padres malos, y no

deberíamos serlo también, madre.

La hoja está fechada en los últimos diez días.

Caid pensaba en cómo usar las lámparas de queroseno para quemar la fachada de la impia casa, pero cuando Lamar leyó la carta supo que John y los niños corrían peligro. Y su paranoia se abrió paso por sus labios:

- La cigüeña... Sin armas en la casa... ¿Podria ser Ana la cigüeña y dejo aislado y desarmado a John? Sea como sea, coged las lámparas de queroseno y salgamos. Me resisto a dejar un templo a semejante monstruo en pie. El alma de Marcus querría que la liberasemos.

- Creo que podrías estar en lo cierto Caid - dijo Ronald. - No sé que tendra que ver ese altar pagano, pero desde luego esa carta es una amenza para los niños de Jhon.

- Podemos usar el queroseno para quemar las ofrendas. No creo que al que descabezó a esos pájaros le importe, pero a mí me ponen enfermo.

- Esperad, esperad... Dijo Lamar en voz alta, alarmado tras meditar un instante en el contenido de la carta.

- ¿No se referirá a la cigüeña a aquel ser horrendo que acabamos de matar? ¿No sería aquella bestia la que se llevó a la mujer y al hijo de John? Si es así... Nos falta encontrar al demente que la invocó. Había nerviosismo en sus palabras. Casi parecía cuestionarse sus propios argumentos mientras hablaba.

- ¿Qué nos queda por registrar? ¿Dónde demonios puede esconderse el condenado?

Caid no paraba de mirar por si se acercaba alguien o si encontraba algo con que provocar un fuego que agarrase bien en la madera. El queroseno podía bastar, pero quería asegurarse... Debía asegurarse, de que aquello se iba al Abismo del que había reptado al exterior.

- Si ese cabrón está aquí, que arda con su horror. Y en la purificación de las llamas, se liberen las almas atrapadas. Joder, hace menos de una hora yo era alguien interesado en el ocultismo como un medio de entender la superstición y bueno, también era algo supersticioso, pero esto no lo había visto nunca, maldita sea. Hay que darse prisa y salvar a esos niños mientras aún podamos, con encender este sitio basta por ahora hasta que salga el Sol y pidamos ayuda.

Caid localiza un tablón suelto que camufla una cavidad en el suelo. Este hueco contiene dos libros antiguos y una bolsita de cuero.

Uno de los libros es un texto sencillo imprimido en la década de 1870 por una fundación misionera católica. Titulado “Errores del pagano”, contiene descripciones de “ritos paganos” practicados por diferentes indios sudamericanos, presentados como argumento para proseguir con la actividad misionera en el área. El autor no parecía interesado en identificar a las tribus, pero una mano desconocida ha subrayado ciertos pasajes con tinta azul. Estas secciones tratan de ritos para venerar a un dios desconocido, y la mayoría incluye alguna forma de sacrificio animal o humano. Otros implican canibalismo y tortura. 

El segundo libro es más inquietante. Huele a moho y las páginas están húmedas y ligeramente pegajosas al tacto. Cualquiera que eche un vistazo se da cuenta de que el olor pasa a sus dedos, donde permanece a lo largo de 2D3 horas. El libro tiene unas setenta páginas escritas a mano que describen los rituales necesarios para convocar y atar a un acechador alado del vacío.

La bolsita de cuero contiene un silbato de hueso, de unos 12 centímetros de longitud, necesario para ejecutar el hechizo contenido en el libro.

Caid quería quemar la mansión para liberar las almas pero Lamar le convenció que el único medio era el entierro en un lugar sagrado y hacer un rito funerario. Además no tenía medios para incendiar la mansión a no ser que sacrificara el coche pero Lamar se opuso totalmente. La cigüeña era el ser alado... Lamar condujo hasta la casa de John dejando a Caid allí para que protegiera a la familia, después fue con el Dr. Green en coche hasta la comisaría... allí le enseñaron al agente de turno la foto y las tres hojas encontradas, además de explicar los cuerpos que yacían en la mansión. Se produjo después un gran movimiento policial. Se tuvieron que cerciorar que los hechos contados eran ciertos... Vino el F.BI y el servicio secreto, el cuerpo de aquella criatura se la llevaron sin que apareciera en ningún medio de comunicación.

Se hicieron los entierros de James, y Mary Whitelock y otros restos de niños que habían sido encontrados. Samuel Bensten el antiguo propietario de la mansión se había tirado por un balcón de un hotel en Nueva York. Se sospecha de que las muertes de esos niños estuvieran relacionadas con él, y el cuidador de la casa Jeff Carey se le culpó de los asesinatos de James y Mary Whitelock. Era cuestión de tiempo pillarlo.

Asististeis al funeral de Mary y James, y de los demás niños.

Para el Epílogo:

- John estaba muy frustrado... ¿los investigadores le dijeron la verdad?, ¿le engañaron de alguna forma para un bien mejor?

John no estaba capacitado para cuidar de sus hijos, y Anna necesitaba de dinero no podía hacerse cargo de los niños, Sí como sirvienta pero no como tutora de los menores, ¿buscarían a alguien los investigadores?

- ¿Colaboraron posteriormente con la policía, federales y el servicio secreto para encontrar a Jeff Carey? Esto les podría llevar meses de investigación. La policía no conseguía encajar al antiguo dueño de la mansión con el cuidador... ¿le proporcionarían los investigadores los libros encontrados para dárselo a ellos perdiendo los investigadores aquellos libros?

- ¿Caid insistiría en hacer arder la mansión utilizando a sus compañeros sobre todo a Lamar para que le pagara y le proporcionara las herramientas necesarias para el incendio?

- ¿Leerían el libro encontrado?, ¿invocarían a un ser alado?, ¿asistirían a algún erudito?

Se deja más cosas a discreción de los jugadores para el epílogo.

Mañana a las 23:30 se cerrará la partida, ha sido un honor estar con todos vosotros, me lo he pasado genial, siento no haber sido muy habladora en el of topic pero no quería dar o llevaros a algún error con comentarios sobre la partida. La partida estaba pensada para que los investigadores se imaginaran las cosas más estrafalarias, dudaran de todo y creo que lo he conseguido, gracias a todos por vuestra interpretación, buen ritmo y esmero en vuestras interpretaciones, ¡ha sido fenomenal!

Caid se aseguró de que el cuerpo de Marcus fuese limpiado y amortajado con cuidado, pidiendo ayuda a las autoridades federales para que el héroe caído reposase en su pueblo natal. Era lo menos que podía hacer con quien había sido viejo amigo. Decidió guardar uno de los anillos de Marcus como recuerdo de éste, quizás eso ayudase a revivir buenos tiempos pasados.

Sugirió a John participar en un programa de terapia, a fin de estar en condiciones de cuidar de la familia que le quedaba. Mientras, quizás Lamar y el resto del grupo incluyéndole a él, pudiesen donar un dinero que ayudaría a que Anna cuidase de la casa y de los niños. Incluso intentó convencer al Alcalde de que invertir dinero en ayudar a los Whitelock, una afligida familia local de renombre, elevaría su carrera de cara a las próximas elecciones. Personalmente, se encargaría de cerciorarse de que si esos niños necesitasen algo más, se le notificase por telegrafía de inmediato.

Decidió hablar con el resto para colaborar en el caso con el FBI y los locales. El lugar debía ser registrado y luego incendiado de arriba a abajo. La visión de aquellos tomos lo había reforzado a niveles obsesivos, quizás como respuesta a la erosión de su cordura. Imaginaba que los federales taparían todo lo sobrenatural del lugar, pero confiaba en conseguir sonsacarles qué sabían ellos de estos temas.

Por motivos que ni siquiera se planteó en el momento inicial, Caid había ocultado los libros y el saquito encontrados en la cabaña. Más adelante, al ver arder la mansión, tuvo el dilema entre echarlos al fuego o conservarlos en custodia, a fin de analizar el conocimiento de su interior para evitar que monstruos como Bensten o su secuaz pudiesen hacer daño impunemente. El conocimiento es poder, el poder puede ser peligroso, pero para combatir a un enemigo hay que saber cómo combatirlo. Los llevarían a una biblioteca especial en el monasterio, donde el conocimiento, siempre bajo medidas de seguridad, pudiese cumplir una función benigna. Curiosamente, mucho tiempo más tarde, desde que se atrevió a leer ambos manuscritos en profundidad, las noches pasaron a ser más oscuras.

Encontrar a Jeff Carey y comprobar que verdaderamente Samuel Bensten era quien se había tirado de un hotel de Nueva York. Esto último le intrigaba, ¿Porqué alguien con el poder de éste y su locura se quitaría la vida sin más? Ni idea, pero llegaría a investigar a fondo todo. El horror que había vivido y le había erosionado la cordura solo se curaría poniendo respuestas a sus preguntas, aún a riesgo de crear nuevas incógnitas.

Después de los sucesos vividos en la mansión, el Dr. Ronald Green perdió un poco la fe en los avances científicos con los que estaba tan entusiasmado. No es que no fueran eficaces, pero tantos años de estudio no habían sido lo suficientemente buenos para salvar a James. Ni a Marcus. Y luego estaba... lo otro. Había cosas en este mundo que no podían... o, más bien, no debían... ser explicadas, analizadas y diseccionadas.

Mancharse con la sangre de aquel que había llegado a considerar amigo a pesar del poco tiempo que coincidieron y eliminar la sustancia pegajosa de la criatura que lo mató fue demasiado para Ronald. Asistió a los funerales, horrorizado por el destino que habían corrido tantísimos niños. Y ayudó a los federales a identificar los restos encontrados en su laboratorio, pero ese fue su último caso real. Al poco tiempo, decidió vender todas sus, escasas, posesiones y, con el dinero ahorrado, comprar una parcela de terreno para montar una ganadería, una granja de cría selectiva, con los mejores ejemplares que pudo encontrar.

Durante un tiempo, ofreció a John participar en ella, incluso empezar en sus más que apropiados terrenos. De alguna manera, se sentía responsable por lo que había pasado, pero este nunca aceptó. Sumido en su depresión e ignorando los consejos de amigos y terapeutas, no acababa de responder a ningún tratamiento. Ronald quiere creer que su oferta seguirá en pie para siempre, tal vez alguno de los pequeños le acompañe en el futuro, pero de momento sólo puede ayudar en costear parte de los gastos de su educación.

Aunque mantuvo el contacto con Lamar y, más infrecuentemente, con Caid, se limitaba a correspondencia cada vez más infrecuente. Hace poco Caid le mandó por carta, desde el otro lado del charco, el pequeño silbato que habían encontrado. No venía ninguna nota ni dirección en el remite. Cuando lo abrió y le cayó el objeto encima, Ronald pudo constatar con repugnancia lo que ya había descubierto tanto tiempo atrás: Aquel hueso era humano.