Partida Rol por web

El botiquin esta bien preparaado y ves que no hay nada raro dentro.

-¡Sisto, agarra a la criatura que tienes encima y no la sueltes!

Amara espera un momento a ver cómo reacciona y si Sisto es capaz de hacer algo. Apunta a la cosa.

Las armas son prioritarias, sólo tenemos una pistola de clavos, así que creo que deberíamos...

Pero ¿nos corta el camino hacia la armería? ¿podemos pasar rápidamente?

Avanzaron en grupo tratando de no armar escándalo. El metamorfo les sorprendió justo cuando estaban a punto de alcanzar la armería. Tenía el aspecto de un niño. Aquello casi confirmaba una teoría sobre la que Leni había estado cavilando. El niño impostor se lanzó sobre Sisto por instinto.

La capitana ordenó a Sisto que tratara de atraparlo con sus brazos mecánicos. Miraba hacia la armería, el plan era llegar a la habitación pasando por delante del alien antes de que este pudiera liberarse.

Allende apuntó al metamorfo con su pistola HORHE, dispuesta a cubrir al grupo mientras entraban a la armería. Sin embargo no tenía un entrenamiento excesivo como para esperar al mejor momento para abrir fuego. Dañar al objetivo era una tentación irresistible, así que disparó tras haber apuntado.

Harlan no estaba armado y podía resultar un estorbo en el mejor de los casos o ser gravemente herido en el peor. Desconocía la fuerza de la criatura, pero si era proporcional a su tamaño (teniendo en cuenta su fuerza inicial) ya debería ser mayor que la de un hombre adulto, así que procuró no ponerse en riesgo en ningún momento. Le vino en ese momento a la cabeza, por alguna extraña asociación, que Torricelli estaba constantemente deseando marcharse a su laboratorio en la sala 1B.

—Disculpen —dijo a través del intercomunicador—. ¿Mi hermano fue así de insistente en conservar al alienígena vivo, en la misión en la que murió, como lo está siendo ahora el señor Torricelli? ¿No es algo extraño?

Tanto tiempo cegado con la idea de que el doctor Lobsang era como su hermano y quizá aquél que más se le parecía había estado mucho menos cerca pero repitiendo siempre las mismas cosas. Insistente, tozudo, con un objetivo claro. Como podría tenerlo un androide o un iluminado.

Harlan, demonios, este no es momento para esas preguntas ! - gritó y dio un paso atrás y cogió una silla e intentó sacar una de sus patas para usarla como arma improvisada.

Harlan no sabía pelear. No tenía ni la menor idea de cómo ejercer violencia física contra alguien por mucho que sus fantasías llegasen incluso a ser sangrientas. Temía recibir más daño del que pudiese causar. Para contestar a Virya, alzó el tono de voz, pero sin llegar a gritar.

—Si nos vamos a deshacer de esta... cosa... sólo para que un traidor nos la vuelva a jugar, lo veo pertinente —insistió, aunque dejando paso a los que estaban a punto de agredir al ser alienígena.

El hecho de que el doctor Lobsang estuviera convencido de matar a la criatura le descartaba como traidor, en principio, aunque no como científico sediento de gloria.

Dada su condición de médico, y como el doctor Lobsang había preferido lanzarse al ataque, Harlan decidió permanecer atento por si sus habilidades en medicina eran requeridas en algún momento.

Al poco de pasar a la zona seis "El chico", se tiro sobre sisto y comenzó a devorar la carne de Samuel sisto intento agarrarlo Virya toma una pata para usarla de arma, Leni dispara al "el chico", unos clavos le dan a ese ser. destroza los brazos del droide le escupe y funde acidamente sus rostro hasta los hombros de un salto como un felno salta hacía el techo, caminando sobre la talla desaparece por el conducto en el que habían venido hacía otro lugar de la nave

Por el momento todo ha quedado en un tanteo de fuerzas, en un susto ese ser ha ido a otra parte de la nave.

-¡Santa Madonna!

Todo ha pasado tan rápido que Amara pierde la oportunidad de disparar a la criatura. Quería un blanco claro.

-¡Moveos, moveos! A la armería.

Amara se identifica, abre el armero. Lo primero que coge son los detonadores y un par de cargas del explosivo plástico, luego se cuelga uno de los rifles al hombro. Mira el lanzallamas, afortunadamente no es un armatoste pesado, sino una antorcha de proyección de plasma incendiario. Es un arma peligrosa en lugares estrechos, el riesgo de abrasar a un compañero que se interponga en su camino. Lo coge.

Le tiende otro rifle a Allende. Por un momento duda.

-¿Dónde está Torricelli?

-Allende, has visto eso. No puedo negarles un arma. No creo que haga distinción entre amigos o enemigos... si todos somos humanos.

-Si uno es una réplica...

-Ninguno era tan bueno. Hemos pasado muchas horas juntos.

-No lo sé.

Aquí, estoy detras de usted capitana, pero armas no sabría que hacer con ellas, bueno como mucho si esta más tranquila algun revolver de esos de cañon con 6 balas.

Creo que estaría más seguro y estorbaría menos en cerrado en el laboratorio, que aquí con los demás 

El Armero esta abierto y las armas se dejan ver, hay detonadores, lanzallamas, recortadas, rifles, pistolas, cuchillos para ir a la selva, machetes, varios.

La luz roja parpadea unos segundos, todo se vuelve oscuro y luego vuelven a conectarse las luces de emergencia, en el suelo esta Sisto destrozado por el “chico” ha sido todo muy rápido.

Harlan estaba horrorizado ante la visión de las armas en su espacio correspondiente. Ojalá tuviera tiempo para contarle al menos a la capitana la razón de este temor, pero no había tiempo para eso ni para prácticamente nada. Naturalmente la explicación estaba relacionada con su hermano. El que en esos momentos flotaba para siempre en el espacio.

—Cogeré algún tipo de arma contundente, si no hay otro remedio —dijo con desgana—. Pero no va a servir para nada, y lo sé. Esa criatura metamorfa parece bastante resistente.