Partida Rol por web

Llegó el momento de pasar la noche. Tenían un plan que podía resultar. No eran grandes estrategas ninguno de ellos, pero habían hecho lo que habían podido con los materiales que tenían a mano. Una alarma mediante una campana que situarían sobre cubierta y que estaría conectada a muchos metros de sedal que rodeaba todo el perímetro. A Lucie le había costado bastante conseguir que funcionara, pero finalmente lo había probado e iba a servir. Cristales rotos en el suelo en todos lo accesos a la embarcación, eso serviría para dos cosas, primero para hacer daño a aquellos seres que se acercaran al barco y segundo como alarma pues sin duda gritarían. La pizza intoxicada también podía ser una buena herramienta y finalmente las guardias por parejas harían que todo estuviera controlado.

Llegó el primer turno de guardia. Como Lian había propuesto fueron Hugo y Lucie quienes se encargaron de aquella primera guardia, en teoría la más sencilla de todas, pues aunque estaban cansados, todavía no tenían sueño. El resto se fue a dormir al interior del camarote. No tardaron demasiado en quedarse dormidos como troncos, en especial Lian y John, que tras las caminatas de las últimas horas, estaban completamente agotados. Stacey y Oliver tardaron un poco más, pero finalmente también cayeron en las manos de Morfeo.

El primer turno de guardia pasó bastante rápido. Hugo y Lucie hablaron de todo lo que había estado sucediendo durante las últimas horas y los últimos días. Desde luego el extraño lodazal, las extrañas averías y las posibilidades de ser rescatados fueron los temas estrella, pero más adelante surgieron materias más distendidas como el acercamiento entre Stacey y Lian o las fiestas que se habían pegado en días anteriores a los acontecimientos que les mantenían varados en aquel lugar de pesadilla.

El clima acompañaba. No hacía ni demasiado frío, ni demasiado calor. Aunque unos densos nubarrones se habían formado en el cielo a últimas horas de la tarde y no se movían del cielo amenazando con romper en una tormenta de verano, todavía no había caído gota alguna. Así que, subidos en lo alto de la cubierta, fueron pasando distraídos las horas. 

Llegaron las dos de la madrugada, y tocaba hacer un cambio de turno de vigilancia. John y Stacey serían los encargados de llevar a cabo la vigilancia entre las dos y las cinco.

Fue Lucie la que descendió al camarote que ambos compartían para despertarlos mientras que Hugo se mantenía atento en la cubierta. Para cuando Lucie regresó a cubierta con los dos nuevos vigías, estos mostraban caras de sueño y sus ojos estaban enrojecidos y pegados por las legañas. Sobre todo en el caso de Stacey, que aparte de sueño estaba algo afectada por las sustancias que había consumido durante toda la semana.

Fue nada más subir a la cubierta, donde se encontraban en esos momentos Hugo junto con Jonh y Stacey, Lucie ya se había quedado en el camarote descansando, cuando la pelirroja se quedó petrificada mirando hacia la lejanía.

Stacey vio algo que le heló la sangre y lo vio nada más subir a la cubierta del barco. Podía ser causado por los efectos de las drogas, pero estaba completamente segura de que no. Allí en la lejanía, a unos trescientos o cuatrocientos metros, quizás algo más, no podía determinarlo, veía con bastante claridad cuatro siluetas. Se trataba de seres con forma humana, pero solo distinguía su contorno. Estaban allí quietos, mirando hacia el barco y ni se movían un ápice.

Me lavé un poco la cara, "que el fin del mundo no me pille con este careto de yonki" , me digo riéndome al espejo. Joder, estoy tentada de fumarme un nuevo peta, pero creo que va siendo hora de racionar la maría también. 

-Abrázame, John. Joder, estoy destemplada. Mierda, me dormí sin probar la pizza. 

Me cobijo en sus brazos, observando la noche alrededor. Bostezo abriendo una bocaza enorme. -Eres superdivertido, John, a veces dices unas cosas que me hacen mearme de la risa.

Miro a Hugo- Tú también, lo que te pasa es que no acabas de liberar tu auténtico yo. Y te preocupas demasiado por tu propia seriedad. Cada uno es que como es, a mí me gustas así y...

Y ahora sí que me voy a mear en las bragas con lo que veo allá a lo lejos. Espera, ¿llevo bragas? Mierda, pues no.  

-Hostia, hostia, hostia, tíos, tíos, mirad allí -les señalo con el brazo extendido. Un escalofrío me sacude el cuerpo entero- Allí, ¿los veis?, cuatro figuras, de aspecto humano...no se, allí, a trescientos metros...yo que se... joder, joder, me cago en la puta, ahora veis que lo que decía era verdad...No se mueven, nos están observando también...qué hacemos...tíos, qué hacemos...Necesito un canuto, ya...mierda...Meto la mano en el bolsillo de la chaquetilla rebuscando el material...

La conversación con Lucie había hecho que la primera guardia pasara en un pestañeo, lo cual fue de agradecer. La temperatura perfecta también hizo que, a pesar de las circunstancias, estar allí fuera casi idílico, al menos el pequeño rato en el que uno se olvidaba de todo lo que les rodeaba.

- Bueno, pues buenas noches, que sea leve... - se despidió Hugo, momentáneamente. 

... cuatro figuras, de aspecto humano... (...) qué hacemos...tíos, qué hacemos...

Las palabras de Stacey hicieron que volviera a andar los pocos pasos que había dado.

- ¿Qué dices chiquilla? Tienes que dejar los canutos... - le contestó sin tomársela mucho en serio, pero asomándose a la barandilla y mirando a la lejanía.

Tras dormir como un ceporro, estoy nuevo; me cuesta poco despertarme, y se que, si no pasa nada raro... en tres horas, otro sueñecito, y habremos pasado el trance de la noche; por supuesto, no quiero que pase ninguna movida rara, pero... demonios... ya me dicen los huesos que pasará algo. Si cuando uno se despierta sin ganas de tomarse un copazo, es por que pasa algo. (Lo de que me cueste poco despertarme... cosas del pluriempleo, y eso de dormir cuando puedes, y ponerte en marcha rápido para el siguiente curro del día)

Salimos Stacey y yo a cubierta, al encuentro de Hugo, para hacer "el cambio de guardia" y tal, como en las pelis de Marines; al menos, charlando con ella, el turno se me hará muuuy rápido; es una chica divertida a rabiar, y tiene unas anécdotas e ideas que te cagas de buenas; lo malo... la pobre se ha destemplado un poco; joder, si es que es normal, con lo que tenía, o tiene, en el cuerpo, lo que necesita es sobar medio día entero; la abrazo un poco para ayudarla a entrar en calor; el frío de la noche no ayuda...

... cuando de repente nos señala en una dirección...  Afino la mirada lo que puedo hacia allá,... y..

-Jooder, tíos... que han venido; estos quieren más papeo... rápido, despertad a los otros, pero no peguéis berridos, no sea que se lancen a la carga como lobos... Stacey, baja tu; Hugo, tronco, pilla algo para atizar...

Echo mano a lo primero que encuentro; tenemos una serie de objetos que pueden servirnos para la ocasión, y creo que lo importante va a ser no dejarles subir a bordo

-¡Que no, Hugo, si los petas me dan lucidez! Mira, mira, sigue mi dedo...allí, justo frente a nosotros.

Por suerte John los vio- -No sufro de alucinaciones. Estoy muy cuerda. Y cagada de miedo también.

Sigo penetrando las tinieblas de la noche forzando la mirada. -Eh? ¿Bajo yo? Eh...claro, claro, voy corriendo.

Salgo pitando camino de los camarotes, con la intención de despertar a los otros amigos. Lucie ni debe haberse acostado todavía.

Lucie escuchó pasos y vio como era Stacey y no Hugo la que bajaba a la zona de camarotes. Portaba una expresión de terror en el rostro y parecía nerviosa por algo. Bajó las escaleras a gran velocidad y sin duda alguna tenía algo importante que decirles.

"¿Qué pasa? ¿Pasa algo?"

"¡He visto algo fuera! ¡Cuatro siluetas! ¡Alguien nos está observando!"

"¿Qué cojones dices Stacey?"

 Los pasos a toda prisa de la joven pelirroja y la conversación que tuvo acto seguido con Lucie, lograron desvelar tanto a Oliver, como a Lian, que tras escuchar aquello se pusieron inmediatamente en pie y salieron del camarote dispuestos a escuchar de primera mano lo que la joven tenía que decirles.

Mientras Stacey bajaba a la carrera para alertar al resto de lo que acababa de observar, John y Hugo seguían apostados en la cubierta de la embarcación tratando de ver lo que los ojos de su compañera habían visto. Lo cierto era que ni uno ni otro lograron distinguir las siluetas de las que su amiga les había hablado. ¿La maría le estaba jugando una mala pasada? ¿O es que ellos no tenían su misma agudeza visual?

Fuera como fuera, por mucho que intentaron ver a los cuatro personajes inmóviles que les observaban en la lejanía de la oscuridad nocturna no lo consiguieron. Lo que si escucharon fue la conversación que estaba teniendo lugar en el interior del yate entre Stacey y Lucie.

"¿Qué pasa? ¿Pasa algo?"

"¡He visto algo fuera! ¡Cuatro siluetas! ¡Alguien nos está observando!"

"¿Qué cojones dices Stacey?"

Y entonces se escuchó como se abría la puerta de uno de los camarotes.

Le había costado trabajo montar la alarma con la campana pero al final lo consiguió y quedó bastante satisfecha con el resultado. Si a eso se le unía la idea que había tenido Lian llenando el perímetro de vidrios rotos y que se habían armado hasta los dientes con todo lo que habían encontrado en el yate, podría decirse que estaban bastante preparados para cualquier ataque imprevisto.

La primera guardia, que Lucie compartía con Hugo, transcurrió apaciblemente y sin contratiempos. Las conversaciones fueron amenas y no hubo en ningún momento atisbo de problemas así que, llegado el relevo, Lucie se retiró a uno de los camarotes a descansar, dispuesta a dormir todo lo que no había dormido la noche anterior, contenta de que todos sus amigos estuvieran juntos y confiada de que, al más mínimo problema, las alarmas la harían despertar.

Pero no fueron ni los vidrios rotos ni la campana quien sacó de su sueño a Lucie, sino Stacey que en un estado más que evidente de nerviosismo apareció en el camarote para dar un aviso preocupante. Habían vuelto, aquellos seres habían regresado y si era cierto lo que Stacey contaba preferían observar antes de actuar.

Se puso en pie de un salto dispuesta a subir a cubierta para ver lo que estaba sucediendo. Ni siquiera se había quitado la ropa para dormir pues sabía que, en el caso de que la alarma saltara, tendría que salir de la litera cagando leches. 

—Joder —exclamó la joven mientras subía las escalerillas a la carrera.

Ya en cubierta oteó todo a su alrededor buscando las siluetas a las que había hecho referencia Stacey, intentando ver cualquier otro detalle que pudiera ponerla sobre alerta y, sobre todo, sabiendo exactamente a qué peligros se enfrentaban.

-Vamos, Lian, vamos, Oliver. Despertad, ¡despertad, coño! de una puta vez. 

Prácticamente los arrastro hacia arriba siguiendo a Lucia, llevo de la mano a Lian. Me detengo en las escaleras- He visto al menos a cuatro figuras en la lejanía, de forma humana, y no son los petas, John también ha podido comprobarlo. Están ahí parados, yo creo que mirando también, comprobando la situación como nosotros. Estoy acojonada. 

Ya arriba en cubierta les señalo a la lejanía. Estamos los seis juntos, en medio de la nada, en medio de la oscuridad de la noche.

-Allí, ¿los veis? 

Vuelvo a rebuscar en el bolsillo, dónde coño he dejado el encendedor.- Eh, tíos. Y si esta gente está tan despistada y asustada como nosotros. Tenemos que contemplar todas las posibilidades, no afrontar esta situación solo como un enfrentamiento. El pacifismo lo primero, haber si nos pasamos y la cagamos, debemos intentar, no se, dialogar, entablar comunicación de alguna manera, ¿no?

Ya, ya voy... no dejan dormir, ni descansar a una - Me levanto y me voy hacia fuera para ver si veo algo o no, cojo la linterna e ilumino hacia donde dicen que puede haber gente (¿veo algo?)

A ver, tranquilos, vamos a tratar de no perder la calma - no veo mucho y como no se acerquen... van de culo si están esperando que yo me acerque, a ver si caminan un poco y así podemos ver si sangran (como en la película "depredador" xD). 

¿Y sólo miran? o sea, cómo sabéis que tienen ojos? igual sólo nos oyen, o nos huelen - la verdad es que la situación es tensa, así que, trato de comunicarme con esa gente, igual son pescadores de esos que se disfrazan ... furtivos - Ehhh, capullos!!!! (no se me ha ocurrido otra forma, lo siento)

Finalmente todos subieron a la cubierta alertados por las claras indicaciones de Stacey. Asustados por lo que está narrando agarraron todo tipo de armas con más que tratar defenderse. John portabs el bichero, Lian una pistola arpón, Oliver una hachuela, Lucie y Hugo cuchillos de cocina, tan solo Stacey iba desarmada, pues estaba lo suficientemente nerviosa y asustada para no echar mano a lo primero que se le pusiera delante. Además su naturaleza pacifista no le hizo reaccionar de otra manera.

Fuera como fuera, finalmente los seis se encontraban mirando hacia el oscuro horizonte. Estaba realmente oscuro y ninguno de ellos puedo ver lo que la pelirroja veía. Ella insistía en que frente a ellos a unos trescientos metros se encuentraban cuatro extrañas figuras. Stacey señaló y berreando totalmente segura de lo que estaba viendo y totalmente desconcertada de ser la única que lo veia.

El grupo empiezó a creer que su amiga se estaba pasando con la marihuana. De sobra era conocido que muchas sustancias provocan alucinaciones. Ese era uno de los peores efectos a largo plazo de la María. Solo esperaban que Stacey supiera parar a tiempo. Igual aquella experiencia le servió para cambiar sus hábitos.

Y entonces... Entonces la luz de la linterna de Lian, que ilumina la zona en ma que Stacey señalaba desveló algo. Ahora gracias a la luz artificial lograron ver lo que Stacey les había visto hacía rato. Y la visión es realmente aterradora.

Cuatro figuras erguidas se encontraban frente a ellos. Parecían mirarles con unos enormes ojos negros como la misma noche. Su aspecto era extraño. No eran humanos aunque podían parecerlo en su estructura, pero sus rostros... Estaban demasiado lejos como para apreciarlos, pero estaban seguros de que no pertenecían a la humanidad.

Entonces nada más ser iluminadas por el haz de luz de la linterna de Lian, empezaron a emitir un atronador sonido. Se trataba de un chillido muy agudo, similar al que realizan las ballenas o los delfines para comunicarse. El mismo ruido que tres de los presentes escucharon la noche anterior.

Pero lo peor no fue eso, sino que a la vez que fueron iluminados y empezaron a chillar, también iniciaron una frenética carrera hacia el yate y era rápidos, mucho más de lo que pudieran esperar.

-HOSTIA PUTA!!!!!

No me da tiempo a más, justo en el momento en que esas criaturas se lían a correr hacia nosotros... 300 metros, en un cálculo rápido, es medio minuto corriendo a lo supermán, pero estos parecen más rápidos, así que tenemos un pedo de tiempo...

-Que no suban!!, pero que no os agarren y tiren de vosotros!, no os peguéis a la borda, y dadles cuando asomen los morros!!!

... si es que tienen morros

Retrocedo un paso, y preparo el bichero para atizar en movimiento descendente en cuanto se pona uno a tiro.

Por si acaso, echo un ojo a nuestra espalda, no sea que el grito haya sido para alertar a otros...

--Si alguien no va a luchar, que se suba a lo más alto que pueda para iluminar!! y una bengala ahora estaría de puta madre, para ver algo!!!

... todo son palabras rápidas y no muy meditadas, pero yo me entiendo

A ver si Stacey deja ya la puta maría... con lo bien que estaría en la cama y no aquí con los cuchillos como un gilipollas... menos mal que no nos ve nadie... 

Hugo había dejado de creer en las palabras de su amiga pelirroja, por más que miraba, solo veía oscuridad. Ya hasta sentía molestias en los párpados de tanto forzar la vista, buscando ver algo mas allá, pero la oscuridad seguía cubriéndolo todo el horizonte.

Hasta que los vio. - Me cago en Dios... que tenías razón Stacey... joder... - dijo petrificado, notando como su sudor se helaba.

Los gritos de John le sacaron del estupor en un momento, haciéndole reaccionar. - ¡Que no caiga nadie! ¡Los que tienen armas más largas que ataquen primero! - gritó al grupo, por temor a un posible contacto con aquellos seres.

-¡Si es que es normal, si es que es normal! ¡Para qué les llamas capullos, Lian!  ¡Pues se han cabreado!  - Joder. Una boquita que te puede dar tanto placer y no veas como la caga a veces.

Me aparté de la borda a toda prisa -¿Eh? Y quién dice que no tuviera razón, Hugo, ¿cuándo me equivoco yo? Sois la leche. –No tengo ni idea de lo que hacer, ay Dios. Qué miedito. Casi me encojo sobre mí misma, con los ojos desorbitadamente abiertos- …Y…y si intentamos…no, nada –me podía olvidar de entablar algún tipo de comunicación. ¿Qué hago, qué hago? Los gritos de John me sacan un poco de mi pánico atontado.

-Vale. Vale, busco la bengala. –Así que corro hacia el kit donde se encuentran todas, cojo la pistola y disparo al aire, jooooderrr, qué ruido, me cago en la hostia… Y luego intento trepar al mástil, eh… mejor no, me subo a la zona más alta del yate pero que tenga una superficie estable y con otra linterna ilumino la escena *

Estaba más que claro, tanto peta había hecho que Stacey petara de verdad. En otro momento quizás Lucie se riera de su propio pensamiento pero, en aquellos momentos, lo único que le apetecía era estrangular a su amiga por haberla despertado con un aviso que había resultado falso. Hasta que la luz de la linterna dio de lleno sobre los cuatro seres.

—Joder Stacey, tenías razón —fue lo único que pudo decir acojonada por lo que estaba viendo.

Si se hubieran mantenido quietecitos, simplemente observándolos, todo hubiera sido mejor. Pero los bichos aquellos se habían empeñado en darles caza y habían echado a correr hacia el yate, no sin antes lanzar unos chirridos que a punto estuvieron de taladrar los tímpanos de Lucie. Y joder que si corrían.

La joven se había quedado paralizada al igual que sus amigos y no fue hasta que escuchó las órdenes de John, quién lo iba a decir, que no  se puso en movimiento quedándose en retaguardia ya que ella sólo disponía de un cuchillo.

—Hay que acabar con ellos —exclamó, intentando infundirse un valor que estaba lejos de sentir en esos momentos—. No sabemos si hay más escondidos por ahí.

Me quedé bastante helada cuando vi la reacción de los bichos con ojos y algas - ¡joder, cómo corren! - tenía la pistola arpón preparada, así que, dudé entre disparar ahora o esperar a que estuvieran más cerca, al final aunque tenía fama de tener buena puntería decidí esperar a tenerlos más cerca, sería más difícil fallar y el daño sería mayor.

Tranquilos, tranquilos - aún tenían que atravesar los cristales rotos e intentar subir al yate - mejor nos reagrupamos y así no está nadie solo - salvo alguien que suba y redirija el foco para iluminarlos, igual la luz los ciega o les hace daño.

Stacey, tranquila, todo va a salir bien. Te quiero!

Oliver no podía creer lo que veían sus ojos. Ya casi había dado por sentado que los efectos de la marihuana habían causado problemas mentales a la pobre Stacey, normal después de la semanita que llevaba, cuando por fin vio lo que se les venía encima. La luz de la linterna fue reveladora y ayudó a confirmar la peor de sus sospechas. Un grupo de cuatro seres humanoides habían estado allí de pie, observándoles. ¿Cuánto tiempo hacía de eso? No podrían saberlo nunca. ¿Hubieran salido a la carrera de no haber sido enfocados por la luz? Tampoco lo sabían.

Oliver esgrimía el hacha de rescate con ambas manos. Enfrentarse a aquellos seres era lo último que deseaba hacer. Oliver era un chico fuerte y joven, pero no estaba acostumbrado a tener que pelear por su vida. Tampoco sabía si aquellos extraños eran buenos luchadores, ni tampoco sabía la fortaleza física que tenían, pero por el modo en que corrían, era evidente que al menos tenían gran potencia en sus piernas. Si tenían la misma en sus brazos, podrían acabar por lanzarlos por la borda muy lejos del barco. Sólo esperaba que ante la resistencia que trataban de ejercer, se dieran por vencidos y se marcharan por donde habían venido.

- ¡Mierda, joder! - Alzó la voz asustado. - ¡Creo que quizás sea mejor idea escondernos en los camarotes! - Sugirió. - ¡La noche pasada no lograron acceder!

Todos se prepararon para lo peor. Armados con lo que pudieron esperaron al asalto de aquellos seres. En breves momentos ya estaba allí. Su apariencia era extraña. Se trataba de seres escamosos, de un color verduzco, ojos negros y pies y manos palmeadas. Eran muy similares a reptiles o más bien a peces, pero lo que estaba claro es que procedían del mar. Estaban mojados y cubiertos por algas que parecían ancladas a su cuerpo en una extraña simbiosis. Al acercarse a ellos, observaron que sus bocas eran más bien fauces con decenas de afilados colmillos, muy similares a la boca de una piraña.

Para cuando estuvieron a la altura del yate, los agudos chillidos fueron casi insportables, pero peor era el miedo que todos ellos sentían, pues lo cierto era que las intenciones de aquellos seres, para nada parecían amistosas. La trampa dispuesta con vidrios sirvió en su justa medida para detener a uno de ellos. Nada más pisar sobre la zona en la que habían depositado los cristales, acabó en el suelo lastimado. Chilló de forma aguda y se agarró el pie con gesto de dolor. Un cristal debía haber atravesado su pie y maldecía en su idioma mientras trataba de sacarlo de la herida.

Por desgracia los otros tres tuvieron más suerte y mientras sonaba la campana que Lucie había dispuesto como alarma, ahora ya no tenía demasiado sentido, empezaron a subir a la embarcación. Los esfuerzos de todos por evitarlo tan solo lograron retrasar lo inevitable. Patadas manotazos, cuchilladas, hachazos y bicherazos después, no impidieron que dos de aquellos seres accedieran a la cubierta. Tan solo Lucie logró asestar un cuchillazo a uno de ellos. La hoja penetró a través de la dura piel del monstruo y éste chilló dolorido y acabó por caer por la borda.

No obstante, dos de ellos ya estaban allí y empezaron a forcejear con Hugo y Oliver. Un manotazo acabó por derribar a Hugo. El joven Petersen se sintió aturdido, dolorido también, pero se pondría bien, tan solo tenía que tratar de evitar que su enemigo se cebara con él y retroceder unos pocos pasos hasta lograr recuperarse y seguir combatiendo para defender el barco. No tuvo tanta suerte e capitán de la nave. Oliver recibió un empujón de uno de los seres y perdió el equilibrio cayendo por la borda. El golpe contra el suelo le dejó inconsciente y a merced de los otros dos hombres pez que se encontraban en el lodazal y que no habían conseguido subir abordo.