Debbie decidió no confrontar más con el niño. Además de que no estaba a la altura de una senadora de los Estados Unidos, tenía una mirada fría. Parecida a la del otro señor que la confrontó. El Sr. Shelby parecía de esos caballeros de café que opinaba de todo y no participaba de nada. La clase de gente que a Debbie le irritaba más que los demócratas.
- Dios me guarde... tenía que haber en este condenado tren un anarquista. Bah, o eres eso o un socialista. De cualquier forma: peste anti-sistema que nunca ha hecho algo por la sociedad más que intentar desmantelarla. Hazle un favor a la sociedad y nunca escribas un libro, ¿vale?
Vaya con la juventud de hoy en día... ¡Ni respeto a los mayores le tienen! Grito sin dirigirme directamente a nadie mientras avanzo hacia mi asiento en el tren y presencio una discusión entre un chico y una mujer.
La monja niega con la cabeza y es que el joven era particularmente maleducado, metiéndose con unos y otros, una suerte de que aún hubieran personas con moralidad y luchadoras que dieran ejemplo.
- Quizás todos debiéramos calmar los ánimos y actuar con un poquito menos de fervor... - dijo intentando que la discusión se minimizara algo.
-No soy anarquista, ni mucho menos uno de esos bolcheviques de Moscú -Shelby sonrió al oír las declaraciones de Debbie-. Le sorprendería saber lo integrado que estoy dentro de su maravilloso sistema. Respóndame a una pregunta, mujer, ¿en cuántas guerras ha estado?
Mary entregó su billete al revisor--jijijijiji—se le escapó una risilla nerviosa sin que pudiera evitarlo..
No le gustaba enterarse de las conversaciones ajenas por eso hacía como que miraba por la ventanilla pero después de unos minutos la curiosidad pudo con ella por lo que se asomó sutilmente entre los asientos, quería poner cara a aquellas voces. No le gustaba lo que oía y empezaba a no sentirse segura en aquel vagón. No devió viajar sola, ya se lo dijo su hermana ...
No le tomó mucho a Debbie para darse cuenta de frente a quién estaba parado. Recuperando su compostura y suavizando la mirada, la senadora levantó una mano u se la puso en el corazón. Parecía casi bizarro viniendo de una mujer tan despectiva con los demás.
- Si usted es un veterano o algo parecido, entonces gracias por sus servicios. El país esta en deuda contigo. Ahora... ¡no me jodas con el discurso de "los políticos deciden desde sus pupitres y los que morimos somos nosotros"! Que lo que he sacrificado yo para mantener la estabilidad de los Estados Unidos no tiene nombre...
Yang mi observó la situación y se retocó el labio mirándose en el reflejo de su espejo de bolsillo.
-Críos...
Pensé que Shin, empezaría hablar el Coreano ):
La verdad es que sí, pero no tengo ganas ahora de escribir en coreano xD
Esto puede ser la risa...¿que cojones ha dicho la "china"?
Encomendemos nuestra alma al Señor....
¿Los pobres? Que mueran primero los jóvenes
Callaos ¡gentuza! ¡comunistas!
*Guarda su cuadro donde hay una foto de Stalin*
(chifla) Aquí no hay comunistas... solo gente enojada por un mal gobierno.
Malo..., cuando la política se mete de por medio..., malo.... - suspira la monja