Partida Rol por web

La oscuridad había comido a aquella persona, en cierto momento estaba viviendo su vida normal, o lo más normal que este pudiera, y de repente, la oscuridad lo había rodeado, absolutamente nada se veía y nada se escuchaba más allá de su propia respiración y los latidos de su corazón en sus oídos... Pero entonces... una ligera melodía, quizás un "Single", se hizo cada vez más y más claro en mitad de aquella oscuridad y con un enorme flash que cegó a aquella persona por unos instantes; esta pudo ver dónde se encontraba. Para algunos era un lugar extraño que nunca antes habían visto, en cambio para otros, parecía asemejarse a un plató de televisión.

Sentado en una silla, a su alrededor se encontraban otros cinco asientos también ocupados por otras cinco criaturas vivas que parecían estar tan desorientadas como este. Y ante todos aquellos, un muchacho de apariencia juvenil, portando un arco carmesí y tres flechas en su otra mano, con uniforme militar de pantaloncillos cortos rosado y con galones y decoraciones plateados les sonrió mientras alzaba sus alas blancas, mostrando aquel carcaj de flechas.

Los otros participantes eran dispares, o incluso uno mismo era el dispar; puesto que todos destacaban por algo en particular; por lo que hacer mención de quién era quien, o cómo se veía, era algo bastante útil para poner un poco en contexto todo eso que, ya de por sí, era bastante extraño... algunos tenían una forma de piel, del rostro... muy... distinta a lo normal... Pero... ¿Qué era lo normal en toda esa situación?.

• Un Samurai
• Un Gato
• Un Hombre con traje
• Un Niño albino con manta
• Un Joven adolescente
• Un Adolescente robot

"¡GATITOOOOO!" exclamé al despertar y ver a aquel gato, levantándome de la silla para abrazarlo. Luego reparé en los otros concursantes, y el señor con alas de ángel. "Oh. Uh. ¡Hola!"

Mientras amenazaba a aquellos seis con sus flechas, el muchacho pelirrojo se relamía y pasaba su mirada de uno a otro y vuelta a empezar, y una vez que este hubo obtenido la atención de los presentes... habló.

-¡Bienvenidos damas y caballeros una vez más a CUPIDR!. -Comentó girándose, dándole la espalda a aquellos seis y mirando a las lentes de las cámaras que salían de la más absoluta oscuridad que rodeaba a aquel plató de televisión- ¡Soy Vuestro Presentador favorito, Cupid R.! ^{_{¡Mucho mejor que ese Ghoul de la Semana Pasada que quería robarme el protagonismo!}}. -Murmuró molesto- ¡Y hoy os traigo a seis nuevos Solter@s de Oro!. -Indicó a las cámaras antes de hacer un ademán con su mano hacia aquellos seis, pero lo más increíble fue que este pudiera pronunciar un "@", realmente estaba a otro nivel de poder- ¿Quién será el escogido por nuestro selecto Solter@ de Diamante? ¿Y quienes tendrán que volver a sus sórdidos mundos con las manos vacías y el corazón roto?.

¡Lo veremos muy pronto!

Su sonrisa se desvaneció a la par que este se giraba nuevamente hacia aquellos seis solteros presentes y, con una mirada seria miró a todos y cada uno de ellos antes de volver a hablar con una voz mucho más grave que la jovial que usaba ante las cámaras.

-Ahora mismo están con un anuncio de Hemorroides, así que escuchadme bien que solo lo diré una vez. -Comentó con seriedad el muchacho mientras se sacaba un cigarrillo del interior de uno de los adornos de plata- El "Solter@ de Diamante" hará una pregunta, vosotros la responderéis, entonces el "Solter@ de Diamante" escogerá qué respuesta le convence menos y ese concursante será eliminado luego de pasar por delante del "Solter@ de Diamante", así hasta que solo quede uno de vosotros en donde ganará una cita con el "Solter@ de Diamante" en un lugar del multiverso que me venga en gana. -Tras esto, el muchacho respondió expulsando una larga calada del cigarro- Y como no le echéis ganas... formaréis parte del público... -Indicó señalando a las oscuridad.

Las gradas se iluminaron mostrando como estas estaban cubiertas por una gran variedad de personas con máscaras blancas con una amplia sonrisa. Todas inmóviles mirando hacia ellos. Lo único que una persona con buena vista podía notar es que estaban todos ellos vivos, pues respiraban y sus ojos temblaban... eso sí, no pestañeaban... ni siquiera cuando el cigarrillo de Cupid R. voló hacia ellos y le dio a uno en la barbilla de la máscara.

Con esto hecho, el muchacho se giró nuevamente hacia las cámaras mostrando una amplia sonrisa, y a juzgar por el pitote rojo que estas mostraban, estaban en directo nuevamente tras aquel anuncio.

-¡Bienvenidos de Nuevo queridos Amantes de los Amantes!. -Comentó con una pirueta a un palmo del cielo- ¡Nuestros concursantes están entusiasmados por ganarse el corazón del "Solter@ de Diamante"!. Pero... ¿Quién de ellos lo logrará?. ¡Tenemos gran variedad aquí!. -El muchacho sobrevolaba a un palmo del suelo el plató de televisión, de un lado a otro- ¡Y lo que es mejor!. ¡Están a ciegas!. ¡Porque ya lo sabéis querido público!. ¡No todos pueden ser tan hermosos como yo, pero sus corazones pueden ser brillantes!. ¡Y eso es lo que un Cazador del Amor como yo anda buscando!. Así que...

¿Cuál será la primera pregunta?

Se sacudió la cabeza un par de veces por la extraña transición, luego parpadeó varias veces y miró extrañado a su alrededor. Era todo tan extraño y surrealista que su mente asumió que era un sueño. ¿no lo era? Seguramente un mecanismo del subconsciente para evitar que se volviera loco allí mismo.

Vió a los otros solter@s, al presentador, el plató, el público... y sonrió.

Una sonrisa ancha, divertida. Pero unos ojos aún muy confundidos.

Había llegado para ampliar mi Harem, al final necesitaba estrenar mis nuevas herramientas de la entrepierna, creadas por Chiyoko y Atira. Era mi hora de crear mi harem, pero al parecer estaba fea la cosa, había un chico tan adorable que me da ganas de morir por sobredosis de dulce, un gato y un samurai, pero había dos personas que a verlos me daba un poco de miedo, hasta que uno de ellos sonrió. 

¡¡QUE DEMONIOS!! ¿Qué clase de personas son aquellas dos, especial el que sonríe, su carne, su piel, sus ojos, su boca, todo estaba de espanto, su piel era algo con muchas tonos de color a un nivel de detallismo absurdo, se vía que era muy pegajoso y flexible, sus ojos tan pequeños, sus cejas no muy grandes, su boca chica, es como si tuviera.... que si fuera de una tercera dimensión con un gran hipotesis planteada por el compañero Ikuyurah Atira

Las dimensiones colapsan ante mis ojos de chico 2D. 

De pronto todo se fue a negro y los callejones de Brooklyn desaparecieron para ser reemplazados por un Set de televisión, lejos había quedado ese miserable de Abelen cuando ya lo tenía a tiro de varita y ahora de la nada estaba aquí.

Yo no era un puñetero novato, estaba claro que algo o alguien me había sacado de mi realidad y eso significaba mucho papeleo, Montgomery iba a matarme cuando volviera y ahora, para colmo, me encontraba atrapado aquí con este variopinto grupo de adolescente y un puñetero gato.

Un gato, ni más ni menos que eso. ¿Quién es su sano juicio se tomaría la molestia de arrancar a un gato de su realidad y para qué? - pienso mientras nuestro anfitrión hace acto de presencia y nos explica las reglas de su realidad dejando en claro que aquí el tenía pleno poder, por lo que ni me molesto en sacar la varita.

Si quiero salir de aquí, mejor sigo las reglas y espero a poder estar lejos de la vista de este émulo de Cupido, porque como empiece a lanzar maldiciones a diestra y siniestra aquí, las cosas iban a terminar muy mal, pero. ¿En serio tenía que competir con un gato por ganarme el afecto de otra persona? Esto es injusto, ese pulgoso lleva ventaja. - pienso mientras miro como la achuchan simplemente por estar allí.

Así que de momento me limito a mostrar una de las sonrisas más encantadoras de mi repertorio.

- ¿Pero qué demonios? Estaba a punto de patear el trasero a aquellos villanos de pega... mecaguen, ¡FFFFfffussssh! - bufé enojado al niño que me abrazaba con claras intenciones de morderle la nariz, pero algo me detuvo -espera, ¿alguien ha dicho conquistar a una soltera? 

Al parecer mis planes malvados iban a tener que esperar para después de ganar aquel concurso. Miré alrededor y resoplé con desdén. ¿Aquellos peleles iban a ser mis rivales? Pan comido. Nada que un gato que estaba a punto de dominar el mundo no pudiera conseguir, y más por la compañía de una hermosa dama. Un paseo por los tejados al anochecer, unas vistas espectaculares con una taza de leché templada, una dulce serenata gatuna y la tendría en el bote.

- Analicemos con cuidado...- observé al niño cubierto con la manta que me abrazaba - je, uno menos, este ni siquiera lo cuento. Seguro que aún moja la cama. Dejemos que se convierta en mi malvado vasallo. 

El resto eran un samurai escapado de algún show televisivo, un adolescente con melenas y sonrisa rara y un chico robot que había tenido días mejores, nada que pudiera hacerme sombra. Luego estaba aquel tipo con traje, que consideraba mi mayor rival, pero ya me ocuparía de él.

- Je je je je...

Tras una extraña melodía y una luz cegadora, me encontraba en un lugar extremadamente extraño. No había visto ni vivido nunca nada similar, luces sin una llama que las alimentase, e incluso un asiento cuyos materiales no podía identificar.

-Espero que esto sea una prueba de los Kami y no que haya caído en un ritual de Maho-Tsukai.

Al ver al arquero, me fijé en el extraño diseño de su arma, pero al ser apuntado por él, eché la mano a mi katana, solo para descubrir que no estaba ahí, mucho menos la no-dachi que había dejado a buen recaudo. Estaba indefenso, y no me gustaba.

Cuando el chico empezó a hablar dirigiéndose a unos extraños aparatos pude entender cuál era el reto al que me habían expuesto ésta vez, y quedó mucho más claro cuando se dirigió a mí y a los demás personajes que estaban sentados a mi alrededor.

-¡Hai! -respondí ante la velada amenaza del misterioso arquero.

Tras entender que era una competición por el corazón de una dama, mostré mi confianza tras ver a los demás oponentes y decidí seguir las normas explicadas.

¿Tienes alguna manía incontrolable?

"Oh, uhm... ¡no es que sea un cobarde! Pero tiendo a desaparecer cuando hay una amenaza física hacia mi persona..."

-No soporto las mentiras. No creo que sean una conducta honrosa para nadie, así que si soy consciente de que alguien miente en mi presencia, lo sacaré a la luz.

Sl escuchar la pregunta, reflexiono un momento sobre la misma y tras analizar mi vida, decido contestar con absoluta sinceridad. - La verdad sea dicha, sí la tengo, pongo mucho empeño en mi trabajo porque me gusta proteger a quienes aprecio, luego de que perdí a alguien muy importante para mi, decidí que no permitiría que nadie volviera a hacerle daño a la gente que amo y es por ello que ahora doy mi máximo en hacer las cosas bien.

Pues en mi línea de trabajo, un error, por mínimo que sea puede costar muchas vidas y aprecio demasiado a las personas que me rodean como para permitir eso, así que sí, soy una persona de naturaleza protectora y eso me lleva a ser meticuloso en lo que hago. - dicho esto me pongo a evocar algunos recuerdos que me llevan a esbozar una sonrisa.

Miró de reojo a su alrededor, apenas se atrevía a fijar la mirada a aquellos seres que tenía a su lado, caricaturas, dibujos animados. Sea lo que fuere, no era real, se decía a si mismo constantemente para no perder la cabeza.

— En cualquier situación.. fuera de lo normal.. soy incapaz de quedarme tranquilo y fluir con la situación: mi mente empieza a dar vueltas y a divagar en todas las posibilidades y diferentes situaciones derivadas que podrían llegar a existir. Me puedo pasar horas pensando en que habría pasado si hubiese dicho algo diferente, hubiese actuado de otra forma.

Sonrío  de medio lado y se revolvió la melena para peinarse con sus manos y dedos el pelo hacia atrás, dejándolo caer con una naturalidad conseguida.

— Si pudiese pausar mi vida para pensar mi siguiente acción, viviría en un bucle eterno.

No solo las dimensiones están en el colapso a mis ojos sino que ahora ¡los gatos pueden hablar! Bueno... un oso maloso que habla me toco primero, eso lo dejaré como ya algo normal.

La pregunta había llegado y era sencilla, al final a cabo solo había una gran debilidad para Kibou.

Me gusta acabar los videojuegos antes de iniciar otro nuevo. 

Me aclaré la garganta y con voz profunda y seductora comencé a hablar lentamente, pero sin pausa.

- Debo reconocer que tengo una manía, una obsesión que me cuesta admitir, pero no puedo negar: los plumeros, esos objetos de los dioses con sus esponjosas y suaves plumas que se agitan cuando te acercas. Son mi debilidad, no puedo quitar mi vista de ellos cuando se mueven, me llaman y me piden que los persiga - mi voz fue subiendo a un tono algo más agudo y soñador - y yo tengo que perseguirlos... - de pronto, me di cuenta de que había perdido mi sensual voz profunda y volví a adoptarla - ¡Ey! Si sabes como agitar un plumero, yo soy tu hombre, nena.