Partida Rol por web

[DM 21/11] Dragonlance - La Ciudad de Kalaman

Capítulo I - Kalaman, la Joya de Solamnia

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16/11/2021, 23:05
Dungeon Master

21 Bran 433 AC

La situación en Belleria parece haber mejorado algo durante vuestra ausencia ahora que la ayuda procedente de Kalaman ha comenzado a llegar y las labores de reconstrucción han empezado también. El sargento Markguth y sus hombres consiguieron regresar hace días y todos os daban ya por muertos tras tanto tiempo sin saber de vosotros.

La felicidad de vuestro regreso se entremezcla con la tristeza que provoca la noticia de la muerte de Glinthalas, una persona muy conocida y querida en Belleria y a quien el gobernador proclama como el más valeroso y heroico belleriano. Durante los pocos días que os quedáis allí, lord Arnon Certret insiste en que lo hagáis en la mansión consistorial, disfrutando de su hospitalidad a cambio de la promesa de que Briand hablará en favor de Belleria ante el gremio de comerciantes de Kalaman.

La presencia del pequeño y curioso dragón de Latón no deja indiferente a nadie a vuestra llegada y muchos lugareños se congregan a la puerta de la mansión para contemplarlo de cerca. Sin embargo, tan pronto como ven satisfecha su curiosidad y constatan que es poco más que una lagartija grande, no tardan en volver a sus quehaceres sintiéndose un poco defraudados.

A quien no decepcionan en absoluto ni Jilhazhí ni el relato de vuestras andanzas es a Sir Brannthor Abarra. El anciano caballero de Solamnia se muestra impresionado con lo que habéis conseguido, pues no esperaba que tuviérais que enfrentaros al dragón Azul que atacó Belleria. La destrucción del campamento mercenario a manos de la bestia y la dispersión de sus integrantes es un inesperado y afortunado giro de los acontecimientos por el que os ensalza grandemente.

Os insta a que viajéis sin demora a Kalaman y comparezcáis ante las autoridades solámnicas de la ciudad para contarles todo lo que habéis descubierto hasta la fecha. En agradecimiento por este servicio, os entrega doscientas piezas de acero a cada uno, cuatro caballos y provisiones suficientes para los tres días de cabalgada que tenéis por delante.

Y, por si todo esto fuera poco, escribe de su puño y letra una carta para el Consejo solámnico de la ciudad, que Lowenherz deberá entregar, en la que le reconoce como su escudero y solicita formalmente para él su ingreso en la orden de caballería por sus probadas muestras de desinteresado heroísmo.

Notas de juego

Todos recibís un caballo pesado con su equipamiento, raciones para 3 días de viaje (que consumís para llegar a Kalaman) y una bolsa con 200 pa.

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16/11/2021, 23:25
Dungeon Master

24 Bran 433 AC

La exótica ciudad portuaria de Kalaman es, junto con Palanthas y Solanthus, uno de los enclaves comerciales más importantes de todo el norte de Ansalon. Y su concurrido puerto suministra artículos provinentes de tierras lejanas a buena parte de Solamnia.

En sus concurridas calles abundan principalmente los humanos pero pueden verse también enanos, elfos, semielfos e incluso corpulentos semiogros cuya presencia no parece alarmar a ninguno de los cosmopolitas ciudadanos.

En el centro de Kalaman se eleva una de las estructuras más bellas del continente, el castillo Kalaman, que destaca como un faro en una ciudad que está formada principalmente por edificios cuadrados de piedra gris. Como os comenta Briand con genuino orgullo, los mejores arquitectos de Istar lo diseñaron hace más de 400 años y, desde entonces, los gobernadores de Kalaman han empleado no pocos medios en su reparación para que siga radiante.

Son muchas las curiosidades históricas que Kylian y la propia Briand conocen sobre el lugar, como por ejemplo que estuvo gobernado durante décadas por el príncipe elfo Gilthanas Kanan, pero ninguna es suficiente como para satisfacer la insaciable curiosidad de Jilhazhí. Asomando el hocico, semioculto en el interior de las alforjas de Lluvia Estelar, el pequeño dragón os interroga incansable sobre todo lo que ve sin importar cuántas veces le regañéis y le pidáis que se quede ahí dentro en silencio. Es casi un milagro que ningún lugareño le haya descubierto hasta ahora.

Pero no solo sus gentes y su castillo llaman la atención de aquellos que nunca habéis estado aquí. También lo hacen las altas murallas que rodean la metrópolis y sobretodo el Gran Bazar. En sus tenderetes y puestos coloridos se venden bienes procedentes de cualquier lugar imaginable, incluyendo mapas, especias exóticas, joyería, ropa, comida, ganado, armas e incluso objetos curiosos recuperados de antiguas y traicioneras ruinas. Las tiendas se alinean en las calles, ofreciendo un amplio abanico de servicios que va desde restaurantes a baños. Todo cuanto alguna vez hayáis imaginado y mucho de lo que jamás os habéis atrevido a soñar, puede conseguirse en este lugar si se tiene la cantidad adecuada de acero.

El ambiente es cálido y cargado de una humedad pegajosa que se adhiere a vuestros cuerpos después días de infatigable cabalgada hasta aquí. Pensabais que Briand estaría impaciente por abrumaros con la opulenta hospitalidad de su familia pero, en lugar de eso, os ha traído derechos hasta el Gran Bazar. Hasta una pequeña y sencilla carpa alfombrada con un llamativo letrero que reza: "LAS MARAVILLAS DE THORWYN EL ARCANISTA".

En el interior se exponen unas cuantas baratijas de naturaleza miscelánea y dudosa procedencia, custodiadas por un enano mortalmente pálido, calvo y con cara de pocos amigos. Al principio pensáis que está sentado en la alfombra junto a sus "tesoros", pero no tardáis en daros cuenta de que en realidad está de pie pero su estatura es tan baja que no os llega al pecho a ninguno de vosotros.

Antes de que tengáis ocasión de decir nada, desanuda los cordones de pasamanería que mantienen abierta la entrada de la carpa y ésta se cierra a vuestras espaldas para dar intimidad a vuestra conversación, sumiéndolo todo en una penumbra que contrasta vivamente con la luminosidad del exterior.

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17/11/2021, 10:57
Thorwyn Runavieja

"Las Maravillas de Thorwyn el Arcanista" no era una tienda al uso y en cierto modo dejaba bastante que desear (en especial para su dueño), pero cumplía su función: llamaba la atención. Las fruslerías expuestas (algunos fragmentos de roca de cuarzo y de otras más ignotas, un reloj de arena, algunas velas de formas y colores curiosos, un frasco con un líquido verdoso etiquetado con una runa enana, una balanza de mercader y material de escritura que incluía tintas y pergaminos especiales para inscribir auténticos pergaminos mágicos) eran lo suficientemente "arcanas" para estimular la imaginación y los bolsillos de las mentes ingenuas, mientras que difícilmente engañarían a las más desconfiadas. Con una tienda así podía tener negocios de baja estofa, pagar impuestos y llevar una vida sencilla. Pero detrás de aquella fachada había un arcanista serio, aunque no vistiera todavía una de las túnicas de Alta Hechicería.

Sin perder un instante, el enano se dirigió con rápidas zancadas hasta el pequeño atril en el que estaba trabajando antes de la irrupción del grupo en su tienda. Allí cerró sonoramente su voluminoso tomo lleno de runas enanas y retiró de la vista el pergamino en el que estaba trabajando.

─Mi señora Le Besco, bienvenida a mi humilde tienda. ¿Quiénes son sus "ilustres" acompañantes? ─Como buen enano, Thorwyn era excesivamente directo. En un instante acababa de llamar poco menos que pordioseros a los acompañantes de Briand, aunque claro, al lado de la noble no muchos estaban a la altura─ ¿Ya sabe don Pierre que os movéis con lo que parece uno de esos grupos de aventureros tan proclives a meter sus narices en viejas tumbas y cubiles de monstruos? ¿Es ese el caso? ¿Necesitáis, tal vez, algo de información o uno o dos pergaminos para ayudaros?

En realidad no hacía falta ser muy listo para llegar a una conclusión similar. ¿Qué hacían juntos sino una noble de Kalaman, un clérigo, una bárbara habitante de las llanuras y un guerrero? No es que tuvieran muchas cosas en común...

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17/11/2021, 14:14
Lowenherz Bremer

El viaje desde Belleria hasta Kalaman había sido agitado, aunque Lowen lo había realizado con cierta tranquilidad de espíritu. El escudero solámnico había temido una reacción negativa por parte de Sir Brannthor al contarle que habían tratado con una sacerdotisa oscura. En cambio, el veterano caballero les había felicitado por sus logros sin prestar demasiada atención a este hecho. Quizá Lowen se había preocupado demasiado de aquello, o quizá no había puesto en perspectiva las cosas. El pacto y la entrega de un huevo de dragón sin duda estaban mal, pero era innegable que habían asumido enormes riesgos, luchado con bravía, y llevado a cabo una hazaña nada sencilla en aquel campamento. Comparado con cómo estaban las cosas antes de su intervención, sin duda era una mejora: sus enemigos disponían de un huevo menos, y los otros estaban divididos entre la propia dragona Ysalla y la sacerdotisa impía. Sabían de las rivalidades entre nerakanos y zebomitas, y aquello era otra ventaja para los solámnicos y las fuerzas del bien. Y la destrucción casi total del campamento, así como la masacre entre nerakanos que habían realizado con sus propias manos, sin duda debilitaban a sus enemigos y hacían que Belleria cobrase nueva fuerza y mayor importancia.

Sí, sin duda Lowen había sido demasiado duro consigo mismo. Pero no podía evitar cierto resquemor al pensar en Lizbet, e imaginarla armada con una cría de dragón azul. Seguro que sería más propensa a manipularlo que ellos con Gilyasí.


La llegada a la tienda de aquel peculiar enano hizo que Lowen silbase de admiración. El guerrero, aunque ya más curtido en sus viajes, seguía viendo la magia con una mezcla de superstición y sorpresa, y a los enanos con una veneración propia de quien ha escuchado leyendas sobre sus artes de la forja, dedicándose él mismo a ese oficio. Lowen recordaba las palabras de su padre sobre el metal de estos seres bajitos y diestros, que, según decía, eran inigualables en el arte de la forja, y también huraños y de difícil trato. Algo que el guerrero pudo percibir en seguida, nada más escuchar las palabras del enano. Pese a todo, su admiración por el lugar le hizo ignorar las alusiones, mientras sus ojos saltaban de un punto a otro tratando de identificar algún objeto forjado con el deseo de estudiar la famosa manufactura enana. Entre tanto, dejó que Briand llevase el peso de la conversación: ella nos había conducido allí, y ella había recibido el saludo del enano. Tampoco pensaba Lowen que tuviese dinero para pagar nada que hubiese en ese lugar, aunque quizá el enano pudiese ayudarle a saber más sobre la naturaleza de aquel escudo hallado en el cubil del dragón, que por su peso y tacto se le antojaba a Lowen dotado de dones que iban más allá de la mera forja. O sobre aquel colgante sembrado de runas que habían hallado mucho antes, en el cubil de unas arañas del bosque.

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17/11/2021, 15:12
Kylian Brickstone

Había sido un viaje sin sobresaltos, lo cual era de agradecer por una vez. Gilean así lo había querido y Kylian le estaba agradecido por ello. No obstante y pese a que había recorrido el camino a lomos de su caballo de nombre "Lucero", no podía decir que no estuviera cansado. Él no era un hombre acostumbrado al camino, sino más bien al estudio de las sagradas escrituras y a la copia de tomos religiosos No obstante, los azares del destino le habían vuelto en poco tiempo un hombre de acción, algo que soñó de niño, pero que olvidó a medida que fue creciendo.

Nada más llegar a Kalaman, descubrió que era una ciudad hermosa. Un lugar agradable, con un clima cálido y pegajoso por la acción de la humedad, seguramente debido a la proximidad del mar. El mar... era algo que quería ver antes de dejar aquel lugar. Lo había visto en algunas ocasiones, pero siempre era agradable volver a verlo. Con un poco de suerte podrían comer un plato de pescado o una sopa de marisco, pues aunque esos placeres no alimentaban el espíritu, si lo hacían con la panza y de tanto en cuanto no estaba de más darse un pequeño homenaje.

Fuera como fuera, sus pasos les condujeron ante una tienda con un cartel bastante interesante que rezaba su nombre sobre la puerta: "LAS MARAVILLAS DE THORWYN EL ARCANISTA". Sin duda alguna, se trataba de un lugar perfecto para reponer parte del equipo perdido o desgastado por el viaje o bien para adquirir nuevos utensilios para sus aventuras. En su caso, no tenía muy claro que podía comprar, pues al fin y al cabo, su mejor arma era con diferencia su fe y con el bastón que nunca le dejaba, podía defenderse más que bien de los enemigos que el camino le iba poniendo.

De todas formas, no tenía monedas de acero con las que comprar nada de aquello, al fin y al cabo, había pasado los ratos muertos desde su última misión y el camino hacia aquella magnífica ciudad, creando pergaminos, pues le gustaba, se le daba bien y además le podían llegar a resultar muy útiles durante cualquier misión en adelante.

Mi nombre es Kylian Brickstone... - Comentó el clérigo, quien ya había demostrado con anterioridad que era hombre de pocas palabras y sólo si le tiraban de la lengua tenía un discurso más fluido. - Un placer.

Notas de juego

Conjuros preparados

- Nivel 0 [4/día. CD 10 + 3 (SAB)]: detectar magia, detectar magia, luz, purificar agua y comida
- Nivel 1: [3+D/día. CD 11 + 3 (SAB)]: bendecir, favor divino, escudo de la fe, protección contra el mal, detectar puertas secretasD,1
- Nivel 2: [2+D/día. CD 12 + 3 (SAB)]: arma espiritual, auxilio divino, fuerza de toro, detectar pensamientosD,1
1: +1 NL para los conjuros de la escuela "adivinación"

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17/11/2021, 21:29
Briand Le Besco

El viaje en barco fue relativamente rápido, y tranquilo. Sus piernas de seguro estarían más que agradecidas de por fin poder contar con un caballo, y en especial su espalda tras tantos días de viaje. Sabiendo que tocaría regresar a su ciudad para reportar sus hallazgos y decisiones ante su padre, y con cierto desagrado posiblemente lidiar también con sus hermanas, no perdió la oportunidad para quitarse todas las cosas que le hacían peso físico encima y dejarlas sobre su corcel de carga. Al fin y al cabo, no podía permitirse que viesen su noble imagen junto con un peludo petate y un tosco escudo atado a sus espaldas. Suerte que contaba con la compañía de Kylian, quien solía remendar sus carísimas y refinadas prendas.

Por supuesto, la interminable vista del océano y el clima del viaje le hacían pensar en retrospectiva... Nunca se había imaginando regresando a su hogar, acompañada con un nuevo y tan numeroso séquito. O, debería llamarlos... ¿Compañeros? Por muy diferentes que fuesen sus clases sociales, no podía negarse ante el hecho de que en numerosas ocasiones, aquellos le habían protegido y salvado su vida. Lowenherz con su escudo y espada, Estelar con sus extrañas artes de sanación y supervivencia, Brickstone con su consejo y poder divino. Nunca se había imaginado viéndose envuelta en un suceso mucho mayor e imperativo que el simple acto diplomático que había venido a iniciar en Kalaman.

Mas, ahora que había atestiguado todo, se veía incapaz de ignorarlo. Así como incapaz de ignorar la deuda que les debía a sus compañeros en armas, en especial a quien había caído por ella. La responsabilidad del pequeño Jilhazhí, la cuál sentía que era suya, sin embargo... A donde fuere que iría ella, la tentadora lagartija sólo se vería rodeada de intereses y manipulaciones. No sabía qué debía hacer, o cómo manejarlo. Las dudas que la habían apuñalado durante su regreso aún permanecían al fondo de su nuca, y necesitaba de alguien más que le ayudase a lidiar con ellas. Kalaman podía resultar una ciudad muy rica y bella, pero ella sabía más que nadie que tras toda esa noble arquitectura, albergaban diversos intereses nobiliarios, solámnicos y hasta personales, todos igual de tentables ante el potencial de un dragón metálico a su mando.

...

Finalmente, el tercer día pasó, y las espuelas de sus caballos dieron sus primeros pasos en los pétreos senderos de su ciudad natal. Sabía muy bien los deberes que se esperaban de ella allí, tenía que ver a su padre, así como ver a las autoridades de Solamnia como se los había encargado Sir Branthor. Mas su responsabilidad personal le pesaba mucho más que aquello, y el temor de poder tomar una mala e irreversible decisión para con el destino del lagarto mágico, le instaron a buscar auxilio y consejo primero. Sólo habían dos hombres, a los cuáles sentía podía confiarles un secreto de esa magnitud, y a cambio pudiese recibir de su sabiduría al respecto antes de tomar tan dura decisión.

Fue así como a lomos de sus nuevos caballos, los dirigió hacia el Gran Bazar. El paso tranquilo de sus monturas era sin duda una comodidad que había extrañado como nunca estas últimas semanas, mas su entrepierna pronto comenzaría a quejarse en lugar de sus gemelos. No tomaba reparos en echar un vistazo en cada tienda que se cruzaba, con la idea de comprar un carruaje y quizás hasta alquilar los servicios de un conductor. Más allá de la evidente cuestión de comodidad, también les brindaría suficiente privacidad. De lo contrario los ojos y malas voces ya comenzarían a hablar acerca del regreso de la Noble y, si alguno de ellos era suficientemente suspicaz, el poderosísimo tesoro que transportaba. Y... Su extravagante séquito.

Eventualmente, llegaron a destino. La humilde pero valiosa tienda de Thorwyn. Bajando finalmente de sus caballos y amarrándolos allí, Briand le indicó a su grupo que la acompañasen dentro en esta ocasión. Su caminar hasta ahora había sido sumamente pensativo y silencioso, por lo que no había reparado en adelantarles demasiadas explicaciones al respecto. El viejo enano seguía allí, los recibió y no tardó en comprender la importancia de su visita, brindándoles un espacio de privacidad.

- Thorwyn, por favor, te pediré que no uses ese término en voz alta. - Le suplicó con un tono parco al enano, casi rodando un poco sus ojos por debajo de sus pestañas en un gesto que el arcanista seguramente sabría, no era del todo serio. Ambos sabían que de escuchar Pierre hablar de aventureros, en especial de Briand aventurando, no pararía de emocionarse y contar sobre sus viejas aventuras y sus épocas doradas hasta el siguiente amanecer. Cuentos llenos de fantasía para los que Briand ya se sentía un poco... Grande.

Procediendo a una pequeña pausa para distanciar lo personal de lado, prosiguió a contestar lo importante. - En efecto, ellos representan mi nueva compañía. Lowenherz es un escudero Solámnico. Brickstone, un consejero y erudito de Gilean. Estelar es una mística sanadora, emisaria de los Que-Shu. - Los fue presentando uno por uno con suma educación y respeto hacia sus títulos, conscientemente enalteciéndolos mucho más de lo que en realidad eran. Lo cuál era menester, si pretendía su imagen no se viese severamente dañada. Y, siendo sus nuevos acompañantes, deberían recibir respeto como tales. - Él es Thorwyn Runavieja. Es un viejo amigo de mi mentor Pierre, y mío. Tienen mi garantía, es un individuo de confianza. - Le aseguró a los suyos, en un tono tranquilizador.

Dio una media vuelta a continuación, asegurándose de que la tienda no se hubiese abierto ni hubiese claros oídos husmeando del otro lado, antes de continuar en un tono controlado.

- No, no he venido aquí a ir de compras en esta ocasión. - Negando lentamente ante la oferta apresurada del comerciante enano. - Necesito de tus conocimientos, una vez más. Requiero contratar de tus servicios, más allá de tu noble comercio, Runavieja. Estoy dispuesta a pagar la suma necesaria para cubrir las pérdidas, durante tu ausencia en el mercado a lo largo del proceso. - Le propuso de manera directa, lo que era más bien una petición de un favor mucho más personal. Mas no pretendía que por hacerlo, sufriese de pérdidas en el transcurso del tiempo. - ¿Puedo contar con tu séquito, una vez más? - Le preguntó con una mirada directa que implicaba, se trataba de un asunto mucho más serio que meros negocios y relaciones políticas. Habían pasado muchos años desde la última ocasión que solicitaba de él un favor así, mas esperaba poder contar con el mago. Si alguien podría saber acerca de cómo lidiar con este tipo de criaturas mágicas, además de Lizbet, era él.

Notas de juego

Dejo la Lámpara, el Odre, el Petate y el Atrapasueños dentro de las Alforjas de mi Caballo, así como el Escudo Pesado de Acero amarrado a uno de sus laterales traseros, si es posible. Con 24lb menos sobre mi persona, andaría en Carga Ligera si no he mal calculado.

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17/11/2021, 22:58
Lluvia Estelar

El ruido, la muchedumbre y la humedad del ambiente hacen de Kalaman uno de los lugares más detestables en los que he estado. Y eso es mucho decir, teniendo en cuenta que venimos de la cueva de un dragón. No me impresionan sus construcciones megalíticas, ni la opulencia con la que se visten los ciudadanos que deambulan de acá para allá, siempre con prisas y chocando de forma desconsiderada contra nosotros sin ofrecernos siquiera una disculpa.

Casi nadie me mira y los pocos que lo hacen parecen sorprenderse de verme a caballo y no trabajando como porteadora del palanquín de algún noble local. En Belleria las cosas eran más sencillas y no veo el momento de marcharnos de aquí antes de que terminemos mimetizándonos con estas gentes que aprecian más las posesiones materiales que a las personas.

La plaza del mercado, que esta gente llama El Gran Bazar, es mayor que muchas aldeas en las que he estado de paso y temo que si me despisto de mis compañeros me perderé irremisiblemente entre las coloridas tiendas de campaña. Aunque supongo que ahora mismo esto no está tan mal. La mayor parte de mis efectos personales los perdí, junto con Duna, durante el arranque de furia de Ysalla y ahora necesito restituirlos.

Pero, por el momento, parece que Briand tiene otros planes que van más allá de hacernos de guía turística de la ciudad y enseñarnos dónde están los mejores comercios, a juzgar por el lugar al que nos trae. Nada más verlo, me fascinan las baratijas expuestas y lamento profundamente no tener algo de mi propia artesanía para comerciar con su simpático propietario.

—Hola, señor enano —le saludo con candidez casi infantil, con mi marcado acento abanasinio—. Puede preguntarnos a nosotros mismos por nuestros nombres, también sabemos hablar Común. Yo me llamo Lluvia Estelar.

Me llevo una mano al pecho y realizo el saludo ritual de mi tribu en señal de respeto a los forasteros.

—¿Se encuentra usted bien? Le veo muy pálido, no estará enfermo, ¿verdad? —la preocupación en mi voz es sincera, antes de añadir con una nota de orgullo—: Porque soy realmente buena tratando las dolencias del cuerpo y del alma y los amigos de Briand son amigos míos.

Notas de juego

Asumo que hemos dejado los caballos atados en el exterior de la tienda. Si es así, llevo mi dinero conmigo, por si acaso. Y, por supuesto, también me llevo a Jilhazhí, no lo voy a dejar fuera y que se nos escape. ;)

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18/11/2021, 11:04
Thorwyn Runavieja

─Bien sabéis, Lady Le Besco, que me debo a vuestra persona. Decidme de qué se trata y a buen seguro os podré hacer una buena oferta.

Al parecer aquel enano de piel mortecina estaba en deuda con Briand, pero, como buen enano que era, no dejaría escapar la ocasión de hacer un buen negocio.

─Soy un theiwar, Lluvia Estelar, los míos tienen esta palidez característica. No suelen salir mucho aquí, al exterior. Algunos, incluso, lo temen ─comentó el enano a la bárbara─ Pero os agradezco el gesto. Y lo mismo digo, sus amigos son mis amigos. Si véis algo que queráis, os haré un descuento.

Resultaba curioso que Thorwyn hablase de "aquí", en el interior de una tienda, como "exterior", pero si uno pensaba en las costumbres enaniles aquello se explicaba mucho mejor: el exterior era fuera de la montaña, cualquier lugar que no fuera bajo tierra.

─Entonces, ¿de qué se trata, Lady Le Besco? ¿Debo empezar a recoger mis bártulos?

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18/11/2021, 14:17
Lowenherz Bremer

La atención del guerrero volvió a la conversación al oír mencionar su nombre. Lowen miró al enano, haciendo un cabeceo en forma de saludo cuando Briand le introdujo, dándose por satisfecho con aquello. Lluvia se presentó por sí misma, un rasgo que Lowen comenzaba a comprobar como característico: realmente los Que-Shú apreciaban sentirse libres, y no ser vistos como siervos de otros. O quizá ella era especialmente orgullosa.

El guerrero volvió a prestar atención a la situación, observando el devenir de las circunstancias. Briand había decidido llevarles allí, no con el propósito de ver una extraña y llamativa tienda, sino de reclutar a aquel enano de aspecto pálido para su causa. Nuestra causa, quiso decirse Lowen, y sin embargo... ¿qué papel habría de jugar el enano? Lowen tuvo la breve sospecha de que era algo relacionado con Gilyasí. Sin duda Briand tendría su propia opinión al respecto del destino del joven dragón. Era libre de ello, mientras no interfiriese con su libre albedrío.

Por otro lado, aquel enano era llamativo y parecía saber de artilugios y objetos encantados. Rebuscando entre sus cosas, Lowen encontró la gargantilla llena de runas que habían hallado tiempo atrás en una cueva. No sabían nada de ella, aunque aquellos símbolos pudiesen dar a intuir que estuviera encantada*. ¿Podría el enano ayudarles con ello?

- Maese Runavieja, si me lo permitís. - sacó la gargantilla, mostrándola con la palma extendida - Desde hace tiempo poseemos este objeto, hallado en nuestros viajes. Pero desconocemos si tiene alguna propiedad mágica. ¿Podríais vos decirnos algo sobre él? Si tales saberes tienen un coste, quizá podamos pagarlo. - miró a sus compañeros, tratando de saber si estaban interesados en aquello.

- Tiradas (1)

Notas de juego

* Iba a pedir identificación del escudo, pero me parece un poco forzar el asumir que Lowen sabe que es mágico. Igualmente, he tirado un Armería para examinarlo, asumiendo que hemos tenido tiempo de sobra para ello, y que Lowen lo habrá embrazado para familiarizarse con su peso, etc. La idea no es tanto identificarlo, como poder darme cuenta de alguna cualidad que tenga (pesa menos de lo que debería, parece muy duro, etc). Quizá al usarlo pueda darme cuenta de que le pasa algo (sí, pretendo usarlo sin identificar xD).

El coste de identificar la gargantilla, si acaso, lo podemos sufragar entre varios. Los que quieran y puedan poner dinero para ello (entiendo que Briand ya no, si se va a gastar el dinero en un carruaje, el resto no sé cómo andáis). O adelanto yo el dinero y luego, en función de lo que sea, que lo pague quien se la quede xD.

 

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18/11/2021, 19:18
Lluvia Estelar

No tengo ni la más remota idea de qué es un theiwar pero reconozco que me alivia saber que no está enfermo y también me hace gracia la palidez de su piel en contraste con la oscuridad de la mía, curtida por el sol de las Praderas de la Arena. Este mundo está lleno de cosas asombrosas que nadie de mi tribu puede ni siquiera imaginar.

Estoy a punto de hacer un comentario al respecto cuando veo a Lowen mostrar el colgante oculto bajo la pechera de su armadura. Me había olvidado de esa vieja gargantilla de cuero adornada con un broche de plata y ahora, viéndola en sus manos, me sorprende que todavía la conserve después de todo lo que hemos pasado. Recuerdo que la encontré en la cueva de las arañas y que se la di como muestra de mi creciente afecto por él después de que los espíritus me revelaran su naturaleza mágica.

Ahora que lo menciona, reconozco que yo también siento curiosidad por conocer cuáles son sus propiedades e imagino que este es un buen sitio para descubrirlo si el enano realmente es tan buen brujo como aparenta. Quizá sea como ese medallón mágico de Briand que permite llevar cosas flotando en el aire, quién sabe.

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18/11/2021, 19:36
Jilhazhí

—¿Mágico? ¿Es mágico? Déjame verlo. Nunca he visto un objeto mágico. ¿Puedo verlo? —el pequeño dragón de Latón salta fuera del morral de Lluvia Estelar al oír a Lowenherz, moviendo su cola enérgicamente y dando brincos como un perrillo mientras araña las rodillas y los muslos del escudero solámnico en su vano esfuerzo por llegar hasta el collar—. ¡Qué sitio tan maravilloso! ¿Todo esto es mágico? Está un poco oscuro, pero es bonito. ¿A qué huele...?

Deja de saltar para olfatear el aire y gira su hocico hacia el sobresaltado enano.

—¿A qué hueles? A flores secas y a tinta y a... no lo sé, a algo que no había olido nunca, pero me gusta. ¿Eres un niño? Kylian dice que los niños son más pequeños que los adultos y que crecen cuando se hacen mayores. Yo soy un niño, ¿sabes? Un niño dragón, claro, aunque seguro que eso ya lo sabes. Todo el mundo sabe cosas sobre los dragones, por lo visto somos famosos y no sé por qué. ¿Quieres ser mi amigo? Mis papás son buenos conmigo, pero no son niños. No tengo ningún amigo de mi edad.

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18/11/2021, 21:24
Kylian Brickstone

Kylian sonrió al ver la alegría desmedida del pequeño dragón de latón. Sin duda él, un hombre callado por naturaleza era el contraste perfecto con ese pequeño escamoso, el cuál cuando se soltaba, no parecía poder cerrar su boca plagada de afilados colmillos. El sacerdote se acercó a la pequeña criatura y se agachó a su lado mirándole a los ojos. 

¿No había quedado claro que no tenías que mostrarte a desconocidos? - Le preguntó sonriente. Suerte que el desconocido no lo era tanto y que al parecer era de la entera confianza de lady Briand. Además, si iba a viajar con ellos tarde o temprano se percataría de aquel pequeño detalle. - Thorwyn es amigo, pero tienes que ser más discreto. ¿Lo entiendes? - Le preguntó a la vez que le acariciaba el hocico. -​​​​​​ Y él es Jilhazhí. Creo que ahora sí, estamos todos presentados.

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19/11/2021, 07:58
Briand Le Besco

- Jil. Haz. Hi. - Le dijo pausadamente con una mirada severa al dragón, en una voz sumamente baja mas con la apertura de sus ojos para reemplazar la severidad que su voz no podía en aquella situación. Luego soltó un suspiro, tomándose por unos segundos su entrecejo. Ya había salido y no paraba de hablar, no tenía remedio. Buscó relajarse antes de seguir hablando, o de lo contrario se estresaría hasta la eternidad.

- Ya te hemos dicho que es descortés hablar de esa manera, cuando aún no se te ha cedido la palabra. - Le explicó con tanta calma y comprensión como la joven Noble podía, aunque esto de ser niñera comenzaba a evidenciarse como algo que no era lo suyo. - Además, previo a ello, corresponde presentarte adecuadamente. Con educación y respeto. Y, posteriormente, dar espacio a que tu interlocutor pueda hacer lo propio para contigo. - Añadió, reiterando lo que seguramente le había querido explicar más de una vez. Si iba a andar con ellos, además de saber hacerlo con sutileza, tenía que hacerlo con etiqueta.

Concluyendo aquella breve escena, la joven desatendió al dragón para volver con el enano, como si fuere lo más normal. - Bueno, tal parece que el motivo ya se ha explicado por sí mismo. - Le dijo sin más al enano. En vano ya era cualquier preámbulo e introducción que tuviese preparado para ayudarle a digerir con calma el asunto. - Necesito de tu conocimiento para ayudarnos a cuidar a esta... Criatura. - Mirándola, no sabiendo muy bien cómo designarla apropiadamente. Sabía que se suponía que era un dragón, pero mientras más tiempo convivían, menos se le asimilaba a la imagen mental que tenía de uno. - Su supervivencia, así como desarrollo y secretismo, son de suma importancia para mí. La duración de nuestro acuerdo, probablemente resulte relativa a su crecimiento... Por lo que, estimo tú sabrás establecer más apropiadamente la extensión del mismo. - Le re ofreció al enano, quien ya se había visto dispuesto a dar una oferta. Ahora que no contaban con la ayuda de Lizbet, necesitaban de alguien que supiera de criaturas mágicas como ésta para ayudar a criarla y que no se les caiga de cabeza en el proceso. Y, no menos importante, protegerla de la oscura realidad que la rodeaba.

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19/11/2021, 10:43
Lowenherz Bremer

Lowen no pudo reprimir una sonrisa cuando Gilyasí salió del saco de Lluvia repentinamente, agitando su cabecilla curiosa y dejando escapar el incontenible torrente de palabrería que le caracterizaba. El dragón no parecía dispuesto a mantenerse ahí metido mucho tiempo, algo que dificultaría el mantener en secreto su existencia. El guerrero estuvo a punto de articular una reprimenda, pero Briand decidió adoptar aquel papel, y pensó que era mejor no abrumar a Gilyasí con más instrucciones. El joven dragón seguramente no haría caso de nada, abrumado como estaba por el entusiasmo de escuchar hablar de objetos mágicos. Cuando la noble hubo terminado de reprenderle, Lowen se acercó a él con el medallón.

- Debes hacer caso de lo que te decimos, Yas. - dijo cariñoso, y luego le mostró el amuleto - Es este, pero en realidad no sabemos si es mágico.

Lo puso frente a sus ojos, dejando que lo observase todo lo que quisiera. Se rascaba la barbilla pensando en cómo podían lograr que la criatura pudiese satisfacer su curiosidad sin exponerse constantemente a las miradas de los curiosos. El dragoncillo le recordaba a su hermana pequeña, Noia, que siempre andaba curioseándolo todo. Cuando veía algo nuevo, chillaba de alegría y corría de un lado a otro, preguntando y comentando todo. Luego pasaba horas parloteando sobre ello. Daba igual cuánto le dijesen sus padres que se contuviese: la niña no podía evitarlo.

- Mira, podemos hacer una cosa. - se acercó a la bolsa de Lluvia, pidiéndole permiso con la mirada - Qué tal si abrimos una pequeña abertura por la que puedas mirar. Será como las ventanas de tu casa. ¿Has visto que todas las casas aquí tienen ventanas? Tú puedes mirar por ella. Y tendremos una palabra secreta, la que tú quieras. Cuando la digamos nosotros, puedes salir, y contarnos todo lo que hayas visto. ¿Qué te parece?

Quizá aquello funcionase. Con su hermana lo hacía... a veces. Estaba seguro de que las reprimendas y las lecciones no servirían de nada, pero quién sabe, quizá un juego como ese le mantuviese escondido dentro de la bolsa algún tiempo.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Madre mía, mejor no tengas en cuenta la tirada xD.

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19/11/2021, 11:26
Thorwyn Runavieja

─Sí, claro que puedo identificar un objeto, pero los materiales son caros, aunque no contara mis servicios. Digamos 111 piezas de acero, precio de am... ─la frase quedó cortada al irrumpir en escena nada menos que una cría de dragón metálico.

Al darse cuenta del color de las escamas de pequeño dracónido y su verborrea incesante e ingenua, el enano se relajó un poco, pero todavía estupefacto giró la cabeza de nuevo hacia Briand, que tuvo la gentileza de darle algunas explicaciones.

─Primero saciemos la sed de conocimientos de esta joven criatura. Hola, Jilhazhí, bonito nombre. No, apenas nada de esta tienda es mágico. Salvo alguna cosilla que llevan tus... papás y esta perla, que amplifica levemente mis capacidades mágicas ─dijo mostrándole brevemente una perla de gran belleza que tenía guardada en una bolsa de componetes que llevaba al cinto─ Ese olor del que hablas no lo detecto, para mi todo me huele a exterior si no estoy en una mina. Y respecto a mi altura, entiendo que nunca antes habías visto a un enano. Somos de la altura de los niños humanos pero fíjate que soy bastante robusto, estoy calvo y tengo una barba frondosa. Hay más diferencias, pero con lo que te he dicho te servirá para reconocernos. Te contaré más cosas de nosotros durante el viaje. Un largo viaje, diría, porque una cría de dragón de latón como tú puede tardar décadas, tal vez 4 ó 5, hasta que alcance un tamaño en el que se le reconozca físicamente como un adulto de su especie.

Thorwyn dedicó entonces una sonrisa algo forzada a Jilhazhí e hizo unas señas para que Briand se apartara un poco para poder mantener una conversación algo más privada.

─Lady Le Besco, habéis acudido a mi en busca de ayuda y os la facilitaré encantado. Mis conocimientos sobre dragones son limitados, pero lo que sí tengo claro es que debemos salir de la ciudad cuanto antes, o alguien malintencionado podría intentar hacerse con la cría. Yo apuntaría a consultar las grandes bibliotecas para identificar algún lugar como zona tradicional de los dragones de latón y llevarlo con los suyos. Si se enfada ahora no creo que pase de arrancar algún dedo, pero imagínatelo con 100 kilos más, o con capacidad para lanzar una bocanada de sueño o miedo. Necesita a los suyos, nosotros como mucho podemos aspirar a ser sus cuidadores hasta que se reuna con otros dragones. Y mi oferta es la siguiente: os acompañaré a cambio de una participación en los beneficios de la empresa, la misma, al menos, que la de todos los demás ─susurró haciendo un gesto hacia el resto del grupo─ Mis hechizos serán gratuitos mientras sean para salir adelante, pero si descubrimos objetos mágicos, quiero tasarlos y repartiremos equitativamente, yo llevaré las cuentas al respecto. ¿Hay trato? ─concluyó finalmente extendiendo su pequeña mano callosa1.

Notas de juego

(1) En enano u otro idioma que no sea el común y que yo sepa que compartimos (puede ser enano, gigante, gnomo, térraro o trasgo).

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19/11/2021, 18:38
Briand Le Besco

- ¿...Dices que hay más dragones como éste? - Preguntó en un tono bajo y con el ceño medianamente fruncido, contestando en lo que parecía ser la misma lengua que estaba utilizando Thorwyn, algo estupefacta o incrédula ante tal oración. - Hemos robado su huevo del nido de una Dragona Azul... No obstante, no se trata sólo de la criatura. Mientras esté entre nosotros, toda Kalaman se encontrará en peligro. Ella se veía considerablemente furiosa, y es probable que aún nos esté buscando. - Le advirtió al enano. - Y es posible que ésta sea nuestra única herramienta para defendernos... - Comentándole allí su dilema. No todo era tan fácil como para poder permitirle una vida feliz al dragoncillo.

- Mas, si de verdad existen más como él ¿Crees que estén dispuestos a colaborar con nosotros? - Le repreguntó inquisitivamente al enano. - Nos han solicitado reportar los sucesos ante el Consejo Solámnico. Y, como seguramente imaginarás, es mi obligación también reportarlos ante mi padre. - Indicó con mayor frialdad, tras un breve silencio. - Es por eso que quería consultar para contigo, y con Pierre. Estimo que él podría tener una mejor imagen acerca de los solámnicos y bibliotecarios locales... Saber si realmente es seguro hacerlo. - Suspiró la Noble, explicándole sus intenciones, y preocupaciones.

Además, en el fondo... Necesitaba verlo.

Tras ello, regresó su refinada habla al Común, su lengua algo cansada de las complicadas palabras de aquella lengua. - Me parece adecuado. Eres libre de conservar la mercancía que consideres valiosa una vez concluido nuestro viaje. - Aceptando el acuerdo, más allá de los cómos y pormenores.

Notas de juego

Habla en Enano.

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19/11/2021, 18:54
Briand Le Besco

- ...Du sagst, es gibt mehr solcher Drachen? - Preguntó en un tono bajo y con el ceño medianamente fruncido, contestando en lo que parecía ser la misma lengua que estaba utilizando Thorwyn, algo estupefacta o incrédula ante tal oración. - Wir haben ihr Ei aus dem Nest eines Blauen Drachen gestohlen... Es geht jedoch nicht nur um die Kreatur. Solange er unter uns ist, ist ganz Kalaman in Gefahr. Sie sah ziemlich wütend aus und sucht uns wahrscheinlich immer noch. - Le advirtió al enano. - Und es ist möglich, dass dies unser einziges Werkzeug ist, um uns zu verteidigen... - Comentándole allí su dilema. No todo era tan fácil como para poder permitirle una vida feliz al dragoncillo.

- Aber wenn es wirklich mehr wie ihn gibt, glauben Sie, dass sie bereit sind, mit uns zusammenzuarbeiten?- Le repreguntó inquisitivamente al enano. - Wir wurden gebeten, die Ereignisse dem Solamnic Council zu melden. Und wie Sie sich sicher vorstellen können, ist es meine Pflicht, sie auch meinem Vater zu melden. - Indicó con mayor frialdad, tras un breve silencio. - Deshalb wollte ich mich mit Ihnen und Pierre beraten. Ich denke, er könnte sich ein besseres Bild von den örtlichen Solamnic und Bibliothekaren machen... Wissen Sie, ob es wirklich sicher ist, dies zu tun. - Suspiró la Noble, explicándole sus intenciones, y preocupaciones.

Además, en el fondo... Necesitaba verlo.

Tras ello, regresó su refinada habla al Común, su lengua algo cansada de las complicadas palabras de aquella lengua. - Me parece adecuado. Eres libre de conservar la mercancía que consideres valiosa una vez concluido nuestro viaje. - Aceptando el acuerdo, más allá de los cómos y pormenores.

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19/11/2021, 23:56
Lluvia Estelar

Aunque la repentina irrupción en escena de Jiłhazhí me sobresalta, no comparto en absoluto los rígidos métodos de Briand en general y menos en cuanto a su educación se refiere. Sus formas y las mías contrastan vivamente. Si ella ha recibido lo mismo que da, no me extraña que sea como es y solo puedo sentir lástima por la falta de afecto con que la han criado.

—¿Quien es mi dragoncito listo? —le pregunto en maternés, acariciándole la cabeza y dejando que se restriegue amorosamente contra mí—. Mírate, qué rápido creces y que deprisa aprendes, chiquitín. Y ya has hecho un nuevo amiguito. Puedes corretear por la tienda todo lo que quieras, que seguro que Thorwyn estará tan encantado como todos los demás de verte feliz. Y cuando vayamos a salir otra vez, querrás volver aquí dentro a echar una cabezadita, donde estás calentito y mami te cuida, ¿verdad que sí? Y desde tu escondite podrás jugar a ese juego tan divertido que papá Lowen te propone. Jugaremos todos y por la noche, cuando nadie nos vea, contaremos en susurros qué secretos maravillosos hemos descubierto paseando por la ciudad.

En estos últimos días he aprendido tanto como la que más sobre Jiłhazhí y dudo que ningún estudioso vaya a saber cuidarlo mejor que yo, por muchos libros que haya leído. Aunque es posible que no sea objetiva y sean los celos o el miedo a perderlo los que me hagan pensar de este modo. Si lo que dice el enano es cierto, para cuando mi pequeñín sea adulto, yo ya seré una viejecita encorvada por la edad.

—La familia no debe tener secretos, ¿a que no, Jiłhazhí—comento en clara alusión al maleducado comportamiento de Briand y su confidente. A menudo me resulta increíble que sea ella quien se jacte de haber crecido en una sociedad civilizada y con una educación esmerada, cuando carece de la empatía más elemental.

Tendréis que perdonarme pero yo no conozco ese idioma —añado, dirigiéndome a la pareja de susurradores con mi marcado acento del sur del continente—, aunque domino muchas otras lenguas por si hablar en Común os inquieta.

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20/11/2021, 01:14
Dungeon Master

El pequeño Jilhazhí parece acobardarse ante las justificadas reprimendas de Kylian, Briand y Lowen por su impulsiva actitud. Deja de dar saltos y se tumba dócilmente en el suelo con la cabeza gacha y la cola enrollada alrededor de su cuerpecito escamoso. Dejando que habléis los mayores.

Mientras Lluvia Estelar intenta consolarlo, Thorwyn y su noble benefactora hacen un aparte para cuchichear entre ellos en lengua enana, que ninguno de vosotros conocéis. Lo que provoca el evidente disgusto de la transparente que-shu.

—Dicen que hay gente mala que me va a hacer daño y que ellos quieren llevarme con otros dragones —interviene el pequeño Latonado con vocecilla acusica, restregándose contra Lluvia y sacando su lengua bífida a Thorwyn—. Pero tú no vas a dejerles que nos separen, ¿a que no, mami?

Sin esperar una respuesta de su amorosa madre adoptiva, Jilhazhí salta al interior de su morral y se enrosca allí dentro, visiblemente enfurruñado.

Notas de juego

Thorwyn necesita 1 hora para identificar el colgante, así como una perla con un valor mínimo de 100 pa (que no tiene), pulverizada y mezclada con vino, todo ello removido con una pluma de bliho; la infusión ha de ingerirse antes de lanzar el conjuro.

Cuando me digáis que se dedica a eso, conoceréis qué propiedades mágicas posee esa gargantilla ;)

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20/11/2021, 01:42
Kylian Brickstone

Lluvia Estelar parecía molesta con Lady Briand. Era evidente que ambas pertenecían a muy distintas sociedades y que sus creencias y formas de ver ala vida eran muy diferentes, pero no obstante eso no era todo. Para Kylian existía también cierta rivalidad, que podía llamarse también de alguna forma "instinto maternal", que a ambas les impedía ver que la otra tan solo trataba de cuidar lo mejor posible de aquella criatura y que ambas formas de educar al dragón podían complementaria y que cada una podía a su manera, aportar su granito de arena.

Fuera como fuera, no sería él quien se metiera en aquel duelo de egos. ¡Gilean le salvara de inmiscuirse en asuntos de mujeres! No, ni loco trataría de mediar en aquel asunto. Si no se arreglaban entre ellas por las buenas, que fuera por las malas. Mientras eso no afectase al correcto desarrollo de  Jilhazhí o a su seguridad, él no iba a meterse.

Por otra parte también le pareció un feo gesto que lady Le Besco se fuera a un rincón a susurras en un idioma desconocido para la mayoría con aquel enano. ¿Qué pensaba conseguir con aquello? Desde luego que confiaran más en ella, seguro que no. ¿O es que acaso tenía realmente algo que esconder? No, aquello no lo entendía, como tampoco le parecía correcto y si bien Lluvia había puesto las cosas claras, por una vez Kylian decidió tomar baza en aquel asunto.

- Creo Lady Le Besco, que en éste asunto estamos todos metidos. - Comentó a disgusto. - ¿Por qué pretende mantenernos alejados de lo que está hablando con maese Runavieja? ¿Es que acaso no se fía de nosotros? ¿Qué hemos hecho para no ser dignos de su confianza? No lo entiendo, sinceramente...