Partida Rol por web

Sin más Timmy, muy seguro de si mismo se puso manos a la obra y comenzó a seguir los rastros que previamente había localizado. A ello su fiel aberración Valtonyc le ayudaría.

-Ahí esta! la guarida de la bestia! Yo no entro el primero ni loco, quiero llegar a los 11 años al menos y conocer a mi primer amor! dijo Timmy mientras hacia señas a su perrito para que esperara atrás.

Timmy no le quería ningún mal  a ese animal, sabía que no era lo suficientemente fuerte para la pelea que iba a ocurrir en breve, por lo que su cometido como buen entrenador era el de salir de la primera linea de combate.

Durante la caminata el conde posó su mano sobre el hombro de Elenair buscando reconfortarla de algún modo.

-No temáis por nada, gentil dama. Más aqueste servidor no permitirá que nada os pase.- Le dijo en tono tranquilizador.

El caminó prosiguió sin sorpresas y acabaron llegando hasta lo que parecía un antiguo túmulo profanado por las bestias.

-Aquestas alimañas parecen haber hecho suyo este lugar... Cautela, camaradas, puesto que es probable que se enuentren aquí.

Una sonrisa brotó en el rostro de la elfa ante las palabras de su amigo - Como siempre Sir Godofredo, es un placer estar a tu lado. Eres La Luz que nos guía en la oscuridad-
Cuando llegaron su destino se frotó la barbilla - No quiero quitarles el placer de la caza ni, válgame Dios, la gloria. Iré detrás de vosotros para que vuestros fuertes brazos y anchas espaldas me cubran- Podia parecer cobarde a ojos de desconocidos. Para el resto no. Sabían de sus habilidades y de que poco o nada aportaban en primera línea. Verla como ahora, sacar su flauta y tenerla lista para producir melodías era su especialidad

-Muy bien hecho pequeño- Le digo a Timmy -Antes de adentrarse hay que intentar averiguar si la bestia esta en casa, no me gustaría que nos sorprendiera por la espalda y quedaramos atrapados en la cueva entre la oscuridad y sus dientes. Voy ha acercarme y escuchar por si oigo algo; si creo que no hay peligro podremos adentrarnos.- Me acerco con sigilo a la entrada de la cueva y escucho los sonidos del interior, para intentar averiguar si hay algo dentro, cuantos son, etc.

Sonrío a nuestro joven rastrador
-Tranquilo Timmy; lo del amor, está sobrevalorado  (intento tranquilizar al chaval, pero con mi habilidad para la diplomacia, me temo que el éxito será escaso). De momento, mantente detrás y con los sentidos alerta. Y dinos si notas que Valtonyc percibel algo extraño.

... Hago una seña a Jack indicando la apertura; los pícaros, aunque no sepamos tanto de huellas como los exploradores, sí que estamos acostumbrados a buscar y ver cosas que están fuera de sitio. Me acerco a la apertura de la cueva con cuidado, haciendo buen uso de una de las ventajas de mi sangre mestiza: la visión en la oscuridad. Si estamos tras una criatura inteligente... podría haber dejado sorpresas para visitantes inoportunos que quieran conocer su guarida.

Con sumo cuidado, examino las ramas de alrededor, la pared en sí, las piedecillas sueltas; todo lo que pueda ocultar algún regalo indeseble

- Entrar en en el túmulo a través de los túneles es una locura... - Dijo entonces Wynloc. - Prácticamente no cabemos por ellos. Puede que estén dentro. Igual podemos hacerlos salir con fuego. - Afirmó con rotundidad el explorador. - ¿Qué os parece?

- ¿Voy reuniendo leña para encender las hogueras? - Preguntó el granjero pelirrojo. - Si ponemos una hoguera en cada una de las entradas o tendrán que salir o puede que acaben asfixiándose. A mi me parece una muy buena idea... - Dijo aquel hombre mientras empezaba a recopilar ramas para hacer la pira.

Jack y Ruff se acercaron a la entrada de la cueva. Ambos eran expertos en sigilo y en encontrar cosas que a ojos de otros podían pasar desapercibidas. Mientras que el semiorco se centró en buscar algún tipo de trampa, si es que la había, el semitrasgo trató de escuchar algún sonido procedente del interior de la caverna.

Ni Ruff encontró trampa alguna, ni Jack logró escuchar nada que surgiera del interior de aquella cueva. Lo que si notó fue un intenso olor a orín y heces. Las cuales fueron localizadas tanto por él mismo, como por Ruff a la entrada de la gruta y en las paredes de la misma. Sin duda el ser que moraba en el interior había marcado su territorio de aquella forma y por el tamaño de las deposiciones, sin duda era un depredador de gran tamaño, aunque eso ya lo sabían por el tamaño de las pisadas.

Tras inspeccionar junto a Jack el los alrededores, me dirijo al grupo

-Fuera no hay nada; se ve que con su simple olor asusta a las criaturas del bosque que pudieran intentar entrar; con eso es suficiente para la criatura. Por las mierdas, parece que es grande... y como no parece que haya otras huellas, descartaría un lobo grande, porque tendría manada. Timmy, sí, debe ser un licántropo, o... un cambiante tal vez, pero me extrañaría porque no hay más que señales propias de una fiera.

-¿Que opináis?, ¿como pensáis que podemos hacerlo?, entrar, digo. Dwama, Jack y yo nos defendemos bien en la oscuridad; Timmy, tu en eso tienes más problemas... las antorchas pueden venirnos bien para asustar a la fiera y que no se lance encima nuestro. En cuanto al orden de entrada, no es por quitarme el marrón de encima, pero tal vez debería ir Dwama delante..., porque es la mejor luchadora; yo puedo ir justo detrás con la ballesta lista para disparar por encima de su hombro si aparece un objetivo; luego Jack, y detrás Timmy cubriendo la retaguardia. ¿Que me decís?

... si bien por mi naturaleza nunca he sido de actuar en equipo, el tiempo pasado con estos compañeros me ha enseñado la importancia de la cobertura mutua, el valor de potenciar las habilidades de unos con las de otros, y la ventaja de tener más sentidos alerta al ser más gente, así como intentar organizarse antes de hacer nada, aunque sea mínimamente. Pero sigo echando de menos a mi buena compañera; no puedo evitar pensar qué estará haciendo en este momento. Ella suele tener una mejor lógica que la mía, que tiendo a ser simple a veces.

-Ah!, y por cierto, evitad pisar las mierdas; están frescas

- Por mí bien... - Dijo la enana agarrando su fiel urgrosh. - Vamos a darle caza... - Dijo a la vez que se dibujaba una sonrisa en sus labios. - Odio a este tipo de alimañas. - Hizo una breve pausa. - ¡Una inquietud! - Se detuvo un momento a pensar. - ¿No podría ser que hubiera más de una criatura? Como ha dicho Ruff... suelen vivir en manada. ¿No Timmy?

-Pues esperad a ver que me dicen la multitud de rastros que hay en este lugar. Me parece bien ir detrás, aunque no me gustaría que me atacara un bicho gigante por la espalda, ya me ocupare que Valtonyc esté pendiente, su olfato detectará a un ser así mucho antes que yo mismo.

Tras su comentario comenzó a revisar los rastros para confirmar si había mas de un monstruo, licántropo, lobo terrible o lo que demonios fuera. Sobre todo le interesaba ver diferentes tamaños de pisadas, diferentes formas,... lo que le hiciera entender a que se enfrentaban.

El feo compañero animal por su parte huele y está pendiente a ver si les acechan, cosa lógica si el animal ha vuelto a su guarida. Su trabajo no es luchar, ya que sin duda sería una carga, su trabajo es simplemente de amigo, compañero y de vigía, un feo vigía.

-Escuchadme, pues he maquinado un ardid que pienso nos podrá beneficiar...Dijo el conde sujetándose el mentón.

-Propongo que bloqueemos la entrada del este con un grueso tronco que deje pasar el aire; aquestas bestias no podrán moverlo de ningún modo... En las otras dos entradas prendamos hogueras... De este modo averiguaremos si aquestos son túneles conectados únicamente entre sí o si dan a una galería principal, puesto que de ser así la entrada del este funcionará como si de un tiro se tratase , por lo que el humo no saldría por ella... Si encambio se tratan de tres galerías conectadas únicamente entre si, hará la función de chimenea ,más todo el humo saldrá por ella.

Afirmando las explicaciones de Sir Godofredo, Elenair fue buscando material para taponar la abertura - Vaya hombretones que me hacen cargar peso, a mi, una pequeña elfa desvalida- Mientras cargaba con las ramas y hojas que podía, miraba el sueloxen busca de huellas. No era una batidora ni exploradora y cualquier marca le parecía una verdadera pista. El plan de Sir Godofredo le parecía bueno y ella procuraría no estar en primera línea. Un animal asustado por el fuego era peligroso, demasiado. Cuando no puede huir se vuelve más violento, impredecible. Las manos le sudaban ligeramente mientras sujetaba su flauta y esperaba la salida de cualquier cosa por la abertura. Cada Segundo parecía eterno, cada momento se alargaba al notar los latidos del corazón. El sonido de las respiraciones se escuchaba con demasiada fuerza, algo que normalmente era un sonido inapreciable. La tensión aumentaba ante la “cacería”