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Las Primeras Rutas y la Identidad del primer Hombre:

Los cuatro hermanos humanos tomaron rutas muy diferentes y durante toda la Era de las Grandes Razas evolucionaron hasta su forma final sin tener demasiado contacto los unos con los otros, aunque si es cierto que existen algunos cruces entre las diferentes razas, que fueron conocidos como mestizos y quizás por no encajar en una u otra sociedad, la gran mayoría de ellos marchó hacia el este surcando el océano Oriental y colonizando el continente de las Islas Occidentales. No obstante hay pocos datos de esta estirpe a diferencia de lo que sucedió con las subespecies que colonizaron Arthanis y posteriormente Harvaka y Avidrain.

Se muestran en el mapa siguiente las rutas que escogieron Antiloc, Anza y Vovit para fundar sus civilizaciones, las cuales nacieron casi a la vez.

En cambio Jasav, el que fue considerado por la mayor parte de los historiadores como el hermano menor de los cuatro, permaneció en las llanuras centrales del continente sucediendo a su padre como el rey de todos los hombres que permanecieron en esos territorios, una vez éste falleció.

Del padre de los cuatro hermanos fundadores de las primeras naciones humanas se desconoce por completo su nombre y aunque se ha teorizado acerca de cuál podría ser, nunca se ha llegado a una conclusión definitiva. Existen muchas teorías que le dotan de diferentes nombres e identidades, siendo las más conocidas las que le otorgaban el nombre de Jorbás, pues en unas antiguas escrituras encontradas en las montañas Centrales de Arthanis mencionan a un gran hombre llamado Jorbás que recibía el apelativo de Padre de Todos, o la teoría de que en realidad Jasav era el padre de Antiloc, Anza y Vovit habiendo tenido únicamente tres hijos. Pero como ya se ha dicho antes, ninguna de las teorías está demostrada. 

La Expansión Humana en el Primer Milenio de la p.e.:

No más de un siglo después de que los cuatro hermanos se separaran ya habían conquistado prácticamente todo el continente que en aquella época era conocido como Levante. Tan solo los asentamientos de hombres lagartos al noroeste se resistieron a la expansión de los hombres. La escarpada cordillera que atravesaba el continente de norte a sur fue un muro infranqueable para los descendientes de Anza, los únicos que en alguna ocasión trataron de explorar el este de aquellas montañas. Para cuando el segundo siglo de la Era de la Historia estaba a punto de comenzar ya estaban establecidos los territorios de cada una de las subespecies humanas. 

En el mapa siguiente se muestra como se distribuyeron las subespecies y como algunas de éstas empezaron a cimentar los pilares de los actuales reinos que aún a día de hoy conservan parte de su cultura, tradición y costumbres.

MAPA FÍSICO DE LEVANTE

El Reino de Jasania (origen):

El reino de Jasania ya era un estado muy próspero al inicio de la era de la Historia. Quizás junto con el Gran Reino de Anza era el estado con un gobierno más estable de todas las naciones que poblaban Gea. Debido a esto, se dice que los humanos fueron los primeros seres políticos de la historia del planeta con permiso de los primeros Antiguos que lo poblaron.

Cierto era que por aquel entonces ya existían muchos clanes enanos que se autogobernaban entorno a familias o a otros colectivos, por tal de alcanzar un bien común. También es cierto que la raza elfa siempre se había organizado mediante el gobierno de príncipes que decidían sobre el futuro de su zona de influencia o incluso eran los chamanes de cada tribu los que guiaban a su pueblo.

En algunos casos algo menos frecuentes, eran el chamán y el príncipe o un conjunto de éstos en asentamientos más grandes los que ejercían el papel de líderes o gobernadores, pero desde luego, los mayores asentamientos al inicio de la era, eran humanos y destacaba por encima de todos, el reino de Jasania, la primera civilización que pobló Levante y que colonizó cada recodo del inmenso continente que la albergaba.

El primer rey del que se tiene constancia en registros respondía al nombre de Hewdino Anjo. Se dice de él que reinó antes incluso de que Jasav ascendiera al trono y que elevara a Jasania y a los jasones a la primera potencia comercial y militar de toda Gea. Se deduce de algunos textos antiguos que Jasav era descendiente directo de Hewdino y por lo tanto pertenecía a la dinastía de los Anjo.

Ya por aquellas fechas se instauró la capital del reino en la antigua ciudad de Dunsaroc. Dunsaroc era una ciudad que tuvo su auge durante la Era de las Grandes Razas, pero de la cual ya se tiene constancia de su existencia en la Era del Hibridaje, lo que le otorga una longevidad de más de 10.000 años de antigüedad. Dunsaroc era una ciudad enorme construida en diversos estratos, cada cual más oscuro que el anterior.

Por lo tanto, Jasav, Vovit, Anza y Antiloc, fueran hermanos o Jasav fuera el padre de los otros tres, todos ellos pertenecían a la dinastía de Hewdino, a la dinastía Anjo. Aunque con el paso de los siglos, ese apellido ha quedado del todo olvidado, dejando a la luz las cuatro grandes ramas de humanos existentes a principios de la primera edad de la Historia.

Jasav además del heredero de la corona y del trono de Jasania rápidamente se convirtió en un dirigente sabio y justo que destacó por sus grandes aportaciones en el campo del cultivo, la ciencia, el comercio y la diplomacia. Su reinado fue uno de los más longevos de la antigüedad, al menos en lo que valores humanos se refiere.

Durante su juventud cultivo la mente más que el cuerpo, algo inaudito en aquella época en la que el poder se demostraba principalmente mediante la fuerza física. De mente inquieta, pasó sus años de adolescencia y juventud antes de heredar el trono de su padre, viajando de norte a sur y este a oeste de todo el continente y se dice que también allende los mares, absorbiendo todos los conocimientos que podría serle de utilidad a su pueblo.

Por ello introdujo diferentes técnicas de cultivo y ganadería que a la postre se convirtieron en el eje fundamental del reino y lo engrandecieron frente a otras pequeñas naciones de los alrededores. Gracias a sus dotes de negociante logró llegar a importantes acuerdos tanto comerciales como militares con los reinos vecinos, llegando muchos de ellos a jurar lealtad y vasallaje a la dinastía de los Anjo, lo que dio gran poder a la nación.

Estableció el comercio vía naval con el oeste y de ahí que grandes avances tecnológicos, como la mejor manera de trabajar el metal, técnicas avanzadas de minería o sistemas de navegación modernos dotaron a su reino de una supremacía en la mayoría de campos, con respecto a sus vecinos y enemigos del continente, provocando que el reino creciera de forma exponencial durante casi los primeros tres siglos de la primera edad de la Historia.

El Gran Reino de Anza:

Ya en los primeros años de la edad de la Historia el reino de Anza se había establecido entorno a los territorios situados al sur del océano del Lagarto y las montañas Ceñudas, al norte de los montes Grises y al oeste de la cordillera de la Sierpe Hi-Thien. Si bien es cierto que la edad de la Historia marca como su inicio la construcción de la primera ciudad de los elfos. Fue el príncipe Vaamar quien erigió en el corazón del bosque Fungon la ciudad de Atharatharil en el año 1 de la primera edad. No obstante, para ese entonces el Gran Reino de Anza ya contaba con numerosas ciudades que bien podían competir en tamaño aunque no en belleza con Atharatharil.

La clave para entender por qué se marca la edificación de Atharatharil como el inicio de la edad de la Historia es fácil de comprender. El calendario actual con sus edades y eras fue instalado por un astrónomo elfo, uno de los más sabios de la primera edad, el cual respondía al nombre de Erthegal y que fue consejero durante casi un milenio del rey Vaamar. Es por eso que fijó el inicio de la Era de la Historia y de la primera edad, en el año en que se finalizó la construcción de la primera ciudad élfica.

No obstante, el Gran Reino funcionaba durante la Era de las Grandes Razas, como una compleja red de alianzas entre diferentes ciudades estado, las cuales contaban con sus propios reyes. Fueron muchas las ciudades que surgieron durante la era pretérita y muchas también las que sucumbieron antes de que la era de la Historia comenzara. Éstos grandes reinos tuvieron mayor o menor importancia en la historia global del más antiguo reino de toda Gea, pero lo cierto es que por muy importantes que llegaran a ser en algún momento de su historia, todos acababan por sucumbir debido a las múltiples guerras contra los infinitos enemigos de la nación y o bien perdían gran parte de su poder quedando en un segundo plano o incluso algunos de ellos dejaban de existir dando lugar a nuevas naciones y nuevos linajes monárquicos.

No obstante, la mayor parte de los entendidos en la materia aciertan a describir cuatro grandes reinos que surgieron durante la Era de las Grandes Razas y que tuvieron cierta importancia en su época aunque no todos vieran el amanecer de la Era de la Historia. Estos reinos que ocuparon la región coexistiendo en las mismas épocas cronológicas, y que fueron aliados, conformaron las fronteras del Gran Reino de Anza junto a muchos otros de menor importancia.

Guerra entre Jasania y el Gran Reino de Anza [522 p.e.H. a ¿?]:

Lo cierto es que las primeras batallas de esta guerra se disputaron antes incluso de ser declarada. Durante las décadas anteriores a la declaración oficial del conflicto entre las dos naciones humanas más poderosas de la primera edad de la Historia, ya tuvieron lugar ciertas reyertas armadas en el norte de Jasania y al sur del Gran Reino.

Asentamientos humanos de ambas naciones compartían el territorio que respondía entonces al nombre de las Llanuras de los Primeros Hombres, debido a la idea de que fue allí donde Jasav y sus hijos (o hermanos) moraron en el inicio de la era del hombre. Estos asentamientos resultaron provechosos para los que allí vivían, pues se trataba de un territorio muy fértil, lleno de recursos naturales tales como, ganadería, bosques, y recursos mineros.

Muchos nobles de ambos reinos apostaron gran parte de su patrimonio en inversiones en las llanuras y al ser una tierra sin gobierno ni legislación, pronto comenzaron los conflictos de intereses. No sólo hubo problemas entre anzanos y jasones, sino que también los hubo entre miembros de las mismas razas.

Lo cierto era que no solo moraban allí humanos, pues las llanuras estaban plagadas de gnolls y trasgos, por lo que los nobles de cada nación contrataban mercenarios por tal de asegurar sus inversiones contra todo tipo de seres hostiles. Para cuando el rey de Jasania y el del Gran Reino quisieron darse cuenta de la problemática, los diferentes nobles de ambas naciones ya habían armado poderosos ejércitos mercenarios que combatían entre si y que en ocasiones lo hacían conjuntamente contra enemigos comunes de las razas trasga y gnoll.

Sin embargo, llegado el año 522 un noble anzano, Hesmuel Bandoreto había reunido el poder suficiente como para someter a varios de los más importantes nobles jasones y se apropió de sus terrenos, sus minas, sus cultivos y su ganado. El rey Pelau I hijo de Carostan IV mandó un emisario al norte con tal de interpelar ante el rey del Gran Reino de Anza Hal-za III acerca de lo sucedido con el noble Bandoreto.

No sólo no recibió respuesta, sino que el Gran Reino de Anza declaró la guerra de forma inmediata a Jasania. Nunca se supo la razón real de dicha decisión, pero es de suponer que el rey Hal-za fue coaccionado por la familia Bandoreto, pues la corona debía mucho dinero que había sido prestado por dicha familia para financiar las guerras del norte contra Hi-Thien.