Partida Rol por web

[DM04/20] 5 personajes en busca de autor

Primer acto.

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13/04/2020, 00:14
Minibus

Al otro lado, tras el tipo hiperflaco habían dos asientos vacíos. Allí se sentaron Kalivar, junto a la ventana, y Steve, junto al pasillo. Kalivar era tan grande que Steve apenas tenía sitio. Suerte que el autobús era todo cristal, pues en uno normal ese tipo callado, que mantenía el bate entre sus piernas sin que nadie le hubiera dicho nada al respecto, le habría tapado las vistas.

Tras ellos se sentaron Culero, junto a la ventana y Mackenzie, junto al pasillo.

Notas de juego

7 de 9.

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13/04/2020, 00:17
Alphonse Bermellón

Al otro lado, del pasillo tras el señor con gafas de sol y la señora que se había librado de su marido se sentó Steven, al lado de un tipo con el aspecto con que cualquiera se imaginaría a Ludvig Van Beethoven, que cortésmente le cedió el asiento que había junto a la ventana para quedarse él junto al pasillo. También se presentó, hablaba como si fingiera el acento francés.

—Extraño el destino que nos ha unido, caballero. Se me conoce con el nombre de Bermellón. Para servirle.

El último en subir fue Bernardo, que se fue al fondo y dio la orden de arrancar. El autobús iba tras el coche, formando un convoy.

Notas de juego

8 de 9.

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13/04/2020, 00:17
Minibus

Cuando tomaron velocidad la chica oso se puso de pie en el pasillo, y comenzó a cantar la típica canción de excursión infantil, en la que salían mariposas y nubes aborregadas con formas. Fue reprendida con un bufido gutural del conductor y volvió a su asiento tras pedir disculpas a todos, sin abandonar su sonrisa.

Entraron a la ciudad, era enorme, llena de edificios que no pegaban ni con cola unos con otros, muchos de cristal, algunos rascacielos, otros andrajosas naves industriales abandonadas. Una canción comenzó a oírse por el hilo musical del autobús. El conductor emitió otro ruido pero la música no paró.

Les llegaron un millón de aromas diferentes, la mitad de comidas exóticas. Muchos de los olores podían reconocerlos, pero era como si supieran la teoría y fuera la primera vez que se exponían a la práctica.

Por las aceras transitaba una multitud inmensa de gente de lo más variopinto. Patines, bicicletas, mascotas exóticas, bandadas de loros sobre semáforos y taxis cruzándose peligrosamente.

Las nubes se estaban abriendo, debería ser cerca del mediodía.

Notas de juego

9 de 9. Ya podeís postear.

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13/04/2020, 09:26
Mackenzie Wood

Mackenzie no se lo reconocía a sí misma pero empezaba a sentirse feliz. La capa de indignación por todo lo sufrido en su vida eran como nubarrones cubriendo un sentimiento nuevo, esperanza la llamaban, ilusión tal vez, ante la evidencia de que el mundo, colorido y extraño —y muy ridículo por momentos—, no se había acabado.

En camino a su asiento cruzó la mirada con las personas a bordo, con toda probabilidad imaginatas, como había dicho antes el macarra. Tal vez compañeros del cursito ese en el que tantas cosas les tenían que explicar. Habría querido ir directamente a darle un bofetón a su autor, preguntarle cómo había sido tan cabrón y pedirle… No sabía todavía. Tal vez sólo tratara de ahostiarlo sin piedad, pero los sentimientos hacia él se desdibujaban mientras veía calles llenas de vida y de gente, y la música del hilo musical del bus iba penetrando en ella, disipando parte de las nubes de su ánimo como se disipaban las del cielo. Cuando su mirada se cruzó con la de Steve sonrió de verdad, la primera vez que lo había hecho desde… Bueno, desde vete a saber.

Oye, bro —dio un ligero codazo a Culero a su lado—, ¿jugamos a adivinar de qué va toda esta gente?

A ver, un ejemplo… —miró alrededor buscando su presa. Luego susurró—. El tipo de las gafas de sol es un genio del mal capaz de poner en jaque a los servicios de inteligencia de todo el mundo. ¿Su plan? Algo muy, muy loco: soltar un arma biológica que vuelva a todos… Mutantes sumisos y abra sus mentes al control por su parte mediante un casco de ondas telepáticas que el que quiere convertir a la humanidad en un enjambre y esclavizarla de todas las maneras posibles. Y él ser la abeja reina, claro.

Miró a Culero con una media sonrisa de lado, las cejas alzadas y gesto burlón como diciendo: "¡ja!, lo he clavado, ¡seguro!"

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13/04/2020, 17:40
Culero Connor

Había permanecido abstraído mirando hacia afuera. La música ayudaba. Le sorprendió constatar que aquella realidad parecía, en efecto, más llena de posibilidades que el mundo imaginario en el que había vivido hasta entonces. Tal vez por eso todo le había parecido hasta el momento tan... aburrido. Sin embargo el hilo de sus pensamientos fue súbitamente cortado por el puntiagudo codazo de Cielo. Aquella chica necesitaba un buen plato de sopa.

No pudo evitar una carcajada ante la teoría de la chica, aunque procuró bajar el tono de voz antes de que el conductor de aspecto bestial les diera una reprimenda.

—Muy bueno, creo le sacaste la ficha.

Inspeccionó al resto de los pasajeros.

—¿Qué me dices de aquel?— dijo, señalando con poco disimulo al hombre de aspecto triste —Me pone los pelos de punta— le mostró su blanco y peludo brazo piel de gallina antes de añadir —Un tipo sin consecuencia en la vida, ignorado, un paréntesis sin contenido, invisible, probablemente virgen aún... ¡Mr Cellophane!

Se levantó súbitamente, se puso el sombrero y comenzó a bailar y cantar en un tono de voz bajo para no alarmar al conductor.

Cellophane
Mister Cellophane
Shoulda Been My Name
Mister Cellophane
'Cause You Can Look Right Through Me
Walk Right By Me
And Never Know I'm There...

—Eso— le dijó a la chica sentándose nuevamente a su lado —O un pedófilo.

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13/04/2020, 21:45
Steve

A Steve le maravillaban las personas que había en el autobús.

Ya se le había pasado el disgusto por descubrir que su vida había sido una ficción; de hecho, incluso le gustaba ser la historia creada por otra persona. Era irónico, para alguien que se ganaba la vida contando historias; y se preguntó si, a su vez, Marcus Darío no sería también el personaje creado por otra persona que contaba una historia, y si aquel bucle, como un espejo reflejado en otro, tendría realmente fin.

Además, existía Nueva York: Steve sentía que, mientras existiera Nueva York, habría esperanza.

Se sentó como pudo, pues Kalivan ocupaba espacio como para pagar billete y medio, y al rato se giró hacia Mackenzie y Culero. Devolvió la sonrisa a Mackenzie.

 — ¿Sabes? preguntó también en un susurro Eso es lo que yo hacía cuando iba en el Metro, en Nueva York... bueno, en el Nueva York imaginario. Me sentaba, observaba a la gente, y jugaba a adivinar qué clase de vida llevaban, quiénes eran, a dónde iban...  Lo apuntaba todo aquí — añadió, golpeando su libreta con el bolígrafo Y luego lo contaba en mi programa.

Se dispuso a jugar con ellos.

 — Vale, el tío de las gafas de sol es el inventor de la televisión — dijo en tono lúgubre — Y la chica-gato, en realidad sólo se viste así para salir a la calle: cuando llega a su casa, y nadie la ve, se viste de forma normal y hace cosas normales. Y Mr. Cellophane, en realidad es cómico: tiene un programa de televisión, trabaja para el tío de las gafas de sol.

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14/04/2020, 01:40
Culero Connor

A Culero no le convenció la explicación de Mr Cellophane, pero debía concederle cierto mérito. Es conocida la tristeza que suele envolver a payasos y humoristas por igual. Steve parecía saber de lo que hablaba.

Señaló en dirección a la veterana.

—Viuda negra. Cinco maridos, cinco muertes, cinco cenas calientes— aseguró al tiempo que mostraba cinco dedos extendidos llenos de anillos —Caníbal. Seguro que acaba en la poli.