Partida Rol por web

[DM04/20] 5 personajes en busca de autor

Tercer (y último) acto.

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27/04/2020, 08:51
Mackenzie Wood

Y se reveló como tal literalmente: como una puta iguana de mierda un tanto analfabeta. La boca de Mackenzie se abrió a la par que sus ojos, desorbitados por la sorpresa. Era asqueroso como poco. Por muchos zombies con tripas dejando un reguero a sus pasos que hubiera visto, aquella cosa le repugnó lo indecible. Estaba claro que se movía más rápido que un zombie de modo que no podía dejarle hacer ni un amago más. De un arañazo parecía poderte contagiar al menos un tétanos galopante.

Al comprender lo cerca que estaba de Steve, algo en su interior hizo "click". Se volvió hacia Boscemi que le hablaba, pero sus ojos parecían mirar a través de él. Su gesto se transformó en una máscara fría de decisión asesina.

Salió disparada en una breve carrera dispuesta a cortar a la criatura en dos. De su boca salió un grito agudo, espeluznante y seco, tan breve y rápido como el arco que dibujó el filo de la katana.

- Tiradas (2)

Notas de juego

TOMAAAAAAAA!! Aparta tus sucias zarpas de mi Steve! XDDDD

Edito: he añadido algún detalle.

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27/04/2020, 12:59
Culero Connor

Aquel bicho horripilante tuvo un efecto sedante en Culero, quien suspiró aliviado. Steve tenía razón, de alguna manera, siempre la tenía. Resultaba entonces que su creador no era un puto psicópata con delirios de rock star como había pensado en un principio. Aún así no bajó la guardia. Después de todo Boscemi no era el único que sabía que con los reptilianos uno siempre debe cuidarse las espaldas.

Sin embargo Cielo fue más rápida que él. Su rostro se había transformado y su mirada habitualmente perdida tenía ahora el frío brillo de la determinación. Utilizando la katana con una habilidad insospechada se lanzó en pos de la criatura.

Culero aguardó con el nunchako preparado, en caso de que el ataque de la chica no fuera suficiente.

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27/04/2020, 17:01
Steve

Steve retrocedió, espantado.

Había adivinado que aquella persona no era Fullenher, pero no imaginaba que ni siquiera fuese una persona. ¿Sería un reptiliano comunista, como los de Boscemi, o al menos respetaba el libre mercado?

De cualquier manera, ya sabían dónde encontrar a su autor (¿en la mazmorra?), y el chillido de la joven Mackenzie no dejaba lugar a dudas sobre el destino que iba a correr aquella lagartija impostora y parlante.

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27/04/2020, 20:56
Steven Boscemi

Nada más ver al reptiliano recuperó toda mi energía y me ofuscó completamente ¡Dame el ar... Me quedo callado, la señorita Mculthy se ha arreglado bastante bÍdem. Me ajusto las gafas y digo Vaya, retiro lo dicho señorita Mcburguer, recuérdeme que nunca sese delante suya me empiezo a reír como si hubiera dicho el chiste más gracioso del mundo. Ja ja ja, Steven eso es muy ¡Calla! Aún no te he perdonado... Oh stievi... Le ignoro completamente y comienzo a caminar, esto es clarísimamente un nido de reptilianos, tenía una misión de Dios. ¡Vamos lagartija, vamos chico! ¡Sal de donde estés, no te quiero hacer daño almenos no para hacer una alfombra con tu escamosa piel! ¡Vamos chico! ¿Quién es un buen lagartito? Sigo gritando, intentando convencer a los lagartos que se escondan mientras exploró la casa...

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28/04/2020, 08:49
Mr. Brown

Steve notó el aire que había movido la hoja de la Katana.

Partió en dos el cuerpo del reptiliano, cayendo un trozo —que incluía la cabeza con todo el cuello y un brazo— de golpe, haciendo un ruido similar al que haría un jamón si lo dejaras caer sobre el piso y quedándose el resto de pie durante un momento, como si esperara infructuosamente nuevas órdenes de su cerebro de reptil.

Manó sangre ácida pero por suerte no salpicó a nadie, eso sí, acabó de destrozar una alfombra que debía valer un potosí.

El mayordomo se mostró la mar de colaborativo. Si a alguien se le ocurrió rascarle la cara, buscando un trozo de piel suelta del que tirar, como si su cara pudiese ser una pegatina de carne, se habría mostrado impasible, dejando que comprobaran que en efecto era lo que Steve presentía que era, es decir, lo que parecía, un mayordomo, humano.

En todo caso, en cuanto tuvo ocasión, se puso un guante de latex y se hizo con una llave que llevaba todavía colgado el cadáver del reptiliano —que a los tres minutos de muerto ya olía a pantano— y tras ofrecerle la llave a Steve les pidió amablemente que lo acompañaran a la mazmorra.

Notas de juego

1 de 2

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28/04/2020, 08:51
M.D. Fullenher.

Abrieron una puerta secreta que había en un cuadro enorme la mar de loco que figuraba un gato gris levitando apaciblemente dentro de un bombín sobre un fondo de cielo aborregado —se abría con un resorte en el marco— y tras bajar unas escaleras de caracol innecesariamente estrechas llegaron a un sótano con celdas a ambos lados, la mayoría utilizadas de almacén de manuscritos salvo una, frente a la que se detuvieron, en la que el autor escribía encorvado, vistiendo un ridículo camisón con "gorro para dormir".

Se levantó de un taburete diminuto moviendo hacia delante un escritorio también demasiado pequeño en el que estaba escribiendo algo con letra preciosista. En una esquina de la celda había una palangana blanca con un excremento que parecía una isla en un lago de orina. La luz era escasa en toda la sala salvo en el escritorio, que tenía un flexo infantil, de pinza.

Les miró por encima de sus gafas redondas y frunció el ceño, en una especie de guiño indescifrable, incluso para Steve. Su voz sonaba más gutural que la de su imitador reptiliano.

—Hola, mis pequeñines.

Y soltó una larga carcajada, un tanto demente.

—Bienvenidos al mundo real.

Notas de juego

2 de 2

¡Ya podéis postear!

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28/04/2020, 15:53
Steve

Steve retrocedió otro par de pasos, temiendo que la sangre de aquel bicho le salpicara. Mackenzie había aparecido como un samurai, destrozando con un corte certero a aquel ser tan desagradable.

El locutor, asombrado, se giró hacia ella.

 — Me has salvado, Mackenzie — dijo conmovido — Te debo la vida.

Y, de paso, había vengado a su amigo el taxista. Si a Steve aún le hubiera quedado alguna duda sobre sus intenciones, aquella espada las había cercenado también.

Acompañaron al mayordomo hasta la mazmorra, y Steve se colgó la llave al cuello.

Allí abajo, su autor les esperaba, en un cuchitril que violaba todas las leyes de la ergonomía; el orinal remataba una escena ya de por sí desagradable. No obstante, allí estaba Fullenher: le habían encontrado.

  — Hola, señor Fullenher. Aquí estamos — se limitó a decir, a modo de presentación; para, tendiéndole el papel que le había dado Ánima, añadir — Me han dado esto para usted.

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28/04/2020, 17:46
Mackenzie Wood

Mackenzie bajó la espada sorprendida del resultado. La voz de Steve la sacó del ensimismamiento, pues se había quedado colgada como si lo que estuviera pasando no fuera real. Lo miró turbada por el tono conmovido con que le había hablado

Ok, olvídalo, no me debes nada —quiso sonar ¿dura?, ¿decidida?, ¿desprendida en su heroicidad? Pues no lo sabía bien. Lo que sí sabía es que había sonado idiota y que se sonrojó de nuevo a trozos, esta vez de vergüenza. Vale que la escena no era muy romántica —con sangre corrosiva y cabezas aquí y allá y eso—, pero acababa de salvarle la vida y ella apenas se había encogido de hombros. Soltó un resoplido por la nariz de pura frustración y mientras se aseguraban que el mayordomo no era otro reptiliano, limpió el filo de la katana con un trozo de alfombra.

Pues serás humano, pero no nos has avisado de qué nos íbamos a encontrar, pedazo de cabrón —dijo al mayordomo señalándolo con la katana—. Por lo que a mí respecta eres un colaboracionista de los reptilianos, así que un truquito más y la siguiente cabeza que rodará será la tuya —sonrió ufana; después de aquel tajo podía decir cosas como esas, ¿no?

La visión de la mazmorra y su ocupante hizo que torciera el gesto; o aquel tío era un masoquista o su doble reptiliano lo tenía encerrado obligándole a escribir y convivir con sus propios excrementos. Aunque, en realidad, aquello era más o menos lo que siempre había pensado que cabía esperar encontrar en los sótanos de los ingleses ricos.

Cuando oyó su risa demente no supo si le daba pena, rabia o asco. Allí no había jarrones caros que destrozar ni sabía ya si lo que quería era eso.

¿De qué va esta mierda? —le espetó. No podía estar más intrigada.

Notas de juego

Edito solo para aclarar lo que digo en el offtopic.

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28/04/2020, 20:13
Steven Boscemi

Sigo al mayordomo, parece una víctima de las ondas electromagnéticas de dominio mental reptiliano. Yo me ocuparía de liberarlo, me ocuparía de hacer caer todo el peso de la ley a esos malvados reptilianos. Mientras le seguía no presté mucha atención a mis compañeros ya que Cornleia no entendía el concepto de no <<querer hablar contigo>> Vamos Stevi, no te enfades. Ya te he dicho que no me acuerdo de nada de l que he hecho, no es culpa mía... El problema era que yo sí que me acordaba de lo que había pasado... Me recorrío un escalofrío por la espalda solo con pensarlo...

llegamos a la habitación intentando pensar en un plan de acción para dejar caer el peso de la ley al líder reptiliano. Cornelia estaba callada. Entonces el hombre dijo << mis criaturas, bienvenidos al mundo real >> y mis compañeros confirmaron que era un reptiliano ( bueno un colaborador pero que en términos absolutos es lo mismo ...) no podía aguantarme más, era demasiado, siempre he sido un "corredor" de cortas distancias y tenía el plan perfecto. Además mi odio a los reptilianos era incontrolable. Me dirijo a él corriendo y antes de llegar a él me lanzó en plancha encima suyo para aplastarle ¡Toma reptiliano de mierda! ¡Toma todo el peso de la ley! ¡Steve noooooo! Grito Cornelia horrorizada por mi plan genial.

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28/04/2020, 21:52
Culero Connor

Culero sonrió sutilmente, con una mueca divertida, al ver como Cielo profería amenazas hacia el mayordomo. Unos segundos antes se había sonrojado como la colegiala que era ante las palabras de Steve. Desde hacía ya un tiempo había notado que aquellos dos se traían algo entre manos, aunque ambos parecían ser demasiado tímidos para aceptarlo. Tal vez Culero pudiera ayudar, pero, de momento, habían otros asuntos más urgentes.

—Oye, mi clan siempre se encuentra buscando nuevas espadas, ¿sabes? —dijo con aprobación a la chica malhablada al tiempo que le ofrecía una amplia sonrisa.

Luego siguieron al mayordomo por aquellas escaleras con aspecto de catacumbas que conducían hacia la celda donde Él, su Creador, se encontraba. Le extrañó comprobar que se encontraba en un aparente estado de cautiverio, pero antes de poder decir nada, Culero detectó por el rabillo del ojo como la vena del cuello del gordo comenzaba a hincharse peligrosamente.

Desde los eventos de la cabina telefónica no perdía de vista a Boscemi, el más inestable de sus hermanos imaginarios, por lo que pudo intentar reaccionar a tiempo para evitar una catástrofe. Él sí quería escuchar lo que su Creador tenía para decirles, para justificar todo el mal por el que había tenido que transitar. Se lanzó en pos del gordo, agarrandóle por los pantalones al tiempo que intentaba fervientemente ignorar la raya del culo que se sugería allí donde la ancha cintura de Steven comenzaba a dar paso a un trasero aún más amplio.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso destreza + reaccionar.

OMG XD

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29/04/2020, 01:36
M.D. Fullenher.

Le habían abierto la puerta de la celda y el autor estaba a punto de firmar el papel que le había dado Steve cuando Culero aprendió de la peor forma posible uno de los secretos de los hombres obesos. De muchos, al menos. Y es que la cintura es algo que no todo el mundo tiene, o, dicho de otro modo, la barriga daba paso directamente al culo, que resultó ser en realidad significativamente más estrecho que ésta, por lo que los pantalones pasaron de venir muy apretados constriñendo las mollas de lo que vienen a llamarse las lorzas a resultar demasiado anchos para el trasero, de pronto, cayendo hacia los tobillos. De la inercia Culero estrelló su cara contra la raja del culo desnudo de Steven que, desde luego, logró tirarse en plancha contra el señor Fullenher, aunque debido a la intervención de Culero no cayó sobre su víctima tan de lleno como hubiera querido.

El autor quedó en el suelo. Sobre sus piernas Steven y con la cara en el culo de este último Culero, que en ese acto inofensivo pero fatídico tuvo una ocasión para encontrarle un sentido a su nombre.

M.D. Fullenher trató de zafarse arrastrándose como una oruga, pero de espaldas.

—¡Ni reptiliano ni hostias! ¡Esa iguana repulsiva me ha tenido cinco años encerrado en esta celda, es que no lo véis? ¡Dejad que me levante y os explique, joder, mierda! ¡Cojones!

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29/04/2020, 09:28
Mackenzie Wood

Ok, ya había aclarado sus sentimientos: el tipo aquel le daba pena. Mucha pena. Más todavía al ver su gesto cuando le cayó encima Boscemi quién, gracias a la aciaga pero efectiva intervención de Culero, no lo lastimó como habría podido. Un escalofrío recorrió a Mackenzie de la cabeza a los pies al ver dónde había acabado la cara del cowboy. Apartó la mirada de aquella estampa terrible.

Boscemi, ¡que es una víctima, joder! Vamos a sacarlo de aquí; está claro que necesita que le dé el aire y el sol —Iba a bromear diciendo que eso siempre que no fuera un vampiro, pero le dio miedo que el gordo no captara el sarcasmo y decidiera empalarlo con su propia pluma.

Voto porque lo subamos arriba y podamos hablar con él tranquilamente —remarcó dirigiéndose al Boscemi—. Algo me dice que habrá más reptilianos por el mundo para desquitarse, hombre.

La chica miró los escritos de Fullenher frunciendo el ceño. A saber lo que la iguana le había estado obligando a escribir.

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29/04/2020, 19:30
Steven Boscemi

Cuando estoy tirado en el suelo empiezo a reptar más arriba para ocuparme de aplastar su caja torafica pero tras dar con la cabeza con el culo de Culero vuelvo a reptar marcha atrás( ahora más rápido de antes) y me incorporo. Empiezo a soltar improperios mientras Cornelia no para de reírse. Despúes gritaron yo que sé que era una víctima o algo por el estilo. Y yo me quedo callado para ver como se desarrolla la situación mientras intento limpiar mi cabeza... 

Notas de juego

No creo que la pluma de Boscemi sirva mucho para empalar ;)

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29/04/2020, 19:55
Steve

Steve se llevó las manos a la cabeza: su creador podía tener muchos fallos, pero no merecía morir aplastado. Aunque el pobre Culero había corrido una suerte mucho más ingrata.

Aquella visión perturbadora tardaría en abandonar su mente.

Ayudó a levantarse a Fullenher.

— Está bien, ya pasó; ya no tiene que quedarse aquí: si nos acompaña, podremos hablar arriba. Como comprenderá, tenemos muchas cosas que preguntarle.

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29/04/2020, 21:36
Culero Connor

Yo necesito que me dé el aire y el sol pensó Culero con aprensión cuando Cielo intervino. Y el agua y el jabón, y tal vez un buen desinfectante.

Parecía ser que los baños frecuentes también formaban parte del imaginario, inexistente mundo de Boscemi. Asqueado, se incorporó con una mirada feroz en el rostro, pero al ver como el gordo continuaba delirando su expresión se suavizó. Steven no tenía la culpa. El intelectual cadavérico era el responsable. O tal vez la puta iguana.

—¿Somos nosotros también producto de los caprichos de la iguana, o de los vuestros, señor Fullenher? —preguntó con voz fría, distante, que no había empleado hasta entonces.

La ansiedad le ganó a Culero una vez más. No podía esperar a subir arriba sin dirigirle la palabra a su Creador.

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30/04/2020, 03:15
M.D. Fullenher.

Mal que bien pudieron incorporar al señor Fullhener y solventar lo de los pantalones bajados de Steven.

—De capricho nada, flaco. De capricho nada. Vosotros sois míos. Lo que he escrito siguiendo las exigencias de la iguana están en las mazmorras. No sé si habrá logrado publicar algún libro, quizá con otro nombre o en el mercado negro, sin licencia.

El autor les guió escaleras arriba y ordenó al mayordomo que les subiera café, té y pastas al despacho del segundo piso. Caminaba mirando a un lado y al otro y les hizo saber lo satisfecho que estaba por el buen estado de conservación de la casa. Parecía que cuando se instaló allí aquello estaba un tanto ruinoso y que la iguana lo había restaurado y decorado con sorprendente buen gusto y mucho, mucho dinero.

El despacho era una sala enorme. Sobre una mesa digna de un consejo de dirección de roble había un retrato de cinco reptilianos jugando al golf que Fulhener lanzó a la papelera, encestando. Se dejó caer en el gran sillón presidencial. En la pared de su espalda había un armario acorazado en el que reparó por casualidad cuando se puso a jugar a girar su asiento. Se levantó y lo abrió después de probar varias combinaciones.

Eran un montón de estantes abarrotados de fajos de billetes grandes. También habían cuatro cajas transparentes con lo que parecían diamantes, algunas armas y paquetes de cocaína que Fullhener probó pinchando uno con la larga uña de su dedo meñique para luego chuparlo y hacer una exclamación.

—¡Hijo de puta! ¡Esto tenemos que celebrarlo! ¿Eh?

Les lanzó un fajo de billetes a cada uno y señaló las cómodas sillas volviéndose a lanzar él en el sillón. También habían dos sofás de cuero rojos, una consola de videojuegos, un cañón proyector, un cuarto de baño privado con sauna y unos cuantos cuadros que parecían pintados por un niño drogado.

—Tomad asiento, por favor, estáis en vuestra casa.

Comenzó a explicarse mientras firmaba el papel que les había dado la pequeña sádica.

—Mi primera serie de libros fueron de zombies, entonces todos hacíamos libros de zombies, era eso o morirte de hambre. En la tetralogía de La Chica Solitaria me gané cierto renombre. Todavía no habían aparecido los primeros personajes en el mundo real. Todo era muy diferente.

Steve, tú también naciste por cuestiones económicas. Justo antes de que los personajes empezarais a venir. Hice una serie de novelas pensadas para tener éxito entre las señoras de mediana edad, y vaya si lo tuvieron. Ahí afuera te podrás follar a la que quieras aunque, bien pensado, de eso hace veinticinco años así que ahora tendrán entre los sesenta y ochenta... Fuiste el personaje de ficción de portadaen la revista "Soltera de Oro" cuatro años seguidos. Cuando hicieron la serie de televisión me hice de verdad famoso. Y, ya sabéis, la presión… del público… junto con las drogas y el alcohol… Estuve pedo cinco años seguidos y en una noche escribí mi mejor obra: Culero, Príncipe del Kung Fu, contra Gusano Guarro que no fue muy comprendida por el gran público pero que ahora es una obra de culto. Muchos críticos se pusieron de mi lado, otros dijeron que era bazofia.... Se han hecho un montón de pelis. Después estuve unos meses internado en un psiquiátrico. Ya sabéis, me metí en algún lío y era eso… o la cárcel.

Señaló a Steven.

—Steven, el amigo imaginario de un niño esquizofrénico que cree convivir con el cadáver de su madre fue una obra alucinatoria, la escribí totalmente enajenado, y no la entiendo, pero Soliloquio es mi obra más valorada y fui aspirante al premio Quentin por ella pero no fui a la gala. Para entonces la presión de los fans era tal que empecé a esconderme aquí y dejé de escribir, hasta que tuve una idea.

Me inventé un personaje, un enemigo potencial de Steven sobre el que escribí un spin-off. "Mr. Question Mark", un reptiliano consciente de que vive en el mundo de la fantasía, que amaba mucho más a la humanidad en general que a los humanos en particular, porque adoraba su forma de vida. Me jodieron la licencia por eso, pero vino, vaya que si vino.

Bueno, pensaréis que tenía que haber previsto lo que pasó, pero por entonces todo me importaba un huevo. Sólo quería que me dejaran en paz. Cuando acudió le ofrecí un trabajo: que se hiciera pasar por mí. Y como habéis visto no se conformó con hacerlo a tiempo parcial. Me suplantó, y por lo que veo, ha montado todo un emporio mafioso.

Suspiró e hizo un gesto con la mano, como si espantara un mosquito imaginario.

—Agua pasada… Lo que importa ahora es el ahora, mis niños... estamos, obviamente, ante una disyuntiva.

El mayordomo entró con el café, el té y las pastas, que iba sirviendo con parsimonia.

—¿Qué preferís? ¿Continuamos con el negocio del difunto Mr. Question Mark? Dicen que en el crimen organizado lo difícil es organizarlo y que luego es coser y cantar…

¿O por el contrario nos montamos una fiesta sin pausa hasta fundirnos toda la pasta? ¡Entre esto y la casa seguro que podemos estar un año o dos tope pedal!

Así que propongo una votación. A mí me da igual, me apunto a lo que prefiráis.

Notas de juego

El que sigue es vuestro último post de la partida. Declarad en él vuestro voto.

Yo publicaré el cierre antes de las doce de la noche, que es cuando acaba el reto :-)

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30/04/2020, 11:53
Mackenzie Wood

¡Joder, eres un puto pirado! —exclamó Mackenzie después de soltar unas cuantas carcajadas—. Pero me caes bien. Más o menos —reconoció tras respirar hondo tratando de aplacar la hilaridad un tanto histérica que le provocaba la situación.

Tomó el fajo de billetes haciéndolo correr con su pulgar como para hacerse una idea de la pasta que contenía —mucha, no fue capaz de afinar más—, y luego lo dejó de nuevo sobre la mesa arrojándolo con un gesto de desprecio, aunque no demasiado lejos.

Si la tetralogía sobre su vida había sido escrita antes de que los imaginatas aparecieran, aquel hombre no había sido cruel con ella, simplemente había escrito una historia para pagarse sus orgías de drogas. Y si para tener al público enganchado cuatro putas novelas había tenido que hacerla sufrir una otra vez, pues eso es justo lo que había hecho. Si el género zombie había sido tan exitoso seguro que en aquel mundo tan raro tenía que existir hasta una especie de alcohólicos anónimos, pero dedicado a los imaginatas traumados por el tema. Por su parte, salvo que la hicieran ir a un restaurante zombie, creía poder manejarse sin terapia. Algo le decía que aquel mundo estaba bastante más jodido que ella.

Por un momento pensó que también tendría fans, al igual que Boscemi o el ejército de maduritas que se pajearían pensando en Steve, pero lejos de complacerla le hizo sentir rara. Siempre había soñado con tener una vida normal, con que tus amigos no palmaran de forma horrible y aquella era su oportunidad… O no. ¿Podría en verdad un imaginata famoso tener una vida normal? ¿Envejecían siquiera?

Me parece que antes de poder controlar la organización mafiosa tendrías que cargarte al club de golf reptiliano al completo —señaló la papelera en que había tirado la foto—. Y no tienes ni puta idea de sus negocios, colega… Aunque me parece que aquí el amigo Benson podría ponerte al día, ¿verdad? —dijo al mayordomo mientras servía el café—. ¡Es que flipo contigo!, lo mismo te da ocho que ochenta, ¿no?

Bueno, creo que he terminado aquí —dijo mirando a todos con gesto digno—. Me llevo esto para tener algo con que empezar —tomó su fajo de billetes—, pero ahora soy libre M.D., no pienso perder un minuto más odiándote y mucho menos escuchando tus desvaríos. Sé que Steve va a tener un programa de radio de puta madre —sonrió a su compañero sin poder evitar un suspiro—, y que Culero es un príncipe en verdad —le guiñó el ojo a su bro —. Y a ti, gordo, te deseo mucha suerte y que la fama no te haga perder la cabeza —y esto último hasta lo dijo sin que sonara a sarcasmo.

Después se recolocó en la silla expectante ante lo que pudieran contestar sus amigos. Porque eran eso, sus amigos. Y pasara lo que pasara —miró la katana que había dejado apoyada contra su silla sintiendo un cosquilleo en sus dedos—, supo que quería estar ahí para ellos.

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30/04/2020, 12:12
Steven Boscemi

Estaba demasiado confundido habían sido demasiadas emociones por un  día. Seguí silencioso al hombre o todo lo silencioso que podía llegar a ser. Pero cuando vi como tiraba un cuadro de reptilianos y me tiraba un fajo de dinero decidí que me caía demasiado bien. No presté mucha atención a lo que decía, seguro que estaba colocado. Imaginarioooo  empezó a canturrear Cornelia. No le presté atención aunque es cadáver... un escalofrío volvió a recorrer mi espalda... ¿fiesta? dijimos Cornelia y yo a la vez. Nos encantaban la fiesta y con la pasta que tenía el hombre seguro que sería la puta mejor fiesta además, seguro que podría hablar con él de los putos reptilianos. Sí una pausa en el camino no me vendrá nada mal, claro que no... Una fiesta... ¡Por supuesto que sí! necesitaremos cocaína metamfetamina caballo setas mágicas Ayahuasca. Nos quedamos callados los dos y entonces digo Y mujeres y alchol. Cornelia se le hacía la boca agua whiskey con soda, ginebra Con tónica, Vodka a palo seco ¡Que asco! a mi me gusta Oh vamos no tienes ni cuerpo físico Pero sí que... seguimos discutiendo y hablando sobre preparativos e ideas para las futuras fiestas.

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30/04/2020, 15:55
Culero Connor

La confirmación de que se trataba realmente de su autor aplacó las ansias en Culero, que siguió a la comitiva en silencio hasta el despacho principal. Una vez allí dejó escapar un silbído agudo, apreciativo.

—Parece ser que la iguana de mierda no se privaba de comodidades. Aunque el sauna seguramente obedezca a una cuestión más práctica que placentera.

Es sabido que los animales de sangre fría son incapaces de generar calor por sí mismos. Lo había escuchado una vez en un documental sin importancia mientras aguardaba por El Templo Shaolin en Discovery Channel.

Escuchó con atención la reacción de Cielo y el gordo. A Culero le atraían ambas opciones. Sin embargo, no estaba seguro acerca del libre albedrío de aquella decisión. Después de todo, Fullenher era con toda certeza capaz de anticipar sus respuestas.

—Aunque vuestra disyuntiva no es tal —señaló el flaco— yo creo que debemos continuar con el negocio. De lo contrario, tarde o temprano nos harán pagar por las fechorías de la iguana, y entonces la fiesta habrá acabado.

En realidad lo que a Culero le motivaba era la posibilidad de usar su talento en defensa de aquel aparentemente rentable negocio. Podría formar su propio clan de talentosos ninjas en defensa de la empresa, tal vez habrían otros imaginatas como él que podría reclutar. ¡Tal vez Jackie Chan fuera un imaginata! Miró a Cielo una vez más.

—Venga, Cielo, podrás usar esa bonita katana reptiliana si te unes a mi clan. Y Steve, tu serías nuestro gurú espiritual. Gordo, tu podrías ser el Sheriff de la organización. ¿A qué no molaría? Limpiaríamos esta ciudad de reptilianos en un segundo.

Culero se aferraba a su pasado imaginario. Tal vez debido a que eran personajes de la etapa experimental más tardía de su autor, Culero sospechaba que ni él ni el gordo sabrían cómo empezar desde cero. Temía sin embargo que Steve y Cielo sí fueran capaces.

Notas de juego

Pequeña edición

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30/04/2020, 16:30
Steve

Steve tomó el fajo de billetes, y lo miró con cierta extrañeza. Nunca había tenido tanto dinero: ni siquiera sabía qué hacer con él. Seguramente lo perdería de alguna manera, o alguien le timaría. Lo dejó sobre la mesa con cuidado.

La idea de ser un personaje de novela romántica no le hizo demasiada gracia, y sólo reafirmó algo que ya había decidido.

Escuchó las propuestas de Fullenher, y las ideas de sus amigos, antes de hablar.

 — Oiga, yo se lo agradezco, de veras, pero...  Tengo otros planes. Verá: el Nueva York imaginario era un sitio cojonudo. Incluso aunque digan que la realidad siempre supera a la ficción, yo no consigo imaginarme un sitio mejor que ese para vivir. Y también me gustaba mi vida.

Respiró hondo.

 — No me veo siendo pornografía emocional para solteronas, lo siento. Me quedo con mis "jinetes nocturnos". No me importa ser "imaginario"; aquí, en este mundo que llamáis real, ni siquiera saben si son el fruto de la imaginación de alguien en otra dimensión. Yo también creía que era real hasta hace unos días: al final, no creo que haya tanta diferencia.

Nuestro amigo el taxista nos explicó que, si un imaginata, como nosotros, invocaba a otro ser imaginario, el castigo era "retornarle" a su mundo imaginario. Bueno, pues yo quiero retornar: y hay alguien a quien quiero traer aquí a cambio — añadió, mirando a Mackenzie.

 — Se puede quedar mi parte — añadió, empujando el fajo de billetes en la mesa — Puede invertirlo en sus juergas; estoy seguro de que Culero podrá sacar adelante su imperio mafioso para usted. Y Boscemi y Cornelia le serán de mucha ayuda.

Voy a escribir una novela para invocar a un personaje de su primera obra, señor Fullenher, y quiero que me ayude a hacerlo. Le he salvado de la iguana: creo que me lo debe.

 — Y, cuando esté de vuelta — pensó — les contaré a los "jinetes de la noche" vuestras historias: la historia del loco Boscemi y su lucha contra los lagartos marxistas; la del escritor vicioso Fullenher, arrastrado por sus propios demonios; la del vampiro funky Culero Connor, liderando al hampa reptiliana del Gran Manchester; del taxista lisérgico que leía mentes; y la historia de la joven Mackenzie, que, después de todo, tuvo un final feliz, aunque quizá no el que ella hubiera esperado.