Partida Rol por web

[DM05/21] El hambre que vendrá

3. ALGUIEN TIENE QUE PAGAR - La hora de las consecuencias

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21/05/2021, 16:41
Vizcondesa Marlene von Wick

—Kara, Tatyana Orlov, Liselo Van Dijk e Hilda Ivanov. ¡Cuántas niñas rebeldes! Tsk tsk tsk tsk tsk. Derek, mi querido, ¿es esto cierto? ¿Por qué no me dijiste que eran ellas las que no querían pagar? Espero que no las estés protegiendo. Como bien dices, que busquen el bien, que sean jovenes e inexpertas, no es excusa para la rebelión. Nada justifica la rebelión, mi querido.

>>¿Asumo que las niñas rebeldes están en el pueblo? Tráelas aquí, mi querido Silvester. A ella y a sus familias.

Notas de juego

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21/05/2021, 16:46
Silvester von Wick

—A vuestras órdenes, mi señora —dice Silvester con una sonrisa macabra, mientras vuelve al pueblo en compañía de diez hombres.

Notas de juego

Tu turno!

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21/05/2021, 16:54
Derek Durchdenwald
Sólo para el director

Derek no se sorprendió por los intentos de Rambert de acusarle, pero estaba convencido de que su presencia era suficiente para convencer a la Vizcondesa, no intentaría reprocharle para solo responder a las acusaciones.- Como bien dice Rambert son amigas mías, y aún así aquí estoy hablando con toda la verdad de lo ocurrido. No albergo intención alguna en protegerlas pues también considero que su crimen es terrible, como mi propio vecino aquí presente ha confirmado, he contado la verdad de lo ocurrido. En cuanto a esa acusación de que soy el instigador de su rebeldía es una auténtica locura pues bien es sabido por todos que mi único objetivo ha sido el bienestar de los habitantes de Wickland y jamás pondría en peligro a ninguno de ellos, cualquiera dirá lo mismo que he dicho sobre mi.- Lo único de lo que se arrepentía Derek, era que sus familias estarían involucradas.

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21/05/2021, 18:22
Vizcondesa Marlene von Wick

—Ya veo, mi querido. No tienes cara de ser un niño rebelde. No creo que hayas sido el instigador de toda esta... ingratitud.

Pasan los minutos y Silvester no vuelve. La Vizcondesa termina su copa de vino y ordena que se la llenen de vuelta. Ya está perdiendo la paciencia. No sabrías decir exactamente cuánto tiempo pasa. Una hora, quizás, hasta que regresa Silvester. 

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21/05/2021, 18:26
Silvester von Wick

Silvester von Wick está hecho una furia. El rostro rojo como un tomate, el pelo un poco alborotado y algunas magulladuras en su armadura. Cuando fue a buscar a tus compañeras y a Kara partió con diez hombres . Ahora solemente lo acompañan cuatro.

—Mi señora, fui en busca de las rebeldes. Aquella mujer, Kara, se encerró en su casa. Cuando nos acercamos a su hogar para apresarla comenzó a dispararnos con mosquetes y pistolas. Mató a tres de mis hombres a tiros. Le ordené a los demás que entraran a la casa y la sacaran de allí. Esa mujer es un demonio, mi señora. Mató a dos hombres con una espada y decapitó a otro con un hacha. Luego la vimos huir hacia el pantano. No pudimos atraparla.

>>Las otras rebeldes, Liselot Van Dijk, Tatyana Orlov e Hilda Ivanov, no están en el pueblo. Se han fugado. Busqué casa por casa. Pero he podido capturar a sus familias, y a esta muchacha, que me han dicho que es la mejor amiga de Orlov.

Detrás de Silvester, están los padres de Liselot, la madre de Tatyana y Hedy.

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21/05/2021, 18:32
Jan Van Dijk

—Por favor, dejad marchar a mi esposa. Ella no tiene nada que ver con esto. Yo... yo tampoco sabía que Liselot se había fugado, pero si tenéis que castigar a alguien, que sea a mí.

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21/05/2021, 18:33
Hedy

—¡Yo no sé nada! ¡Por favor! ¡No se a dónde han ido! Por favor, Vizcondesa, dejadme ir.

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21/05/2021, 18:34
Vizcondesa Marlene von Wick

—Oh, mis queridos, lo lamento. Pero alguien tiene que pagar. Los niños malos sólo aprenden a no rebelarse cuando ven las consecuencias de sus actos.

Marlene von Wick chasquea los dedos y llama a más soldados.

—Colgadlos a todos. Y tú, Derek, dime algo. Cuando vino el recaudador a la aldea... ¿pagaste tu parte del tributo como correspondía?

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Tu turno!

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21/05/2021, 18:41
Derek Durchdenwald
Sólo para el director

La llegada de los familiares de sus amigas hizo sentir nervios de nuevo a Derek, pero no esperaba ver a Hilda, esa niña era demasiado inocente y no estaba preparada para la situación que estaban viviendo ni para lo que podría ocurrir en el futuro. Intentó mantener la compostura, sería una locura perder los nervios en aquel momento, solo jugaría en su contra y tenía la sensación de que la Vizcondesa ya tenía clara sus intenciones antes de escucharle. La llamada a los guardias solo hizo confirmarlo. Quizás tuviera tiempo de convencerla de lo contrario, de que no los asesinaran, pero sabía que con su próxima respuesta también definiría su destino.- No Vizcondesa. El recaudador llegó justo cuando partí en busca de Kara, no esperaba los acontecimientos que ocurrieron después. Supuse disponer del suficiente tiempo para entregar mi parte, pero como ya sabe, fue imposible hacerlo.- Hizo una pausa para convencerse de lo siguiente.- Si me permite la osadía mi señora, conociendo a mis amigas como bien ha dicho Rambert, dudo que informaran a sus familias de sus actos. De ninguno de ellos. Son buenas gentes, trabajadores que nunca han dudado en servir bien, no merecen este destino. No han sido partícipes de estos acontecimientos de ninguna manera.

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21/05/2021, 19:47
Vizcondesa Marlene von Wick

La Vizcondesa asiente con satisfacción cuando le cuentas tu coartada para no haber pagado. Parece que has conseguido evadir el castigo. Cuando intentas intervenir para evitar las ejecuciones, lo único que recibes como respuesta es un sermón en tono maternal.

—Derek, mi querido, estoy segura de que estas personas son inocentes y de buen corazón. Eso es lo feo de la rebelión. Las personas buenas tienen que morir por culpa de las malas.

Los soldados tiran unas sogas por encima de la gruesa rama de un árbol. Jan Van Dijk, su esposa, la madre de Tatyana y Hedy son llevadas a rastras hacia la improvisada horca.

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21/05/2021, 19:52
Jan Van Dijk

Jan Van Dijk tiene que observar cómo la soga se enrosca en torno al cuello de su esposa, que llora desconsoladamente. Dos soldados tiran de la cuerda y la mujer empieza a subir. Sus pies cuelgan. Jan grita, llora, patalea, intenta zafarse de los hombres que lo agarran. Luego de unos minutos que parecen interminables la madre de Liselot está muerta.

Al verla sin vida, Jan deja de gritar.

—Llevadme.. llevadme con ella... matadme a mí también...

Los soldados de la Vizcondesa le hacen caso. Repiten el mismo procedimiento. Jan Van Dijk es colgado del árbol. Cuando el aire le empieza a faltar, da unos gritos ahogados, se retuerce violentamente, las piernas le tiemblan, y finalmente se queda quieto.

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21/05/2021, 19:58
Hedy

A continuación es ahorcada la madre de Tatyana, entre sollozos, llamando a su hija ausente.

Hedy es la última. Está aterrada. Sus ojos van de la Vizcondesa, a Rambert, a Silvester, y finalmente hacia ti.

—P-por favor... yo... yo no he hecho n-nada... D-Derek, diles, ¡diles! ¡Derek! ¡Derek! ¡DEREKGGGGK!

La soga se ajusta a su delicado cuello. Hedy se eleva. Arriba, arriba, arriba. Los soldados siguen tirando. Sus pies marcan un ritmo frenético y descoordinado. La cara de Hedy se pone roja y luego morada. Pronto es un cadáver más, entre otros, tambaleándose al son del viento en este bello día de fines de verano.

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21/05/2021, 20:04
Vizcondesa Marlene von Wick

—Esto debería ser suficiente para advertirle a la aldea de por qué hay que pagar el tributo —dice Marlene von Wick—. Derek, Rambert, mis queridos, habéis sido de gran ayuda para desentrañar lo que ha pasado aquí. Os agradezco desde lo más profundo de mi corazón, y como recompensa, permitiré que vosotros dos paguéis solamente la mitad de la parte del tributo que os corresponde.

>>Silvester, mi querido, reúne a cuarenta hombres bien armados y vuelve a la aldea. Te quedarás en Wickland durante dos meses, vigilando que a nadie se le ocurra portarse mal otra vez. Nadie debe tocar los cuerpos que hay colgando en ese árbol. Han de permanecer allí hasta ser comidos por los cuervos.

>>Desde hoy en adelante, Kara, Tatyana Orlov, Hilda Ivanov y Liselot Van Dijk son prófugas de la ley, buscadas por rebeldía. Silvester, quiero que interrogues a los campesinos de Wickland, pidas su descripción, armes bocetos de sus caras y claves avisos en todos cruces de caminos y tabernas a cien kilómetros a la redonda. Pon una recompensa por atraparlas vivas o muertas... cincuenta piezas de oro por cabeza. Tarde o temprano caerán.

>>Qué día tan agobiante. Quiero volver a mi castillo a descansar. Adiós, Rambert, Derek, mis queridos, cuidaos mucho.

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21/05/2021, 20:13
Rambert

—A-adiós, mi señora —dice Rambert, visiblemente sacudido por las ejecuciones—. Que tengáis un b-buen viaje.

Notas de juego

Vamos terminando. Te dejo hacer un post para reaccionar y por si algo le querías decir a la Vizcondesa o a Rambert por lo bajo. Cuidado con lo que le digas a la Vizcondesa porque puede ser tu perdición. Después de esto, vamos a un epílogo y ahí sí, vas a hacer tu último post.

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21/05/2021, 20:51
Derek Durchdenwald
Sólo para el director

Derek sintió como su cuerpo y alma se revolvían con su ser, sentía náusea, asco, odio, miedo y una sensación casi irrefrenable de explotar. Mantener la compostura mientras personas a las que conocía, quería y por las que había luchado perdían la vida de una manera tan cruel e injusta, le hizo querer ser parte de ellos. Nunca había sentido algo tan terrible ni doloroso. Cuando toda tu existencia consiste en salvar vidas, ver cómo la quitan sin poder hacer nada es sencillamente destructor. Quería irse a toda velocidad, no quería escuchar ni una palabra más, solo quería salir de allí.- Gracias Vizcondesa. Adiós.- Espero que la Vizcondesa se moviese primero para evitar reverenciar. Deshizo el camino siguiendo a Rambert, sin dirigirle ni una palabra ni gesto, evitando a su vez mirar a los cadáveres, no podía soportarlo. Se odiaba a sí mismo, y no se permitiría olvidarlo nunca.

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21/05/2021, 21:05
Hilda Ivanov

Apostados en la colina, el grupo dió un último vistazo al ya lejano Feudo de Wickland. Con el corazón atenazado la joven Herrera luchaba con los sentimientos encontrados que le invadían. Por una parte a su mente llegaban recuerdos de su niñez, de como salía a jugar con los demás niños de su edad y regresaba con los ojos encharcados en lágrimas cuando las burlas de los demás niños eran muy crueles respecto a su estatura. Las caricias de su padre con aquellas callosas manos la reconfortaban y allí es donde realmente Hilda podía sonreír y sentirse segura. Abandonando el pueblo donde aquellos momentos pasaron era duro, pero esos recuerdos no se los arrebataría nadie.

Por otro lado la incertidumbre de un nuevo comienzo lejos de su antiguo hogar, reanimaban sus esperanzas de encontrar noticias de su desaparecido padre, en el fondo de su corazón se empeñaba en creer que aún seguía con vida y que tenía un motivo por el cual no había regresado. 

Se limpio los ojos al darse cuenta que las lágrimas empezaban a brotar y se dió la vuelta dándole la espalda a la lejana aldea y a su pasado. Sonríe a sus amigas de fuga con los ojos aún humedecidos. -Desde ahora seremos familia- Se dispuso a cobijarlas con sus fuertes brazos en un abrazo que sellaría su unión de ahora en adelante.

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22/05/2021, 16:28
Director

El exilio es más duro al principio. Con los días, una se acostumbra al desarraigo y a no pertenecer a ningún lugar. Los días van y se esfuman a la vera del camino, transitando los senderos sin saber exactamente hacia dónde se pretende ir. Algunas posadas en el camino os dan cobijo. A veces, algún campesino aislado os presta su granero para resguardarse del frío otoñal. Cuando no hay dinero, la comida se consigue cazando entre las arboledas. Ardillas, zorros, perdices, moras silvestres... cuando hay hambre todo es bienvenido.

Y así pasa un mes. Desde aquel día de fuga no habéis tenido más noticias sobre Wickland, la Vizcondesa, Derek, Rambert o Kara. Todo parece un sueño lejano. La distancia hace que algunas cosas se vuelvan borrosas, y por momentos os dais cuenta de que ya no recordáis ciertos detalles de la aldea.

En este momento habéis entrado a una posada que hay en un cruce de caminos. Afuera la mañana está helada. Os sentáis cerca del fuego y pedís algo para desayunar. Hay unas quince personas y dos camareras que van y vienen entre las mesas. El posadero está preparando un revuelto de huevos con cebolla y tocino. El olor es delicioso, mucho mejor que el de las escuálidas ardillas que caza Liselot.

Nadie os prestó demasiada atención al entrar. Cerca de vuestra mesa, dos hombres hablan entre ellos.

—...mujeres provocaron un ataque de ogros en Wickland, parece que se comieron al recaudador de la Vizcondesa —dice uno.

—¿Quién me dijiste que gobernaba esas tierras? —pregunta el otro, mientras espera a que se enfríe su sopa.

—Marlene von Wick. Es Vizcondesa. Una vez la conocí, hace tres años, cuando visitó el castillo del Duque Luther von Gantz. Vaya mierda de mujer. Se quejó de la música del banquete y pidió que le corten las manos al violinista. El Duque se negó cordialmente.

—Mi primo vive en una aldea cercana a Wickland. Me dijo que los ogros no mataron al recaudador, me dijo que fue una de esas mujeres, lo mató de un flechazo en el cuello.

—Pues no sé. Puede ser. Yo te digo lo que me dijo a mí el carpintero. Me dijo que el ogro le comió la cabeza al recaudador y luego murió indigestado. Pero antes de eso dicen que destruyó el pueblo.

—Qué desgracia, ¿eh? Gracias a Fenre que no tenemos ogros andando por mi ciudad.

—La cuestión es que la Vizcondesa estaba tan enojada que fue con un ejército a Wickland. Las mujeres que llevaron a los ogros al pueblo se fugaron, pero dicen que la Vizcondesa ahorcó a sus familias y a sus amigos. Ahí mismo, en un árbol. 

Notas de juego

Pasó un mes. Estáis en la posada. ¿Adónde habéis ido, o adónde queréis ir? ¿Lejos de Wickland, más o menos cerca? En la escena de ambientación hay un mapa, los nombres de los reinos están en letra un poco pequeña pero más o menos creo que se lee, me podéis decir a qué lugar queréis viajar. Por otro lado, como veis, hay muchos rumores sobre lo que pasó en Wickland y nadie sabe bien cómo fue.

Esta va a ser la última o anteúltima ronda de posteos. Vamos despidiendo la partida, viendo qué quieren hacer las fugitivas en el futuro, cuáles son sus planes, y decimos adiós.

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22/05/2021, 17:04
Director

Te odias a ti mismo. No lo olvidas. Cada paso que das hacia la aldea te lo recuerda. Las caras de los ejecutados se quedan grabadas en tu retina. Sus nombres, sus gritos, su agonía. ¿Salvaste a la aldea de un mal peor, o causaste cuatro muertes innecesarias? La duda te perseguirá hasta el día de tu muerte.

Pasa un mes. Finalmente Wickland tuvo que pagar el tributo. Tú y Rambert tuvisteis el beneficio de solo pagar la mitad. No tendrás problemas en afrontar los meses de frío. Tus vecinos, por otro lado, sufrirán el hambre. Y cuando venga el hambre, luego vendrán las enfermedades. Y con las enfermedades, la muerte.

En Wickland nadie se rebela. Todos obedecen. Silvester von Wick sigue las órdenes de la Vizcondesa y lleva una guarnición de cuarenta soldados al pueblo. Se quedará allí un buen tiempo para asegurarse de que nadie vuelva a causar alborotos. Silvester y su tropa cuestan dinero: hay que darles cobijo y comida. Esto hace que las escasas reservas del pueblo se evaporen con más velocidad para poder alimentar a los hombres de la Vizcondesa.

Estamos en el primer mes de otoño y ya te das cuenta de que varios de tus vecinos están más flacos. ¿Cuándo llegará la hambruna? Dos meses, quizás. Tres, como mucho. Justo en medio del invierno.

Rambert, por otro lado, goza de mejor salud que nunca. Tiene comida de sobra y apenas si piensa compartir algunas migajas. Jarman, el campesino que incendió la casa de Liselot, se marchó del pueblo pocos días después de tu encuentro con la Vizcondesa. Quizás tenía temor de que se descubriera lo que hizo. De Kara no has vuelto a tener noticias. Aquel día mató a seis hombres de la Vizcondesa y luego huyó al pantano. ¿Está viva o fue devorada por ogros? Es imposible saberlo. De Liselot, Hilda y Tatyana tampoco has vuelto a saber nada.

Algunos de los vecinos del pueblo te miran con recelo. Son los amigos de los padres de Liselot y Tatyana y de Hedy. Cuando te ven escupen al suelo, te hacen gestos groseros o te acusan de delator. Pero la mayoría de los habitantes de Wickland te ve como su salvador. Creen que gracias a ti y a Rambert se evitó una masacre aún mayor. Te saludan con efusividad, te dan palmadas en la espalda, te invitan a todo tipo de reuniones sociales.

En este momento estás tratando a un niño que se lastimó la rodilla jugando. Se llama Rob. Tiene diez años y es muy alegre.

—Señor Durchdenwald, ¿puedo decirle algo? Mis padres dicen que usted salvó a Wickland del ejército de Frau Marlene. ¿Eso es cierto? Porque es increíble. ¿Cómo lo hizo? ¡Usted es un héroe!

Notas de juego

Y llegamos al final. Ahora sí, puedes hacer tu último post en la partida. Ha pasado un mes, el pueblo está ocupado por Silvester y su tropa, vendrá el hambre... pero algunos creen que evitaste que el ejército de la Vizcondesa masacre al pueblo. Victoria amarga, podría decirse.

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22/05/2021, 19:39
Derek Durchdenwald
Sólo para el director

El mes que había pasado tras aquel terrorífico incidente se sintió como si hubiese sido un año. El dolor y la aflicción que sentía no hicieron más que aumentar día tras día, cada mañana que abría los ojos se maldecía por seguir en aquella situación. El poco y único consuelo lo encontraba en intentar creer que sus decisiones llevaron al mal menor, pero no podía estar seguro de ello. Los cuerpos colgados de las sogas era la dura y cruda realidad que martilleaba su ser cada vez que lo recordaba, esa imagen no se le borrará nunca.

Todo le parecía un castigo o intentaba hacer que así lo fuera, la mitad del tributo que la Vizcondesa le perdonó lo racionó para repartirlo entre los que más lo necesitaban quedándose solo la parte mínima para sobrevivir. Si el pueblo pasaba hambre el lo pasaría con ellos, no se sentía merecedor de vivir mejor que los demás. Ignoraba las muestras de odio así como las de afecto, sobre todo estas últimas, no se creía un héroe y definitivamente no se iba a comportar como tal. Continuó con su trabajo ayudando a todos por igual intentando evitar esa actitud sombría que le perseguía a veces sin éxito. Las reuniones sociales son, sin lugar a duda, una daga en el corazón. No quiere asistir pero tampoco cree que comportarse como un ermitaño ayude a nadie, aparece en ellas para intentar con su presencia animar a los que ven en el un héroe y se queda el tiempo necesario, ni un minuto más.

Los soldados por su parte realizan su trabajo de manera excepcional, prueba de ello es la sumisión que se respira en cada rincón de Wickland. A Derek no le preocupan, a sus ojos son otros tantos a los que curar cuando así lo solicita procurando siempre que su contacto con ellos sea estrictamente como sanador y nada más.

Cuando aquel niño hablaba así de el tuvo que refrenar las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos, no quería llorar ni mostrar la realidad de lo que pensaba, de aquella manera destruiría la ilusión del niño y eso es lo poco que podía quedarle de inocencia dadas las circunstancias.- ¿Eso dicen Rob? Qué amables por su parte. Fui a ver a la Vizcondesa y le expliqué lo que había ocurrido, nada más fue todo lo que hice pequeño. Las palabras pueden ser un arma incluso mas efectiva que una espada, recuérdalo y evita la violencia siempre que puedas pues no trae nada bueno.- Mientras se odiaba a si mismo, no por la mentira pues en esencia era lo que había hecho, si no por simplificarlo tanto hasta el punto de sentirlo banal e insignificante. Pero por su bien, no podía adornarlo más. Se limitó a curar su herida.- Ya está, ten cuidado durante unos días jugando si puedes descansar mejor, todo el descanso hará que te cures antes. Si te molesta o sigue doliendo al paso del tiempo vuelve y veremos que ocurre ¿De acuerdo? Ahora ve a casa y dale recuerdos a tus padres de mi parte. Pórtate bien y se cariñoso con ellos.

Y así volvió a sanar a otro habitante de Wickland, cada vez menos poblada. Los días seguirían pasando y las heridas de sus vecinos sanarían a través de sus manos. La ironía de este sanador es que su herida, tan profunda y abierta por siempre, no encontrará cura durante el resto de su vida. El horror seguirá presente y formará parte de su ser. ¿Cuánto tiempo lo aguantaría? Ni él mismo lo sabe, pero su penitencia será recordarlo por siempre y seguir remendando sin cesar las carnes de todos los que acudan a él.

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22/05/2021, 20:24
Liselot Van Dijk

Un mes había pasado tras dar la espalda al pueblo que la vio nacer, transitando cada callejón sin un manojo de esperanzas con las que solía jugar desde que tenía uso de razón. Allí estaba Liselot, una fugitiva sentada cerca de aquel fuego junto a sus amigas mientras que intentaba lidiar con el hambre, la vida misma sin un hogar. Durante todo este tiempo se mantuvo unida a las chicas, fue una cazadora innata y pese a proveer lo que se encontraba, no era suficiente. Pero sin dudas era mejor que dejar de existir en manos de la Vizcondesa. 

Por ello mientras bebía un poco de lo que contenía el vaso, básicamente de procedencia dudosa, miró con detenimiento a sus amigas cuando los murmullos comenzaron a llegar a sus oídos. Las versiones eran dispares, exageradas, nadie mejor que ellas saben lo que sucedió allí. No obstante había aprendido la lección de una forma muy brusca, muy dolorosa y esto la llevó a hacer un poco oídos sordos de todo porque al fin de cuentas no quería más problemas. 

Incluso cuando esa frase hizo que su mirada este puesta en el suelo, arrepentida. Pero no podía quedar así, era momento de poner las cosas en orden, su vida misma así que intentó captar la atención de sus amigas. 

—Nos vamos a las tierras del Reino de Brusgem para comenzar una nueva vida—comentó Liselot—. Podemos conseguir algún tipo de trabajo, establecernos y quizás en algún momento rescatar a nuestros padres. ¿Que les parece?

Para su querido pueblo eran unas asesinas y ahora fugitivas, aunque pensó en Derek y esa sensación le alivió el pesar ya que él jamás las había visto de esa manera. 

Notas de juego

Las negritas, se me colaron y no las puedo sacar desde el tel. Me las quitas, dire?