Partida Rol por web

- Med mens pies sont trempés - dije mientras notaba el agua tocar mis botas, el hedor que había en aquel lugar tampoco era algo que ayudará a mejorar la situación, más bien al contrario. Detrás nuestro se escuchaban ecos y vocear a los soldados alemanes. Desconocía cuán cerca estában de nosotros pero si seguíamos jugando al gato y al ratón, es probable que pronto lograrán alcanzarlos.

- Monsieur Hardwick; ¿puedo sugerir el preparar algún tipo de trampa? Intentemos crear una distracción para que podamos ganar más tiempo. - continué avanzando mientras tenía mi arma preparada y esperaba algún tipo de respuesta.

Las tornas; pero, cambiaron cuando vimos que la salida no era más que una pequeña grieta con barrotes. Tal vez era derribable pero eso nos retrasaría aún más.

- merde, cubriré la retaguardia - espeté mientras sujetaba el arma con firmeza y miraba a la dirección contraria de la grieta.

Kurt mira a Anna... Yo poder intentarlo, pero si entrar muchos... señala por donde habian entrado... necesitar vosotros apoyo... Kurt señala la MG de la espalda...

Como siempre, estando ya en el fragor de la batalla, no cabía esperar a que, quien mandaba, diera las órdenes. En aquel momento, el sargento estaba bien para animar o dirigir en el momento de la batalla, imponer ánimos, pero las decisiones de todos y cada uno de los soldados que conformaban el equipo contaban igual.

Edward había tomado una buena decisión, haber esperado a las indicaciones finales de William podría haber supuesto que el equipo cayera bajo las cadenas.

Después de reventar el candado que mantenía la puerta enrejada que daba acceso a las alcantarillas, el equipo al completo accedió al maloliente lugar.

- Y pensar que la mierda nazi huele igual que la nuestra - dijo el soldado de asalto afianzando el bate en la mochila y descolgando el rifle Winchester que llevaba consigo para continuar avanzando.

Llegaron a un punto en el que parecía que requerirían la fuerza bruta del soldado alemán.

- Sí, venga, métele de una vez a los barrotes que podamos salir pitando, si tenéis algún tipo de trampa que nos de ese tiempo extra, es momento de usarlo - apremió el inglés a todos sabiendo que no podían depender siempre de que el sargento estuviera para dar las órdenes adecuadas.

Todos conocían la misión y cada uno de ellos conocía suficientemente bien sus capacidades como para dejarle todas las elecciones a uno solo de ellos.

Estábamos casi sin salida y los nazis nos cerraban el paso por detrás. Había que pensar, y había que hacerlo rápido.

De acuerdo, Kurt y Edward, forzad los barrotes. Cuatro brazos ayudarán más que dos.

Mirando a las dos señoritas e intentando pensar con claridad.

Ehm... De acuerdo. Veo que ya habéis preparado vuestras armas, perfecto. - digo mirando en todas direcciones-. No sé cómo vamos a crear una trampa o distracción, Madame Blairet, porque no es adecuado lanzar aquí granadas. Esto es una ratonera, y lo mismo los destrozamos que salimos nosotros heridos, por no hablar del riesgo de que esto se venga abajo. Lo mejor es que nosotros tres estemos en formación preparados para abrir fuego mientras ellos destrozan los barrotes, y si acaso, Anna- le digo señalándola con el dedo-. Ten listo un cóctel molotov por si las moscas.

Kurt lanza una granada a las manos de Fleur Blairet... Hilo heridas Fleur, córtar, cojer a puerta, en otro granada... Mirando a William... Fuera habitacion esta... Esconder bien... Reza no volar dedos... Si no tiempo... Lanzarla... Anna... Tu primero lanzar... Para Fleur terminar y distraer tu Anna... 
Coje con decisión la pala e impacta con ella los barrotes... De un solo golpe, casi cede... Scheiße (mierda)...  
Al levantar la pala, la huele y mira a Edward... Si... oler igual... Jajajajaja... invita a Edwad que haga lo mismo con el bate con la mano extendida...

- ¿Sabes porque es mejor esto? - le pregunta Edward a Kurt mientras vuelve a cambiar su arma de fuego por su bate.

Sin mediar palabra levanta la punta del bate y balanceando el cuerpo como si fuera a golpear una pelota imaginaria allá donde se encuentran los barrotes, lanza un golpe directo contra la zona que debe caer.

El inglés sintió toda la vibración a través del cuerpo y, durante unos pequeños instantes pareció no haber surtido efecto. Sin embargo, cuando el soldado de asalto se recompuso, dio una patada con su bota y la grieta se abrió ante aquel simple golpe.

- Los americanos quizá no tengan comida muy saludable, pero estas mierdas funcionan de verdad - añadió en una sonrisa sopesando el bate.

Volvió a colgárselo de la mochila y a sacar su winchester.

- ¿Quien va primero? - dijo casi en un ofrecimiento para ser el.

Mientras golpeabais aquellos barrotes que poco a poco iban cediendo, escuchasteis los ladridos de los perros y las voces en alemán de sus dueños que gritaban cada vez más cerca de vosotros en el interior de aquel hediondo túnel. Durante el trayecto habíais girado un par de veces y no veíais la salida, pero pronto... pudisteis ver como algo se movía entre las sombras. Sus patas se movían por el agua que había también bajo vuestros pies creando un ligero chapoteo con rapidez y gruñían mientras se os acercaban libres de las ataduras de los nazis que los mantenían junto a ellos. Aquellos perros habían aparecido frente a vosotros y corrían para alcanzaros, pero tras no estaban solos, pues tras ellos el primer grupo de soldado entró en juego con las MP40 en la mano listos para abrir fuego.

Nada más los soldados entraron en escena, Anna y Fleur abrieron fuego. La primera usó su francotirador e impactó en el pecho del primero creando un pequeña nube de sangre mientras lo empujaba contra la pared de atrás con un fuerte golpe. Para que después Fleur abriese fuego e impactara en su cuello haciendo que cayese al suelo con la espalda en la pared ya muerto. La sangre brotaba por su cuello y por su pecho, pero poco tardaron sus compañeros en aparecer y comenzar a disparar contra vosotros.

- Sie sind hier, sie sind hier, töte sie! - vociferó uno de ellos mientras apretaba el gatillo de su subfusil abriendo fuego.

Los dos soldados que quedaron con vida comenzaron a disparar y pronto sentisteis el dolor de las armas nazis sobre vuestro propio cuerpo. La primera en ser alcanzada fue la francesa, quien pudo sentir un dolor en su costado aunque la bala solo llegó a rozarla rompiendo sus vestimentas y empezando a sangrar. El segundo fue Kurt, la bala atravesó su hombro creando una mancha de sangre tras vosotros, pero era lo suficiente grande como para aguantar el dolor. Pero el que peor salió fue Edward, una bala rozó su cuello y empezó a sangrar, provocando que tuviera que taparse la herida con una mano si no quería morir desangrado.

Las explosiones resonaban por todo el lugar y las balas chocaban contra las paredes de ladrillo rebotando y saliendo despedidas para cualquier lado. Os quedabais sin tiempo para pasar, tendríais que hacerlo rápido o luchar hasta que no quedase un jodido nazi en pie.

- Töte sie, bevor sie fliehen! - gritó de nuevo un hombre desde la parte de atrás, todavía no visible para vosotros pero podíais escuchar sus voces entre los disparos.

Sie sind hier, sie sind hier, töte sie!

Kurt le dan de refilón en el antebrazo una bala de soldados que doblaban uno de los interminables recovecos de aquel laberíntico pozo de inmundicia que eran esas cloacas...
Al ver que se acercaban los soldados y después de tocarse la herida viendo que era superficial, se tira al suelo amartilleando la MG y colocando el trípode, cuando ve que ya están a una distancia de tiro exclama... Al suelo... AHHHHH!!!!!
Las balas empezaron a brotar de la ametralladora como pepitas de melón...
El primero en caer, uno de los perros, el cual atraviesa de hocico a rabo casi una bala... Seguido de tres nazis que asustados ven retroceder una masa sanguinolenta... el perro...

Los nazis finalmente nos alcanzan, y vienen acompañados de esos putos chuchos. Nada más aparecer, Anna le destroza el pecho a uno de ellos. Sin embargo, los otros dos disparan y alcanzan levemente a Kurt y a Fleur, pero más gravemente a Edward.

Malditas ratas alemanas... ¡¡Nadie hiere a mis soldados!!-grito mientras apunto hacia ellos con mi arma y disparo. A la vez, les doy órdenes a los demás

¡Bajad rápido, vamos!

Antes de comenzar a bajar veo cómo fallo uno de mis disparos y con otro acierto a un nazi.

Vamos... Anna... Edward... Fleur... Bajad!!!...

Geiger intentó darme una granada; pero, justo cuando iba a cogerla y a preguntarle a qué demonios se estaba refiriendo, nos interrumpieron de repente. Ya habían llegado hasta nosotros, las balas empezaron a silbar y me tambaleé ligeramente al ser rozada por una de las balas. Sin tiempo a pensar qué iba a hacer, empecé a actuar por instinto, ignorando la orden de agazaparme para salir por el agujero. - Tireur d'élite rapide! - dije mientras instaba a Roszak para que se retirará y pasara - lo mismo para ustedes messierus . Agarré con firmeza mi Mas-38 y disparé a quienquiera que estuviera en mi campo de mira. Como francesa que era, no podía consentir el ser la primera en irse y dejar a los demás a su suerte, résister jusqu'à la fin.

- ¡Mecagüen! - exclamó el soldado de asalto al recibir el disparo certero justo cuando los barrotes permitían el paso y los alemanes llegaban por detrás.

Observó como la escena transcurría con disparos y más disparos, con el bueno de Kurt usando su MG y asediando, en cierto modo, a los alemanes que se aproximaban.

No esperó nada, no debería ni haber hablado una vez el hueco se había abierto. Aunque el soldado de armamento pesado alemán parecía estar haciéndose bien cargo de los nazis, todavía podía escuchar voces del resto de alemanes. Tomó una decisión, tiró delante del grupo una de sus granadas de humo, que comenzó a soltar una cortina de humo que cubriría en gran parte la huida hacia adelante que tenían entre manos y se agachó para meterse por el agujero.

Los gruñidos y las voces de los nazis cada vez sonaban más cerca y, viendo que aquellos barrotes parecían más duros de lo que había creído en un primer momentos, mucho me temía que llegarían hasta nuestra posición antes de que pudiéramos colarnos todos por el agujero. Era igual, estaba preparada para aquel momento y no tenía pensado dudar a la hora de disparar y cargarme a aquellos cerdos alemanes.

Eso fue lo que hice nada más que vi al primero asomar su asquerosa cara, apunté y disparé, viendo con satisfacción cómo caía igual que si fuera un pelele. Me daban pena los perros, pero estaba claro para lo que habían sido entrenados y tenía muy claro que, por mucho que me gustaran, no iba a permitir que me despedazaran.

Las balas silbaron por todas partes y yo seguía concentrada en matar cuantos más nazis mejor. Oí a mis espaldas algún gemido, señal de que habían herido a alguien, pero esperaba que no fueran heridas de gravedad y que todos pudiéramos pasar al otro lado sin problemas por el bien de la misión.

—Agujerrro hecho... Corrran, pasen —grité con rabia mientas disparaba una vez más antes de que el humo lo inundara todo, momento que aproveché para correr hacia el hueco que ya estaba abierto junto al resto de mis compañeros.

Varios de los nazis empiezan a caer al suelo al recibir los disparos del grupo, cayendo a plomo llenos de agujeros, incluso uno de los perros acaba convirtiéndose en un trozo de carne apenas reconocible cuando es atravesado por el gran calibre de la MG. Pero todavía quedan más y estos no tardan en hacerse hueco entre sus compatriotas, pisando con sus botas la sangre y trozos de carne que habían salido despedidas de sus cuerpos. Aún se escuchaban los gritos de dolor cuando entre voces apretaron el gatillo y comenzaron a disparar al grupo. 

- Töte sie! töte sie alle! Töte diesen deutschen verräter! - vociferaba uno desde atrás, el mismo que habíais visto en la parte superior del tanque con una gorra en vez de un casco, un oficial de las SS - Sie können im Namen des Führers nicht eintreten!

A pesar de que comenzaron a disparar, la granada de humo que había lanzado Edward cumplió con lo prometido, sin ver a donde disparaban la gran parte de los impactos dieron en las paredes cercanas e incluso en el agua que había bajo vuestros pies. El único en acertar fue el oficial, que apuntó a Kurt en el pecho y disparó, después de ver la masacre que había hecho sobre sus hombres. La bala atravesó su hombro, pero fue una herida limpia sin llegar a dañar ningún músculo ni huesos. Mientras que el perro estaba ya a vuestro lado y lanzaba dentelladas a cualquiera que estuviese a su alcance.

Edward y Anna lograron escabullirse por aquel agujero y llegaron al otro lado, al interior del castillo. Allí pudieron ver una sala sin ventanas y hecha de viejos ladrillos de color grisáceo. En la paredes había algunas antorchas encendidas que iluminaban la habitación y a los lados un montón de puertas cerradas con grandes candados echados desde vuestro lado. En cuanto cruzaron algo comenzó a moverse al otro lado de las puertas y empezaron a golpearlas con fuerza haciendo un ruido infernal, pero no podían abrirlas desde el otro lado. Sin lugar a dudas, eran celdas, y la única salida estaba cruzando al otro lado de la habitación, que daba a un largo pasillo donde podían verse carteles con las diferentes direcciones a tomar para guiarse por el castillo. 
 

Kurt tira una granada de fragmentación, la cual se desliza entre los nazis, pero la fuerza desmesurada con la que la lanza hace que rebote en una pared, se aleje de ellos haciendo que explote bastante alejada...
Seguidamente intenta acertar al perro que se acercaba... Al principio parece que se zafa del golpe esquivándolo, quitando el hocico y haciendo herrar el golpe... Pero a medio camino Kurt cambia la dirección de la pala y le da en el costado, haciendo que el perro caiga de lado sin respuesta a su diestra...

Anna y Edward habían pasado a la siguiente estancia. El soldado de asalto supuso que todas aquellas puertas que alguien estaba golpeando podrían considerarse celdas, las celdas que debían usar los nazis para mantener presos a los humanos con los que experimentaban, quizá ya los habían transformado en monstruos sin conciencia capaz de matar a cualquiera, o quizá no, pero de momento, Edward miró hacia el agujero y sorprendido se puso de rodillas y asomó la cabeza.

- ¡Qué cojones! ¿Qué coño estáis esperando? ¡Venga! - apremió a sus compañeros.

Se levantó y miró a la francotiradora.

- ¿Porqué nos tocarán a nosotros los compañeros lentos? - le preguntó en tono burlesco - Si nos separamos ahora, solo seremos dos pequeños grupos contra todos esos nazis, si no acaban pronto de pasar, tendremos que avanzar sin ellos.

La explosión en la espalda de los nazis hace que por un segundo se agachen y se aparten hacia las paredes entre voces inaudibles, moviéndose entre los cadáveres de los que ya se acumulaban a sus pies, sin llegar a herir a ninguno de ellos. Por lo que en cuanto alzaron la vista y vieron al resto de sus enemigos no tardaron en volver a abrir fuego contra ellos viendo como algunos ya habían empezado a huir por aquel agujero que se adentraba en los muros del castillo. Debían detenerlos antes de que entrasen y aguantarían a sabiendas de que si no lo hacían sería el propio oficial que había tras ellos el que les ejecutase en cuanto viera la duda en sus ojos.

William aprovechó la distracción para ser el siguiente en meterse por aquel agujero, se lanzó al suelo y se arrastró, tomando la mano de sus compañeros que le esperaban al otro lado y que tiraron de él para conseguir sacarle antes de que fuera herido por el siguiente ataque de los soldados nazis.

- Beende sie, bevor sie fliehen! - ordenó el oficial a sus hombres, antes de apuntar con su Luger e intentar unirse al fuego, pero cuando apretó el gatillo su arma no disparó quedando encasquillada por la suciedad que había levantado la granada y la humedad de aquel lugar - Verdammt noch mal! Entkomme nicht!

Las balas volaban a su alrededor y no tardaron en impactar contra sus cuerpos en aquel callejón donde no había donde cubrirse para resguardarse del ataque de sus enemigos. Por lo que los dos aliados que aún mantenían su posición sufrieron la herida de las balas. Ninguna de ellas impactó en un órgano o una zona vital, pero pronto acabarían como un colador bajo la fuerza de los nazis que parecía no iba a detenerse.

El lugar al que habíamos accedido parecía ser los calabozos del castillo pues tras las diversas puertas que encontramos, cerradas a cal y canto, se podían escuchar los gemidos y las voces de gente. Tal y como estaba sucediendo todo era imposible que los pudiéramos rescatar, sobre todo al ver que los nazis se resistían a morir. Maldita sea, y lo peor de todo era que, a pesar de la ventaja que nos había proporcionado la bomba de humo, los ineptos que me habían tocado como compañeros ni siquiera se habían movido para pasar por el agujero. ¿A qué coño están esperando?

—¡Joderrr! Pasen de una puta vez —grité enfadada a mis dos compañeros a los cuales estaban friendo a balazos.

Ni el camarada Coleman ni yo podíamos hacer gran cosa desde el lado en el que nos encontrábamos y cuando se dirigió a mí poniendo voz a mis propios pensamientos, no pude evitar dedicarle una sonrisa torcida mientras asentía a sus palabras.

—De acuerrdo, seguirremos nosotrros si no pasan —no podíamos permitirnos que la misión fracasara por la tardanza de los otros dos, de todas formas me acerqué de nuevo al agujero para intentar ayudarlos si es que se decidían a pasar de una vez—. Rápido.

- Megde!

Ni siquiera tuve tiempo de reaccionar cuando recibí un nuevo impacto. No era grave; pero, probablemente no tendría tanta suerte la próxima vez. Tanto Coleman como Roszak habían logrado pasar. En el lado opuesto a ellos aún seguíamos Geiger y yo, Hardwick había logrado pasar por el agujero.

- ¡Rápido Geiger! Je te cuibre

Aun a riesgo de que ello me podía costar la vida, decidí permanecer en este lado hasta que él no hubiera cruzado.
Muchas cosas se dicen de Francia; pero, lo que nunca mencionan es que somos un país vencido y ocupado que no se va a rendir. A pesar que la mitad de nuestro territorio estaba bajo control de la Alemania nazi, el pueblo francés jamás se rendiría y jamás se acobardará. Sólo pensaba en los miles de hombres y mujeres de la résistance que vivían y luchaban a diario. Sólo esperaba que este no fuera mi fin y pudiera seguir luchando por una Francia libre.

Kurt recibe otro disparo, esta vez si que le hace daño... Se apoya en Fleur mientras ella va disparando a los enemigos y el también con la Parabellum... Por el dolor de sus heridas erra en el disparo...
Se mete en el agujero... Mientras que le dice a Fleur... Esto acabarse... Ahhh...