Partida Rol por web

Buri decapitó con un salto a un ahogado y se llevó la mano con el hacha a la herida sangrante cerca de su cuello. Sentía una tenebrosa calidez manando de su herida, lo que significaba que la sangre se escapaba a través de ella. Apenas tuvo tiempo para relajarse cuando lo inevitable sucedió; con una terrible sacudida el Wellen Brecher fue embestido por el Cosechador de Almas. El impacto sobre estribor sirvió para derribar a todos los que se hallaban en la cubierta, estuviesen vivos o no. La nave rugió ante el golpe como un edificio que se derrumbaba y, por un instante, Buri pensó que solo era cuestión de tiempo para que se hundieran.

La confusión duró poco para el enano, quien se levantó con celeridad apenas recobró el sentido. Miró a su alrededor, la cubierta parecía un estofado de cuerpos gimoteantes que se retorcían adoloridos y se recobraban aturdidos. La terrorífica visión del Cosechador de Almas empujando contra el Wellen Brecher daba la impresión de que la figura esquelética de su popa se abalanzaba sobre la tripulación, amenazando llevárselos al otro mundo con ayuda de sus esbirros no-muertos.

Buri sondeó la cubierta con los ojos a toda velocidad. Buscando al matador entre todos los cuerpos que se arrastraban en el suelo. No fue muy difícil hallar su brillante cresta anaranjada entre la multitud, cerca de donde también había caído Eldillor. Saltó sobre un cuerpo de piel amoratada e hinchada, y pasó sobre un espadón de Hargendorf que gimió ante el peso del enano. Comprobó el peso de su escudo y se posicionó bien cerca de Kargun, si el enano se levantaba. Sus posibilidades de sobrevivir aumentarían considerablemente, aunque esto fuese involuntario para el matador.

Todo tambaleo, el choque entre barcos fue impresionante, tanto que el elfo cayo de bruces en el suelo. Sus graves heridas hicieron resentirse por unos segundos, por lo que no pudo ponerse en pie rapidamente, como el enano que ya estaba frente a el protegiendole.

-Gracias- dijo en voz baja ya que el aliento le faltaba mientras se ponía en pie.

Tan pronto pudo estar en sus dos piernas, sintió un latigazo recorrerle el cuerpo, recordandole que ya no tenia mucho tiempo antes de desfallecer. 

Mordió fuertemente e intento, quedándose próximo al enano, lanzar un golpe a uno de los bichos, pero sus fuerzas no le daban y su visión le fallaba, por lo que erró. -Rayos- dijo luego de eso y con algo de profunda preocupación, veia a las criaturas aproximarse.

El combate era caotico, con cuerpos vivos y muertos se entremezclaban en una funesta danza donde el agua que caia de los cielos y la que chorreaban los asaltantes no hacía mas que aumentar la confusión reinante. Como si aquello no fuefa suficiente, un fuerte estrépito junto al mundo dando vueltas se sumó a la fiesta haciendo que todos los presentes rodáramos por la cubierta como si un dios idiota hubiera lanzado demasiados dados de golpe sobre un tablero diminuto

Gruñí y mascullé mientras aferraba mi arma y daba un codazo a uno de los muertos, rompiéndole la mandíbula antes de que me mordiera, mientras trataba de ponerme en pie pudiendo incorporarme antes de que la criatura hiciera lo propio.

Miré alrededor, observando como el barco norse que nos quería abordar había acabado por embestirnos, descargando después su cargamento de no muertos para sumarlos a los que ya nos atacaban. Maldije ampliamente al ver aquello; una marabunta de carroñeros podridos, por muchos que fueran, noneran el enemigo soñado para morir con honor

Escuché entonces al brujo advertirnos de que debía haber un titiritero que movía los hilos de toda aquella chusma putrefacta y esbocé una sonrisa sádica. Aquello era otro cantar; abatir a un nigromante de renombre o morir en el intento era algo realmente épico. Puede que aquel fuera mi sino

¡¿Dónde estás cobarde?!¡MUESTRATE! - rugí por encima de la cacofonía para hacerme oír mientras buscaba con la mirada al supuesto nigromante mientras lanzaba hachazos a diestro y siniestro sin fijarme demasiado, mas concentrado en buscar a su líder que en acabar con no muertos

Luis rodó, chocó y fue engullido por una marabunta de cuerpos, madera astillada y barriles que surcaban la cubierta con él. Cuando todo pareció detenerse, la legendaria agilidad de los espadachines estalianos no estaba por la labor de hacer acto de presencia, no cuando varios cuerpos estaban encima del estaliano.

Cuando por fin pudo quitárselos de encima vio lo inevitable, la muerte había venido a por ellos ¡y por Myrmidia que no moriría sin luchar!. 

Antes el miedo de enfrentarste a los no muertos y la actividad del combate no te dejaban ver, pero ahora distingues claramente los vientos de la magia, las oleadas arcanas de energía multicolor que rodean a los no muertos. Débiles en aquellos hinchados y podridos, fuerte en los guerreros caídos de Norsca.

Pero de todos ellos sale un apéndice, un hilo conductor de un funesto color negro que convergen, juntándose en la popa del cosechador de almas, como si de una mano con cientos de dedos negros que manejan a sus marionetas en un espectáculo se tratara.

Sin duda el nigromante está allí, pero para poder llegar hay que atravesar la barrera de guerreros no-muertos de norsca. 

- ¡No debe quedar ni un en pie! - Gritó el de Altdorf.

Acto seguido descargó un fuerte golpe de mangual sobre la cabeza del no muerto que se había acercado Hasta su posición. El impacto fue brutal. La mandíbula de aquel zombie se rompió en pedazos. Piezas dentales saltaron por doquier acompañadas de líquidos purulentos. Se había librado de su adversario, pero muchos más quedaban por llegar.

El elfo trato de atacar como pudo y ayudar al enano a eliminar a uno de los dos que le atacaban, mas no lograba nada en lo absoluto.. sus estocadas no lograban dar y este trataba de hacerlas muy cautelosamente para no herir a su compañero que estaba al frente suyo.

-Maldicion- Exclamo al ver que su ultimo ataque fallaba.

El combate parece estar volviendose cada vez más complicado, aunque por caprichos del destino parece que los no muertos de norsca nos ignoran, me acerco al enano y vuelvo a hacer un movimiento con la espada, el cual por desgracia golpea el suelo, pero al mismo tiempo realizo otro conjuro con mi mano libre disparando un proyectil de energia el cual golpeó al enemigo al que se enfrenta Marius.

- ¡Caballeros, tengo al nigromante! - grito mientras intento ayudar al bueno de Buri - ¡Kargun, deja de buscarlo, no lo vas a encontrar! - añado al ver al matador intentar buscar al nigromante - ¡Abramos paso! - ordeno mientras señalo hacia la popa del cosechador de almas - ¡Está ahí, os guío!

Mientras los muertos parecían reproducirse por momentos escuché como Mordrak llamaba mi atención para hacerme sabedor de dónde se encontraba el nigromante, provocando que la sonrisa macabra de mi rostro se tornara en demente; allí estaba, resguardado por sus marionetas, creyéndose a salvo

¡Apartad a esa escoria de mi camino! ¡Tengo a nigromante que matar!- grité eufórico mientras centraba toda mi atención en él - Parece que sirves para algo más que hacer fuegos artificiales, brujo!- añadí dirigiéndome a Mordrak con una sonrisa de oreja a oreja

uno de los muertos se estaba acercando, por lo que agarro mi estoque, "si alguno de mis compañeros tuviera la bondad de ayudarme con estos seres del abismo, yo le estaría eternamente agradecido" grito a mis compañeros mientras ataco a mi rival.

Kargun se levantó en un estrépito y se arrojó contra la hirviente masa de no-muertos que se alzaba frente a ellos. Eldillor, por su parte, hacia lo posible para levantarse y luchar por su vida. Aparentemente el enano estaba solo contra aquellas dos monstruosidades, maldijo para si mismo... creía que junto al matador sus posibilidades de supervivencia aumentarían, por más irónico que esto pareciera. Pero por lo visto tendría que afrontar el desafío solo en lo que el guerrero elfo se desperezaba.

Arrojó un tajo al aire para alejar a las criaturas, en vano, y levantó el escudo. Temiendo lo peor.

El mangual de Marius rebanó la mandíbula del no muerto, pero no fue hasta que el proyectil mágico de Mordrak impactó contra este que cayó definitivamente. Más muertos se abalanzaban hacia vosotros atendiendo sobre todo al hechicero, sobre el cual se abalanzaron de inmediato. 

Buri a duras penas podía contra los dos que estaban encima de él y Eldillor parecía que cada vez estaba más débil debido a la pérdida de sangre. Una debilidad que los no muertos utilizarían para los fines de su amo aumentando la presión sobre el elfo.

Luis repartía tajos y estocadas a diestro y siniestro más sus ataques estaban pensados para acertar en los puntos vitales de enemigos vivos. El no muerto seguía acosándole mientras otro se sumaba a la lucha.

Kargun optó por cargar contra ellos en vez de esperar a que se acercaran. Su hacha impactó brutalmente en la cadera de un guerrero de norsca arrancándole la pierna de cuajo, pero esos guerreros eran más fuertes y sus manos seguían moviéndose desde el suelo.

El elfo fue atacado por dos zombies, mas este pudo répelirlos... lo estarían distanciando del enano Buri si no actuaba rápido, por lo que sacudió un poco la cabeza trato de cobrar el control de sus torpes acciones, aun si esto fuera de manera momentanea.

Luego de esto, recuperó la compostura y se plantó junto a su compañero diciendo -Trata de escapar, ve con Kargun!-

Al mismo tiempo realizo varias estocadas con mordaz pericia a los zombies que atacaban a su compañero... Sentía que pocas fuerzas le quedaban.

Buri retenía detelladas y zarpazos con el escudo, los zombis no podían hacerle retroceder ni un solo centímetro al rompescudos que se mantenía firme como una roca flagelada por el impacto de una furibunda marea. No podía atacar tranquilamente con aquellos dos estorbos renacidos sobre él, para su alivio una lanza silbó a un lado de su oreja y se encajó profundamente en uno de sus enemigos, lo que le dio el tiempo suficiente al enano para devolverle el favor a sus enemigos. Su hacha se convirtió en un borrón en el aire que ascendía velozmente hacia la cabeza del no-muerto sobrante para rematarlo y poder ayudar a los demás en las proximidades. Escuchó la orden del elfo que apenas parecía contener el aliento justo para vociferar y, como era de esperarse, no la tomó en cuenta. Le dedicó una reprobatoria mirada y levantó el escudo a su lado para defenderlo de los peligros que se acercaban tambaleantes hacia él.

Los muertos me rodeaban, tanto los recién llegados como los del Wellen Brecher, y a menos que abatiéramos al nigromante que comandaba aquella horda nosotros también nos sumaríamos a aquella pantomima de vida... sin esperar un segundo cargué de frente contra los recién desembarcados norses no muertos, desjarretándole la pierna a uno de ellos que, pese a la brutal herida, seguía intentando aferrarse a mi para arrastrarme a la tumba

A su lado, otro de los siervos del nigromante se cernió sobre mí en sus ansias por encontrar carne caliente, notando como sus mandíbulas se cerraban en mi antebrazo. Apreté los dientes y, con desdén, aparté al no muerto con el mango del hacha antes de dedicarle mis atenciones, incrustándole el hacha en la cabeza mientras me hacía hueco para seguir avanzando

¡Dejaos de monsergas y acabad con el nigromante o todos acabaremos sirviendo a sus órdenes!¡Y no pienso pasar toda la eternidad junto a un elfo y un mago!

Aquel dardo mágico acabó con la única amenaza que se le planteaba por el momento al gladiador. Debía ahora escoger un nuevo objetivo. Pronto lo tuvo claro. El mago le había ayudado a acabar con el ahogado que se le había tirado encima y ahora estaba rodeado por otros dos muertos. Además, de todos, sin duda era el peor en el cuerpo a cuerpo, sus habilidades mágicas podían serles muy útiles, pero no si tenía que estar pendiente de dos enemigos. Esas fueron las causas de su elección.

- ¡Cuidado Mordak! - Gritó Marius antes de lanzar un bolazo contra el norses que tenía encima el mago.

El impacto golpeó contra su espalda de forma brutal, Sin duda se habían fracturado varios huesos en el interior del retornado. De haber recibido dicho impacto estando vivo, sin duda hubiera quedado incapacitado, pero estando muerto no sentía dolor y seguiría luchando hasta que fuera del todo destruido.

Dos zombis me atacan por los flancos, no se me da mal el combate, pero empezaba a sentirme rodeado y eso me agobiaba bastante, por lo que mis movimientos de espada se vuelven menos precisos y fallo el ataque contra el zombi, en cambio mi otra mano se parece que se mueve por instinto, y para cuando me doy cuenta tengo la palma posada sobre el torso del zombi al que previamente ha golpeado Marius, y entonces con un brillo de un color verdoso el pecho del zombi explota.

- ¡Gracias Marius, hay que avanzar, vamos! - le digo al gladiador mientras me muevo poco a poco hacia el matador - El enano se va solo - musito en voz baja - puto suicida...

se me estaban empezando a acumular los no-muertos, y mi ataques, no eran muy efectivos, ya que la esgrima estaba pensada para dar golpes rapidos en punto vitales, algo que estos zombies no tenían ni de lejos, "Marius, Eldillor, ¿alguno están libre para ayudarme?" grito a mis compañeros, pero me doy cuenta del estado de Eldillor "si alguno de los maestros enanos o tal ver Mordak vinieran a ayudar, se lo agradecería"

Con un hábil movimiento Eldillor consigue de sendos tajazos rajar el pecho del norse no muerto pudiendose ver las costillas, más aunque fuera una herida mortal para alguien vivo, no significaba mucho para un muerto. Sin embargo Buri si que pudo hendir su hacha bien profunda en la cabeza del ser, que dejó de moverse cayendo a la ensangrentada cubierta para dejar sitio a otros tres, que se acercaron a elfo y enano. Más estos no muertos eran distintos. Buri alzó las cejas cuando vio que llevaba el uniforme de los soldados humanos. Eldillor dio un paso atrás. Era un muerto reciente, no estaba hinchado ni apestaba y la fractura en su clavícula ensangrentada lo confirmaba. Estáis convencidos que al principio de la batalla estaba vivo y de vuestro lado.

Kargun consiguió zafarse del persistente zombi con un golpe certero de su hacha. Avanzó un par de pasos para detenerse frente a otro ahogado que le cerraba el paso.

Marius y Mordrak hacían equipo luchando costado con costado. El proyectil impactó de lleno en el pecho del norse no muerto, pero el otro, a pesar de los golpes recibidos, se mantenía en pie con solo un jirón de asquerosa piel sujetándole la caída cabeza.
Peor suerte corrió el estaliano cuando, con una buena estocada se deshizo de un zombi para que otros dos, uno de ellos soldado humano de ese mismo barco, ocuparan su lugar.

La batalla era un embate contínuo de fuerzas enemigas una tras otra. Desgastaba el ánimo y las fuerzas en proporciones iguales. Era desolador ver a vuestros propios compañeros caídos que se alzaban contra vosotros.