Partida Rol por web

[DM10/20] [Bruja del mar] Episodio I: Una historia de amor

Escena 1: Un trabajo sencillo

Cargando editor
03/10/2020, 15:40
Narradora

Evadne y Tom se separaron al llegar al lugar.

Tom empezó a rodear el edificio desde el suelo. Sus ojos atentos lo analizaban, rastreando en busca de alguna abertura, por pequeña que fuese, que pudiera servirle para colarse al interior. No había ventanas en la fachada principal, tan solo la puerta de doble hoja por la que entraban y salían los clientes. Al pasar cerca de la puerta alcanzó a ver que había un mostrador nada más entrar, en el que dos personas atendían a los que llegaban y les cobraban la entrada. Más allá llegó a ver una puerta cerrada. Siguió su rodeo y tampoco había ventana alguna en el lateral por el que giró. Al llegar a la calle opuesta no se encontró con la trasera de Goldenwasser, sino con una sastrería de ropas finas. 

Evadne encontró un callejón vacío de gente unas calles más allá desde el que pudo trepar hasta un tejado y, desde ahí situarse en el contiguo a la casa de baños. Desde su posición privilegiada pudo ver que en el tejado Goldenwasser había un tragaluz de buen tamaño. Sin duda se usaría para ventilar el lugar cuando hubiese demasiado vapor acumulado, pero viendo la altura del edificio seguramente no sería necesario hacerlo muy a menudo. 

 

Notas de juego

Evadne: Te compro uno de los dados que no estás usando. Ganas 1PH. 4 Aumentos. Gastas dos por el Atletismo de trepar al tejado. (2/4)

Tom: 4 Aumentos. Gastas uno para el examen desde el suelo. (3/4)

Cargando editor
03/10/2020, 21:41
Shawn Wedgewood

El bullicio del mercado infundía vigor en el joven bardo, quien evidenciaba un excelente humor aquella mañana, acaso por el trato favorable que habían fraguado en la posada con Claudie. Y, como solía suceder cuando Shawn estaba de buen humor, el chico comenzó a silbar quedamente, al tiempo que acompañaba la melodía con caprichosas tonadas que surgían de su voluble y mal temperado ingenio.

No todo lo que es oro reluce,
gritaba el mercader a su clientela
sosteniendo con su diestra
a una pobre rata fresca.

Entonces lo vió. El joven de los cabellos dorados que relucían como oro se distinguía entre la ajetreada multitud. ¿Se trataría, en cambio, tan sólo de una rata fresca? «Incluso una rata fresca es mejor que una podrida» pensó con optimismo. En definitiva, sólo había una manera de averiguarlo.

Sopló para quitarse el mechón plateado que caía despreocupadamente sobre su rostro. Los ojos violáceos del juglar sostuvieron la mirada del joven sin atisbo de nerviosismo. Incluso antes de abrir la boca, Shawn sabía que su voz adoptaría aquel tono seco, entre ronco y ahogado, que formaba parte de una de tantas armas en su arsenal de seducción.

—¡Mi señor! —saludó con una leve reverencia, acodándose a un lado del noble— Vino especiado, para los dos —indicó a uno de los mozos con un rápido gesto de la mano— ¿A quién debo el placer de tan augusta compañía? Mi nombre es Shawn —no tenía sentido mentir, cualquiera podría reconocer al bardo del mechón blanco en aquella ciudad— Un alegre juglar en busca de eventos prometedores donde exponer su talento. Aunque por lo pronto deba conformarse con cantar en honor al amor inquebrantable entre un tal noble Tomasso y su amada Elisabetta —concluyó moviendo las pestañas con celeridad, en un claro gesto de exasperación.

Cargando editor
04/10/2020, 00:53
Aleska Laska

Al notar la seña de su hermana, Aleska se acercó a aquel sirviente con decisión. ¿Sabía lo que iba a decir? No. ¿Sabía que podía fastidiarla? Por supuesto que sí. Las conversaciones con desconocidos no eran lo suyo, salvo que fuesen durante un concurso de pulsos en una taberna. Pero tenía a su hermana ahí, así que no se preocupó demasiado.

Con paso resuelto llegó adonde se encontraba el tipo, mirándolo de arriba a abajo mientras se acercaba.

Y una vez que estuvo frente a él, se quedó sin palabras. Preguntar directamente por su patrona, sin saludar ni presentarse, no parecía lo mejor. Así que optó por intentar parecer simpática.

—Ese color está muy bien —opinó—. Si una rata castellana te acuchilla, tu sangre podrá pasar desapercibida.

Ese era el intento de Aleska por ser simpática. Y estaba convencida de que no lo había hecho mal. Así que le extendió la mano.

—Soy Aleska —dijo, poniendo la otra mano sobre la empuñadura adornada de su espada—. Quizá puedas ayudarme. Me han hablado de que una tal Cloe de Tronar podría necesitar una buena espada. De Montaigne, rubia, rica.

Cargando editor
04/10/2020, 01:06
Tom Wedgewood

La puerta quedaba descartada. A medida que sus pasos le hicieron doblar la esquina y avanzar, Tom lo tuvo claro. Por aquella puerta no podrían colarse sin ser vistos. Y mucho menos huir sin llamar la atención.

Sin embargo, cuando llegó a la parte trasera y vió la sastrería, sus ojos se iluminaron con una nueva idea. ¿Sería posible? Quizá no tuviera tanta suerte pero... tenía que comprobarlo.

Miró a ambos lados de la calle, como si le preocupara que alguien pudiera estar vigilándole aunque lo dudaba. Inspiró hondo, se armó de valor, y trató de adentrarse en el interior de la sastrería con la intención de buscar alguna puerta o cualquier otro tipo de comunicación que pudiera haber entre la pared común que mantenían los baños y la sastrería.

Sospechaba también que, en cuanto pusiera un pie en el interior de la sastrería, el propio sastre aparecería para ahuyentarle, pues sus pintas de pilluelo de la calle lo delataban, pero confiaba en poder contarle alguna historia relacionada con un patrón noble o algo parecido... ¿Tendría suerte?

Cargando editor
04/10/2020, 03:00
Katarzyna Laska

Katarzyna guió a su hermana hasta la persona que ella creía adecuada; los sirvientes solían saber bastante sobre los nobles a los que servían y a veces, sobre otras familias. Al entablar conversación con él y darse cuenta de su procedencia, le sonrió delicadamente, contenta por aquella coincidencia.

Dejó hablar a su hermana, la conocía y no le preocupaba nada de lo que pudiera decir, o hacer. Tenía plena confianza en que su intención era ayudar, incluso a pesar de sus palabras.

No hagáis caso a mi hermana ―dijo, mostrándole una encantadora sonrisa al sirviente―. A veces es difícil de comprender, lo que quiere decir es que ese color está lleno de poder y que si lo lleváis, ni la más terrible de las heridas podría pararos. Un tono ambicioso y digno, una gran elección y la estáis consiguiendo a un precio adecuado.

»Me llamo Katarzyna, es un placer para mí poder hablar con vos ―se presentó, sin ningún temor a dar su nombre. Seguidamente, hizo una pausa con la intención de adoptar el idioma materno del sirviente, aquel con el que habría crecido le resultaría mucho más agradable―. Claudie de Trounoir, a ella se refiere mi hermana. Creemos que podría necesitar una espada, pero sabemos tan poco de ella, que hasta que no os he visto creía que no lograríamos nada. Si tuvierais un momento para nosotras ―dijo con un perfecto montaignés.

Si os parece bien, nos encantaría poder saber más. Lo que se dice, y lo que no ―repitió, entrelazando sus manos frente a ella y curvando sus labios para formar una sonrisa genuina―. Podríamos acompañaros si tenéis prisa e incluso ayudaros a encontrar lo que necesitéis. Tenemos un impecable gusto y como sabrá, las capas de tonos carmesís son la última moda entre los héroes de Sarmacia, un color similar al que vos habéis elegido ―concluyó, bajando la vista hacia las telas que interesaban al sirviente y haciendo un gesto de aprobación. 

Cargando editor
04/10/2020, 03:46
Evadne Themistera

Todo parecía indicar que era complicado encontrar una forma de entrada que no fuera la oficial. Que no fuera por la que entraban y salían todos. Elegantemente vestidos, por cierto. Necesitarían ropas nuevas si querían entrar como cualquier otro, si querían pasar desapercibidos, lo que en un inicio parecía fácil, no había resultado serlo tanto al final.

Fue fácil para Evadne trepar y así poder tener una perspectiva mejor. Suponía que en el tejado habría alguna especie de ventana de ventilación y sonrió cuando comprobó que así era. Cogió carrerilla y saltó de nuevo tras cerciorarse de que no habría nadie mirando hacia las alturas. Una vez en el tejado de los baños echaría un vistazo por aquella ventana, inspeccionaría el mecanismo, tal vez trataría de abrirlo o al menos recabar la información necesaria. Y miraría, por supuesto, miraría a través.

Cargando editor
04/10/2020, 16:39
Josef Kurt Damaske

El noble rió al ver la reverencia que le dedicaba Shawn y escuchó con atención su saludo, prendido de los curiosos iris del bardo. 

Josef Kurt Damaske, ese es mi nombre. Aunque tú puedes llamarme Josef —se presentó, con un gesto de cabeza. Su apellido era ligeramente conocido en la alta sociedad de Dunkoff-Vivary, se trataba de una familia noble eisena, no demasiado grande o importante, pero lo suficiente como para que Shawn hubiera oído hablar de ellos.

Aceptó de buen grado el nuevo vaso de vino que le sirvieron y lo alzó en brindis hacia el bardo antes de probarlo. 

—¿Así que ese vejestorio te ha contratado para que hagas canciones en su honor? —preguntó, curioso, para luego alzar las cejas con cierta complicidad—. Seguramente trata de agasajar a su joven y hermosa esposa. ¿Los has visto? Cualquiera pensaría que se trata no ya de su hija, sino de su nieta. Supongo que no hay nada que el dinero a espuertas no pueda comprar.

Cargando editor
04/10/2020, 16:48
Sirviente

El sirviente dio un pequeño respingo cuando Aleska se dirigió a él. Sus ojos se desviaron hacia la espada de la chica y tragó saliva despacio. Le estrechó la mano, aunque bien parecía que lo hacía más por respeto a su espada que por deseo propio. Su mirada se fue a Katarzyna después cuando intervino y no fue difícil notar que el sirviente se sentía algo confuso al ser tratado de vos por la mujer, aunque una pequeña sonrisa asomó a su boca al escuchar su idioma natal. 

—Ah, mis señoras, pero esta tela no es para mí —aclaró, negando con la cabeza—. Es para mi señora, Claudie de Trounoir. —Sus ojos buscaron la mirada de Katarzyna al decir el nombre—. Y decís bien, está buscando buenas espadas que contratar, podría llevaros con ella, si gustáis. 

Notas de juego

Aleska, gastas un Aumento por impresionar con la espada. (1/2)

Cargando editor
04/10/2020, 17:07
Sastra

Tom se introdujo en el interior de la sastrería, un local amplio y bien acondicionado en el que se podían ver maniquíes luciendo prendas de buena manufactura y telas de calidad. Sin duda aquel lugar sería frecuentado por los mismos nobles que paseaban por esa zona de la localidad. Al fondo había un mostrador y, tras él, una cortina que separaba aquel lugar de la trastienda.

El chico no había dado ni dos pasos cuando una mano agarró su camisa por detrás y se encontró con la mirada severa de una mujer alta y delgada. 

—¿Dónde te crees que vas? —preguntó, mientras sus ojos fríos lo recorrían de arriba a abajo, observando sus ropajes.

Cargando editor
04/10/2020, 17:13
Narradora

Evadne parecía una ardilla, de tan ágilmente que saltaba por las alturas. Nadie la vio cambiar del tejado contiguo al de la casa de baños. Por algún motivo la gente no solía mirar hacia arriba y así se perdían muchas cosas interesantes. Desde donde estaba pudo ver a Tom meterse en el edificio contiguo por la calle opuesta a la de la entrada.

Y también pudo examinar el tragaluz. Un simple vistazo le hizo ver que se abría desde dentro, con algún tipo de mecanismo; y no parecía posible hacerlo desde fuera. Al asomarse por el cristal vio una estancia enorme, con una piscina grande en la que debían caber tranquilamente unas treinta personas y varias piscinas más pequeñas alrededor. Con el vapor de agua flotando en el aire era difícil ver todos los detalles, pero alcanzó a vislumbrar que las personas que pululaban por aquella sala iban todas desnudas. 

Notas de juego

Evadne, gastas dos Aumentos por el Atletismo de saltar al otro tejado. (0/4) 

No te quedan más Aumentos, así que en adelante fallas cualquier acción que conlleve un riesgo.

Cargando editor
04/10/2020, 19:54
Tom Wedgewood

- Eeeeehhh... - Tom miró de arriba a abajo a la mujer sin intentar hacer el menor amago de escapar. 

- Esto es una sastrería, ¿verdad, señora? - Preguntó como si de verdad quisiera asegurarse.

- Me envía mi patrón. Había escuchado que había una sastrería excelente detrás de los baños y tenía que asegurarme de que era ésta. - Dijo abarcando con un gesto de sus manos aquel local. - Tenía que comprobar si en verdad era tan buena como había escuchado... Mi patrón deseaba encargar un traje completo para un evento... De hecho, varios trajes... Se va a casar pronto y creo que tenía intención de adquirir trajes vestidos para toda su familia. - Explicó excusándose...

- Pu... ¿puede conseguirlos en vuestro establecimiento? - Preguntó con cierto temor fingido y poniendo cara de compungido. Estaba casi convencido de que la codicia de la mujer le impulsaría a tener la esperanza de que lo que decía el mocoso era verdad. - Me pidió que me asegurara de que esto era un establecimiento discreto, y de que una vez dentro nadie podría enterarse de que habían venido aquí... Quería mantener el secreto hasta la boda. - explicó.

Cargando editor
05/10/2020, 00:39
Aleska Laska

Aleska no se sintió en absoluto menospreciada al oír de su hermana que no debían hacerle caso. Confiaba de sobra en ella para saber que sería algún tipo de estratagema mental. Como cuando le decían de niña que no se lavase bien al volver embarrada. Escuchó cómo aclaraba sus palabras y aunque al principio frunció el ceño, poco a poco fue comprendiendo.

—Exactamente eso es lo que he dicho —afirmó con menos seguridad que al hablar de la sangre poco antes. E iba a repetir el nombre de su patrona cuando lo dijo su hermana, demostrando así que hablaban de la misma persona, pero decidió no interrumpir.

Ante la respuesta del sirviente Aleska alzó las cejas, sorprendida.

—Vaya, pues qué... —Trató de buscar la palabra que no quería decir mal. La palabra que no decía que precisamente con él no querían hablar, para que no se enterase la patrona de que andaban preguntando por ella. La palabra que no significaba que se habían equivocado. En definitiva, justo eso, la palabra que no quería decir mal— Bien. Qué bien. —Hizo una pausa—. En realidad no es buen momento para que nos lleves con ella. También tenemos que hacer nuestras compras, y todo eso. Pero si pudieras decirnos alguna cosa para saber qué tal es, o qué tal paga... —Por un momento lo miró, dándose cuenta de que había otra cosa interesante que precisamente él sí sabría—. ¿Y cómo habéis acabado tan lejos de Montaigne?

Cargando editor
05/10/2020, 00:58
Shawn Wedgewood

Correspondió al brindis del noble alzando su propia copa.

—Un placer, Josef. ¡Por el amor!

Agotó el vino dando pequeños sorbos mientras asentía con lentitud, no se sabía muy bien si por apreciación a la bebida o por la información que le brindaba su compañía. Damaske. Se trataba de una familia conocida, aunque no lo suficiente como para que Shawn recordara el tipo de relación que mantenían con los di Ménsula. Por suerte el muchacho se encargó de despejar aquellas dudas de inmediato.

Así que un vejestorio y una caza gremiales. O tal vez obligada por los suyos. Aquellos arreglos se daban todo el tiempo, en particular entre familias donde existía una clara diferencia social. Las palabras de Josef reforzaron la impresión inical del bardo con respecto a de Trounoir. Y esta era que la mujer había sido sincera en cuanto al amor que decían profesarse. Sin embargo las palabras que escaparon de sus labios fueron muy diferentes.

—Tal vez soís injusto con la pobre muchacha, Josef. Hay de todo en la viña del Señor. Algunas mujeres los prefieren maduros... mientras que otras, los prefieren mujeres —apuntó entre risas. 

La gente siempre le contaba cosas; en especial cuando hacía gala de aquella risa fácil y contagiosa.

Cargando editor
05/10/2020, 02:25
Katarzyna Laska

La hechicera abrió los ojos cuando este mencionó que aquella tela no era para él. No la había sorprendido, solo lo fingió ligeramente, y terminó asintiendo a sus palabras. Dejó que hablara su hermana en primer lugar por si tenía que traducir de “Aleska” a théano antiguo, aunque esta vez consideró que no hacía falta.

Era inevitable que su patrona se enterara de esta conversación, pero si sus intenciones eran puras y sus palabras ciertas, no creía que le fuera a molestar que se aseguraran de ello. Así que se tomó el encuentro con filosofía, y además, sería difícil encontrar a alguien que pudiera hablarnos de ella con la misma profundidad que uno de sus sirvientes.

Oh, disculpa nuestra confusión ―dijo, llevando una de sus manos al pecho―. Aunque entre nosotros, podrías pasar por su prometido, o novio, así que tampoco es tan descabellado, ya que ha llegado a mis oídos su edad de la misma forma que me llegó su nombre.

»Nosotras también marchamos de Rzeczpospolita, siempre empatizamos con aquellos que han tenido que irse de su hogar ―comentó con el rostro más serio―. A veces es por un viaje, otras por necesidad y en nuestro caso, por estudios.

Katarzyna volvió a entrelazar sus manos frente a ella, a la espera de la respuesta del sirviente. Si lo dicho por Claudie era cierto, el propósito del viaje seguramente no tenía nada que ver con lo dicho por ella, pero aun así, sentía una gran curiosidad por lo que pudiera contar. 

Cargando editor
05/10/2020, 11:41
Evadne Themistera

Evadne observó con atención todo lo que podía a través de aquel tragaluz. Puso especial interés en el mecanismo que lo abría y lo cerraba. Aunque no pudiera accionarlo desde fuera, si desde dentro era posible, podría ser una buena salida en caso de que las cosas se torcieran. Una vez memorizó todo se deleitó con los cuerpos de nobles desnudos apenas dos segundos - puede que cuatro - y se dirigió hacia la parte en la que había visto anda a Tom hasta entrar en la puerta. No bajó del tejado pero sí se mantuvo alerta a lo que sucedía vigilando la entrada de aquel establecimiento.

Cargando editor
05/10/2020, 22:59
Sastra

Cuando Evadne terminó de escrutar a través del tragaluz se desplazó hasta quedar encima del lugar por el que había desaparecido Tom. Desde donde estaba no alcanzaba a atisbar lo que pasaba en el interior de la tienda, pero al menos se enteraría antes que nadie si alguien llamaba a gritos a la guardia. 

Dentro del local, la sastra había  decidido escuchar lo que el chico tenía que decir. En un primer momento lo miró con suspicacia, pero a medida que Tom iba desgranando sus mentiras, la mujer fue suavizando su expresión severa, sin que pareciese dudar ya de la veracidad de las palabras del muchacho. 

—¡Por supuesto que tu patrón puede conseguir aquí los trajes que necesite! —exclamó, con un tono mucho más suave—. Y la discreción está garantizada para todos nuestros clientes, eso va por delante. La calidad de nuestro trabajo la tienes a la vista —Señaló con un ademán de la mano hacia los maniquíes que llenaban la tienda—. Así que puedes ir con tu patrón y decirle que estaremos encantados de atenderlo, a él y a toda su familia. Mmhh... ¿Y quién es tu patrón? —preguntó al fin, cruzando las manos por delante de su regazo mientras lo contemplaba con amabilidad. 

Notas de juego

Tom, te gastas tres Aumentos para el Convencer (no está cubierto por tu Enfoque y además no estás cualificado en esa Habilidad). (0/4) 

No te quedan más Aumentos, así que en adelante fallas cualquier acción que conlleve un riesgo. Como a Evadne tampoco le quedan, con esto termina vuestra secuencia dramática. No vais a sacar nada más de aquí. 

Cargando editor
05/10/2020, 23:12
Sirviente

Resultó obvio para Katarzyna y Aleska que los elogios de la primera habían logrado su objetivo, pues el sirviente se hinchó como un pavo, con una sonrisa facilona en los labios. 

—Me honráis, mi señora, aunque no creo tener el porte necesario como para pasar por noble. —Las miró a ambas y luego a la tela, pero pareció decidir que la compra bien podía esperar unos minutos—. Mi señora de Trounoir es amable y justa, no tengo queja alguna de ella desde que estoy a su servicio. Si acaso, echo de menos Montaigne, como vos. 

Se rascó la oreja antes de seguir. 

—Mi señora es hija del barón Pierre Louis de Trounoir, noble rico donde los haya, y está tomándose un año sabático antes de ocupar su lugar en la corte de Montaigne —explicó—. Es por esto que estamos recorriendo toda Théah, pues mi señora desea conocer otros lugares antes de regresar a casa. Justamente llegamos hace poco desde Vodacce, donde íbamos a estar unas pocas semanas y al final pasamos varios meses. Pero así es mi señora, llegó un día algo alterada y me dijo: «¡Antoine! ¡Prepara mis cosas! ¡Partimos mañana mismo hacia Eisen!». Y así es como llegamos aquí.

Notas de juego

Katarzyna, gastas 2 Aumentos por Convencer. (2/5).

Cargando editor
05/10/2020, 23:46
Josef Kurt Damaske

El joven noble compartió las risas de Shawn, cómodo con su compañía. 

Ah, pero es que además de tener sesenta años, Tomasso di Ménsula es feo a rabiar. Es tan feo como rico. Si lo habéis visto convendréis conmigo en que esos estupendos rizos que luce son sin duda una peluca —Comentó, alzando las cejas, en un gesto universal de cotilleo—. Apuesto a que la joven Elisabetta se trata más de un trofeo que de una compañera. Se dice de ella que es muy hermosa, aunque nunca nadie le ha visto el rostro. Siguiendo las costumbres de Vodacce lleva uno de esos... velos —Hizo un gesto con la mano, colocándola abierta por delante de su rostro—. Tan sólo deja ver sus ojos. He podido coincidir con ella en un par de ocasiones, pero nunca la he oído hablar. Para tomar decisiones, ya está su marido, si entiendes a qué me refiero.

Notas de juego

Shawn, te gastas 2 Aumentos por Convencer. (2/5)

Cargando editor
06/10/2020, 01:13
Shawn Wedgewood

Los ojos de Shawn se abrieron de golpe. Mierda, mierda, mierda. Vodacce. Mujeres de Vodacce con rostros cubiertos por velos. Tragó saliva con cierta dificultad, sintiendo como el vello de la nuca se le erizaba. Aquello sólo podía significar una cosa. 

—Mierda —repitió haciéndose eco de sus pensamientos.

Como tanto de palabra como de semblante el bardo delató el disgusto que sentía, se apresuró a desviar la atención.

—Perdón. Es que este vino sabe a orín del «Hombre Sombra»  —se excusó con una trémula sonrisa al tiempo que abandonaba la copa de vino con un gesto absorto. 

Justo cuando todo parecía tan fácil. Tan sencillo. Tan rentable. Las sorte streghe, también conocidas como «brujas del destino». Esas que mueven los hilos detrás de las sombras, o que tejen elaborados patrones que culminan con la muerte accidental de un desdichado pero ambicioso comerciante. O en los repetidos naufragios de un apuesto  y prometedor marinero de mechón platinado.

Disimuladamente toco madera tres veces.

—Un desperdicio —dijo entornando los ojos con desdén— El vino, y la muchacha. Reservar tan delicada belleza para los cansados y caídos ojos de un repulsivo anciano —chasqueó la lengua— A fe mía, no sé cómo pueden vivir así. A menos que no sean tan devotas como se suele creer... No son pocos los matrimonios de Thea que se sustentan por obra y gracia de un amor prohibído —sugirió alzando las cejas, imitando el gesto de cotilleo de Josef.

Cargando editor
06/10/2020, 13:34
Katarzyna Laska

Katarzyna se mostró complacida ante las explicaciones que estaba dando el sirviente, quería creer en que las ideas que acababa de formar en su cabeza eran ciertas y viendo la misión que les había encomendando, todo parecía ir por ese camino.

Ver mundo y aprender de este es una sabia decisión, su familia estará orgullosa cuando ocupe su lugar en la corte ―comentó, moviendo los ojos hacia su hermana―. Vodacce un curioso lugar para pasar meses en vez de semanas, he leído un poco sobre nuestros vecinos, y aunque ir sería interesante por todo aquello que podría aprender. No sé si hubiera llegado a gustarme...

»Tengo entendido que las mujeres nobles no pueden aprender a leer ni a escribir; nacer ahí sería un castigo realmente terrible ―dijo, volviendo a mirar al sirviente mientras sacudía la cabeza con una negativa―. Disculpe si le resulto entrometida, pero tengo una curiosidad enorme por aquello que tanto le atrajo de Vodacce. A ver si voy a estar equivocada sobre nuestros vecinos, y mi hermana y yo tendremos que ir a visitar a sus príncipes para disfrutar de la hospitalidad de su tierra.

Respiró profundamente, sin dejar de fijarse en su interlocutor mientras su mente se alejaba durante un instante de la conversación.

¿No crees, Ale? ―preguntó a su hermana―. Aunque sigo sin imaginarme en un mercado como este si estuviéramos en Caligari. ―La noble rzeczpospolita recorrió los puestos del mercado con su vista―. ¿Cómo fue para vosotros? ¿Pudisteis disfrutar de una grata acogida?