Partida Rol por web

Acampáis en la entrada de la tumba, protegidos por el conjuro de la cúpula. No parece haber nada que os llame la atención durante vuestras guardias y todos podéis disfrutar de un merecido descanso.

El clérigo se mantuvo a la espera y no dijo nada a la joven cuando esta estaba tan seguro del anillo. El clérigo estaba casi seguro que esa frase hacía realmente referencia a la falsa capilla. Ilmater dios de los sacrificios y una mísera moneda de plata como anillo de metal. Era una broma de mal gusto y un insulto.

- Pues igual que las otras serpientes o el limo que se alimentaba de magia. Y teniendo en cuenta que no debemos ser los primeros en venir a estas tumbas también tiene que renovar las trampas...- comentó Allen sin más ante la duda de la mujer. Ayuda a preparar el campamento y termina haciendo una cúpula mientras la pícara identifica el anillo.- Yo que tú no lo usaría, siendo como es este lugar seguramente tenga una maldición. Y creo que ya has recibido bastantes en esta vida...

Con ese aviso sin más el clérigo continúa con sus rezos y se dispone a descansar.

- A lo mejor las serpientes sabían abrir el cofre desde dentro... Ya decía yo que era mala idea abrir esos condenados cofres. Todos contenían trampas. No se si un anillo es suficiente premio. Si no fuera por la tienda de campaña mágica no estaríamos aquí abriéndolos. Y ahora, ¿volvemos al pasillo de los colorines o qué? - Preguntó el bárbaro al resto del grupo.

—Yo opino que deberíamos ir a una de las puertas que vimos al fondo. La de las tres ranuras, quizá se abra tirando o empujando en la dirección adecuada, o si no a la otra puerta, que parece más normal.

Antes de ingresar nuevamente a la tumba verificó si es descanso había mejorado e estado del diablillo.

- No tenía intención de ponérmelo, la verdad. – replicó Sofía con un encogimiento de hombros – Pero aún así sería bueno saber que hace y… ¿tú podías quitar maldiciones? Las normales, me refiero, al menos. – le preguntó a su vez a Allen. Siempre era bueno tener un plan B.

- Después del descanso yo diría de seguir probando por la puerta que había en el pasillo que acababa en la escalera en la pared, pero si Allen quiere probar a empujar las puertas de adamantina con las tres ranuras no tengo ningún problema. Sin embargo, antes me gustaría terminar de examinar los tres bancos-cofres que nos dejamos en la capilla, después de que Allen prepare otro Sombrerito para escondernos del posible gas que salga, y quisiera hacer un pequeño experimento mandando un caballo por el primer arco después de pulsar la piedra naranja, a ver si aparece por el arco de la Capilla.

—Si luego del descanso el diablillo Paco segundo siguiera en este estado, podríamos empujarlo a él a través del portal mientras yo miro por sus ojos, así si apareciera en otro lado podríamos tener información de qué es ese lugar

En cuanto situáis las piezas de la llave cerca una de la otra estas se unen como port arte de magia formando una llave completa dorada.

Después de identificar el anillo y compartir la información con los compañeros, Sofía procedió a identificar la llave por si fuera también mágica (debería serlo, ¿no?), después invocó a un nuevo Tomasino, que siempre era útil tener a uno cerca, renovó su Bendición del Vigilante (por si acaso), e invocó un nuevo caballo. Todo ello antes del desayuno que ya se le enfriaba…

- Voy a mandar al caballo a ver. – informó a sus compañeros antes de acercarse a la acercarse a la arcada, pulsar la piedra de color naranja con la mano de mago y mandar al caballo a través de la arcada.

El clérigo había recuperado sus fuerzas y asintió a las opiniones de la mayoría, ninguna era una locura como atravesar las nieblas uno mismo ni lanzarse a lo loco a una pila de ácido. Por lo demás tampoco es que se le ocurriera a él nada más específico.

- Bueno entonces, empezamos por la capilla, luego diría de ir a donde se durmió el diablillo y comprobar por nosotros mismos que le pudo afectar, eso o las escaleras al techo que tanto le llaman a Sofía, y si llegamos a una sala llena de pilares será mejor dar la vuelta hasta que encontremos al menos otra llave. La pista decía llaves en plural y que la cerradura estaba pasada esa sala. Así que hasta entonces no merecerá la pena pasar ese lugar.

La llave no era mágica, sino que en los laterales cortados tenía unas pequeñas piedras imantadas y polarizadas de manera que se juntaba "como por arte de magia" entre las dos piezas.

Sofía se acercó al arco de la entrada y tocó la piedra de color naranja que estaba en la base por la parte derecha del arco y esta se iluminó por unos instantes. Hizo pasar el caballo por los vapores y este desapareció.

Tras esperar un rato prudencial fuisteis hacia la capilla de nuevo, todo seguía igual de como lo habíais dejado: un destrozo, pero no había ningún caballo allí.

¿El diablillo sigue aturdido?

—Bien compañeros, monten su protección y abramos los bancos que faltan para embolsar algunas monedas más, así comenzamos a pensar en una sucursal de KFC. Y vamos luego a las puertas.

Tras dedicaros en destrozar todos los bancos y evitar que las trampas de gas venenoso se activaran como ya habíais comprobado previamente juntasteis toda la riqueza que había escondido en ese lugar: 8000 monedas de plata, 6000 monedas de electrum y 4000 monedas de oro que al cambio total salían en valor de oro a 7800 piezas.

No es que le pareciera poco el oro que habían encontrado en aquella sala, pero es que esperaba encontrar algo más especial allí. Otra vez sería.

- Siguiente paso… hay que decidir si:

- Kah Freh prueba a mover la puerta de adamantina – por su tono de voz se notaba que Sofía lo consideraba una perdida de tiempo, pero “oye, nada se pierda por intentarlo si es el semiorco el que se arriesga a lo que quiera que pueda descargar esa puerta contra los incautos que no usan las llaves correctas”

- Que Kah Freh explore el gas adormecedor ese con una cuerda atada por si tenemos que sacarlo de allí.

- Probar la puerta de la escalera al techo.

- Investigar un poco más este pedrusco azul y la silla-trono de la capilla. – que se nota que era lo que más ilusión le hacía a la pícara.

—Y no olvidéis la puerta al pie de la escalera a la nada. Esa debería de ser la trampa más sencilla de activar, quiero decir puerta más fácil de abrir

Para lo del gas puedo ofrecerme voluntario, tengo un objeto que debería protegerme contra ello. Si es que es el gas. Iré diciendo Marco cada tres segundos, si no me escucháis tirad con fuerza. Luego de eso diría de las escaleras.- comenta el clérigo con calma.

El bárbaro sacó nuevamente de su mochila su equipo de escalada. Sin mediar palabra le colocó el arnés al clérigo y afianzó una cuerda bien atada al mismo, quedando el otro extremo bien sujeto por sus fuertes brazos.

- No se diga más. Yo tiraré como no te escuche hablar, Allen. - Dijo el semiorco, dando a entender que le parecía el mejor plan hasta el momento.

No es que despreciara el de Sofia, ni mucho menos, pero prefería que otro se pusiera en peligro antes que su pobre culo verde.

Preparasteis todo el equipo para la siguiente inmersión en aquella niebla, esta vez Allen era el voluntario.

Entró en aquella niebla dorada y plateada y desapareció de vuestra vista, pero la cuerda parecía tensa a medida que el clérigo avanzaba.

El clérigo se adentró en la niebla invocando el poder del Vigilante mientras se enfrentaba a lo desconocido, pero tranquilo pues sabía que tenía a su señor de su parte. Además de ir repitiendo como había prometido la palabra clave.

- Marco... Marco... Marco...