Partida Rol por web

la batalla estaba en el buen camino, por un lado, tanto el enano como el patrullacaminos y el perro habían conseguido rodear al bestigor y atosigarlo a golpes y mordiscos en la pierna, pero este resiste gracia a su armadura y consigue dar un golpe al Ludwig, antes de ponerse en una postura a la defensiva y evitar el mayor daño posible, por su parte, el iniciado y el ex-sirviente se van a ayudar a la herida de Anawelle, siendo el primero en ir a por esta hraldan, mientras Alexis ataca directamente al chaman y le hace un pequeño corte, pero al poco de recibir el impacto, el chaman suelta el hechizo que estaba preparando, dejando una visión infernal.

Tras su exitoso ataque el chamán suelta su poder arcano. El seguidor de las.tetas múltiples y la ponzoña arcana impacta ennelnpoco estable cerebro de Ludwig con una fuerza descomunal. Ludwig se encuentra en medio del castillo de Georgburg. Todo está en llamas. Ve.los tapices quemar, y a un guerrero de armadura negra atravesar con la espada a su madre. Su padre y su hermano se hallan empalados en unas lanzas rojas, teñidas de pubr a Apu ta con su noble sangre. Sus armaduras.nonparecen haber sido más que papel de fumar frente a los impactos. 

Ludwig se gira. Ve huir a su hermana y se alegra, hasta que una bruja se acerca bando en su escoba y la carboniza soltando rayos por los ojos. En todas partes hay combate y Ludwig quiere ayudar peor no puede moverse. Es como si lo estuviera viendo en una historia, aunque siente el calor de.las.llamas y los gritos de los perros siendo violados por cabras humanoides. Las lágrimas corren por sus mejillas mientras su mundo se desmorona.

Otra vez. 

- Perdóneme, mi señora, ahora vuelvo. -. Hraldan había escuchado las palabras del sirviente, había agarrado nuevamente el martillo y se estaba dando la vuelta dispuesto a cargar contra el chamán cuando de repente notó que una energía fantasmal penetraba en su cabeza, un fogonazo oscuro quebraba su pensamiento y sus ojos quedaban en blanco.

Intuyendo de que se trataba, el iniciado intentó resistir con todas sus fuerzas ese vil truco. Sin embargo, quizá por el dolor que aún siente en el brazo, quizá por el asqueroso olor del potingue con el que intentaba tratar a la mujer o por la tensión del momento, le resultó imposible concentrarse. Imágenes del pasado empezaron a arremolinarse con otras que aún no ha vivido, y quedó paralizado al ver Middenheim en ruinas, los hermanos de la orden colgados en el templo que se encuentra en llamas, y su tutor Oswald empalado boca abajo.

Anawelle intentó levantarse para proseguir el combate y machacar a ese chamán, pero al hacerlo solo vio como sus compañeros eran decapitados por el chamán y crucificados en un ritual del caos sobre la estrella de ocho puntas. La visión la impactó de tal manera que retrocedió unos pasos. Los gusanos salían de entre su piel, el nauseabundo olor hastiaba el ambiente y el fuego lo cubría todo. Ana se encogió de dolor cuando el brazo derecho comenzó espontánemamente a arder. De él salían gusanos comiéndoselo vivo, mientras una sangre negra manaba de las heridas.

El chamán cabrío reía, como podía hacerlo una cabra. Pero no la impresionó. Vió el truco mental, sabía que él no tenía un poder real para lograr eso, solo era una ilusión. Además, la hechiera había estudiado las artes arcanas, manipulaba el Aethyr y lo había dislumbrado en una ocasión donde su mente se vio forzada al extremo. Aquello si fue aterrador.

Ana despertó de la ensoñación y ágilmente preparó otro pequeño dardo que lanzó al tiempo de pronunciar las arcanas palabras. Sus ojos se centraban en los del cabrío, sin vacilar, sin miedo. Lanzó el dardo dejando una estela plateada que impactó en su pierna derecha.

-Ojo por ojo, y brazo por pierna.- Anawelle sonrió ante aquella inspiración mordaz.

El combate contra el maldito bestigor se estaba prolongando en exceso permitiendo al chaman desatar su oscuro poder sobre nosotros, siendo su primer objetivo Ana antes de intentar sumirnos en la desesperación con engaños y embustes.

Meneé la cabeza un par de veces con un gruñido para despejar mi mente mientras atacaba a mi enemigo con escaso éxito, maldiciendo las supercherías del chamán que me habían impedido concentrarme en el golpe como era debido

Una falsa sensación de comodidad seguida por un escalofrío que le helaría los huesos. Empezaría a tener visiones el sirviente que no podría controlar, era como una pesadilla pero mucho más angustiosa...

Apretaría la espada de su padre y lanzaría una estocada no muy certera, buscando descabezar al chamán, sin mucho éxito.

con el hechizo, todos los humanos del grupo se quedaron afectados por los terribles males que han visto, con dolorosos recuerdos de su pasado o lo mas terrible que jamas hayan podido imaginar, pero por suerte el enano, consigue superar las imagenes y le hace un golpe pero el hacha se queda incustrada, mientras el chaman prepara su proximo hechizo

Las imágenes se desvanecieron de la mente del iniciado en el momento más crudo. El hijo del malogrado clan plumaluna de las tierras del norte se recompuso con dificultad.

Por un instante miró a su alrededor y vio a la mayoría de sus compañeros en una situación de catatonía similar. Y el enano, tozudo como toda su férrea raza, seguía enfrascado con la bestia mayor.

Furioso y enloquecido por las horripilantes imágenes que le había forzado a presenciar, el iniciado se dirigió rápidamente hacia el chamán.- ¡Por Ulric! -
Con más pasión que habilidad, el martillo impactó de refilón en una de las patas caprinas del brujo.

El golpe contra el bestigor, distraído como estaba, había provocado que la hoja se quedara alojada en una hendidura del metal, arrancándome el arma de la mano cuando la criatura dio un respingo fruto del golpe. Gruñendo con rabia me abalanzo sobre su posición aferrando testarudamente el hacha y dando un fuerte tirón, logrando recuperar el arma no sin cierta dificultad

- ¡Si quieres un arma nueva búscala en el infierno al que te pienso enviar, monstruo!- le grito al bestigor, dispuesto para un nuevo asalto

Ludwig sacudió la cabeza. ¡¡NO!! grita. Esto no era real. El adorador de tetas astrales y ponzoña hermética estaba contaminando su cerebro superior! Que desgracia, un instumento tan puro manoseado por un ser que no tenia pellejo ni para hacer alfombras de plebeyo. No era util y digno ni para eso. 

¡Con la mente no se juega! ¡Acabemos con el mentiroso ungulado! ¡A por el brujo!

Cabreado como un berserker enano (algun dia deberia investigar como un guijarro se puede enfadar) cargó contra el hechicero ignorando al bestigor entretenido con el enano. Pero su visión de túnel, aun afectada or el hechizo anterior hizo que se pasara de larg cuando el hechicero se movió a un lado,Sólo una frenada de golpe y soltar el brazo con la espada permitió a Ludfwig conectar con la nuca del hombre bestia en un ataque con poca potencia por lo forzado del ángulo. 

Habían rodeado al brujo de tal manera que golpearlo era más fácil. Casi mejor acabar con esa cosa antes de que pudiera lanzar otro hechizo.

El joven sirviente, envalentonado lanzaría una estocada en dirección al cuerpo de la asquerosa cabra parlante para intentar por lo menos evitar que pudiera abrir esa boca de la que salían fluídos super peligrosos.

El hechizo ha pasado, pero las pesadillas que genera no se irán tan fácilmente, pero igualmente, empezando por un dardo mágico de Anawelle, los tres varones humanos y el perruno se lanzan como locos a intentar cortar en pedazos al chaman, el cual corta su hechizo y se pone a la defensiva, mientras, el todavía un poco atontado del bestigor, cual solo parece entender que el enano es mas ágil y le esta destrozando la armadura por reírse de el, por lo que lanza un ataque con toda su furía al lado del enano pero sin llegar a darle.

La lucha parecía empezar a decantarse a su favor. Sin embargo, no podían confiarse ante los poderes malditos del chamán.

Hraldan se movió a su alrededor, buscando un hueco en la defensa del brujo. - ¡RAAAGH!- con un grito enfurecido, descargó está vez si un golpe poderoso con el que esperaba noquearlo.

El chamán se habría visto obligado a defenderse en vez de atacar, tenían que eliminarlo sea como fuera.

Seguiría acosando al Chamán sin parar, intentando arrancarle la cabeza.

-¡Asquerosa cabra!, ¿te gusta jugar con la mente de los demás. ¡Veamos que te parece esto!.- Las palabras arcanas comenzaron a salir de la boca de Anawelle en perfecta sintonía. Su letanía penetró en los oídos del chamán, instándolo a soltar su báculo.