Partida Rol por web

Como estaba previsto al anochecer llegáis a Dol Amroth, una importante ciudad portuaria, se respira el olor a pescado y a mar, las gentes se preparan para la cena.

El grupo que astutamente ocultó los ropajes del ladrón se adentra en la ciudad, y el grupo no es corto, está compuesto de los cinco aventureros, el ladrón, Gabbon, sus dos perros de caza y un poney que marcha un poco ajeno a todo lo que ocurre.

Quiere la casualidad que yendo camino del centro el grupo ve una cara que les resulta familiar sobretodo a Ted, ¡Es su padre! Este se gira en cuanto reconoce al grupo, en ese momento una figura gris encapuchada surge de la sombra de un pequeño cobertizo y se arroja sobre él, el filo de una daga corta su cuello que de inmediato sangra a borbotones ante el estupor del grupo, sin duda su herida es mortal, entonces esta figura se da cuenta de vuestra presencia y huye de vosotros metiéndose dentro de uno de un almacén, hace un gesto con la mano y estalla una nube aceitosa que apesta a brea e  impide la visibilidad en el interior de este lugar.

Camino tranquilamente camino de Dol Amroth, pronto veré a mi padre y sabré si está bien. Por fin una buena noticia. Cuando entramos en la ciudad me parece ver una cara conocida, sonrío al ver que es mi padre pero mi sonrisa dura poco...un hombre acaba de degollarle delante mía...

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! - grito de rabia mientras me lanzo a ayudar a mi padre.

Su herida es fea pero intento taparla con lo que tengo a mano pero poco es lo que yo puedo hacer. No hago nada por ir tras el asesino ya que lo que me importa es intentar salvar a mi padre.

Sostengo su cabeza sobre mi rodillas mientras intento que no sangre más, aunque una mancha roja empieza a bañar el suelo empedrado de la calle.

Master, cuando dices que impide la visibilidad, implica que tampoco se ven las fuetes de calor? es por saber si con la habilidad de ver fuentes de calor en la oscuridad podria seguirlo o no.

La escena nos golpeó como si de un gigante se tratase. La velocidad, la falta de honor. Lorn yacía en el suelo dando su último aliento, recostado en el regazo de su hijo. "Como los orcos", se cruzó el pensamiento en mi cabeza y creí sentir algo húmeda mi mejilla.

"- Paliducho, ¿no puedes hacer nada, verdad?- le pregunté a mi compañero con la esperanza perdida, antes de lanzarme a la carrera-. Vamos, rápido, y que alguien se quede con el muchacho. Tenemos que encontrarlo... no habrá perdón, sólo castigo- expresé con una rabia e impotencia equivalentes a la que otrora sentí en aquella caravana-. Los perros podrían seguir el rastro hasta esa nube, pero debemos tratar de rodear el almacén... no podemos permitir que escape- agregué".

si tengo esa habilidad. XD, mira la ficha ;) en especial.

Master: xD Perfect! Puedes ver como se mete corriendo a toda velocidad dentro del almacen, no se esconde sino me sale en linea recta corriendo, si entras dentro te daré más detalles. Puedes intentar disparar rápido con el arco o algo así, pero al cargar en el mismo turno no será facil, es tu decisión ;)

Tranquilamente nos acercamos a nuestro destino. Al final hemos alcanzado la ciudad y avanzamos por los muelles. A lo lejos puede verse la silueta de Lorn. De nuevo volvemos a encontrarnos con el y sonrio.

Sin previo aviso una sombra corre hacia Lorn y cercena su cuello, sesgando su vida de improviso. Mi rostro queda paralizado asi como mi cuerpo. El grito de Ted me saca de mi ensimismamiento y soltando las cuerdas del animal salgo corriendo tras el individuo que ha eliminado al viejo. En mi carrera voy sacando el arco por s me fuese necesario.

Llevando a su corcel de las riendas, abriéndose paso en la abarrotada ciudad, Hador oteaba por arriba del gentío con gesto serio. Su sorpresa no tenía límites al ver a Lorn a lo lejos, pero su furia aún mayor al ver el despliegue de un asesino furtivo.

Ni se movió ante la oleada fétida, y se acercó tan rápido como le fue posible al hombre que le había salvado la vida había probado ser un guerrero de incluso más valía que él. Ya no podría oír sus historias ni compartir una bebida entre risas y recuerdos. El rohir acarició el hocico de su caballo, relajándolo ante la situación.

-Alisterel, tus ojos serán más útiles que los míos en la persecución. Ve- dijo, como si le estuviera concediendo el honor de atrapar y ajusticiar al asesino. Mientras, se agachó junto a Lorn, haciendo lo posible, inútilmente, por detener la vida que se le escapaba por el tajo en el cuello.

Llegábamos a la ciudad y podríamos reencontrarnos con el viejo Lorn, las cosas parecían tener un buen rumbo, sin embargo, el destino nos da una bofetada... Mi expresión alegre se transforma en una de dolor y horror cuando veo al exánime Lorn caer al suelo con una enorme y mortal herida en su cuello. Al principio, no puedo reaccionar, sin embargo, Angainor y Hador me sacan de mi estupor, por lo que, tras negar con la cabeza al enano y dar un rápido vistazo a Ted me lanzo a la carrera en persecusión del ladrón, tomando el arco con fuerza y poniendo una flecha sobre la correa.

El edificio se trata de un almacén de grano enorme, en la planta baja se abre un enorme foso con una pasarela deteriorada que lo cruza, unos nueve metros por debajo se encuentra una gran cantidad de grano.

El asesino intenta cruzar la pasarela, pero se da cuenta que las puertas que dan a la otra calle se encuentran cerradas a cal y canto. Del techo cuelgan un sistema de poleas para la carga y descarga del grano intenta trepar a una de por una de ellas, pero no lo consigue, cae de nuevo sobre la pasarela que en ese momento se desmorona.

El asesino cae sobre la gran cantidad de grano almacenado, no se hace daño, pero ahora lo tendrá difícil para volver a subir, quizás se dirija a un pequeño tunel oscuro que se ve en una de las esquinas, el grano impide que se pueda correr con rapidez.

Gabbon suelta los perros pero estos llegan hasta el borde del foso, no saltarán dentro, pero el menos eso os garantiza que el asesino no saldrá por aquí, Gabbon sigue a sus sabuesos hasta el borde del foso, se está pensando si saltar, probablemente lo haga.

Ted está demasiado afectado como para reaccionar, el pobre acaba de sufrir un duro mazazo.

Angainor intenta poner un poco de orden aunque ahora el tiempo transcurre muy rápido y el enemigo es veloz.

Eadar gracias a su buena visión y rápido de reflejos sale corriendo tras el asesino hasta llegar junto a Gabbon, no ha podido apuntar, pero ya tiene el arco en las manos.

Hador se ofrece para cuidar del cadáver de Lorn, de la sombra capturada que se limita a tragar saliva por lo que acaba de acontecer, y también de las monturas.

Alisterel es otro de los que reacciona con rapidez situándose al borde del foso junto a sus compañeros.

Sollozo mientras abrazo a mi moribundo padre esperando a ver que me dice con su último aliento. Lloro de rabia debido a la impotencia que tengo al no poder hacer nada por haberlo salvado, he cruzado media Tierra Media para ver como muere en mis brazos. Los dioses no han sido justos conmigo, algo debí hacer a los Valar para que me castiguen de esa manera.

- Juro por la sangre de Tulkas que vengaré tu muerte... - susurro al oído de mi padre

Observo por dónde el asesino intenta huir. Posiblemente intente escapar por la brecha en la parte diestra del almacén. Sin pensarlo dos veces, guardo el arco y corro por el pasillo para acercarme al asesino. Desde allí intento saltar confiando en que el grano amortigue mi caída en el caso de no caer sobre el encapuchado.

Vi a mis compañeros partir a toda prisa, e incluso a Gabbon y sus fieles canes. Aún me sentía aturdido por la situación, sentía una cierta rabia que me invadía. Miré el cuerpo de Lorn descansando cada vez más placidamente, su cabeza recostada sobre el regazo de su hijo... una triste escena. Observé, con posterioridad, a Hador y cómo se había quedado para hacerse cargo de la situación, y en ese momento caí en la necesidad de correr para ayudar a atrapar al bastardo que había cometido el crimen.

Comencé a correr hacia donde se encontraban los demás, hacía el almacén por el que se había lanzado el bandido. Adentro, una pasarela nos separaba de él. No estaba dispuesto a darle distancia, sería necesario saltar pues el estado de las cosas lo ameritaba. A la carrera, fui sacando mi escudo y mi maza, preparado para el combate. Primero lanzarme abajo, luego cercenar una cabeza.

Una vez al borde del foso, tenso la flecha en mi arco y, tras unos segundos de apuntar, mis músculos se relajan y la saeta vuela en dirección al hombre, el tiro es uno de esos escasos que sólo suceden de vez en cuando. Supongo que la habilidad surge con la necesidad, de cualquier modo, la situación no podría ser más propicia.

Los gestos del rohir y de Ted eran completamente inútiles. Agazapados junto al cuerpo cubierto de sangre de Lorn, Ted maldecía, y Hador observaba con incredulidad. Pero pronto le dominó su pragmatismo. La gente se alejaba prudentemente de ellos, pero él no se confiaba. El asesino no era un ladrón, sino un hombre con una misión, y pronto comprendió que podía haber más de uno, y a la vez, más de un objetivo.

Dejó que Ted llorara la repentina muerte de su padre, y se levantó, escrutando la multitud alrededor. Sus piernas le gritaban, le exigían que comenzara a correr detrás del maldito sicario, pero la razón prevaleció. Sus ojos recorrieron el gentío, penetrando hasta alcanzar a cualquier individuo furtivo. Además, dejar sus cosas allí, a merced de cualquiera, era simplemente imprudente.

-Ted. Lamento esto, pero mantente alerta. Podrían venir por ti también. Por cualquiera de nosotros...-

Tas las palabras de rohir me doy cuenta de que tiene razón. Desenvaino mi espada por si acaso, podría haber más y empezar a cobrarme venganza.

- No veo al resto...han ido detrás del asesino ¿no? 

Miro a mi alrededor a ver si logro vislumbrar algo, la noche es cerrada y mis ojos están vidriosos debido a las lágrimas vertidas por presenciar el asesinato de mi padre.

El elfo, carga su arco apunta con precisión milimétrica, su flecha surca el aire a la caza de su objetivo, la víctima se afana en intentar salir de ahí agacha la mirada para ver por donde pisa, la fecha se introduce por su nuca, el ataque es mortal, tantos años de entrenamiento para morir de una forma tan rápida, su cuerpo cae a plomo comenzando a manchar de sangre el gano almacenado.

Eadar y el resto de perseguidores llegan junto al cadáver. Hador y Ted permanecen alerta por los alrededores pero parece no haber nadie más, al menos Ted que seguía lamentando tan triste muerte de cómo su venganza es consumada, al menos con su asesino de forma tan rápida.