Partida Rol por web

¿Dónde está Iberia Inc.?

2- Cuartel militar de Lepanto [Finalizada]

Cargando editor
03/06/2015, 18:18
Igor "Proyecto X"

-¿Leonardo Dominguez? Pregunto sorprendido. ¿El mismo Leonardo Dominguez que...? Si, claro, no puede ser otro. Miro a mis dos compañeros. Sinceramente me sorprendió verlo allí, los que reconocí parecían militares y gente del gobierno, alguno enemigo suyo, supuse que alguna de sus empresas estaba detrás de esto o había puesto dinero, quien sabe.

Se que Leonardo Dominguez, al menos de cara al público, es un defensor de los metahumanos, no tengo razones para pensar que es mentira, alguien con un emporio empresarial como el de él puede pensar y decir lo que le de la gana sin apenas consecuencias, incluso colarse en un supuesto proyecto secreto como aquel. ¿Incluso enterarse de un proyecto aún más secreto como podría ser el Proyecto Campeador? ¿Y preocuparse por tres... don nadies? Demasiadas preguntas sin respuesta y yo tengo ya muchas cosas en las que pensar sin todos estos líos, será mejor que haga caso a Óscar y Vicky y deje todo esto de un lado de momento. Y nada mejor para no pensar que distraer la mente con algo.

-Yo también tengo curiosidad por lo que pasa ahí fuera. Voy a echar un vistazo. Se que los rígidos códigos policiales de mis compañeros nunca les permitirían contravenir una supuesta orden, pero en realidad no haré nada que no nos esté permitido y en cualquier caso será cosa mía. Nos dijeron que esperásemos aquí, pero no dijeron nada sobre que no pudiéramos asomar la cabeza al pasillo ¿no? Y si alguien se mosquea le diré que... la señorita necesita compresas.

A pesar de que puedo estar apunto de meterme en un lío una sonrisa se dibuja en mi cara por la broma. Además si realmente quieren matarnos no necesitarán muchas escusas para hacerlo.

Notas de juego

Igor intenta abrir la puerta, sacar la cabeza y mirar por el pasillo.

Cargando editor
04/06/2015, 12:58
Director

La puerta de acceso a la sala común donde os encontráis no parece cerrada con llave. Igor se acerca, gira la manilla, y esta se abre sin problemas. Ni siquiera parece una puerta con un mínimo de seguridad, sino tan sólo una forma de aislar el relativamente acogedor interior de un exterior que más parece una zona de obras.

Al abrirse la puerta, el interior se ve inundado por el ensordecedor ruido de la actividad exterior. Camiones de alto tonelaje pasan a escasos metros de la puerta, con operarios de aquí para allá dando indicaciones a los conductores, quienes deben circular a escasa velocidad. Hay también técnicos sobre los camiones, inspeccionando y controlando los cajones de madera y de metal que transportan.

¿A qué viene tal cantidad de material, sea cual sea su naturaleza, en unas instalaciones de pruebas? Ni que esto fuera un fábrica...

Además, os fijáis en un detalle cuando uno de los camiones pasa frente a la puerta. Un indicativo, una señalética. Indica que la carga es peligrosa, radiactiva.

Cargando editor
08/06/2015, 11:31
Victoria Vega

No me quedó más remedio que admitir que algo de razón si que tenían. El saboteo repentino, las extrañas alianzas políticas... todo aquello formaba un cóctel díficil de digerir y, sobre todo, peligroso. Sin embargo, seguía pensando que no era prudente alarmarse y pensar en conspiraciones.

- Bien, estaremos atentos - concedí.- Reconozco que todo esto tiene cosas difíciles de explicar, pero mi experiencia me dice que estos asuntos hay que tomarlos con prudencia. Comportarse con normalidad y mantenerse alerta, esa es la posición correcta, después de todo no podemos ir por ahí acusando a nadie sin pruebas.

Observé el ajetreo desde el interior de la habitación, las movilizaciones eran exageradas.

- ¿Material radiactivo? - pregunté en voz alta, a pesar de haber querido hacerlo en mis pensamientos

Cargando editor
08/06/2015, 18:30
Igor "Proyecto X"

Al menos parece que Victoria entra por fin el razón, a decir verdad no creo que ninguno de nosotros tenga la certeza de lo que está pasando, si las advertencias son verdad, son solo un truco, parte del entrenamiento... Supongo que solo podemos hacer una cosa: seguir como si nada y permanecer alerta por si nos quieren eliminar, tampoco es que lo tuvieran muy difícil, ellos tienen todo un ejército y nosotros solo somos tres, por muy "supersoldados" que seamos. Además por lo que parece ni Òscar ni Vicky llevan implantes y sus armaduras podrían adaptarse a cualquier otro, podrían "reasignarlos" o devolverlos a sus antiguos trabajos sin más, no creo que se fueran de la lengua, en todo caso hay formas para que la gente no hable sin llegar a tener que matarlos. Pero a mi... si esto no es verdad y lo del proyecto Campeador ese sí... ¿Que van a hacer conmigo? Ya no pueden deshacer todo esto, ni devolverme sin más. ¿Me encerrarán de por vida? Ante esa perspectiva casi prefiero un tiro rápido en la cabeza, eso o que me compren una casa en Alaska donde Solchaga y yo vivamos el resto de nuestra vida sin que nadie nos moleste. No puedo evitar reírme, después de todo un tiro en la cabeza no puede ser tan malo, no.

-Eso parece, aquí están construyendo algo. Seguro que es una central nuclear o algo para hacer bombas atómicas.

No se me ocurren más usos del material radiactivo, y después de todo lo que estoy pasando quizás prefiero no saber si tiene más. Cierro de nuevo la puerta, ya hemos visto lo que pasa y además hemos comprobado nuestro alrededor y que no estamos encerrados, eso me da un poco más de confianza.

-Ni siquiera nos han puesto guardias. O están seguros que no vamos a intentar escapar o es que estamos demasiados rodeados de muros y vallas alrededor.
Me encojo de hombros. Supongo que no nos queda otra que seguir aquí de momento. ¿Que día es hoy? ¿Echarán algún partido en la tele?

Me dirijo hacia el centro de la sala en busca del mando del televisor, demasiado temprano para irse a la cama.

Cargando editor
08/06/2015, 21:22
Óscar Baroja

Me quedo un tanto sorprendido por la reacción de mis compañeros. No esperaba que Victoria cediese tan rápido. Ni que Igor dejase de preocuparse por todo para proponer ver un partido.

- No creo que tengan motivos para pensar que querríamos escapar. Así que tampoco tienen razones para ponernos guardia.

Me encojo de hombros.

- De todas formas, no me parece mala idea lo del partido. Una ducha y algo para cenar  no me vendrían nada mal.

Miro al baño. Estoy deseando quitarme la armadura.

- ¿Os parece?

Cargando editor
11/06/2015, 10:26
Director
- Tiradas (3)

Notas de juego

Lo cierto es que esos seres artificiales a los que os enfrentásteis en la prueba... ¿Con qué energía funcionaban? Podría ser nuclear... Aunque, tal cantidad de material radiactivo es desmesurado para crear tan sólo unos pocos de esos seres...

Cargando editor
16/06/2015, 12:44
Victoria Vega

Me quedé un rato pensando en qué podría utilizarse tal cantidad de material radiactivo, y eso suponiendo que se tratase de combustible nuclear. Empezaba a preocuparme seriamente pero tenía claro que no debía sacar conclusiones precipitadas, al menos no por el momento.

- ¡Ja! ¡Fútbol! - dije en un suspiro, aunque en el fondo me sentía afortunada de regresar a la realidad.- Me temo que os vais a tener que esperar...

Dije mientras me adelantaba para entrar en el baño.

Cargando editor
27/06/2015, 17:34
Director

Pasan algunas horas desde que se os acomoda en vuestras nuevas dependencias. Las pasáis descansando como buenamente podéis, tomando por turnos una reparadora ducha tras unas pruebas que han supuesto un reto físico y mental, si no emocional también, comiendo algo, descansando la mente con algo de televisión... Pero, sobre todo, sin lograr impedir que vuestras cabezas den vueltas a todo cuanto ha pasado, a lo que habéis visto y oído.

Hay algo que no termina de cuadrar en todo esto...

Es justo después de cenar algo, juntos en la mesa del comedor sin apenas dirigiros unas palabras, cuando alguien golpea la puerta de vuestras dependencias. Sin esperar a que le abráis, un soldado abre y entra en vuestra zona de descanso, quedándose junto a la puerta con una carpeta entre las manos, firme como una vela.

Con su permiso. -Os dice como si fuerais sus superiores, con una rectitud intachable- El comandante Solchaga solicita su presencia en el centro de mando.

El soldado permanece en su posición, como si esperase alguna indicación por vuestra parte, o quizás para acompañaros al lugar.

Me ha pedido que les comunique que no es necesario que lleven ningún equipo. -Añade, algo más nervioso, con una disimulada mirada puesta en Óscar. Es de suponer que se refiere a la aparatosa tecnoarmadura.

Cargando editor
24/09/2015, 16:27
Igor "Proyecto X"

Tras mirar lo que había afuera ninguno de mis compañeros parece tener muy claro que hacer o en quien confiar, yo tampoco así que decido seguir como si nada de momento. Una buena ducha, cenar algo de lo que habían dejado en la cocina. No hay mucha conversación, cada uno estamos sumidos en nuestros propios pensamientos y a decir verdad lo más probable es que ni siquiera confiemos demasiado los unos de los otros. Desde luego yo no confío en Vicky, ya me vendió y traicionó una vez arruinándome la vida.

O puede que dos, porque si estoy aquí metido es por su culpa.

Miro al soldado recién llegado con algo de recelo y le escucho. De inmediato me pongo en pie, las dudas y el aburrimiento me están matando y prefiero que si tiene que pasar algo pase ya.

-Venga, vamos pues.

Miro a mis dos compañeros, no es que me guste la situación pero considero que lo mejor de momento es actuar como si no pasara nada, al menos en la cárcel funcionaba. Claro que yo tengo una ligera ventaja, no necesito sus armaduras para ser peligroso, para mi suerte o para mi desgracia soy una arma en mi mismo, también el único del que tendrán que deshacerse si o si, a ellos siempre les pueden decir que no salió bien y que deben volver a sus antiguos trabajos y guardar silencio. No soy un iluso, no creo que las cosas funcionen así.
Me vuelvo a Vicky y le guiño un ojo, el que queda fuera de la vista del soldado, pero no de Óscar.

-No me jodas que vas a tener que ir al baño justo ahora...
Tras decir esto mucha ironía y cara de pocos amigos me acerco unos pasos a la puerta encogiéndome de hombros y dirigiéndome al soldado. Mujeres... ¿Quien las entiende? Desde luego yo no.

Está claro que no pueden llevar las armaduras, pero seguro que estos dos maderos tienen algún arma que puedan esconder entre la ropa "por si las moscas". Claro que Solchaga no tiene un pelo de tonto tampoco.

Cargando editor
24/09/2015, 16:39
Victoria Vega

No esperaba una visita tan, aparentemente, urgente. Sin embargo, allí estaba aquel soldado, visiblemente nervioso, plantado en la puerta y sin saber bien que hacer. Me sorprendió el trato, por mucho que fuera un soldado raso nosotros no habíamos sido ascendidos en ningún momento, o desde luego no nos había sido comunicado. Por suerte, creí entender lo que ocurría, después de todo la policía no se diferencia mucho del ejército en cuanto a rangos se refiere.

- Descanse, soldado - respondí, suponiendo que eso era lo que esperaba.- Aunque, a menos que haya sido ascendida sin saberlo, no me debes ningún trato de superior - dije, con un leve tono jocoso.- Estaré lista en un momento.

Mientras entraba en mi habitación le dediqué a Igor un gesto de camaradería enseñándole mi dedo, seguro que lo entendería a la perfección.

"Hombres..." - pensé.

Cargando editor
24/09/2015, 16:44
Victoria Vega

Notas de juego

Se supone que debo llevar mi uniforme de policía o allí ya no tengo ninguna autoridad de ese tipo? Tenemos algún tipo de uniforme distintivo en tal caso? Arma reglamentaria?

Cargando editor
24/09/2015, 16:53
Director

Notas de juego

Puedes ir como quieras, sin problemas.

Cargando editor
25/09/2015, 16:53
Óscar Baroja

Me levanté de la mesa y miré al hombre.

- Gracias, soldado.

Me sorprendió que Vicky no se diese cuenta del guiño de Igor. Aunque yo no tenía muy claras sus intenciones. Supuse que tendría que ver con el hecho de que hubiesen remarcado que nada de armaduras. Después de lo que habíamos visto, era cuando menos, preocupante. Pero como todavía no tenía claro en quién sí y en quién no confiar... tampoco iba a oponerme a una indicación tan clara, que seguro que venía de un tipo bastante más arriba que éste.

- Iremos a verle en unos minutos.

Esperaba que el soldado entendiese también que no quería tenerle en la puerta esperando, aunque imaginaba que quizá sus órdenes, de nuevo, fuesen claras.

Cargando editor
28/09/2015, 15:50
Victoria Vega

Apenas unos minutos después salí de mi cuarto con mi uniforme reglamentario de la policía nacional. Por mucho que hubieran cambiado las cosas, seguía siendo policía, eso no había cambiado.

- Bien, ya estoy lista - dije mientras guardaba la pistola en la cartuchera.- Cuando queráis.

Cargando editor
04/10/2015, 19:24
Igor "Proyecto X"

Igor esperó en la puerta junto al soldado con curiosidad, quizás las palabras de sus compañeros hicieran que se retirase o quizás siguiera allí plantado esperando.

Cosas de polis y militares.

Se cruzó de brazos y tarareó una melodía, una canción que le había gustado hacía un par de años y que se había aprendido completamente en la prisión, tampoco es que tuviera muchas cosas más que hacer allí. Luego pensó que podía aprovechar la situación para sacarle información vital al soldado.

-Bueno... ¿Y como va la liga?

El soldado no parecía muy hablador. Igor creía que era cosa del uniforme, la gente con uniforme se volvía seria y aburrida. Demasiadas órdenes, códigos y demás mierdas de esas.
Se volvió cuando Vicky salió de su cuarto vestida de policía. Esa era la imagen que guardaba de ella, de entre las muchas que podía tener de años de convivencia siempre la recordaba como policía: en la redada, en la comisaría, en el juicio...

La muy zorra...

Al menos ahora venía armada, lo que en un principio quizás fuera bueno, aunque seguía sin tenerlo muy claro.

Seré caballeroso y la dejaré pasar delante. Así al menos no me disparará por la espalda. Y tiene mejor culo que Solchaga...

Cargando editor
07/10/2015, 12:23
Óscar Baroja

Pegué un golpecito en la mesa con el puño y me puse en pie al ver a Vicky salir.

- Bien, pues en marcha.

Lo cierto es que no tenía mucha prisa por ir, algo me olía mal, pero aquí sentados no iba a cambiar nada. Así que era mejor solucionar las cosas cuanto antes. Algo que había aprendido en la UEI era que cada cosa tenía su momento, y demorarlo era tan malo como precipitarlo.

Cargando editor
09/10/2015, 11:17
Director

Tras unos escuetos preparativos, y con no pocas incógnitas y sospechas en vuestras mentes, abandonáis las dependencias de descanso que os han sido asignadas, siguiendo los pasos del soldado que ha ido a buscaros. Al salir al exterior, notáis cómo todo ese escándalo que os hizo mirar anteriormente se ha despejado, hay mucho menos personal en las instalaciones, y ni rastro de los inmensos vehículos que cruzaban el lugar. Bueno, rastro sí, las inmensas marcas en el suelo que sus pesadas ruedas han dejado sobre la tierra del suelo.

El soldado os guía por las instalaciones, abandonando los pabellones en obras, los laboratorios y zonas de pruebas, y accediendo a zonas de oficinas, salas de usos múltiples, y despachos. El camino es largo, y por más que tratáis de sacar conversación al soldado, presumiblemente con la esperanza de arrebatarle algún retazo de información, se os hace una tarea imposible. Es muy reservado, de forma natural o porque haya recibido instrucciones para ello.

Finalmente, se detiene frente a una puerta doble, con un letrero que indica "Sala de reuniones B3". Golpea la puerta dos veces, sin demasiada fuerza, con cautela, y tan sólo cuando se oye una voz al otro lado indicándolo, abre la puerta y entra por delante vuestro, sosteniéndola mientras accedéis, tras lo que se abandona la sala cerrando desde fuera.

Os encontráis en una sala bastante amplia, preparada tal como indica el letrero de la entrada, para la celebración de reuniones. Hay medio centenar de sillas repartidas en dos sectores con pasillo central, una mesa de despacho al fondo y una pantalla sobre la que un proyector anclado al techo está iluminando con lo que parece una imagen vía satélite de un centro urbano.

En el lugar hay rostros conocidos. El comandante Solchaga está en pie, con los brazos cruzados sobre el pecho, visiblemente molesto por algo. Frente a él, en una silla de la primera fila, reposa aparentemente tranquilo el delegado del gobierno, Eduardo García. Apartado, y con las manos a la espalda, se encuentra el general Ballesta, con gesto neutro y en compañía. A su lado hay un soldado, un tipo alto, tremendamente fornido, y con cara de pocos amigos. No parece preparado para una reunión formal, más bien parece a punto de salir de misión. Lleva uniforme de asalto, un pañuelo en la cabeza y pinturas en su rostro malencarado, además de una buena provisión de armas. No duda en miraros de arriba a abajo, sin que podáis adivinar si es desprecio u otra cosa lo que refleja casi imperceptiblemente su gélido rostro.

También hay otra figura. En un rincón, sin hablar con nadie, sin mirar a nadie, en una rígida postura con la espalda completamente vertical y las piernas a noventa grados respecto al suelo, un hombre de cabellos rubios y un uniforme que os resulta familiar se sienta en una de las sillas con la vista al frente, sin parpadear siquiera.

Es una de esas unidades artificiales a las que os habéis enfrentado en el campo de pruebas.

Cargando editor
09/10/2015, 13:48
Igor "Proyecto X"

El soldado no era muy hablador, pero Igor ya estaba acostumbrado a eso, llevaba en el complejo militar lo suficiente para saber que eran parcos en palabras ya fuera por voluntad propia o ajena, así que se dedicó a seguirlo y a fijarse en todo lo que había alrededor y de que manera estaba formado el complejo, si había problemas y tenían que huir sería mejor tener una idea de por donde. Ya estaba acostumbrado en sus tiempos de prisión, no es que hubiera planeado alguna vez una fuga, pero cuando uno miraba detrás de las vayas y muros no podía evitar buscar la manera de llegar al otro lado.
Cuando el soldado les abrió la puerta de la sala de reuniones no vaciló en entrar, además de Solchaga había unos cuantos hombres allí reunidos.

Sigo por el pasillo central ignorando las miradas del soldado que parece recién salido de una película de Rambo.

¡Que gilipollas! Debe pensarse que es carnaval.

No se que hace aquí, ni vestido de esa manera como si fuera a entrar en una jungla y no en una sala de reuniones de un complejo militar, quizás llega de alguna práctica y no parece de muy buen humor. Si algo está claro es que nadie parece de buen humor allí, apenas cinco minutos con Vicky y ya les ha contagiado a todos. Con ese pensamiento me acerco a Solchaga con una medio sonrisa en los labios.

-¿Un mal día jefe? No se queje, el mío ha sido peor.
Señalo a la figura que se sienta solitaria en un rincón. Sus amigos no son demasiado amables. Pensé que se alegraría de volver a verme.

Cargando editor
19/10/2015, 10:57
Victoria Vega

Nos condujeron de nuevo a una reunión. Empezaba a pensar que alli había más política que acción, lo que podía verse como algo muy bueno o algo realmente malo. Entendía cómo funcionaban las cosas, los policías no éramos más que un brazo ejecutor de órdenes que venían de arriba, sin embargo, no me gustaba como se tomaban algunas decisiones. Los jefes a menudo se olvidaban de que nosotros éramos los que teníamos que tratar con las personas, para ellos sólo somos números, dinero que entra o sale.

- Buenas noches, caballeros - saludé a los presentes.

Esperé a que me dijeran si podía tomar asiento o no mientras me fijaba en las personas de la sala. Aquel tipo que parecía preparado para una campaña militar (en solitario), uno de aquellos robots de combate contra los que habíamos luchado antes y el semblante, visiblemente molesto, del comandante Solchaga. Parecía que había algún tema sobre la mesa del que estaban a punto de hacernos partícipes.
 

Cargando editor
20/10/2015, 17:33
Óscar Baroja

Seguí al soldado en silencio, en parte agradeciendo un rato para reflexionar. La cháchara constante de Igor a veces aburría un poco. Quizá tenía demasiadas ganas de protagonismo. O quizá su cerebro no fuese capaz de llenar los vacíos en la conversación con nada que no fuese diarrea verbal.

En cualquier caso, y fuera como fuese, llegamos tranquilamente hasta una sala de reuniones, donde la cúpula del cuartel nos esperaba. Por costumbre hice el saludo militar al entrar. Luego me paré a echar un vistazo a sus ocupantes. Un par de caras me llamaban la atención. Entre ellos aquel hombre-ejército con cara de pocos amigos. Me había cruzado con algún instructor parecido. Cortados por el mismo patrón. Como si aquel aspecto de duros les hiciese más duros de verdad. O quizá las malas pulgas se debiesen a que era en alguna forma el responsable de organizar las prácticas. Y sus soldaditos habían hecho una triste labor intentando forzar nuestros límites. Tenía serias dudas sobre que hubiésemos siquiera llegado a despeinarnos. Victoria e Igor debían de tener algunos trucos más. Y mi armadura había aguantado impactos directos que sólo habían conseguido arañar la pintura.

Me sentía orgulloso en cierta forma, aunque la mayor parte del trabajo eran los ingenieros, no dejaban de ser armas entregadas a soldados para su uso. Y un civil sin entrenamiento seguramente no hubiese logrado lo que nosotros. Reprimí la sonrisa de satisfacción, y me quedé a la espera de instrucciones.