Partida Rol por web

¿Dónde está Iberia Inc.?

5- Oscuridad insondable [Finalizada]

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14/12/2015, 09:26
[Abandono] Katia

No le hacía demasiada gracia quedar en manos del doctor del gordo, pero no le quedaba otra alternativa, así que permaneció tumbada y lo más callada posible mientras Lázaro comenzaba a aplicarle sus conocimientos. Gritos, cuando sus huesos se iban colocando, salían de lo más profundo de ella. No era alguien débil, sabia aguantar el dolor, pero hasta cierto punto, y aquello sobrepasaba su índice de dolor. Tuvo que contenerse más de una vez para no intentar golpear a Lázaro mientras hacia su trabajo.

Una vez aquel calvario hubo pasado, permaneció tendida en la camilla mientras su cuerpo se iba recuperando. La mejoría era notoria casi desde el principio, aunque haría falta un par de horas para que pudiera moverse con más soltura.

- Gracias Doctor, es usted un buen hombre. – dijo cuándo el dolor iba remitiendo. No era una persona que empatizara demasiado con el resto, así que eso se podía tomar como un cumplido viniendo de ella. Luego se giró hacia Kassandra.

- ¿Y bien?, - le preguntó. – dijiste que querías hablar conmigo. Supongo que este es un buen momento para hacerlo, ¿no crees?. Total, yo creo que no voy a poder moverme en un rato. – comentó cogiendo mejor postura en la camilla.

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04/04/2016, 13:57
Director

Le agradeces al doctor Lázaro su ayuda, algo que realmente es poco habitual en ti, aunque a pesar de ello te das cuenta de que el hombre continúa bastante nervioso. No es sencillo para la gente ordinaria relacionarse con los que son como vosotras, capaces de grandes proezas que superan la imaginación de los hombres.

Acto seguido, le dedicas toda tu atención a la mujer que te ha rescatado. Una mujer peculiar, con un extraño atuendo de corte alienígena, o algo parecido. Anteriormente te comentó que quería hablar contigo de algo, y este parece un buen momento para entablar esa conversación. Sin embargo, antes de que llegue a responderte, oís un ruido fuera. Cascotes y cristales, de los que cubren el suelo tras tanto destrozo. Alguien los pisa, caminando cuidadosamente, aunque sin poder evitar ser oído. Mientras el doctor da un respingo y se esco de tras un mueble, tu compañera sujeta con más fuerza la lanza que porta en las manos, cuyo extremo comienza a brillar con un fulgor azulado. Algo te dice que esa luz es el preludio de algún tipo de ataque, algo que podría ser más contundente y expeditivo de lo necesario.

A fin de cuentas, no sabéis de quién se trata ni qué intenciones trae...

Notas de juego

Lo dicho, a partir de aquí y hasta nuevo aviso, juegas en solitario, así que no marques a nadie más.