Partida Rol por web

No te dice nada, pero lo escuchas llorar a él también.
Sientes miedo cuando escuchas que la persona imperturbable y fuerte que te protege a ti y a tu hermano, está llorando contigo. Notas de pronto como él te abraza, sin decir nada.

- Prométeme que nunca... nunca...

Me dejo abrazar, y le respondo colocando mis brazos por encima de sus hombros y agarrando con fuerza su camiseta, como si con ese gesto jamás me puedan alejar de él. Lo escucho llorar y eso me hace llorar con más fuerza y miedo. Pues si el llora... es que es muy grave. Aunque ya lo sabía.

-No quiero...-Voy diciendo entre sollozos, con los ojos abiertos mirando hacia un punto perdido de la habitación.-No quiero hacerlo nunca...-Me hundo en su hombro de nuevo, dejando libre mi boca para respirar, pues mi nariz ya me lo impide.-Quiero vivir... vivir en paz...

- Voy a hacer lo imposible para que vivas, mi niña. - te responde, alzandote para abrazarte aún más fuerte. - Para que vivas tranquila. Pero no lo intentes, no lo hagas. Pídeme ayuda. Lo que sea menos eso.

No respondo, tan solo asiento sin parar sobre su hombro mientras él me abraza con fuerza. Tal vez me esté haciendo daño en el pecho, pero no me importa. Necesito esa fuerza y esa seguridad de que si tengo un problema, si lo necesito, él estará ahí.

No sé si he llorando demasiado fuerte, pero desde luego necesitaba descargar toda esa tristeza de dentro de mí. Aunque sea en un llanto descontrolado.
Intento relajarme poco a poco, quedándome adormilada y descansada, al fin sin secretos para mi padre.

No te das cuenta de lo muchísimo que lloras con tu padre, jurarías que Itsuki se ha asomado para saber qué pasaba, pero no ha interrumpido.
Te desahogas durante mucho tiempo, no sabes decir cuánto. Pero al fin, crees que puedes descansar tranquila.

Te acompaña a la puerta de tu cuarto, para dejarte ahí y que descanses tranquilamente. Y te abraza de nuevo con fuerza, con todo su amor.

Al fin consigo desahogarme, aunque sea tarde y haya hecho algunas cosas de las que me arrepienta. Salgo con mi padre para ir a dormir de nuevo.
Me echo en la cama agotada de todo y duermo. Pongo el despertador y decido que mañana voy a pasar de ir con falda al instituto.

Ya es hora del cambio.