Partida Rol por web

—¿Lynn?—Asthan puso su más inocente mueca de desconcierto... —. ¡Ah! Evelynn. Te refieres a Evelynn.

...que a continuación se transformó en una de pillería suprema. Por supuesto, se había quedado con aquel detalle en su momento. Quizá porque la situación le había hecho gracia.

—Bueno, nunca sabrás si puedes llevarte una sorpresa con algo hasta que lo intentes. Piensa esto: "¿Qué podría contarte un dalishano sobre el Velo? Los dalishanos no saben nada fuerade lo normal sobre el Velo... —sonrió. Cuando te levantaste para irte, asintió—. Sí, claro. Creo que me quedaré aquí, descubriendo un poco...

Giró la cabeza hacia el lago sobre cuyas superficie se deslizaba en aquel momento un insecto de largas patas haciendo aquaplanium, entre cuyas orillas flotaba alguna que otra nubecilla de luciérnagas y en cuya superficie se reflejaba una luna pálida suspendida en medio de un inmenso cielo negro y silencioso, salvo por el sonido que emitía algún grillo oculto en alguna parte.

— ... todo—suspiró al final poniendo los ojos en blanco.

Te dirigiste de nuevo a la hoguera donde Balaena y Nolan estaban cenando algo. Belgar andaba afilando su hacha en compañía de Alexei que estaba contándole alguna batallita, Kando permanecía enroscado junto al fuego, pero a Lynn no la veías por ninguna parte. Cuando preguntaste al resto te dijeron que aún no había vuelto del riachuelo así que te dirigiste hacia allí.

El bosque era frondoso pero gracias a la luna una pálida luz blanca se derramaba sobre él y te permitía ver sin ir tropezando con todas las raíces y piedras posibles. Escuchabas el murmullo del agua espumosa y burbujeante de una cascada manar de un afloramiento rocoso antes incluso de ubicar el riachuelo que discurría de ella.

Localizaste a tu amiga sentada en una piedra junto a éste, la cabeza le brillaba así que dedujiste que la tenía húmeda... bueno, mojada, te corregiste al acercarte más, como si se le hubiera olvidado escurrirse el pelo después de meter la cabeza bajo la cascada (que deducías que era lo que había hecho por motivos obvios) Apoyaba la barbilla en una mano y se masajeaba la sien con la otra, como si estuviese meditando sobre algo o acordándose de algo que requería concentración.

Pisaste una ramita y Lynn debió escucharte ya que levantó la cabeza para mirar en tu dirección. Caiste en el tonto detalle de que tu amiga era la típica persona que cuando va con un aspecto diferente al que normalmente lleva, no parece ella; sin la trenza tenia el pelo tan largo que le llegaba a la cintura.

—Oh, hola, Gabby—te saludó. Luego miró en derredor como quien acaba de caer en la cuenta de que lleva un rato ahí—. Perdona, ¿he tardado mucho? Hacedor...

Debia haberlo asociado al hecho de que habías venido a buscarla.

Gabby sonrió, y decidió retrasar su interrogatorio sobre Ayla hasta saber qué le pasaba por la cabeza a su amiga.

—¿Estás bien? Pareces perdida en tus pensamientos —dijo, mientras se sentaba a su lado.

Lynn sonrió casi con disculpa.

—Sí, no es nada. Sólo vine aquí a lavarme un poco el pelo; con la sangre reseca de aquel trompazo lo tenía hecho un asc... ¡oh!—dijo. Entonces pareció caer en la cuenta de que, efectivamente, lo tenía chorreando y se le había olvidado escurrirlo—. Por el Cantar, que desastre soy.

Suspiró con resignación mientras hacía girar los ojos en redondo y usaba las dos manos para escurrir el agua a un lado. Ahora tendría también que secar los hombros de la túnica. Genial.

—Es solo que...—titubeó entonces— ... estaba intentando recordar lo que pasó en Denerim de nuevo pero vuelvo a sentir esa pesadez en la cabeza. Aunque supongo que con todo lo que no está pasando en este viaje, como para no achacar nada.

Gabby frunció el ceño.

—¿Y has notado algo extraño? ¿Algo fuera de lugar o que no recuerdes con claridad?

—No. Vine, me enjuagué el pelo y bueno... tengo la sensación de haber perdido un poco la noción del tiempo—suspiró—. Pero al menos no me has encontrado tirada por los suelos como en Denerim. Ya es un avance.

Se rascó la cabeza con incomodidad.

—Ya, bueno. Pero no te vuelvas a quedar sola ¿vale? —le pidió Gabby—. Una cosa, debería habértelo preguntado mucho antes, pero: ¿podrías decirme todo lo que sabes de Ayla?

—Descuida, en eso estamos de acuerdo.

Lynn esbozó una sonrisa forzada. No debía resultarle muy tranquilizador que volviera a ocurrirle aquello aleatoriamente.

—¿Sobre Ayla? Mmm... —respondió a tu pregunta—. Bueno, sí. Por poder podría decirte mucho pero no creo que su color favorito te vaya a ser útil. ¿Qué quieres saber exactamente? ¿Has tenido alguna idea?

—¿Te acuerdas de Fritz, aquel chico del Círculo? —preguntó Gabrielle—. Tengo la teoría de que alguien lo envió al Velo, tal vez como un sacrificio para los demonios. Y ya sabes lo que hace falta para enviar alguien al Velo. Un montón de lirio o...

Gabby dejó que Lynn hilara lo demás.

Lynn se puso pálida.

— ...o magia de sangre—musitó. Luego tragó saliva y se llevó una mano al rostro—. ¡Hacedor! ¿Gabby, no estarás sugiriendo que Ayla... ? Por Andraste, ¡no! siempre ha sido una mujer con un temperamento explosivo pero... ¿qué motivo podría llevarla a hacerle algo como eso a un aprendiz?

—No sé si ha sido ella. Pero su precipitada huida del Círculo podría estar relacionada con este hecho.

Lynn torció el gesto y se quedó pensando un instante.

—La verdad es que nunca llegaron a "demostrar" que fuera una maga de sangre—dijo—. Es decir, un día simplemente aprovechó para colarse en el almacén, no tengo ni idea de cómo, se cargó su filacteria y se escapó.

»Hasta entonces nunca había dado problemas de ese tipo. Aunque ultimamente la notaba un poco irascible, como si necesitas hacer algo ya y no después. Pero ahora que me dices esto no sé si se pudo deber a lo que ocurrió con ese chico o a es pura coincidencia... ¿Quizá la descubrió haciendo algo que no debía?

Gabby sonrió y pasó un brazo por los hombros de su amiga.

—No esperaba que me dieras una relación entre ambas cosas —le dijo—. Sólo que me hablaras un poco de ella: cuáles son sus campos de estudio predilectos, con quién se juntaba y dónde estaba cuando lo de Uldred.

Lynn sonrió ligeramente, como si acabase de recordar algo tan absurdo que era difícil de creer si no se veía.

—Recuerdo el día en que llegó al Círculo, era una cría y no es que fuese la chica más habladora del mundo pero puede decirse que como era la única Hermana de la Capilla de su edad me "toleraba" cerca. A veces jugaba conmigo. Aunque cuando empezamos a hablar un poco más fué tras el incidente con Uldred.

»Aquel día, antes de llegar la Guarda, yo estaba escondida tras un biombo en una de las habitaciones de los aprendices... pero habían entrado dos abominaciones y andaban merodeando por ella, no podía salir. Temí que terminaran encontrándome en cualquier momento pero alguien lanzó una bola de fuego dentro de la habitación y las achicharró—dijo—. Lo gracioso fué que Ayla tampoco me había visto y cuando entró para ver si había más y dobló la esquina, le pegué un susto de muerte. Confieso que fue la primera vez que vi a alguien salvar a otra persona gritándole "¡Sal corriendo ya mismo para el hall, monaguilla, o te incinero a ti también!".

La sonrisa se le borró y soltó un suspiro; ¿de andar de sala en sala buscando demonios que matar a convertirse en una maléficar fugitiva? Era incapaz de creerlo.

—La magia elemental, sobre todo—respondió entonces a tu otra pregunta—. Supongo que lo espectacular de la magia ofensiva llama más la atención que lo sutil de la magia de apoyo. Y tampoco es que fuese una persona con paciencia como para pararse a desentrañar tácticas. A Ayla le suele gustar más hacer explotar directamente el problema.

—Las abominaciones atacaban a magos de sangre y magos normales por igual, de modo que ni confirma ni descarta que estuviera del lado de Uldred —razonó Gabby.

Suspiró y hundió los hombros.

—Eso es lo que me temo: que haya cogido el camino más fácil para lograr sus objetivos. Si todos la consideramos sospechosa de magia de sangre, tal vez piense que usándola al menos tendrá alguna posibilidad de escapar. Pero, por otro lado, confío en la sabiduría de Irving. Si tuviera la más mínima sospecha de que es una maga de sangre o estuviera implicada en el conflicto de Uldred, hubiera mandado a un pelotón de templarios tras ella, y no a dos magos neófitos y a una hermana de la Capilla. No, tiene que haber otro motivo, que esté relacionado con lo de Fritz, pero tal vez no de la forma más evidente. Pero sin más datos...

—Hablando de eso—dijo Lynn metiendo las manos por dentro del cuello de la túnica para sacar el amuleto con el Solar de la Capilla que contenía la filacteria y mirarla con desilusión—. He intentado rastrearla antes pero... no brilla. ¿Cómo puede haber corrido tanto? Se supone que sólo nos lleva un día de ventaja. No me esperaba esto.

—No estoy segura —admitió Gabrielle—. No se puede viajar con magia, salvo que Ayla haya descubierto algo que los antiguos magisters de Tevinter ignoraban. Lo más simple y probable es que el tiempo que hemos invertido en ayudar a la gente que nos vamos encontrando le haya permitido sacarnos aún más ventaja.

Lynn soltó un hondo suspiro.

—Nada está saliendo muy bien, ¿verdad? Primero Ayla se carga su filacteria y huye del Círculo. Luego Dreren huye de nosotros... y sigo sin entender cómo demonios le dejé ir ¡Delante de mis narices!—gruñó con tono amargo al mencionar lo último—. Y ahora cuando parece que al fin le hemos recortado terreno a Ayla porque Dabona la había visto, resulta que no es así. ¿Dónde va con tanta prisa?

Gabby guardó un silencio meditabundo unos momentos, y después sonrió.

—Yo creo que nuestras acciones han sido muy beneficiosas para Ferelden. A nuestro paso, hemos hecho que Thedas sea un poco más justo y solidario. Me alegra no haber tomado el camino más directo entre el problema y la solución si con ello hemos conseguido ayudar a tanta gente. He aprendido muchas cosas desde que he salido del Círculo, y me reconforta pensar que el Hacedor está guiando mi camino a través de ese aprendizaje. Ya no tengo la misma percepción que del problema de la que tenía al principio. Y tengo fe en que al final todo saldrá bien. ¡Ya lo verás!