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Dragonlance - La Reconquista de Silvanesti

Partida

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12/04/2021, 17:13
Ormin-Huesonegro

    Aturdido como está, Ormin no es capaz de comprender las palabras de sus compañeros hasta que ve salir del agua a Galahad sano y salvo. Solo entonces reacciona para correr a abrazarlo.

-Ni el baño es capaz de quitarle a los humanos el olor a hierro - Protesta estrujando al caballero. -Será mejor que me vista- Solloza soltándolo al cabo de un rato.

El druida regresa con la flautista que le tiende su colgante:

—Ten, para que me recuerdes allá donde vayas.-

- No señora, preferiría poder olvidarlo todo - Respondió con gesto abatido. – Hemos acabado con una pesadilla para descubrir otra aún peor - Negó con la cabeza, cada vez más iracundo-  Los dioses no nos aprecian. Chislev, a quien había consagrado mi vida, se ha revelado como una tirana despiadada y embustera, incapaz de empatizar con las criaturas que la veneran. No me hinqué de rodillas por devoción a tí, sino por el dolor de perder a una persona tan valiosa como Galahad. No reconozco mi fe en nada de lo que has dicho o hecho, Kadee. Es hora de volver con mi tribu y encontrar mi camino de nuevo. Me llevaré el recuerdo de mis valientes compañeros…y nada más- Dijo abrochándose su coraza de nuevo y desdeñando cualquier regalo de la flautista.

El kalanesti se volvió hacia ellos para despedirse: - Siento no acompañaros de regreso a Astarost para brindar con su delicioso vino, pero no encuentro el ánimo de hacerlo. Si alguna vez pasáis por las montañas Fingaard de Ergoth del Sur, sabed que siempre tendréis un amigo en El Claro.-

Notas de juego

Hasta siempre amigos. Me han encantado vuestros PJ.

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12/04/2021, 17:52
Galahad Dragonhead

En un abrir y cerrar de ojos todo ocurrió... Galahad intentó ir tras Ormín únicamente para pedir unos instantes más de reflexión, no quería imponer su criterio pero sí aprovechar el tiempo mientras pudieran hacer uso del mismo. No obstante, en un segundo todo se torció...

Lo primero que sintió fueron los salmos del túnica blanca dirigidos hacia él, para acto seguido notar como su energía disminuía. Tras ello vino lo peor, el druida fue arrastrado por un kraken nauseabundo y acto seguido él, desde ese momento perdió la visión con sus compañeros y sólo se afanó en liberarse de aquella criatura demoníaca. Consiguió cortar el tentáculo, pero cuando intentó volver a la superficie fue consciente de que aquella armadura que consideraba su pertenencia de mayor valor sería su tumba, y no sólo eso, sino que "gracias" al mago carecía de la fuerza suficiente como para intentar nadar. Sin embargo, por si el hecho de saber que iba a morir no fuera suficiente, notó el estallido de energía y las olas que lo impulsaron aún más hacia el fondo, lo que indicaba que el sacrificio se había realizado...

Sus últimos pensamientos fueron de lo más demoledores para sí mismo, fue consciente de la falsedad que hay tras la supuesta idea de Bien, todos juran hacer lo correcto, pero cuando llega el momento de la decisión importante de verdad todos prefieren hacer la vista a un lado. En aquel momento fue consciente de porqué Habbakuk lo había elegido a él para aquella misión, no era para ayudar al bosque, no era para acabar con algunas criaturas malévolas, sino para dotar a la misión de un punto de vista objetivo, pues él no era elfo ni tenía intereses en el bosque, por lo que podía hacer el bien de forma imparcial y correcta; mas lo peor era saber que había fallado, pues aunque lo había intentado, no había podido evitar la calamidad, el sacrificio de una criatura inocente y buena, que nada de culpa tenía de lo ocurrido en el bosque...

No obstante, en sus últimos pensamientos al menos le quedó el consuelo de que había hecho lo correcto, algo que ninguno de los que dejaba atrás podía decir. Y así fue como el pesado caballero se fue hundiendo cada vez más, hacia la oscuridad de las aguas que aunque él no fuera consciente se volvían cada vez más claras, hasta que todo se apagó...

Aquel podía haber sido el final para el solámnico, o mejor dicho, debía haber sido el final, pero por algún extraño milagro se encontró de nuevo cerca de la orilla, y con las fuerzas que le quedaban no lo dudó ni un instante y se arrastró como pudo para salir de aquella prisión líquida.

A lo que vino después no pudo dar crédito, al principio pensó que se trataba de un sueño, alguna especie de paraíso para los que mueren haciendo el bien, y aunque las arcadas de vómitos le hacían sentir muy vivo, aquel paraje no tenía nada que ver con el que se había ahogado. No obstante, cuando ya empezaba a entender que se trataba de la vida después de la muerte vio algo que le extraño sobremanera, estaban todos sus compañeros allí y eso no lo entendía por lo que con sus primeras palabras entrecortadas les dijo:

-¿Vosotros?... buaagh -preguntó sin poder contener una nueva bocanada de agua que salía de su ser- ¿también habéis muerto? -preguntó sin poder dar crédito.

Mientras recuperaba la consciencia, y contemplaba el paraje, pudo ver la presencia mística de Chislev, y después de que sus compañeros le aclarasen someramente lo ocurrido, el caballero se llevó las manos al rostro abatido y dijo:

-Entonces es cierto... -expuso profundamente afligido- el inocente dragón ha sido sacrificado por la restauración del bosque... -añadió como si de la más demoledora de las noticias se tratase- por un momento pensé que sólo fue una percepción de mi mente moribunda, pero veo que no... no perderé el tiempo en deciros "ya os lo dije" pues no se puede decir que fuese algo que desconocierais, todos sabíamos lo que implicaba el sacrificio y sólo las prisas y vuestros deseos de pensar que no pasaría lo peor han traído esto, espero que estéis orgullosos -dijo finalmente deslizando una miranda reprobatoria por todos los presentes.

Tras ello, y sin perder la cortesía incluso en un momento como aquel, tras conocer cuál había sido el deseo del druida le dijo:

-No podré agradecerte jamás lo que has hecho por mi, podrías haber pedido cualquier cosa y has preferido traerme con vida, si alguna vez necesitas algo de mi, contacta con los caballeros de Solamnia e iré lo más pronto posible -expuso con sinceridad asociando su renacimiento con su petición pues parecía lo más probable- no te culparé de tus actos anteriores, pues tú te debes a tu diosa y has cumplido con lo que se esperaba de ti -aclaró posando una mano sobre el hombro del mismo y asintiéndole en gesto de agradecimiento.

Después se giró hacia las sacerdotisas y les dijo:

-No seré yo tampoco quien os juzgue, estáis consagradas a deidades benévolas, y serán éstas, quienes decidan a traves de sus favores si seguís siendo dignas o no -concluyó el alegato para con las elfas, pues aunque él no compartía su inacción no sería quien las condenara por ello.

A Ashe y Jaenis nada les dijo, la primera había demostrado un total desconocimiento de los dragones del bien, y a la segunda poco le importaría un dragón plateado más que menos. Por lo que finalmente dirigió la mirada al túnica blanca, con el cual era el que estaba más decepcionado:

-En cuanto a ti Suindhël, espero que no tengas que descubrir nunca en tu vida la impotencia que se siente cuando te estás ahogando por portar un peso enorme, y las fuerzas te fallan porque un compañero decidió usar su magia en ti para debilitarte, te puedo asegurar que es de las peores experiencias que he tenido en la vida -dijo severo pero sin perder los nervios ni aún así- cuando volvamos a Silvanesti contaré todo lo acontecido aquí, no sé si seguirás portando la túnica blanca después de ello, pero yo si fuera tu, si me quedase algo de honor renunciaría por propia voluntad de mis vestiduras -expuso negando con la cabeza con desazón- yo por mi parte cumpliré mi palabra y pagaré mi culpa, que aunque es menor que la vuestra, no estoy exento de ella, pienso ir al refugio de los dragones del bien e informar del sacrificio de su compañero, para someterme a su juicio... -concluyó sin ningún ánimo de celebración ni recompensa por algo que consideraba un fracaso.

Tras ello le hizo una inclinación de respeto a Chislev, pues poseía la posición más relevante de todos los presentes, y se quedó esperando que los demás decidieran qué hacer, si allí no quedaba nada más, lo mejor sería acampar, para al día siguiente usar de nuevo el mapa y volver a Silvanesti...

Notas de juego

Me ha quedado largo pero la situación lo requería xD. Tengo una duda importante y es, el hechizo de debilitamiento que me lanzó Suin, mi pj puede asociarlo a él, ¿no? es decir, lo oiría decir algunos salmos o mover las manos y luego notar el bajón ¿cierto? si no es así, indicádmelo porque edito el post porque variaría bastante jeje.

Hasta siempre amigos. Me han encantado vuestros PJ.

Igualemte Ormín, y lo mismo digo a todos, tener un grupo tan unido (pese a sus altibajos) es algo a lo que no estaba acostumbrado xDDD. No obstante, no te vayas aún que seguro que el director nos tiene preparadas algunas decisiones más para el epílogo jeje.

Yo seguiré respondiendo a los demás pero no quería que quedase aún más largo xD.

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12/04/2021, 17:59
Suindhël

- ¿Podría acompañarte? -preguntó Suindhël repentinamente- No sé donde conseguiré expiar mi culpa, pero sí que no quiero volver y ser tratado como un héroe por algo que ha sido un acto vil. Quizás entre los tuyos, al menos un tiempo, consiga calmar mi conciencia -después se giró de nuevo hacia los demás-. Pagad la deuda por mi caballo con mi parte del botín, y aseguraos que vive una buena vida, que no es revendido como animal de tiro o algo así.

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12/04/2021, 19:05
Director

El temperamento y la propia apariencia de Kadee cambian nuevamente ante la negativa de Ormin de aceptar su presente y sumarse a las amargas críticas de Suindhël y Xadrielie.

El viento comienza a soplar huracanado en la arboleda y el cielo, hasta el momento despejado, se llena de nubes de tormenta que rugen enfurecidas por encima de vuestras cabezas, ocultando las dos lunas llenas.

La voz de la aparición es como un trueno que hace temblar el suelo bajo vuestros pies cuando brama, colérica:

—¡Marchaos! ¡No sois bienvenidos en este lugar sagrado! ¡Idos y no regreséis jamás!

El vendaval surgido de la nada aúlla a vuestro alrededor con tanta fuerza que os obliga a retrocer. Las hojas y la tierra se os meten en los ojos y os impiden ver. Los que intentáis manteneros firmes, sois derribados y rodáis por el suelo. Los más prudentes, os alejáis a gatas o como mejor podéis; conscientes de que no podéis hacer frente al ciclón.

Sobre vuestras cabezas, el cielo abre sus compuertas para derramar sobre vosotros una lluvia de granizo, impropio de esta época del año. El pesado escudo de Ormin le protege del chaparrón mientras se retira, pero el resto escapáis en desbandada, medio cegados y buscando refugio donde podéis.

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12/04/2021, 19:27
Director

Luindai, 1 Chislmont del 362 A.C.

El amanecer os encuentra solos, trasnochados y ateridos de frío.

Como una pastora diligente, Ashe va rastreándoos y reuniendo a aquellos de vosotros que deseáis ser encontrados, pero el druida sabe cómo ocultar sus huellas en el embarrado suelo, incluso a los ojos expertos de la veterana kirath. A él y a su murciélago gigante resulta imposible localizarles y es probable que hayan pasado toda la noche volando hacia el oeste, de vuelta a su hogar en el lejano Ergoth. Os espera un largo viaje a aquellos que queráis reencontraros con él, pero al menos sabéis dónde podéis hallarle.

Ahora que ha pasado la tormenta y la noche ha dado paso a un nuevo y soleado día, os maravillan los colores y los sonidos que os rodean. Infinitos matices de verde en un bosque floreciente en el que los pájaros han vuelto a cantar.

Incluso con la ayuda del mapa encantado que tiene Jaenis, os resulta imposible localizar nuevamente el lago que anoche dejasteis atrás en vuestra apresurada huida. Lo que sí encontráis es un claro herboso lleno de las amapolas en el que Ashe planta su refugio arbóreo para todos vosotros, puesto que ni la Túnica Roja ni ninguno de los demás habéis tenido ocasión de preparar nuevos conjuros para la jornada.

Thyla comparte con vosotros sus inagotables provisiones y os turnáis para montar guardias y relevaros para descansar. Afortunadamente, las amenazas del bosque parecen haber escapado junto con los demás efectos devastadores de la Pesadilla.

Jaenis pretende teleportarse a Silvanost tan pronto como la magia del mapa se haya regenerado y os invita a acompañarla a aquellos que deséeis regresar a la corte élfica. Su invitación no tarda en ser aceptada por la sacerdotisa de Quenesti Pah, deseosa de poner fin de una vez por todas a este viaje y reincorporarse a sus labores como confidente de la reina Alhana.

Ashe, en cambio, no tiene el menor interés en comparecer ante la reina. Siente que ha cumplido con la misión más allá de su deber y que ya no precisáis sus servicios como guía. Para ella este viaje toca a su fin pero, antes de hacerlo, desea repartir entre vosotros el botín de Solune a partes iguales. Ormin se ha marchado sin la suya y solo se ha llevado los guanteletes del fallecido Falin de recuerdo.

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12/04/2021, 21:34
Suindhël

Viendo que el druida nudista había decidido partir sin él, Suindhël se sintió más triste y desangelado de lo que jamás se había sentido antes. La idea de huir de sus equivocaciones refugiándose con los elfos salvajes se había esfumado. Así que cuando se planteó la posbilidad de volver a la corte la aceptó sin entusiasmo alguno.

Desde allí ya buscaría como desaparecer por un tiempo.

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12/04/2021, 22:08
Xadrielie

Habían pasado una noche horrible. No tanto por el frío, el viento o la falta de un buen lecho donde reposar, no... eso era lo de menos. Lo peor era saberse una heroína pero tener un sabor más que agridulce, totalmente agrio. Cuando supo lo que se suponía que iba a pasarle a aquella bestia mágica, prodigio de la naturaleza, se negó totalmente a cumplir los deseos de una diosa de la neutralidad, que más bien parecía una diosa de la maldad. ¿Por qué razón querría acabar con una criatura tan especial? No lo entendía, como tampoco entendía porqué no había sanado el bosque de buenas a primeras, tiempo atrás y sin necesitar de un sacrificio. ¿Dejaría lleno de lodo un carpintero uno de sus muebles, si podía chasquear los dedos y hacer que el fango se esfumase? Por eso mismo no entendía el porqué de que Chislev prefiriera que la pesadilla perdurase en su bosque.

Le apenó que Ormin se marchara. Era un elfo extraño, pero era un buen elfo. Había dedicado su vida a la misma diosa traidora y retorcida que le había decepcionado tanto y sin duda eso, le habría destruido por dentro. Ella estaría igual de haber sido Kiri-Jolith la que hubiera obrado de una forma tan arbitraria y malvada. Por suerte, podía estar tranquila en ese aspecto. Sin duda, cuando todo eso acabara, le gustaría viajar a Ergoth para reencontrarse con el bueno de Ormin. 

Quién no le importaba que se hubiera marchado era Ashe. Ella había demostrado estar en comunión con la corrupta diosa Chislev, que mediante engaños y falta de información, les había obligado a acabar con un ser maravilloso que sin duda no tenia culpa de nada y que hubiera merecido vivir. A Xadrielie no le importaba donde fuera Ashe. Era una elfa solitaria y malhumorada. Se había mantenido distante al resto durante todo el trayecto y si bien había colaborado con ellos y les había proporcionado cobijo y en ocasiones protección, nunca se había expuesto más de lo necesario y todas sus obras de aparente caridad, habían sido únicamente en pos de su supervivencia y por el cumplimiento de la misión.

Por otra parte, seguía enfadada con Thylantessa. Su cobardía se había cobrado la vida de elfito. No se lo perdonaría en la vida, principalmente, porque Fallin había fallecido por una estocada suya y no podría quitarse la imagen nunca de la cabeza. Llevaría la culpa en su interior y en su consciencia para siempre. No obstante, estaba convencida de que la culpable realmente era la sacerdotisa Quenesti Pha. De haber estado donde debía, todo hubiera sido muy diferente.

Quienes más les preocupaban eran principalmente Galahad y también Sundhël. Eran sin duda alguna, junto a Ormin, los más afectados y para nada debían sentirse mal por lo que habían hecho o dejado de hacer. No era su culpa y no debían pagar por lo sucedido. Primero fue a hablar con el túnica blanca.

Sundhël, no siempre nos hemos llevado bien. - Le dijo. - No somos los mejores amigos, pero quizás por eso mi opinión sea más válida y debas considerarla. - Argumentó. - Ninguno de nosotros es culpable de la muerte del dragón. - Le dijo. - Pues aunque algunos sospechábamos lo que iba a suceder y yo misma quise oponerme al sacrificio, tan solo Ormin y luego tú lo hicisteis posible, nadie sabía que el dragón iba a morir. - Hizo una breve pausa para que Sunidhël lo asimilara. - Tan solo confiamos en Chislev. Nadie podía decir que la diosa deseara la muerte de un plateado...

Entonces se acercó a Galahad.

Si quieres denunciar la muerte del dragón... - Le dijo al solámnico. - ...deberías tener claro que el culpable no se haya entre nosotros. La culpable es a flautista y por ende... ¡Chislev! - Dijo con odio. - Pero no te recomiendo que emprendas ninguna cruzada contra la diosa. No hay victoria posible. Nadie que no haya hecho el viaje que hemos tenido que experimentar, entendería que el sacrificio de un plateado no fuera demasiado caro a cambio de la sanación del bosque. Nadie te apoyará... nadie... 

Fue hacia Jaenis. Ella se había mantenido todavía más al margen de todo que Ashe. De no ser por lo del mapa arcano, su presencia no tendría sentido alguno. Por ello... ninguna opinión, ni buena ni mala tenía de ella. Por Jaenis únicamente sentía indiferencia.

Llévanos a casa... - Le pidió.

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12/04/2021, 23:26
Galahad Dragonhead

Cuando el solámnico iba a responderle al mago, de repente la diosa estalló por las palabras de Ormín y consiguieron salir a duras penas. Una vez se reunieron todos, el viejo druida ya no estaba, y no parecía coherente esperarlo, por lo que en un amargo silencio pasó la noche. A la mañana siguiente, continuó la conversación con Suindhël y le dijo:

-En cuanto a tu propuesta, no tengo problemas en que viajes conmigo, pero no esperes de mi más ayuda que la que mi deber me obligue; no obstante, si de verdad te arrepientes de tus actos, deberías seguir mi consejo y acompañarme a buscar a los dragones del bien, son ellos, y los parientes de esa pobre criatura los que deben dictar justicia por nuestros actos, lo más probable es que te ajusticien, pero si tienes el valor para emprender dicho viaje pese a conocer las consecuencias te tendré en mayor estima -aclaró como si su opinión contase para algo.

Tras ello y cuando Jaenis se dispuso a desplegar el mapa, Galahad asintió diciendo:

-Sí, yo también deseo volver a la capital, no solo para narrar lo ocurrido, cosa que dudo que pueda cambiar algo, sino para devolver los enseres de Falin a sus familiares si restan, y aunque me comprometí a donar mi parte del tesoro a los kirath, supongo que ya no son necesarios, me informaré sobre el futuro de la orden, y si lo sigo creyendo conveniente lo donaré a su causa, sino, lo haré con otra que lo considere oportuno; además también tengo que recuperar a mi caballo... -concluyó añorando su montura, sin la cual no se sentía un caballero de verdad.

Finalmente escuchó a Xadrielie, y no podía estar más en desacuerdo con ella pese a ser a la que más aprecio guardaba:

-Estimada amiga, estás de lo más errada, y espero que algún día comprendas tu error pese a que ahora mismo el fracaso te insta a buscar otro culpable, algo entendible, mas si sirve de algo mi alegato te diré, Chislev no fue quien recuperó el huevo, Chislev no fue quien nos obligó a nada, ni si quiera fue quien nos engañó, pues lo dejó bien claro a través de Kadee, "los elfos se reunían en ese lugar para hacer holocaustos de animales y plantas e invocarla" lo que iba a ocurrir estaba claro en todo momento, yo pude llegar a esa conclusión y nunca he destacado por mi inteligencia, ¿quieres decir que de repente ahora puedo discernir asuntos que la alta cúpula de los grandes elfos silvanesti no son capaces de anticipar? no amiga mía, vuestro deseo por recuperar el bosque os nubló, no digo que fuera intencionado pues no lo creo, pero inconscientemente no os dejó comprender lo que pasaba -expuso claramente el solámnico, como si se tratase de un anciano aleccionando a niños pese a que seguramente su edad era irrisoria comparada con la del resto- si buscas un culpable encuéntralo ahí, pero no hagas mayor tu error creando falacias que aunque tranquilicen tu conciencia no te conducirán a la auténtica redención... -aclaró en relación a la culpabilidad de Chislev- en cuanto a que la diosa parecía más malévola que neutral no lo cuestionaré, pedir la vida de un dragón del bien deja clara la postura, quizás uno del mal también hubiese valido, pero no había huevos con un potencial igual en el lado maligno -añadió como una posible explicación aunque de aquellos asuntos no sabía nada- lo que si está claro es que el poder que encerraba esa cría era abismal, puede que descendiese de habilidosos dragones incluso dentro de los suyos, quizás estuviera destinado a hacer grandes cosas y por eso su esencia era aún mayor, ya nunca lo sabremos... -dijo apesadumbrado- pero el sacrificio de huevos dracónicos no es nuevo, los draconianos, esos horrendos seres, es bien sabido que se originaron por la corrupción creada por magos negros sobre los huevos robados a los dragones del bien, por lo que no es algo inimaginable, al menos esta vez se ha usado para algo bueno, no para crear más draconianos, pero elegir el mal menor sigue siendo hacer el mal... -concluyó con seriedad su relato ético, que aunque sabía que no sería escuchado, pues el orgullo puede pesar más que la razón, al menos esperaba que dentro de muchos años con la mente tranquila, sirviera para hacerles ver otra perspectiva.

Notas de juego

Pues eso, yo quiero volver para repartir mi botín (algo me quedo para pagar lo que debo, comprar raciones, información sobre el paradero de los dragones y cosas que necesito) y lo daré a alguna causa digna, pues parece que los kirath ya no tienen razón de ser. Tengo que recuperar mi caballo y narrar ante la reina lo que ha sucedido según mi punto de vista, que seguramente será acallado, pero debo hacerlo. Y a parte asegurarme que los bienes de Falin y su tesoro se designan a sus familiares y a los kirath respectivamente.

Después me iré a buscar a los dragones y someterme a su juicio.

Pd: máster, el nombre de "El juicio de los dragones" yo me lo pensaba para una continuación, tiene bastante fuerza xDDDD.

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13/04/2021, 00:37
Director

Poco después de la media noche, el bosque de Falon os recibe tan pavoroso como cuando lo abandonasteis hace dos semanas. Nada parece haber cambiado en esta región de Silvanesti próxima a la capital y algunos no podéis evitar preguntaros si el sacrificio realizado no habrá sido en balde después de todo.

El mapa os ha transportado a las afueras de Silvanost y la altísima Torre de las Estrellas se recorta contra el cielo para serviros de punto de referencia. Y hacia allí avanzáis mientras Galahad arrastra penosamente por el suelo el pesadísimo saco lleno de monedas que se corresponden con su parte del botín.

Pequeños peligros os salen al paso durante vuestra caminata hasta la ciudad pero son tantos los que habéis superado ya estos últimos días que casi os parecen infantiles los intentos de los árboles cercanos por atraparos, o los intentos de las sanguinarias estirges de alimentarse de vosotros.

Las puertas de Silvanost están cerradas cuando finalmente lográis llegar hasta ellas, pero se abren ante vosotros cuando Thylantalessa proclama su identidad y la necesidad imperiosa de ser recibida en audiencia por la reina. Tenéis la sensación de que haya pasado un año desde que salisteis de la ciudad llenos de ilusiones. Ahora solo deseáis olvidar lo ocurrido tan pronto como sea posible.

 


 

En los días siguientes os enteráis por boca de los jinetes de grifos qualinesti que la Pesadilla no ha sido totalmente erradicada de Silvanesti, aunque una extensa zona al sur de la región sí ha sido purificada para maravilla de todos. Los dragones Verdes que vivían en esa zona, conocida como el Valle de la Serpiente, han emigrado hacia el norte y el este de Silvanesti; obligados por una fuerza sobrenatural a abandonar la región.

En vuestro honor, se organizan desfiles y banquetes y muchos nobles elfos os invitan a participar en ellos por el placer de disfrutar de vuestros relatos y vuestra fama. Rechazáis la mayoría de ellos, aunque Galahad asiste a varios  deseoso de iluminar a los silvanestis acerca de su egoísmo como raza y cómo por su culpa ha muerte un inocente dragón Plateado no nato. Sus relatos de los combates entretiene a los estirados silvanesti, pero ser confrontados ante el espejo de la moral por un simple humano les asquea y no pasa mucho antes de que dejen de invitarle.

Sin embargo, oís que la sacerdotisa de Quenesti Pah no se pierde ninguno de estos eventos y que su popularidad ha subido enormemente en la ciudad. Son muchos los jóvenes que la cortejan para intentar desposarla pero ella todavía no ha escogido a ninguno y sigue gozando del favor de la reina Alhana ahora más que nunca.

Puede que debido a ello, o quizá no, el culto a Kiri-Jolith en la ciudad es ahora más impopular que nunca. Rumores maledicentes sobre el papel de Xadrielie pueden escucharse en todas las tabernas de la capital. Muchos niños la paran por la calle para preguntarle si es cierto que asesinó al famoso agente del Sinthal-Elish para así poder quedarse con sus pertenencias y el mérito de haber acabado con un dragón de hueso al que, según el imaginario popular, realmente había matado Falindrithan. Si vuestro difunto compañero tenía familiares en la ciudad, no sois capaces de encontrar ninguno.

Suindhël no se siente más cómodo en la capital que la sacerdotisa-guerrera, aunque a él nadie le vilipendia. Se considera a sí mismo y a sus visiones las responsables de lo ocurrdo y las gentes de Silvanost no dejan de recordárselo y felicitarle por ello. El monóculo identificador es el único tesoro que ha sacado de toda esta desdicha, junto con un valioso ópalo de fuego cuya venta sin duda le permitirá empezar una nueva vida en cualquier lugar de Ansalon que escoja.

A Jaenis las cosas en Silvanost no le van tanmpoco demasiado bien, pero ella está feliz por el momento. Después de reclamar como su parte del botín la mayoría de las obras de arte élficas encontradas en las ruinas Solune y donarlas a la Corona, ha conseguido una concesión real que la permite establecerse en la capital. El permiso la autoriza a realizar labores comerciales de productos alquímicos y, aunque especifica que es de carácter temporal, no se han fijado límites para esta estancia. La Corona corre actualmente con los gastos de su muy modesta residencia; un local comercial de dos plantas situado en la barriada de la Casa de la Servidumbre, la zona más humilde del extraradio de Silvanost. Ese el honor más grande al que un humano puede aspirar en la elitista sociedad Silvanesti.

Sabiendo que no deseáis estar allí, la Túnica Roja emplea una vez más el mapa encantado para llevaros a los tres hasta la frontera occidental del país tan pronto como se lo pedís; aunque sospecháis que su buena disposición en parte tiene que ver con que vuestra presencia en la capital eclipsa su protagonismo.

En vuestro camino hacia Astarost descubrís que bosque sigue sufriendo la Pesadilla con la misma intensidad que antes, pero ahora al menos las patrullas de kirath se han multiplicado. Los exploradores no tardan en salir a vuestro encuentro al reconoceros y en escoltaros de forma amabilísima hasta el campamento más cercano, el del Fénix Azul que para los elfos representa al dios Habbakuk.

Ashe no se encuentra allí pero todo el mundo la reconoce como una dura veterana, una heroina entre los kirath. No está tan mal para no ser del todo silvanesti... Os cuentan que la han visto hace poco y que han escuchado que lleva días recorriendo los campamentos, visitando a sus voluntarios y haciendo donativos en nombre de la Hermandad Lanthaloran para Viudas y Huérfanos de la Pesadilla.

Esa noche, mientras reina la camaradería y comparten lo poco que tienen con vosotros, escucháis de primera mano el relato de sus hazañas, que en nada desmerecen a las vuestras; intercambiáis penalidades y os sentís comprendidos y admirados. Estos pobres infelices han sufrido tanto como vosotros y ahora, gracias a vosotros pero en especial a Falin, tienen un fondo que les permite seguir adelante con su ardua labor de reconquista.

Tal vez, solo tal vez, todo lo que habéis hecho ha merecido la pena por estos elfos valientes. Por estos verdaderos héroes anónimos.

Notas de juego

¡FIN!