Partida Rol por web

Al recoger el anillo del suelo, sientes un ligero hormigueo en los dedos, notas magia penetrando en tu mano, aunque no te hace daño ninguno. De repente, como si estuvises allí otra vez, escuchas los gritos inarticulados de los Muertos Vivientes en los túneles: - Grrrrreeeeeeeeeeeekkkkkkkkkkkkkkk!!!!!!!!!!!!, dirigiendose, inevitablemente, hacia el anillo!!! Incluso, en un flash, puedes (o crees ver), a los zombies y esqueletos agolpándose en un tunel que te suena: el tunel de salida de la montaña, ahora bloqueado por el derrumbe!!!

- NO! Creo te equivocas Leviathan. Siento ser tan duro contigo ahora mismo, pero es así. Te estás equivocando. Quizás no sea yo el idoneo para decirtelo y mis intenciones andan muy lejos de querer avergonzarte. Pero no puedo dejar que recorras ese camino sin avisarte.

Siguió con la espada en la mano, apuntando hacia el suelo, pero asiendo la empuñadura con fuerza.

- Desde el principio había algo en la actitud de ese trasgo que me ha parecido sospechoso. Algo dentro de mi me dice que esconde algo....  Cuando ví que estábais planteando ir a por el draconiano, me pareció algo noble, algo justo, algo....que no me perdonaría perderme.....Pero...puede ser todo una trampa. Piensalo!

Dejó unos momentos para que recapacitara, tenía confianza que Leviathan reaccionaría a mis palabras analizando todo de nuevo, pero decidí explicarlo para los demás.

- Hemos llegado, masacrado a todo su grupo. ¿creeis que este ser no querrá venganza? además fijaos en su actitud. Todo marchaba bien para él. Nos había contado su historia, una historia que conmovería a cualquier alma pura y la alentaría a irse a exterminar a ese draconiano.... parece un cebo.

Tomó aire, más que por necesitarlo, para tomar una pausa y ordenar sus pensamientos.

- Ahora, mirad su actitud. Cobarde y granuja. Os parece el tipo de...cosa... que tiene el valor, el coraje y la sabiduría suficiente como para liderar a su tribu una vez la hayamos liberado del "yugo" de ese draconiano? más allá, cómo pensais que este ser podría llegar a liderar a su grupo?... No mentiré que tenía mis dudas, pero para eso le hice esa pregunta, para eso lo reté. Era una prueba para valorar eso mismo.

Se giró hacia los draconianos ya la mujer

- Jamás pensé que un goblin pudiese tener un corazón digno antes de partir tras las visiones y todo eso que no viene a cuento. Y os diré que me equivocaba. Mucho. Y no me avergüenza decirlo pues aprendí una importante lección. Para poder llegar aquí nos encontramos en un Barco donde un oficial había intrigado contra el capitán, había un trasgo en ese barco que me ayudó a darme cuenta cuanto me equivocaba. Os aseguro....(se gira hacia sus compañeros de viaje) y vosotros recordaréis que la actitud de Puko era muy distinta a la de este (dijo señalando al chaman) Incluso en su cobardía demostró el coraje suficiente como para luchar por lo que a él le pareció justo..... y estaréis conmigo en que la actitud con la que hablaba y se movía ese trasgo dista de la de éste.

Luego señaló el cambio de rasante por el que habían aparecido.

- Por no contar que el draconiano ha dicho que vió a este ser hacer algún tipo de ritual por allí. De donde venimos y donde pude sentir la terrible maldad nigromántica que rezumaba la tierra....Hecho que el trasgo ha evitado hablar sobre ello....Además de haberse atribuido servir al "Espíritu Lobo"...en mi humilde opinión, no creo que algo tan noble como un espíritu de la naturaleza conceda habilidades como para hacer que la tierra supure maldad de ese calibre.

Embainó su espada y negó con la cabeza.

- No impondré mi voluntad sobre la tuya, compañero (a Leviathan). Tienes todos los datos y dije que confiaba en tí, para este asunto y así lo haré, no interferiré más allá que ésta advertencia o cualquier consejo o ayuda que me pidas puas ahí estaré....

Le puso una mano en el hombro

- Por suerte podemos contrastar lo que nos ha dicho este trasgo, pues no es el único que ha sobrevivido a este combate.

Y con todo eso dicho, se retiró para quedarse en un segundo plano, imploró a los dioses que guiran con sabiduría a su compañero, pues había mucho en juego como ya sabían. Luego repasó mentalmente la prueba que le hizo al goblin....

¿me había equivocado con la pregunta? Le había dejado una salida más que honorable y digna al goblin....aunque claro, quizás tenga demasiado matices para un simple goblin...bueno, no, este es anciano y parece entender cómo funcionan las cosas......de ser digno de ser educado en el camino de la luz, habría obrado de manera distinta, eso estoy seguro....

Negó con la cabeza para auyentar sus dudas y decidió hacer algo útil. Iría a ayudar a que el otro superviviente pudiese descansar de una manera más confortable, pues necesitarían de su testimonio más tarde.

Ruuuurrrrgggghhhh! gruño con fuerza Karn apretando los dientes y aferrandose la mano que habia cogido el anillo, soltandolo como si fuera un clavo ardiendo antes de mirarlo como si fuera una serpiente venenosa.

Maldita sea! mascullo en voz alta habia estado tan entretenido con el anillo que se habia perdido casi toda la conversacion.

Hay que salir de aqui, YA! rugio Baigron señalando el derrumbe el anillo los llama, los atrae, hay una maldita horda de muertos golpeando el derrumbe y buscan el anillo con el ansia que solo esas abominaciones pueden desplegar

Cuando Tarben sepone en ese plan no hay quien lo baje del burro, su menta va más rápido que sus palabras y sus palabras ya van rápidas de por sí. Entiendo lo que me dice y su postura. Pero yo también he aprendido algo en el barco cuando casi mato a quien después resultó ser una víctima.

-Lo se Tarben, pero prefiero equivocarme, correr el riesgo y si nos metemos en una trampa, matarlos a todos- lo digo sin intentar amenazar u ofender, como quien observa que si te metes en un rio te mojarás- que equivocarme y matar a un "inocente" antes que lo haya comprobado.

Lo del tema de la batalla ya está zanjado, no hemos perdido ninguna vida, y ellos a muchos. Si nos metemos en una trampa, pues peor para ellos. El asunto del anillo también me inquieta. Me cuelgo la espada en la espalda, tras limpiarla de la sangre en los cuerpos de un enemigo, y me dispongo a ponerme en marcha.

-¡Asthor!- llamo a nuestro compañero que tiene a las monturas y el carro.
 

A la advertencia de Baigron abrió mucho los ojos (recordaba lo de ahí dentro), corrió hacia Tarben que se había acercado al goblin muerto que estaba justo al lado del derrumbe y lo cogió de la mano, tirando de él -Se que no confías en mi, pero creeme esta vez ¡¡corre!!- y tirando de él comenzó a correr -no podréis con tantos ¡¡vamonos!!- he hizo una señal al goblin para que también corriese, solo esperaba que sus nuevos compañeros con piernas más largas que él, no lo dejasen escapar aunque si correr con ellos.

Con los 4 caballos atados a la parte trasera del carromato, atendiendo a la llamada de Sir Leviathan, Asthor, el joven aspirante a la orden Solamica, apararece desde lo alto del camino, guiando con cuidado al percheron que tira del mismo, para bajar la leve cuesta hasta vuestra posición, diciendo:

- No sabía si debía disparar con su ballesta, Sir Tarben, aunque opté por no hacerlo, y ocuparme de que los caballos estuviesen tranquilos, dice, ofreciendole el arma, desde el pescante  Espero no haber errado... Frena un poco su exposición, y mirando con sobrecogimiento el campo de batalla plagado de cadaveres, dice: - Pese a ser caballos entrenados para la guerra, algo aquí los pone nerviosos, mis señores..., acaba mirando a los caballos que, en efecto, tienen las orejas pegadas al craneo, y piafan levemente, sin quedarse mucho tiempo en la misma postura.

Una ligera mirada hacia él, y aunque no se queja, indica que, al igual que Anubis, el frio de la montaña está empezando a hacer mella en él.

Mientras el curioso grupo de aventureros, con razas, inquietudes y origenes dispares sigue hablando sobre como proceder, la noche empieza a desperezarse en la montaña. Leves brillos, al principio, dan pie a un titilar claro de estrellas en el tapiz añil, que enseguida empieza a virar a azul oscuro y negro por el oeste.

Un penetrante aullido de lobo rompe el monotono silbar del viento, a lo que el Chaman eleva las cejas, con un leve movimiento de orejas: - El lobo comienza su cacería..., es todo lo que dice al respecto.

La temperatura, como habeis podido experimentar durante el fin de la tarde, baja rapidamente, y aunque solo Anubis y Asthor tiritan, todos podeis sentir los dientes de la noche en la montaña. Es hora de buscar un sitio donde descansar...

Al iniciar la marcha, para salir de allí, Kartag, exclama:

Dime Lobo de la noche- mirando al chaman- que sitio nos recomiendas en este paraje, que sea seguro para descansar.

Mi oferta sigue en pie, respecto al trato de liberar a tu tribu del yugo del Bronce.

LUego mirando a Desdemona, le dice:

De quien huiaís y por que? Porque te buscan mujer? No me ha parecido escuchar nada, contesta por favor!

Dirigiendose a Tarben:

Si es verdad que ese anillo impulsa a los muertos, lo mejor es destruirlo, caballero.

Por lo demás, abandonemos rápido este lugar.

Ya estaba de espaldas atendiendo al herido  cuando Leviathan habló. No pareciera que reparara en sus palabras, pues siguió a lo suyo. Pero la realidad era bien distinta.

Idiotez, sobervia, inconsciencia, falta de humidad....

La mano de la dama lo sacó de su corriente de pensamiento. Tardó algo en reaccionar. Las palabras de la semidemonio aunque tardaron en calar terminaron haciendolo con fuerza. Se puso depié llevando al trasgo que previamente había salvado de morir y se lo llevó en brazos.

- No lo debemos dejar aquí.

Dijo en un hilo de voz al tiempo que intentaba mantener el ritmo. Aunque se consideraba estar bastante fornido, la pesada armadura y todo el material de viaje hacía que llevar al trasgo fuese demasiado engorroso

Si pesara un poco menos podria....

Por suerte llegó Ashtor con el carromato y pudo dejar allí el trasgo. Buscó su caballo con la mirada y luego le dijo a la dama:

- Montate.

Intentaba ser una indicación, pero sonó demasiado brusco. Lugo miró a Ashtor, ese tampoco se libraría.

- No soy un caballero.

La mirada lo decía todo. Alargó el brazo para coger su ballesta.

- Hiciste bien ahí arriba.

Luego esperó a ver que hacía la chica antes de decidir cual sería su transporte.

Leviathan se sube a su caballo a la vez que ve a los goblins ser conducidos al carro.

-Quien esté herido al carro, Zoak no me mires con esa cara tienes que descansar, cabalgar te abrirá las heridas- le miro a él y al chaman intermitentemente esperando que coja el significativo mensaje, otra cosa no, pero es bastante rápido al tomar decisiones drásticas- Vamos a buscar un lugar donde pasar la noche, la oscuridad no nos beneficia si entramos en combate. Cobijemonos del frío- digo tras una última mirada al mago que tiembla pero que mantiene su mandíbula cuadrada.

 - Debemos irnos, eso es cierto, pero el problema es el anillo: No podemos dejarlo, pero tampoco llevarlo. ¿Sería posible destruirlo?. - Propuse a mis compañeros, preocupado por nuestra escasez de opciones con respeto al objeto oscuro.

Zoak sacó cogió su mochila del caballo y con un palo introdujo el anillo en uno de sus bolsillos evitando tocarlo en todo momento.

Yo lo llevaré hasta que averigüemos qué podemos hacer con él.

Miró al enorme humano... iré en el carro, pero me encuentro bien.

Subió al carro por la parte de detrás mientras depositaba su mochila con el anillo al fondo. 

La fria noche del exterior, esto es algo nuevo, despues de tantos años en un lugar...mucho mas oscuro que este sonrio Baigron sin humor por su pulla inintencionada.

La mirada del draconiano seguia fija en las colinas de donde habian huido, los muertos son criaturas persistentes.

Cuidado al destruirlo dijo Baigron no es una baratija, rebosa poder y..hay algo en el, en las dos auras que oculta...dejo el draconiano las palabras en el aire, no era hombre de palabras, de hecho Baigron encontraba a los aventureros difíciles de entender, Desdemona jugaria con ellos a placer, de eso no le cabia duda, era como una gata en un mundo de ratones.

Un mundo que ya no tenia mucho sentido para el, cuando un ser de fe, pierde la fe...¿que le queda?.

A modo inconsciente, Baigron apoyo indolente la mano sobre el pomo de la espada, siempre atento a la noche, cuando el lobo sono en la oscuridad, Baigron volvio su vista al goblin con un destello de ira que pronto pasa en sus ojos.

Hubiera rogado a los dioses no ser la presa pero...ya no creia y ese agujero en su alma era algo que cada vez se le hacia mas cuesta arriba.

Extraña compañía pensaba Kartag, rodeado de seres tan complicados y a la vez interesantes.

Posicionandose el kapak en vanguardia, le dice a Tarben:

Caballero, ire delante y usare mis finos sentidos para evitar una emboscada o algo peor. Quizas con un poco de suerte encuentre un refugio adecuado.

Despidiendose de este, se fundio en las sombras de la noche.

Asentí a Kartag.

Con el viento arreciando por momentos, la Extraña Compañía se pone en marcha, los Caballeros y la exótica Desdemona a caballo, con Zoak y el Goblin herido subidos en la pequeña carrera, junto al material que transportaban, y el Chamán andando junto a los dos Draconianos.

Una vez fuera de la terraza, la sensación de angustia de Baigron parece difuminarse en la noche, mientras, siguiendo el camino de ascenso de aquella tarde, empiezan a bajar hacia la zona del lago. Kartag recuerda perfectamente haber visto una abertura cerca de la base de una colina cercana y, en efecto, en menos de una hora desde el inicio del descenso, la encuentra: parece ser que la oscuridad no es un problema para el Draconiano, pese a que Lunitari creciente, y Solinari, nueva, están ocultas por las nubes que se van acumulando en el cielo nocturno.

Aunque deberéis dejar los caballos y el carro fuera, sí da para que podáis entrar todos aunque tendréis que dormir apretados.

Al entrar en la cueva, el Chamán husmea, y se echa al suelo, olfateando, e incluso probando un poco de tierra. Tras eso, se levanta, sacudiendo las manos, por lo que los huesos de las trenzas del ralo pelo traquetean, y dice:

- Era la guarida de un puma de las nieves, pero hace ya tiempo que se fue, y nunca volvió. Es seguro.

Tras eso, se sienta en una roca, con una mueca de cansancio.

Se bajo del caballo aliviada, los animales no hacían buenas migas con ella,  paso junto a Tarben susurrándole -la próxima montas conmigo, a tu caballo no le gusto- sonrió y fue hacia el interior de la cueva, asintiendo al chaman en modo de agradecimiento.

-Estoy muerta de hambre ¿vosotros no?- se giro hacia los demás -si queréis hacer esas cosas que tanto os gustan... guardias, yo puedo en cualquier momento veo bastante bien el la oscuridad-

Ya habían llegado. Tarben ultimó sus cosas y bajó del carro con el Trasgo. Seguía con mala cara cuando le habló la Dama.

- Habrá que enseñarle a gustarte.

Dijo algo más relajado.

Buscó una esquina resguardada dentro de la cueva para dejar al moribundo. Lo apoyó bien y luego le dijo al chamán.

- No te comunicarás con él. No le mirarás ni te acercarás hasta que le hayamos interrogado.

Luego se puso a sacar cosas de su mochila. Tenía un magnifico kit de cocina y una olla para preparar algo. Después del combate sentaría muy bien una comida caliente. Mientras preparaba el chiringuito (un circulo con piedras y más piedras para apoyar la oya):

- Sí, mejor comer algo caliente. Nos sentará bien a todos después del combate. Deberíamos buscar leña. Si queremos dormir calientes toda la noche además de cocinar vamos a necesitar bastante para que el fuego dure. Yo mientras prepararé para poder poner una olla, podré usar comida de viaje, pero si alguien pudiese traerme alguna pieza de carne, supongo que comeríamos mejor. Siendo 7 creo que podríamos hacer 3 guardias y que en cada una de ellas haya al menos 2 de nosotros. Debemos estar precavidos si la amenaza que se cierne sobre nosotros es grande. Me ofrezco para estar en el primer turno.

Por último miró a Kartag

- Le agradezco que nos haya guiado aquí. Es un buen sitio.

Viendo que el jóven escudero rubio tiene cara de pocos amigos, el Chaman opta por asentir, nervioso, y se aleja del goblin herido, que sigue inconsciente, y de Tarben.

Cuando hablan de comer, aprieta los acartonados labios, en una mueca de estar pensando algo, y acercándose a Kartag, le dice: - Se que probablemente no acepten mi ayuda, pero si me permiten usar mi vara, podría invocar al Espíritu del Lobo, y conseguir algo de caza..., acaba, rascándose con sus largas uñas amarillentas y quebradas.

Tras eso, se sienta en una piedra, y empieza a observarse las heridas que aun le quedan, como evaluando su gravedad.