Partida Rol por web

-Una vez que se reagruparon, nuestros aventureros emprendieron el viaje hacia la casa de la duquesa. No era tan fácil como parecía. Según los vecinos, los guardias estaban bastante agitados. No hacía falta ser un adivino para saber que estaban siendo buscados...

Nube avanzo por las calles como de costumbre, siempre sin llamar la atención de las personas a su alrededor.

-El viaje transcurrió sin mayores problemas y finalmente llegaron a la mansión de la duquesa. En la puerta los recibió un sirviente

-Que se les ofrece, caballeros? -preguntó el mayordomo que atendió la puerta.

Garret iba abrazado a Nube, no quería soltarla, olía rico. Llegaron finalmente a donde debían, pero no emitió palabra alguna. Para ser un ladrón sigiloso y observador, en estos momentos no lo parecía. Estaba con sus ojos cerrados, acurrucado a Nube y emitiendo un sonido similar al ronroneo de un gatito cuando lo acarician.

La elegante presencia del hombre que los recibía, junto con la mansión que solo existía en la imaginación de Lavanda hasta entonces, la intimidaba un poco. La calmó pensar que ya debían haberle visto pintas de pobre, así que no hacía falta preocuparse por las buenas maneras. Además, con Garret al lado haciendo el animal, cualquiera parecía más educada, aunque tuviera cara de asombro por la cantidad de casa que se acercaba hacia ella.

Hace poco nos ofrecieron unas papas que estaban para santiguarse. Efectivamente, se santiguó. Teníamos cita con Carol, ¿Anda por... ahí?. Los ojos de la mediana se fijaron en el volumen de mansión que tenía delante, y por si acaso, alrededores. Los ojos volvieron de repente al mayordomo. ¿Qué tal la noche?

El mayordomo reaccionó con cierto desagrado a los modos algo... confianzudos de Lavanda.

-Mmm… esto es muy irregular… venir a estas horas a la casa de mi señora… y eso de llamarla por su nombre de pila... pero bueno, lo consultaré con ella. Quizás os reciba, pero no os hagáis muchas ilusiones. Mi señora está muy cansada esta noche. Esperad un momento, por favor.

Cerró la puerta y se oyeron sus pasos alejándose. Luego de lo que pareció una eternidad esperando en la oscura calle, el sirviente apareció denuevo.

-Adelante, caballeros. Mi señora os recibirá ahora.

El sirviente los condujo por varios salones decorados con pinturas y otras finas piezas de arte hasta una habitación donde una mujer mayor se halla reposando sobre un sillón.

-Bienvenidos a mi humilde morada, caballeros. Que se les ofrece?

Garret suéltame! - exclamó la elfa por millonésima vez, el mediano se le había pegado desde el escape y si no fuera que la herida le dolía lo golpearía - Suéltame ya!!, que duele el espadazo del imbécil de hace rato! - insistía mientras seguía por inercia a Lavanda, su lengua era la mas ágil y astuta, dejarla que tome la iniciativa era la mejor decisión de todas.

Al seguir andando llegaron a donde una mujer mayor los esperaba, miró instintivamente a Lavanda, esperando su comentario, era la mejor para las charlas, ella, ella era buena disparando a distancia.

Tras las quejas de Nube, Garret puso un puchero y se soltó... -Wa~ okey... pero solo porque te duele...- Dijo 

Dio entonces una mirada alrededor, estaban en un lindo lugar... -Cuando pasó esto?? Tan embobado estaba??- 

Observó a la mujer que estaba frente a ellos, una señora ostentosa, se notaba... Ahora nos preguntaba "que se nos ofrece"... -Y a mí que?? no se me ofrece nada, estaba cómodo abrazando a la elfa...- Pensó para sí mismo -Ammmm, y usted... quién es??- Respondió finalmente

Lavanda malmiró a Garret de reojo para acompañar la reprimenda de Nube. Era especialmente raro estar en una habitación en la que coexistía una duquesa transmitiendo duquesidad, y sus compañeros de revolución. Era todavía más raro darse cuenta de que esa condesa, se suponía, también era compañera de revolución. Antes de responder a la señora de la casa, Lavanda dedicó un segundo para mirar muy seria a Garret, y tranquilízate. Habían tenido que viajar, mentir, matar y huir para llegar a esa habitacion, y si las cosas salían bien, lo probable es que les ordenaran seguir haciéndolo, puede que esa misma noche. No es momento de calcular cuanto tarda Nube en pegarte.

Aflojó la cara para pasar página y seguir con la faena, y respondió a Carol. Traemos un regalo. Empezó a buscar por sus numerosos bolsillos, se puso nerviosa por hacer esperar a una mujer tan rica, y finalmente encontró lo que buscaba: la carta de Jean.

La duquesa miró intrigada como Lavanda revisaba uno por uno sus bolsillos. Cuando por fin le entregó la carta se dispuso a leerla.

Luego de leer detenidamente la carta, la duquesa les dedicó una larga y profunda mirada a cada uno. Finalmente comenzó a hablar.

-Son tiempos muy difíciles los que enfrentamos. Espero que esteis preparados. Esta es vuestra misión: Por si no lo sabíais, el arzobispo Renné Fondant es el máximo representante de la inquisición en la ciudad. Tan grande es su poder, que incluso tiene un calabozo en los sótanos de su mansión. Vuestra misión será rescatar a una persona, que creemos, está cautiva en ese calabozo. Afortunadamente, pronto se celebrará una fiesta de disfraces en su casa, a la cual, debido a mi posición, estoy invitada, por lo que yo me encargaré de introduciros en la fiesta. -Y dirigiéndose al sirviente, que seguía allí esperando en silencio- James, los disfraces.

El sirviente se marchó y volvió con sendos fardos de tela que inmediatamente entregó a la duquesa.

-Muy bien, quien quiere ser el primero?

Nube dio un paso al frente - yo comienzo - dijo y se acercó a la condesa para tomar uno de los disfraces que esta les fuera a dar - ¿que características tiene la persona que de hemos rescatar?, ¿hay alguna foto de el?, ¿un cuadro?, ¿algo?, para que podamos saber quien es - miro a sus compañeros - un mapa del lugar también seria muy útil, todo dato que pueda darnos seria muy útil - dijo, pensando en las distintas cosas que necesitarían - y si puede ser, algo para curarme esto, creo que no olvido nada - señalando su herida, aquel tipo fue una plaga y se la cobraría en su momento.

Garret no entendió mucho, Lavanda se ponía seria otra vez, como con Veronique... Nop, no entiendo nada- 

Entonces la ostentosa mujer soltó unas palabras... "misión", "inquisición", "rescatar", "calabozo"... -Ohhh~!!! Ya entiendo!! Esto es parte de la misión!!!- Pensó. Ya se ubicaba, sí.

-No sería buena idea que alguno "fuera atrapado" y ayude a salir a esa persona desde adentro?? Digo, no se esperarían un ataque desde los dos flancos...- Dijo entonces. -Yo soy bueno abriendo cerraduras, puedo abrir la cerradura desde dentro de la celda...- Soltó finalmente. Dio un paso al frente y tomó uno de los disfraces esperando la respuesta de la señora, era quien mandaba, se haría como ella desee -Ammm... Usaré este- 

Observó a Nube y su elección, buscaba que combinara lo más posible... Nunca se había comportado así, pero abrazar a la elfa lo dejó tonto.

Viendo la decisión de sus compañeros con lo de los disfraces, Lavanda no podía quedarse atrás, así que se animó a pedir un disfraz, medio sonriente. A ver, ponme uno. La verdad es que Lavanda solo había oído hablar de las susodichas fiestas de disfraces, y siempre le había parecido una de las muchas maneras que tienen los nobles de derrochar el dinero. Y mira tú, ahora voy a una. 

La mediana se enjarronó, y le preguntó, algo insegura: ¿No estaría bien que nos enseñara un poco de... Revoloteó la mano mientras bajaba en una reverencia caricaturizada... buenas maneras, sabe?

-Muy bien, aquí tenéis. Id probando vuestros disfraces mientras respondo a vuestras preguntas.

La primera fue Nube, a quien entregó un bonito disfraz de gatito.

Luego vino Garret, quien recibió un disfraz de perro.

Más tarde Lavanda, a quien le tocó un dudoso disfraz de conejo.

Por último Shaonn recibió un disfraz de vaca... un tanto holgado.

Y Elohnar recibió un bonito disfraz de mariposa... demasiado bonito tal vez.