Partida Rol por web

Ois como los pasos se alejan hasta convertirse en un leve murmullo. Respiráis tranquilos y para comprobar que os hayáis solo abrís la puerta de toptero en compás y observáis el hangar por la ranura. Vació.

Agnor se ponéis a los mandos y apretando un botón la pantalla de metal desaparece permitiendo recuperar el campo de visión. Con un suave gusto de manos en el volante las alas comienzan a batir y en poco tiempo os encontráis legos del suelo.

Abandonando el hangar sobrevoláis el ala sur de la ciudad en busca de algún lugar disponible para aterriza o cualquier otro hangar.

-El mejor lugar para encontrar a nuestro hombre debería ser el suburbio.-grita ester, lo suficientemente alto para que su voz llegue a los oidos del Mentat a pesar del ruido de los motores.

Os dirigís a los suburbios donde después de dar un par de vueltas, encontráis un lugar donde aterrizar. Agnor desciende y poniéndose a la altura del edificio, luego conecta la radio por donde emerge la siguiente voz:

- Aquí Delta 0406 –interferencias – ¿solicitáis permiso de aterrizaje? … (niebla) … concedido, a 100 Solaris la hora -

- Agnor, debmos hacer todo lo posible por pasar desapercibidos.- Ester mira curiosa por le ventanilla, con el cuello girado hacia ella sin prestar atención a la posible respuesta

Los vehiculos estacionados en el hangar se van haciendo más y más grandes, síntoma del descenso del vehiculo en el que viajan.

El aparato termina su posado en tierra firme, y me dispongo a abandonarlo tras realizar las pesquisas oportunas para dejarlo totalmente detenido.

Me bajo del Orni en dirección al encargado de pista, en caso de verlo, para acordar la hora de llegada y que el pago se realizará antes del despegue. Desde ese instante, me dispongo a seguir los pasos de Ester.

El hangar es parecido al anterior, es grande y tendrá suficiente para 6 o 7 topteros, techo cubierto y paredes y suelo de Mahon marrón pálido. Hay dos Orni más y la gente parece ser traficantes o contrabandistas, todos con su destilatraje ajustado y provistos de pistolas maula.

No parecen una gran amenaza pero tampoco son hombres de bien.

El encargado de pista esta de acuerdo con agror pero que le comenta que el tiempo máximo son 72 horas, después de eso seria requisado. Por lo demás bien, te pasa el contrato y una tarjeta de pase y te indica por don puedes salir del hangar y donde tendrías que ir para recoger tu vehiculo. A parte de eso, no tiene pinta de ser nada del otro mundo, ni de llevar malas intenciones por lo que te parece.

Después abandonas al encargado y te vuelves con Ester.

Como ya he dicho, me quedo a disposición del plan de Ester. Mi confianza en ella ha aumentado dados los últimos acontecimientos, y esto es la muestra de ello.

-Salgamos fuera de aqui, confundamonos con la gente y vayamos a un bar o taberna.-mientras habla, mira constantemente a un lado y a otro, como si buscara con insistencia algo o a alguien.

- Debería haber algun tipo de servicio de mecanicos ¿no?.-dice finalmente

-No debemos llamar la atención, nadie debe saber cuales son nuestros planes ni siquiera que hemos estado aquí.-Ester ya ha empezado a caminar hacia fuera del puerto

- Espera Ester...
Me acerco al encargado de pista de nuevo para hacerle una pregunta.

- La señorita y yo buscamos una taberna para pasar unas horas... - Muestro una pequeña sonrisa pícara - bueno... ya sabes a lo que me refiero, no necesariamente un lugar muy... correcto. - Me detengo un segundo y continuo hablando. - Se llama "El pez Volador", o al menos un nombre similar es el que busco. Sabrías decirme donde encontrar ese lugar?

Un ligero tono rojo en forma de rubor asoma a las mejillas de la hermana al escuchar al mentat y sus insinuaciones, pero pronto controla sus emociones a tiempo para hablar con frialdad estudiada.

- Si no ese lugar, otro de esas caracteristicas que este cerca de aqui.-

El hombre mira de arriba de arriba a bajo a Agnor y a su aun más extra acompañante después de pensárselo un rato suelta:

- Bueno… no se que clase de personas sois ni que demonios os trae aquí pero si os interesa ir no seré yo quien os lo impida… Mira, es dirección… [Os indica el camino hacia el pez volador]… aun así también ahí cientos de locales parecidos o la zona, seguramente si os dais una vuelta encontrareis alguno mas. A no ser que busquen algo más concreto…. -

- Somos de la clase de personas que tiene poco tiempo que perder.-la hermana levanta la cabeza unos cuarenta y cinco grados, lo suficiente para entornar los ojos y mirar por encima del hombro al encargado de pista.

Justo antes de empezar a andar, su mano se introduce en un bolsillo medio oculto, que parecía no haber estado nunca ahí. Alarga el brazo y diez solaris cambian de dueño.

- Tambien somos de esas personas que saben agradecer un gesto.-

Para cuando el hombre quiere hablar, Ester ha cambiado los pequeños pasos iniciales por zancadas. Largas zancadas que le alejen lo más posible de escuchar posibles respuestas.

El viento cálido golpea con fuerza la cara de la hermana hasta el punto que tiene que inclinar un poco la cabeza. Sus amplios y oscuros ropajes son mecidos por ese mismo viento, ondulandolos en el aire.

Fuera del aparcamiento las calles parecen rios que en lugar de agua transportaran personas, tal es el gentío que a esas horas se reune en las estrecheces ocres que son las calles de la ciudad.

-No creo que el Pez Volador sea una buena elección.- dice Ester sin mirar al mentat.

-Si mi memoria no me falla.- se detiene un instante -Y no suele hacerlo, te lo aseguro.- Ahora los ojos se posan fijamente en Agnor como si al mencionar el tema de la memoria hubiera recordado las capacidades mentales de su compañero.

-Esa gentuza iba a ese mismo lugar, sería una imprudencia por nuestra parte ir al mismo sitio ¿no te parece?.-