El kender maneja las ganzúas con destreza, introduciendo una mientras con otra hace un extraño movimiento a través de la diminuta cerradura; sin embargo, tras varios minutos los intentos son fútiles, la cerradura no es para nada normal. En ese momento, con el corazón destrozado, Malon tiene esa extraña sensación del que cree que se olvida de algo importante.
En ese momento, con el corazón destrozado, Malon tiene esa extraña sensación del que cree que se olvida de algo importante.
¿Mande?
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Con una imprecación ahogada, Malon saca de sus saquillos la llave mágica y toca con ella la trampilla mientras dice para sí: "Rabos de uva pasa, tengo que comer rabos de uva pasa a ver si me mejora la memoria.
Vale, pásame las orejas de burro, que me las pongo.
Al tocar la cerradura, la diminuta llave se adapta y toma la forma de una llave retorcida con varias aberturas y pequeñas muestas, y que si en vez de ese grisáceo metal fuese de oro con algún adorno en la parte superior sería digna de cualquier cámara real.
La trampilla se abre, con el corazón del kender palpitando con expectación. Sin embargo nada, no se ve nada... Es más, cuando el pequeño se quiere dar cuenta, ni siquiera puede ver la trampilla (que se abre hacia abajo) aunque sí que ve los goznes de la misma. Simplemente parece que todo desaparece cuando entra a esa sala.
¿A qué esperamos? Seguro que la fama y la fortuna nos esperan en el interior de esa sala... o no. ¿Tú sabías de su existencia, Kirir? ¡Guau, qué tope! Parece que todo desaparezca al entrar.
Malon examina el borde de la trampilla en busca de una escalerilla o similar para descender.
Malon empieza a tantear con las manos a oscuras, sin embargo no encuentra más que una superficie lisa sin ningún tipo de escalón, apoyo o similar. Según supone al tacto, se trata de un pasillo rectangular que desciende, mas parece que por algún tipo de magia extraña todo está tan oscuro que ni siquiera puede ver sus manos al tantear; hay una oscuridad que lo oculta todo, lo cual no parece agradar mucho al kender (que esperaba algún tipo de teleportación).
No, jamás me había fijado en eso.- responde el anciano- Esa sala parece estar bajo la acción de un conjuro, pues no sale ni entra la luz en ella.
Bueno, ¿quién dijo miedo? ¿Vamos? Y se dispone a entrar en el pasillo.
Aunque no nos vendría mal un conjuro de luz o algo parecido, musita por lo bajini.
Una cosa, por si no nos hemos entendido bien:
¿pretendes tirarte por un hueco cuadrangular en el suelo que no tiene apoyos y del cual no sabes la distancia al fondo?
Una cosa, por si no nos hemos entendido bien:
¿pretendes tirarte por un hueco cuadrangular en el suelo que no tiene apoyos y del cual no sabes la distancia al fondo?
Bueno, dicho así suena muy mal...
Vale, dejo caer un guijarro y cuento hasta oir el "splonk", a la vez que busco algo con lo que improvisar una cuerda para descolgarme, por si fuera más profundo.
El kender deja caer uno de los guijarros de su saquillo, normalmente usado para la júpak, y cuenta hasta que cae. 1...2 ¡2 segundos!. Según los cálculos del kender, son demasiados pies para dejarse caer.
Según los cálculos del kender, son demasiados pies para dejarse caer.
¡Porras!, dice Malon, mientras se vuelve y examina la sala en busca de algo que usar como cuerda para ayudarse a bajar, y la vez mete las manos por el hueco en busca de una escala o similar que no haya visto.
No hay escala o similar en el hueco, quiénquiera que usase ese pasillo debía de tener un medio especial para descender. Algo similar pasa con la cuerda o prototipo de cuerda, no hay nada que pueda ser usado como tal o que, pudiéndose usar, tuviese la fuerza suficiente como para soportar las pocas libras que pesa el kender. Evidentemente, la suerte no está de su parte.
Tirada oculta
Tirada: 1d20
Motivo: -
Resultado: 11
Malon se vuelve hacia el anciano y le pregunta: Kirir, se te ocurre algo para poder investigar esa sala a oscuras?
La verdad es que no- murmura el anciano.- Todo pasaría por anular el conjuro o bien tener mucho cuidado al andar para no tropezarse. En esos momentos, el anciano retorna a su estado de ausente pero presente al mismo tiempo, para volver instantes después- Aunque miraló por el lado bueno, podrás volver una vez encuentres la solución al enigma.
Hombre, mucho enigma no parece, dice Malon citando de memoria: "Si en algo valoras tu vida, no seguirás más adelante".
Parece cualquier cosa menos un enigma. Oye, ¿tú no llevarás una cuerda o sabrás dónde encontrar una, verdad?
No me refiero a ese enigma.- responde secamente, envuelto en su aura de misterio que le es característica. No, no llevo una cuerda, pero tampoco veo porqué vamos a necesitarla si no es ese el camino que tenemos que tomar.
Oh, ¿y cuál es el enigma entonces? Es que con tanta cosa nueva y excitante se me ha olvidado.
Ya lo entenderás cuando te llegue el momento,- murmura el anciano usando un tono enigmático que no deja de extrañar a Malon- será mejor que tengas paciencia, pues aún no es el momento.
En ese mismo momento se oye un extraño murmuro proveniente de la sala oscura, para instantes después aparecer por la abertura una criatura increíble.
Lo que parece ser una libelula recorre el aire con gracia excepcional, mirando a Malon con sus grandes ojos verdes.