Partida Rol por web

Kirir no responde; al parecer no le importa que el kender la use mientras busca a su propietario real.

Kirir avanza por la sala, con la linterna en la mano, sin tener en cuenta que tal vez en kender quiera seguir curioseando por los objetos del principio (la sala está llena) un rato más, finalmente, un Esto sí que no me lo esperaba le detiene.

Malon, sorprendido al ver la desusada actividad de Kirir, deja de curiosear y se acerca al anciano mágico y le pregunta: ¿Qué has visto? ¿Qué es lo que no te esperabas?

Pues ese túnel derruido...- murmura Kirir señalando al frente, donde un muro de piedras caídas bloquea cualquier progreso en esa dirección.

Malon examina el derrumbe en busca de alguna forma de pasar al otro lado, evaluando la posibilidad de desenrunar a mano alguna parte (no en vano tiene una pala mágica).

No hay más que piedras y, según lo que puedes observar, no solo se ha caido una sección sino que es posible que todo el pasillo (cuan largo sea) esté derrumbado. Algo, pues los muros parecen estar bien construidos, parece haber mermado la resistencia de las paredes y finalmente lo inevitable ha acontecido.

Malon sacude tristemente la cabeza. Aunque no ea experto en construcciones, está claro que el pasadizo está completamente inutilizado, así que habrán de buscar otra ruta de salida.

Como no conozcas otra ruta, habremos de salir por donde hemos entrado, le comenta a Kirir.

Aquí debería haber un pasillo...- murmura el anciano- Y no esta acumulación de piedras. Por aquí no se puede continuar.- Señala, intentando mover una de las grandes piedras sin mucho acierto- Creo que tendremos que volver por donde hemos venido.

Por aquí no se puede continuar.- Repite una y otra vez.

Ni corto ni perezoso, Malon se da la vuelta y acompaña al anciano en el viaje de vuelta, esta vez por camino ya conocido.

Durante el camino, inquiere, solícito: ¿No conoces ninguna ruta alternativa? ¿Volvemos a la entrada, pues?

Vamos- se resigna el anciano- Existía una ruta alternativa- te cuenta mientras camináis de vuelta, subiendo y bajando escaleras y mojándoos cuando no queda otra. Existía una ruta... Pero eso era hace mucho tiempo... Jamás podriamos llegar a ella; fue por culpa de las continuas acciones sin reflexión de los que vivían cerca que cayó bajo las embravecidas aguas como una piedra que se hunde por su propio peso, sin poder hacer nada por evitarlo. Ahora estará a cientos de millas de aquí, bajo las aguas del Sirrion.

Finalmente, y para decepción del kender, amobs llegan a la salida sin haber encontrado nada interesante. Aunque pudiera parecer qarece que solo hubieran pasado unos minutos desde que entraron, ya empieza a atardecer.
Lloverá esta noche- anuncia Kirir, mirando el despejado cielo.- Será mejor que nos apresuremos a buscar un refugio seguro.

Lloverá esta noche- anuncia Kirir, mirando el despejado cielo.- Será mejor que nos apresuremos a buscar un refugio seguro.

Vamos, pues, no estoy seguro de querer comprobar a qué se dedican los funnos por la noche, comenta el kender.

Andáis durante bastante tiempo, incluso echáis una hora más después del anochecer, hasta que Kirir decide que un sitio exacto de la explanada [y no los que había detrás y que parecerían exáctamente igual a cualquier otro] es el adecuado para acostarse.

Tras finalizar un par de raciones de viaje Kirir, tan confiado como el día anterior, no tiene previsto hacer guardias; únicamente confía en que la profundidad de la hoguera sea suficiente para ocultarla de los ojos enemigos.

Hasta mañana, Malon. Procura que no te piquen los mosquitos.

Hasta mañana, Malon. Procura que no te piquen los mosquitos.

Oh, no me preocupan, conozco un remedio de mi tía Agnès, que es fantástico contra las picadas de mosquito. Me preocuparía más si hubieran "libélulas" como aquélla de dentro.

Por si acaso, Malon deja cerca de donde duerme una brazada extra de leña para el fuego y coloca ramitas quebradizas en las rutas de acceso más probables a su cobijo.

Duermes plácidamente, prácticamente ya acabando las horas de sueño cuando unos pasos te despiertan. Alguien se acerca por tu izquierda, aunque los matorrales que tienes a tu lado no te dejan ver exáctamente qué.

Te levantas, ya sea para ver mejor o para avisar a Kirir... Hay un par de elfas acompañadas de un humano que van hacia ti.

¡Hola, buenos días!, dice alegremente Malon a los recién llegados. Últimamente este bosque se está poblando mucho. Llegáis a tiempo para el desayuno.

-Buenos días!- responde una de las elfas, mientras la otra se queda totalmente estática al final del grupo.

-BRRRRR..quién habla?- pregunta una voz enana al otro lado de los matorrales, es dificil verle pero ya lo has localizado.

Kirir, por su parte, sigue totalmente dormido.

Malon, con esa vitalidad característica de los kender (y que la mayoría de las razas encuentran agotadora), se pone en pie de un salto y con un timbre de voz entre simplemente agudo y decididamente insoportable afirma: soy Malon Desdosligeros, manejador kender, y ese de ahí que duerme es mi amigo Kirir. Es un famoso mago, ¿sabéis? Pero es buena gente, no es nada pretencioso ni esas cosas que uno lee acerca de los magos, no. ¿Qué andáis buscando por aquí?