Partida Rol por web

Tras un largo viaje habíais llegado al a posada "El Molino" situada en la ciudad de Cendor, la menos hostil de las que había en la zona de "Las Tierras Libres". Esta zona estaba compuesta por muchos parajes, pueblos, ciudades y ruinas que no estaban bajo ningún reinado más allá del gobierno que tuviera cada ciudad. Era una zona de aventureros, y la posada "El Molino" era el mejor punto de encuentro para encontrar aventuras y dinero. Muchos rumores circulaban por este lugar, y además teníais a disposición un tablón lleno de anuncios de particulares que solicitaban ayuda de cualquier persona dispuesta a hacerles favores a cambio de un precio.

El lugar estaba lleno de elfos, humanos y enanos, ya que Cendor era una ciudad que aceptaba todo tipo de razas y les daba cobijo.

Era de noche, la música sonaba y el lugar comenzaba a llenarse de gente. Unas elfas se montaban en algunas mesas y bailaban a cambio de algunas monedas de plata.

Tablón de anuncios

1. Estoy buscando a gente capaz de escoltarme en un peligroso viaje, ofrezco 50 monedas de oro.

2. Mi casa está maldita, necesito alguien con dones, no puedo ofrecer mucho dinero, 20 monedas de oro.

3. Necesito gente capaz de desinfectar mi taberna, está llena de ratas por extrañas razones, la mantengo siempre limpia. Venid para acordar el coste.

4. Necesito camareros, pago 5 monedas de oro la noche.

5. Alguien me ha robado, necesito ayuda. Ofrezco parte del botín robado si es recuperado.

6. Necesito alguien que espíe a mi marido, creo que me pone los cuernos. Pago si traes las pruebas.

7. Se busca gente dispuesta a ayudarme a transportar mi mercancía. 50 monedas de oro.

Estaba agotada por el largo viaje así que decidí acercarme a la barra y pedir una gran jarra de cerveza. Cuando la tabernera me sirvió la jarra me acerqué al tablón de anuncios y me bebí la cerveza algo más rápido de lo que debería mientras me leía de un vistazo las penas y los problemas de los aldeanos que colgaban allí las misiones. Aproveché mientras apuraba el último trago de mi bebida para pegar el oído a las conversaciones que por allí pululaban ya que había oído rumores que circulaban por las calles respecto a esta taberna.

Un rato más tarde y algo ebria decidí que ya era momento de ganarme unas propinillas y me subí a la mesa a bailar con el resto de las elfas que parecían invitarme a unirme a la fiesta. Decidí dejar la armadura al cuidado de Dorn para que no me entorpeciese a la hora de bailar.

Al sentir la vergüeza ajena que provocaba ver a mi compañero (ebrio y dando la nota xD) decidí darle una pequeña patadita 

a la pata de la mesa donde estaba.

Danae se monta con las demás y se pone a bailar, de tal forma que algunos piensan que es una de las bailarinas y le tiran 5 monedas de plata. El enano, sin embargo, pensando en hacerle una broma a su compañera le da un golpe a una de las patas, con tal mala suerte que en vez de tambalearse ella se tambalean las dos elfas que están subidas con Danae, perdiendo el pie y cayendo encima del enano, que con un fuerte estruendo cae siendo aplastado por tan delicadas curvas.

La multitud que ahora se aglomeraba alrededor se quedan mirando al enano y a Danae, pensando que están intentando por alguna extraña razón fastidiar a las elfas, por lo que en cuestión de segundos comienzan a llover sillas en dirección a Danae, mientras que las dos bailarinas se levantan con la intención de escaldar la cara del Enano.

Después de esquivar una silla que venía volando hacia mi y que me pasó zumbando cerca de una oreja observé que en la taberna se estaba empezando a organizar una pelea, la taberna estaba a rebosar y enseguida esto empezaría a llenarse de puñetazos, patadas y jarrazos por parte de todas esas personas que ahora observaban al enano con cara de mala uva. 

Acción: me bajo de la mesa por el lado menos visible e intento esconderme debajo para no llamar la atención.

Mientras las putillas se levantan hago la croqueta hacia un lado y me levanto preparado para salir corriendo hacia la puerta o ventana mas cercana

La silla que iba hacia Danae acabó apostada en la cara de un humano que bebía tranquilamente en otra mesa. Éste cayó al suelo y se reincorporó, al grito de.- ¿Quién me ha tirado el vinooo?.- Y comenzó a ir hacia donde la gente comenzaba a empujarse y pelearse, justo en frente de la barra. 

La cosa se fue contagiando, mientras que Danae, aprovechando la distracción intentaba esconderse debajo de la mesa hasta que pasara la pelea.

Dorn gracias a su pequeña estatura intentó tomar ventaja de ello girando en el suelo hacia alguna posible salida.

Dorn hace la croqueta escabulléndose entre las piernas de algunos, tirando a otros... pero la verdad es que lo hace con tal vigor que parece un pequeño rodillo de huerto. Finalmente choca con algo duro, que es la puerta, por la que puede salir al exterior.

La pelea iba subiendo gradualmente, de hecho Danae se escondió bajo una de las mesas pero la gente utilizaba el moviliario y hubo un bárbaro gigante que cogió la mesa bajo la que estaba escondida para partirla en la espalda de otro. Parecía que la gente de aquel lugar buscaban la mínima para poner a prueba sus dotes de combate, ya que en ese tipo de lugares no se reunían los héroes más reputados, éstos estaban trabajando en palacios y haciendo reuniones de altas élites. 

La gente extranjera como vosotros muchas veces daba mala imagen a la magnífica ciudad, pero eso no parecía afectar a la benevolencia de la gente que normalmente andaban por las calles a horarios diurnos.

El tabernero salió cuando pudo, y lo tuvo relativamente fácil, pues su barra estaba junto a la entrada.- ¡Guardiaaas! ¡Guardias! ¡Pelea!.- gritaba desde la puerta donde Dorn se encontraba, sin reparar la presencia del enano, pues sus preocupaciones eran mayores.

Era de noche, la madrugada, por lo que solía haber pocas patrullas, pero si el viejo tabernero seguía gritando así alertaría a todas a la vez ¡Menuda voz!

Las calles se habían teñido de negro, era fácil esconderse, pero también era fácil caer presa de algún tipo de banda de ladrones, las cuales solían tener su temporada alta cada noche.

Viendo el panorama, cómo crecía la pelea en la taberna y como el tabernero pegaba gritos cada vez más fuertes intenté salir corriendo hasta la mesa donde estaba mi armadura y acto seguido atravesaría la ventana más cercana que estuviese abierta o cerrada, ya me daba lo mismo una cosa o la otra. Lo que tenía muy claro era que tenía que salir de allí lo más rápido posible y dado que no tenia ni una moneda no podía permitirme dejar mi coraza en la silla de manera que tendría que arriesgarme. Hice eco de todas mis habilidades para intentar salir sana y salva y a poder ser sin ser arrestada de aquella situación y recé lo que sabía mientras me encaminaba hasta la silla y a la ventana más cercana.

Danae corre hacia la silla todo lo rápido que puede, pero cuando por fin tiene a dos escasos metros un hombre corpulento aunque desarmado y con una jarra en la mano se antepone y se coloca entre la silla y la elfa.- Pero qué tenemos aquí... una elfa en paños menores... ¡Hip! ¿Dónde vas tan deprisa?.- El hombre parecía no quitarse de en medio.

Dorn mientras aguardaba en la puerta a su compañera.

Utilicé mi habilidad para esquivar e intenté colarme entre las piernas de aquel borracho grandote que me miraba con lascivia para terminar de recoger mi armadura y huir por la ventana como había planerado.