Partida Rol por web

Aguardó paciente. Cuando volaron los proyectiles adversos, alzó el escudo y se ocultó detrás de él. Tuvo suerte y no le cayó nada encima.
Miró con la respiración entrecortada cómo avanzaba la horda. Él no podía estar en primera fila, no con sus armas. No podía formar testudo ni aguantar cargas. Y oyó perfectamente la orden de lanzar sus jabalinas. La oyó. Y no quería deshacerse de su lanza, pero no había remedio. Apuntó a un noble y soltó su proyectil. Más no lo alcanzó. Se perdió en el campo y pronto quedó el pilum cubierto por hombres furiosos.
No se asustó. No era eso. Era simplemente instinto de supervivencia. Trató de empujar hacia atrás y dejar delante de él a hermanos mejor armados. Él podía, así, retener con más facilidad a cualquiera que consiguiera romper la línea. Y con su gladius y los escudos aliados en alto, los cuellos enemigos quedaban cerca para ser segados. Hasta el puñal le valía.

Hago mi tirada.

¡¡Tirada superada!! A ver cómo prosigue el combate...

Antiocus decidió probar otra vez con el arco, no se quedó conforme con las flechas falladas anteriormente. Esta vez si que consiguió hacer blanco. Vio como el britano se llevaba las manos a la parte baja de las costillas, ese no presentaría muchos problemas en combate.

Estaba tan concentrado en los britanos que no había escuchado la orden, lacé la jabalina tarde y nervioso, por lo que la puntería no fue del todo buena, y pasó rozando el hombro uno de los salvajes. La rabia comenzaba a apoderarse de mi, deseando que se acercasen lo suficiente para comenzar el combate cuerpo a cuerpo.

La lluvia de pilums abre boquetes en la masa enemiga. ¡Los guerreros caen como gavillas de trigo segadas! Otros pierden el escudo al tener el proyectil romano clavado profundamente en la madera, volviendo el escudo inservible. Con todo son muchos los guerreros que os asaltan.

- CAMULUUUS!!- invocando su dios de la guerra, el guerrero ataca sin escudo, pero con toda su barbara furia.

Ataque contra ANTIOCUS.

Ataque contra ANTONIUS MAGNUS.

Ataque a FUSCUS.

El guerrero noble ataca con todas sus fuerzas, es bueno, y la ventaja del primer ataque hace que no pueda responder correctamente a su envestida. Menos mal que la formación perfecta romana, y la buena condición física consiguen que su ataque se quede en nada, igualando la contienda para el nuevo asalto del combate...

Antiocus ve venir al bárbaro con los ojos inyectados en sangre dirigiéndose hacia él y decide defender ese ataque por ser el primero e ir con más rabia que los siguientes. A duras penas puede aguantar la fuerza del bárbaro y es alcanzado por él.

Recibió el ataque con el escudo en alto. El oponente no tenía uno. Se lanzó contra el suyo y Antonius tan sólo tuvo que empujarlo hacia atrás. Fue un ataque con las dos manos. La izquierda, con el escudo, empujaba al enemigo. La otra salía disparada hacia su cuerpo, aterrizando entre sus muslos y hundiéndose hasta dar con el hueso. La entrepierna del oponente quedó devastada.

Yo de momento hago la tirada por mi escudo.

Bien!! Consigo conservarlo.

Ahora miro a mi alrededor para ver como va la batalla, sobretodo por lo cercano a mi.