Partida Rol por web

La serpiente se deslizaba con parsimonia por el cuerpo de la mujer, iba posándose poco a poco en el sillón donde esta estaba sentada. La presencia de esta era intensa y poderosa, y por la mirada se notaba que esta lo sabía, mira a Mikael a los ojos y con su llena de sensualidad voz dice:

Y…

La mujer toma la serpiente y la mueve delante suya, la coloca frente a su boca, mueve los labios sin duda susurrando algo y el animal saca la lengua mientras mira a Mikael:

Cuéntamelo y ven

El joven informático estaba hechizado por la forma erótica en que la serpiente se movía lentamente por el delicioso cuerpo de la mujer, envolviéndola, acariciándola sobre su elegante vestido. Se humedeció los labios, deseando por un momento sentir ese roce en su piel y su cuerpo se estremeció ante ese deseo.

La mirada de la Condesa estaba fija en los ojos de Mikael; su susurro (sensual, seductor) pareció estallar en el interior del cerebro del muchacho ... ''Ven'' había pedido, no: había ordenado sin necesidad de gritar, sin siquiera subir el tono de su encantadora voz. Todo su cuerpo gritaba que fuera.

Sin embargo, por un momento, su mente racional aparentó retomar el control.

- Yo ... - todavía balbuceaba - me encantaría, señora Condesa. Pero sepa comprender que prefiera mantenerme alejado de ... de su ... ehhh ... de su mascota.

''Aunque desearía poder rodearla como ella lo hace'' admitió para sí mismo en silencio.

A medida que iba subiendo se hicieron más claras las notas de la sonata Claro de Luna. La música del romanticismo por excelencia, música que siempre me había hecho estremecer, y ahora no fue distinto. La sorpresa fue comprobar que el intérprete no era otro que el propio DuPui. Le tenía por mecenas, amante del arte, pero no sabía que fuera artista por sí mismo. Y sin embargo, allí, entre esas esculturas y pinturas, sentado al piano ejecutando la hermosa pieza, todo encajaba como un guante.

Sólo un artista podía entender que el deseo que podía tentarme por encima de cualquier cosa era perpetuar mi don, podía elevarlo hasta que dejara huella en las generaciones futuras.

No le interrumpí, desde luego que no. En vez de eso me acerqué a él, el hombre seguía absorto en la música, y el ambiente era de relajada sensualidad. El aroma suave a lavanda, la iluminación tenue, todo invitaba a disfrutar de cada sensación, a participar de ellas. Quizá la ausencia de ventanas era algo extraña, pero no le di importancia, no después de haber descubierto el Sancta Santorum de DuPui.

Saqué de su estuche a mi violín, y me sumé a su ejecución pura de Beethoven. Era un modo de comunicarse mucho mejor que la palabra...

Nora observó, sorprendida, aquel efecto óptico que estaba provocando algo parecido como ver que los tejidos se estaban recuperando a una velocidad sorprendente. Parpadeó, mantener la vista fija tanto rato le estaba jugando malas pasadas.

-Claro, no tardo-le contestó cuando la doctora Ga dio la operación por finalizada. Salió de la salita, encontrándose con el mayordomo fuera esperándola. Se quitó la mascarilla y los guantes, se lavó y desinfectó las manos.

Durante todo ese tiempo analizó sus sentimientos, sus sensaciones. La operación había ido bien pero, aun a pesar de ello, la doctora le había dicho que el resultado había sido tosco. ¿Qué más podría haber hecho? Hacia mucho tiempo que no operaba, pero a su juicio la operación había salido perfecta. Tendría que preguntarle a la doctora que consideraba que podía mejorar.

-Estoy lista, cuando quiera...-le dijo al mayordomo.

Enarco una ceja y me encojo de hombros

Semper Fi, no?

Me despido de mi nuevo jefe y me voy donde esta la asiatica.

En fin, y me puedo ir, me puedes acompañar fuera de este laberinto por favor?

La mujer sonríe levemente, parecía en cierta forma sorprendida, no se imaginaba que el informático sería capaz de resistir su comentario, en sus ojos parecía que Mikael había ganado algo de interés para la mujer, la cual se echa un poco más para atrás en su asiento:

¿Y porque ansiabais tanto entrar en este lugar?

No completo la frase, pero dejo más que evidente que la frase debía terminar con “lugar donde no puede entrar la gente como tú”

Finalmente ambos artistas terminaron, Du Pui parecía realmente complacido con lo que había sucedido y así lo demostró con una amplia sonrisa y unas palabras amables:

Ha sido… sin duda una experiencia que no sentía desde hace… siglos... me alegra haber contado con usted y haberla elegido… de hecho solo me arrepiento de una cosa con respecto a usted

El hombre se pone de pie, estaba claro que le gustaba bastante hablar con largas pausas y dando cierta teatralidad a sus palabras:

El no haberla escogido como primera opción… sin embargo, parece que el destino se ha aliado para que seamos capaces de conocernos… por favor, tome asiento… quizás debamos celebrar su presencia aquí, con una buena copa de vino

El hombre se acerca a una mesa en donde toma una botella de un caro vino tinto y sirve un par de copas, ofreciendo una de ellas a Sarah

El mayordomo llevo a Nora a la sala en donde le recibió la noche anterior, justo después de eso salió cerrando la puerta tras de sí para dejar intimidad a las dos mujeres. Tras unos segundos la mujer empezó a hablar con ese tono misterioso y autoritario que usaba:

Ha estado mejor de lo esperado su actuación… aun es necesario pulir algunas de tus habilidades… sin embargo, tras lo que he visto hoy estoy segura que lo que se de ti es cierto…

Aunque la mujer estaba halagándola Nora no podía evitar sentir un escalofrío, cuando la mujer se levanta y se acerca a ella tenía una curiosa mirada, una sonrisa de satisfacción, en cierta forma de orgullo, pero era extraño, era una mirada de orgullo como la que tendría una madre, pero una madre distante y fría, nada que ver con cómo era Sarah, en un tono realmente frio y serio la mujer empieza a hablar:

Hoy has pasado la más importante de las pruebas que pasaras en tu vida… a partir de este momento tu vida será muy diferente a como ha sido hasta ahora… renacerás como algo nuevo… algo que si se esfuerza puede llegar a ser como yo…

La mujer levanta la mano, el movimiento era suave, como el movimiento de una madre cuando esta por acariciar a su hija, sin embargo, algo pasa, Nora puede ver como algo le sucede al brazo de la mujer, este empieza a temblar, escucha como huesos y carne se mueven, como tomando formas imposibles, el brazo comienza a crecer convirtiéndose en un monstruoso brazo de un monstruo más que el de una mujer, la doctora dice en el mismo tono:

Pero para renacer primero hay que morir

Mara mira de reojo a Kelly y comienza a caminar, mientras camina no dejaba de mirar de reojo al chico, parecía bastante sorprendida por verle allí, pero seguía con su actitud profesional. De nuevo empiezan a tomar algunas esquinas, pasadizos, pasillos, aquello era sin duda un laberinto, hasta que llegan al exterior por el mismo lugar por el que entraron, allí Mara dice:

Bueno… si has salido supongo que vas a trabajar con Kraine… si quieres un consejo… intenta alejarte de él lo antes posible… solo le importa la utilidad de la gente

La respuesta, por algún motivo, hace sonreír a la Condesa. No se trataba de la sonrisa seductora, cautivante, que poseía desde que Mikael ingresara por la puerta; parecía una sonrisa más genuina, de alguien que se está divirtiendo ''Como un gato con un ratón a punto de devorarlo'', pensó.

Incluso se reclinó más sobre su asiento, y, aunque su pose ya no era tan lujuriosa, seguía habiendo signos claros de peligro en el comportamiento de la ''demonio'', como la describían los informes.

- En cierta forma, estoy aquí en respuesta a un pedido de Kraine - no se atrevía a decir que sólo estaba investigando, averiguando, casi en solitario - Por supuesto, cuando digo aquí, no me refiero a esta habitación en concreto, o con usted. Sino que me refiero en el Eliseé. Lamento si le estoy haciendo perder tiempo valioso ... fueron los custodios quienes me enviaron a esta habitación.

Una parte de él quería quedarse, arroparse en ese cuerpo peligrosamente sensual. Incluso su mente estaba dividida entre la necesidad de obtener algún tipo de información y la urgencia por salir lo antes posible de ahí. ''No es momento para Pon Farr'', se dijo.

Las notas aún resonaban en el ambiente, suaves y tristes, melancólicas. Llenas de sentimiento. Y DuPui puso en palabras la sensación de predestinación que yo estaba teniendo. Se disculpó, no obstante, por no haberme elegido en primer lugar.

— No se disculpe. Sí, es probable que los hados hayan trabajado a nuestras espaldas para este encuentro. Y, sinceramente, creo que ambos salimos ganando con ello, porque para ambos ha sido una sorpresa este reconocimiento. Conocerse cuando una ya tiene una idea, y espera algo, es una cosa. Hacerlo cuando no se espera, y sin embargo se reconoce esa sintonía, eso es un privilegio.

Tomé la copa que me tendía, con una sonrisa que no pude evitar que fuera conmovida. Me senté, no sin levantarla primero, en un brindis mudo. Y esperé a que él prosiguiera.

La mujer escucha a Mikael cuando habla, al terminar de hablar dice:

Así que un encargo del señor Kraine…

Se queda unos segundos, entonces en un tono que denotaba autentico interés dice:

¿Y qué es lo que te ha encargado?... he de suponer de la misma forma que lo conoces en persona ¿cierto? Y no debes temer… los custodios recibirán su recompensa… adecuada

El tono era sin duda indicativo que no iba a ser nada agradable lo que les pasaría a aquellos hombres, aunque en el rostro de la mujer se notaba que al menos ella iba a disfrutar con la recompensa dada a esos dos hombres.

El hombre se lleva a los labios el vino y da un sorbo no especialmente largo, tras lo cual comienza a hablar:

¿Qué le parece el vino?... es un sabor intenso… madurado con el pasar de los años… pero no cualquier material, cualquier materia prima puede dar caldos excepcionales… por ello es importante encontrar una buena materia prima… alguien que como usted… alguien que es realmente un diamante en bruto… alguien que solo necesita de algunos toques… unos sutiles toques para llevar su arte a la eternidad

Decia mientras observaba a la mujer, su tono era animado, se notaba que estaba bastante contento y animado con lo que estaba sucediendo en esa sala en ese momento.

Probé el vino después de olerlo y mirarlo al trasluz. Levantando una ceja, escuchando lo que mi anfitrión iba diciendo. Realmente era un buen vino, con cuerpo, sólido, aposentado por años de reposo. Asentí tras el sorbo de cata, de rigor, y luego di el segundo, esta vez degustándolo lentamente, sin juzgar, simplemente disfrutando.

¿Diamante en bruto? 

No dejó de hacerme gracia que a mi edad, y ya con toda mi experiencia a mis espaldas, escuchara esa frase, mucho más propiamente dirigida a alguien mucho más joven. Pero desde el punto de vista de un hombre habituado al mecenazgo, y por tanto a los talentos aún por descubrir, comprendí que era lógica. Aún con la ceja levantada, amplié mi sonrisa.

— Dígame, Monsieur Du Pui, ¿a qué toques se refiere? ¿Cree que debería pulir algún aspecto de mi interpretación? ¿Quizá corregir mi puesta en escena, o acudir a algún tipo de academia para afianzar mi técnica...?

Pregunté con toda la educación y amabilidad que me fue posible, aunque el hecho de que me estuviera diciendo que "necesita mejorar" me había descolocado un poco.

Supongo que si... pero gracias a el tu me has salvado la vida,la verdad que siempra hay gente que se aprovechan de una manera u otra de las necesidades,deseos, sentimientos de los demas, se que me utiliza,pero el ...al menos deseo eso,el me servira para llegar al que mato a mi compañero Hugo.

Tu? Cual es tu historia? Que te ata a el? Y por cierto que le pasa en la cara?

El hombre niega suavemente con la cabeza, para empezar a hablar:

Trascender su arte a un nivel más allá del nivel de una persona corriente… hacer que su arte sea puramente inmortal, que trascienda de la vida humana y eso solo puede conseguirse con ciertos cambios

Sarah comenzaba a sentirse extraña, notaba como el estomago le ardía, un ardor de estomago bastante fuerte, las nauseas empezaron a aparecer de pronto, era una sensación agobiante y extraña, fue cuando noto como le venían ganas de toser y tosió, descubriendo que su mano estaba llena de sangre:

Parece que ya ha empezado… el inicio de su transformación ha comenzado… pronto podrá elegir entre desaparecer de este mundo siendo una artista mas o ascender y ser una artista inmortal

Cada vez se sentía un peor, como si su vida se le estuviera escapando, incluso cae al suelo, no tiene prácticamente fuerzas para moverse, nota como su cuerpo va apagándose, Du Pui se pone de pie y toma una copa que tenia apartada, esta tenía un color más oscuro, más intenso, como el de la sangre, se acerca a la agonizante mujer y dice:

Vamos bebe… si deseas no morir… y ascender a una vida diferente, una vida que te llevara a la inmortalidad y que te permitirá ascender.

La mujer parecía ciertamente sorprendida ante las preguntas, mira a Kelly y dice:

¿Yo? Solo soy una mercenaria… si te va bien seguramente nos conozcas a mis hermanas y a mí algo mas… pero por el momento estas bien sabiendo que somos un grupo de mercenarias y que cualquiera con el suficiente dinero u otras cosas que nos interesen pueden contratarnos…

La mujer cruza los brazos unos segundos y añade:

En la cara no le pasa nada… simplemente es así, cuando se produjo su cambio se volvió así… no sé como era antes, nadie lo sabe, pero los que son de… su familia suelen ser así.

Noté algo raro. Al principio pensé que era el vino, demasiado cuerpo para tomarlo con el estómago vacío, debería haber comido algo para acompañarlo. Pero sólo había sido un poco, unos sorbos. La cabeza me rodaba, me mareaba.

— No... no me... encuentro...

No podía hablar. Apenas balbuceaba, pero DuPui sí seguía hablando. Transformación...  artista inmortal... Una arcada me sobrevino, y con ella mis pulmones reventaron, tosí... tosí mi propia sangre... El ardor se hizo inaguantable, mis entrañas se estaban deshaciendo, me caí...

¿Qué me había hecho este hombre...? ¿¡Me había envenenado!? El corazón me latía cada vez más deprisa, ¡Me estaba muriendo! Entre espasmos le escuché, le oí decir algo acerca de que bebiera... si quería vivir... si no quería morir...

No quiero morir... ¡¡NO QUIERO MORIR!! 

Lo grité, pero sólo en mi mente. Boqueaba, me ahogaba. Me moría. La copa de vino oscuro como la noche se balanceaba ante mis ojos, él la acercó a mis labios, asentí. Sí, sí quería vivir, sí, bebería... haría lo que fuera...