Partida Rol por web

-En mis tiempos se pegaba mas fuerte, sois hijos de la primavera! Escuchimizaós. No valeís pa ná-  Fausto grita con fuerza, aunque no sabéis si os lo dice a vosotros o a los monstruos. Después escupe en el suelo y se saca un cigarrillo que tenia ya liado y se lo enciende.

Acto seguido vuelve a lanzar otro rayo con fuerza al que está cerca del general.

La pulla del anciano le tocó la moral. Aunque su instinto le decía que se escondierá en la copa del árbol y no interviniera, se armó de valor y decidió actuar.

El gnomo se frotó las manos haciendo surgir un humillo violáceo. Miró al krero que estaba más cerca suya y chasqueó los dedos de su mano derecha. Ahora, donde otrora un kreros amenazaba con atacar al Azoriam, se alzaba un soldado con su espada desenvainada, con aire hostil.

"Venga monstruos idiotas, morded el anzuelo", pensó Specullo.

- ¡Ayuda con estos! - me pongo a la defensiva o esquivando los ataques de los multiples krelos que me atacan

Furioso con la bestia y con el viejo trato de levantarme y ponerme en guardia.

Viendo a Acharl con un krero encima y a Nerbar lidiando con dos, decido ayudar a este último

-Aguanta Nerbar!!!

Grito mientras hago circular hasta la última onza de mi energía por todo mi cuerpo y dirijo mis dos garras al cuello de uno de los dos kreros.

Tras un rápido vistazo al campo de batalla y, ante los apuros del grandullón enlatado, sin dudar aprovecho la inercia de mis movimientos para arremeter contra el krero que lo mantiene aprisionado.

Acharl consigue quitarse de encima al kreros que no para de arañarle la cara. Agarra su hacha y se pone en guardia.

Fausto lanza un gran rayo que derrite la carne del kreros cercano a Kythos. Este sigue de pie, pero está en las últimas.

Una ilusión se genera cerca de una de las criaturas cercanas a Azoriam, en concreto la que más cerca se encuentra de donde se escondío Specullo. Un soldado aparece y desenvaina su espada desafiante al kreros, llamando su atención.

Nerbar se prepara para esquivar los inminentes ataques de los kreros cercanos.

Xsii avanza por la espalda del Kreros que ataca a Acharl y repite de nuevo su táctica. Como ya habéis visto sus dagas atraviesan sin mucha dificultad la armadura de la bestia y la deja en el suelo, inmóvil y desangrandose. El gaet'za no tiene piedad alguna.

Kythos se prepara para esquivar otro ataque.

Crispado avanza ahora que la bestia que tiene Acharl delante no es una amenaza y arremete contra el cuello de unos de los kreros. El fortisimo golpe hace que el kreros caiga al suelo, sangrando profundamente por el cuello. Las garras del gato se encuentran llenas de sangre y tejidos provenientes de la tráquea del monstruo.

Las bestias atacantes empiezan a dar vueltas sobre Kythos y Nerbar, como si esperasen algo. De repente Acharl, Nerbar y Kythos sienten como la tierra que pisan ceden y caen al vacío.

El soldado que ha aparecido engaña a la bestia y hace que esta le ataque, solo para que la criatura descubra que es una ilusión y no es real.

La tierra bajo vuestros pies cede. Caéis de lleno en un agujero.

Caes directamente, no tienes donde agarrarte y si te apoyas en las paredes la tierra cede y no te permite agarrarte. El golpe es tan fuerte al llegar al suelo que caes inconsciente.

Caes directamente, no tienes donde agarrarte y si te apoyas en las paredes la tierra cede y no te permite agarrarte. El golpe ha sido fuerte. Mientras te levantas puedes observar como has caído en la madriguera de los kreros. Por suerte puedes ver en la oscuridad; en el sitio hay como unos 5 cadáveres de otro Kreros, lo que no te esperabas era un traicionero ataque por la espalda de uno de los monstruos. 

El golpe impacta con fuerza en tu espalda, el arañazo escuece mucho. Te giras y observas a tu alrededor; solo hay dos kreros. Uno es el que te ha atacado y otro el que acaba de dar un zarpazo a Nerbar.

Kythos está en el suelo, inconsciente.

Caes directamente, no tienes donde agarrarte y si te apoyas en las paredes la tierra cede y no te permite agarrarte. El golpe ha sido fuerte. Además escuchas dos cuerpos caer, por la voz reconoces que uno es Acharl, el otro viste antes de caer que es Kythos.

Mientras te levantas intentas ver las zonas iluminadas con la tenue luz de la superficie, pero un día nublado no ayuda. Lo que no te esperabas era un traicionero ataque por la espalda de uno de los monstruos.

Un poderoso zarpazo en la oscuridad recorre tu espalda, estás en las últimas. Te giras pero no ves a tu enemigo. Escuchas como Acharl recibe un impacto.

Azoriam grita a la vez que suelta sus dos espadas en la cabeza del Kreros y lo decapita.

"¡Hay que bajar a por ellos!"

Adopto una postura defensiva al ver la aparición de otros agujeros. 

-¿Eztáz bien, Nerbar? -pregunto mientras ataco a la bestia más cercana con mi potente hacha.

- No, caeré al próximo golpe... - digo sin mucho resuello - solo podemos acabar con él y subir - Intento trepar por donde he caido.

-Vosotros primero- digo jadeando -en espacios estrechos soy poco menos que inútil. Sigo atacando con mis dos dagas.

-¿Bajar? Mis cojones- comenta Fausto tirandose un cuesco enorme al levantarse para moverse a la roca de la derecha.

-Yo ahí no bajo. Me quedaré en las rocas fumando de mi pipa.- está vez Fausto levanta la mano y de su dedo índice aparece una luz que va directa al monstruo que tiene al lado el soldado.

Fausto lanza un proyectil mágico que penetra las placas de la criatura cercana al soldado ilusorio. Azoriam avanza a la misma criatura y acaba con ella hincando sus dos espadas en la cabeza de la criatura. La alucinación del soldado desaparece.

Specullo decide quedarse escondido, preparando su siguiente movimiento.

Xsii avanza raudo hasta posicionarse detras de los dos kreros que miran a Crispado. Como siempre, clava sus dagas en los costados y espalda del kreros menos dañado, creando heridas profundas que terminan eliminando al monstruo. Crispado se pone en guardia mirando el suelo con paranoia, atento por si lo que pisa se derrumba.

El kreros restante, muy dañado y sangrando profundamente, intenta huir de la batalla, pero el lagarto reacciona rápido y consigue clavar de nuevo su daga en el costado del último enemigo. Con el kreros intentando huir en una dirección contraria a la del Xsii y este tirando de su cuchillo para él, la criatura provoca que la herida sea más severa y alcance un mayor recorrido, resultando en una grave herida que la deja en el suelo, ya muerta.

Escucháis ruidos de lucha provenientes de los agujeros.

No quedan más enemigos en la superficie.

Azoriam saca una cuerda de su mochila.

"¡Qué alguien la agarre y pueda aguantar mi peso o que la use para bajar, pero decidid rápido!"