ABajo hay dos humanso, un hombre con armadura completa y un espadon, una mujer con un estoque, un enano con algo sentado a su hombro y dos encapuchados que estan sobre un pequeño charco, en el exterior esta lloviendo sangre.
Tienes tus pertenencias
Ante las palabras de Lord Armus, asiento, decidido y comprometido, mientras mi mirada recorre el lugar, observando como unos corren de un lado a otro y otros muchos se dirigen a fuera, dispuestos a ayudar...
Haré todo lo que esté en mi mano. - afirmo, encaminándome a la salida, dispuesto ayudar como el resto de caballeros...
Caminas mientras la lluvia sangrienta te mancha, mientras notas como la propia desesperanza se une a ti y que algo no va bien, como en un destello te separas de tu camino y vas hacia un lateral hacia los bajos fondos, una puerta abierta y una voz
Cita:
Con el rojo tiñendo mis ropas, y mi alma apesadumbrada ante los acontecimientos, el simple hecho de escuchar una voz logra llamar mi atención, e instintivamente me muevo en dirección a la casa de la que surgen las palabras. Cauteloso, me acerco a la puerta, mientras agudizo el oído e intento observar el interior de la morada.
La sola mención de la palabra Dioses retumbó en su cabeza como las trompetas de mil ejércitos infernales. Por mínima que fuera la posibilidad de intervención divina era suficiente para sacudir todo su cuerpo, tensando los músculos hasta un dolor insoportable a medida que la razón se apartaba dejando paso a un animal totalmente loco.
Doclan sacó la espada del suelo para dar un simple paso destrozando el mueble más cercano de un mandoble encolerizado, veía la respiración de aquellos miserables y solo contribuía a enloquecerlo aun más.
- Odio a los Dioses, odio cada vez que aparecen, pero como no reveléis todo con vuestro próximo aliento os cortaré la cabeza antes de que podáis volver a parpadear. -
Un golpe y cuando mirais en la puerta hay un hombre, un clerigo por sus palabras que parece que ha oido las ultimas que has dicho.
En esta casa empieza a haber más gente que en el mercado al mediodía.. Murmuro por lo bajo.
Clavo la mirada en el hombre que acaba de entrar y sin decir una sola palabra desaparezco de la vista
¿algun simbolo sagrado que sea reconocible?
El simbolo de la dama en su tabardo y una maza en su cintura colgada
Sabiéndome descubierto atravieso el umbral de la puerta, fijando mi mirada, serena, en cada uno de los presentes. En silencio doy otro paso al frente, dejándome ver completamente mientras mi mano descansa sobre la empuñadura de mi espada y mi mirada, intensa, intenta descifrar lo que sucede. En ese instante, el enano desaparece, lo cual tensa todos mis músculos, e instintivamente deslizo un palmo de mi arma fuera de su funda.
Represento a las caballeros de la ciudad, así que antes de que nada más ocurra aquí, estoy dispuesto a escuchar lo que sucede. Hablad. - afirmo, mientras mi mente prepara el conjuro adecuado por si la situación se volviese en mi contra.
Master, a parte de los pjs, hay alguien más? A quien amenaza Erik?
Deja tu arma donde esta Resuena una voz desde donde estaba el enano
No tengo ningun interes en enfrentarme a un siervo de la Dama, ni aunque entre sin darse a conocer. Estos desgraciados son los responsables de un asesinato y estaban a punto de contarnos todo lo que saben
hay un par de encapuchados que son los amenazados y una pixie paseandose por ahi y un par de cadaveres en el suelo tambien encapuchados, uno de ellos decapitado
Miro al hombre que representa a la guardia y hago una mueca.. pero ni respondo ni bajo el arma que tengo levantada hacia los encapuchados.
- Así que representáis a los caballeros de la ciudad. Interesante... Yo represento a los Vigilantes además de ser su instructor, uno de estos fantoches con capucha es un asesino, y sus compañeros cómplices.
Por razones que no entiendo, afirman que esa lluvia roja es cosa de los dioses, de los cuales no voy a repetir mi opinión. Si vuestra atención es ayudar ser bienvenido, si por desgracia no es así pensar bien antes de desenvainar ese acero. -
La explicacion del que dice representar a los vigilantes centra toda mi atención, e instintivamente, mi mano enfunda de nuevo el arma.
Puede que tengan razón, y os guste o no, la lluvia sea a causa de los dioses. - afirmo, dando un nuevo paso al frente, ahora con ambas manos descansando cerca de mi cintura. - O al menos eso creemos, asi que si ellos saben algo acerca de ello, deseo saberlo. - continuo, desviando mi mirada, hasta ahora posada en el vigilante, hacia los encapuchados. - Quizás sea importante, pero antes, ¿podeis decirme a quien han asesinado? - pregunto, devolviendo mi mirada al hombre, asi como a la mujer que sostiene su arma en alto.
- La muerta está en uno de los callejones laterales, con todas sus posesiones y una herida de arma cortante limpia y perfecta. Tiene una marca que la identifica como una ladrona, o puede que algo aun peor... de poco le ha servido.
Seguimos a estos imbéciles hasta este lugar, pero son incapaces de pronunciar coherentemente, luego empezó está condenada lluvia y las preguntas siguieron aumentando9 y las respuestas sin aparecer. -
Una pequeña silueta se escurre por la barandilla de las escaleras y de un ágil salto pone sus pies de nuevo en el suelo.
-¿Nos conocemos?... su mirada mira a cada uno de los presentes y sus manos siempre estan dispuestas para desenfundar sus armas en pocos segundos.. no recuerdo haber entrando aquí por mi propio pie... se pregunta casi para él dejándolo en el aire.
Ya veo... - empiezo a decir, y estoy dispuesto a continuar cuando la figura del mediano hace acto de presencia, llamando mi atención así como la de mis sentidos.
Alerta, mi mano vuelve a correr al encuentro de mi espada, a la vez que escucho las palabras del recién aparecido, pero guardo silencio, a la espera de una respuesta por parte de los otros allí presentes, pues quizás es conocido de ellos.
Resoplo desde algun punto ideterminado de la habitacion desde donde despues se escucha mi voz
Otro aparecido de repente aqui?, esto es un refugio de asesinos, no la taberna de la plaza, cada vez me estoy hartando mas de estas cosas, asi que comienza a explicar y rapidito
Al salir de mi escondite poniendo suelo en tierra.. cayendo como una pluma sobre el, Rodeo la sala hasta asegurarme del preciso momento de que no hay ninguna trampa o estoy siendo artifice de ella.
-Inútil...- Mis ojos se estrechan un poco al fijarme en el enano Fritz. Tranquilo, yo no soy un asesino. O quizá si, quizá me hayan traido para machacar tu estúpida cabezota.
Estúpido Se me escapa lentamente entre dientes mientras me fijo en alguna de las ventanas para ubicarme y saber mas o menos donde me encuentro. Solo has de coger esa artimaña y salir de aquí.. Al instante se me repiten esas palabras en mi mente recordando el momendo en el que estuve en la caravana es entonces cuando me doy a explicar.
-Yo estaba en una caravana, lo recuerdo, allí estaba el mago negro y tenía que robarle un collar mágico. No se muy bien porque, me lo dijo la chica de la taberna. Lo malo que no recuerdo su nombre. hago una mueca hacia un lado Estaba apunto de conseguirlo cuando de repente algo me envolvió y aparecí aquí. ¿A alguno de vosotros os ha pasado lo mismo?...es extraño-