Partida Rol por web

Khon Kaen III

Provincia de Alarion, Mancomunidad de Lira

9 de Abril de 3027

Un viento gélido barre las planicies circundantes pero en el campamento, situado en una depresión del terreno que les sitúa a unas decenas de metros por debajo de la línea del horizonte, solo se percibe una ligera y fría brisa. El paisaje desolado recuerda a un desierto rocoso, carente casi por completo de vegetación salvo por unos ocasionales matorrales de hojas y tallos de color amarillo anaranjado. Ni una nube se divisa en el cielo cercano al mediodía, donde la estrella de la que toma nombre el planeta brilla con fulgor amarillento, enorme en mitad del cielo. Si bien la gravedad local, tan solo un poco por debajo de la estándar, no ha supuesto ningún problema para aclimatarse, no puede decirse lo mismo de la atmósfera del planeta, a la que todavía se están acostumbrando. Aunque es respirable, con cada inspiración sus cuerpos reciben un porcentaje de oxígeno menor que el habitual, y eso está causando algunos problemas transitorios en algunos de ellos: dolor de cabeza, mareos y cansancio, principalmente.

Los cuatro battlemechs se yerguen inmóviles y silenciosos en distintas posiciones a lo largo y ancho del campamento, siguiendo una distribución irregular. Y están todavía terminando el proceso de su particular aclimatación al planeta por parte del personal técnico: los sistemas de navegación están calibrándose con el campo magnético local y se está comprobando que los actuadores responden correctamente a los parámetros de gravedad local y haciendo los ajustes de última hora para que su respuesta sea la esperada. Sin los elevadores mecánicos necesarios para mover material pesado en este campamento no se pueden realizar muchas de las labores de mantenimiento habituales, como recargar munición, sustituir blindaje destruido o cambiar un sistema interno averiado por otro nuevo, así que si hay alguna avería se tendrán que conformar con reparaciones y parches con lo que haya a mano.

Para tener un mínimo de confort y organización en el campamento, y aprovechando la contrapendiente de unas rocas de grandes dimensiones, se han desplegado unos grandes toldos miméticos para acondicionar una zona de descanso y otra para almacenamiento de equipo. En la zona de almacenamiento se amontonan los víveres (raciones de campaña y agua para tres días), herramientas y equipo diverso para el mantenimiento más imprescindible de los battlemechs, las armas y municiones que cada uno ha traído y algo más apartado hay un generador solar para proveer de energía al campamento. Un equipo de comunicaciones por satélite está permanentemente atendido mediante una rotación de guardia del personal técnico. También hay un mechwarrior permanentemente de guardia situado en el extremo norte de la depresión donde está ubicado el campamento, observando la Planicie de Andrómeda por si se detectara alguna columna de polvo procedente del cuartel enemigo.

Hace ya varias horas que están instalados y Nagato y sus hombres, el equipo Serpiente, está de camino a las inmediaciones del cuartel. A estas horas Hurón debe haber sido desplegado también cerca de Kaen Prime y la nave de descenso debe estar volviendo a las antípodas del planeta para salir al espacio sin ser detectada, para reunirse con el caza de Petrakis, Halcón, que espera instrucciones en órbita, listo para intervenir cuando se le necesite. Solo queda esperar a que se reciban los mensajes de Cobra y Hurón para ponerse en marcha... o retirarse.

Jason decide pronto que odia Khon Kaen III, es un planeta de mierda.

De hecho, le recuerda bastante el miserable pedrusco espacial en el que nació, allá en el Cúmulo Haven, bastaría tan solo con añadir algo más de malsana humedad para convertir el polvo en fango y estaría como en casa… razón de más para detestarlo con toda su alma.

Además, él es un Mechwarrior, tiene claro que no nació para “pisahormigas” y el simple hecho de moverse por el planeta con esta jodida mierda de atmósfera apenas respirable le hace jadear en cuanto da cuatro pasos…

Ostia puta, si no puedo ni con la carga del traje de protección, quien me iba decir lo que pesan estas capas de blindaje ablativo personal…

La cosa llega a tal punto que cuando no está a bordo de su Skanda haciendo su turno de guardia, recurre a ratos al equipo de respiración que compró en Solaris VII para echar unas cuantas inhalaciones que le mantengan bien oxigenado. Tiene cuatro horas de oxigeno, así que se lo va racionando poco a poco, pero algo alivia… Sabe que haciendo esto perjudica el proceso de adaptación al nuevo ambiente, pero qué diablos, le importa una mierda, no piensa estar lo suficiente en esta puta roca como para tener que acostumbrarse, y además su puesto está en la carlinga del poderoso Skanda, no tiene que entrenar el físico…

Y si él lo está pasando mal, no quiere ni pensar cómo debe estar llevándolo Lewonsky…

Solo de mirarle la cara abotagada se le encoge el estómago, no le gusta reconocerlo pero la verdad es que le ha cogido algo de cariño al gordito. Y es un puto crack en lo suyo, claro, eso también cuenta…

De modo que, aunque de forma disimulada, se mantiene cerca suyo por si necesita un oportuno rescate de su respirador. No todos hemos sido igual de precavidos. Y eso abarca muchos aspectos…

- Oye, Tommy, quería comentarte algo – le dice durante un periodo de descanso – Mira, socio, sé que nunca has sido muy partidario de cargar con un hierro… – cuando su colega le mira con cara de no entender demasiado, deja ir un suspiro y le muestra el cañón que lleva en la funda sobaquera, un flamante revolver con puntero laser y mira telescópica de infrarrojos – pero esta aventura puede ser peligrosa, así que no voy a permitir que vayas por ahí desnudo – extrae el arma de la funda y se lo tiende por la culata nacarada, decorada con escaso gusto por el grabado de una mujer extremadamente voluptuosa.

No aceptará una negativa como respuesta…

Aclaro el reparto del equipo de Kirkpatrick...

Nada más establecer el campamento y determinar las ocupaciones de cada grupo y organizar las guardias, la veterana mechwarrior pelirroja decidió encargarse de la primera de las guardias de vigilancia de la Planicie de Andrómeda. Cogió un fusil pesado Zeus que había pedido prestado a los hombres de Nagato, que habían dejado gran cantidad de material allí al no poder cargar con todo, y tras echarse a la espalda una mochila con algo de comida y demás se dirigió caminando despacio en dirección norte. Habia que recorrer casi trescientos metros hasta llegar a un punto donde la depresión del terreno se nivelaba cada vez más con la planicie, hasta llegar a un terreno quebrado donde se equiparaba la altura y la visibilidad del terreno más allá en dirección a la Planicie de Andrómeda era de unos diez o quince kilómetros. Si el viento amainara y el polvo en suspensión se redujera, seguramente se podría incluso llegar a ver el cuartel de la guarnición.

Al cabo de unos pasos se volvió a medias y se despidió del grupo.

- Nos vemos en un rato. Jason, ¿me relevas en un par de horas?

Allí permanece Cassandra O'hara de nuevo silenciosa y solitaria, diferente de la Cassandra que tras un combate, aunque sea simulado, se muestra animada y comunicativa.

Tenía la boca seca y volvía a beber, la atmósfera del planeta le hacía sentirse raro, cansado y con una sed superior a la habitual (si cabe)

Menos mal que bajé una gran previsión de cola...

Acomodó las herramientas y sus cosas en un rincón de la tienda, donde había sido asignado, mientras pensaba en Petrakis.
Todo ha sido muy rápido y apenas he podido despedirme de él, bueno un golpecito en el hombro para desearle suerte... qué teatro hizo después el jodio con si le había pegado... pensó sonriendo.
Bueno, es un buen piloto, nos veremos en unos días...

Salió fuera de la tienda de nuevo a coger aire, infructuosamente. No se acostumbraba a ver esa desolación, pero bueno, era su trabajo estar ahí.
De momento no llevaba el traje NBQ, era demasiado molesto ahora que nada iba a pasar, pero estaba preparado para ponérselo si la ocasión lo demandaba.

En eso que se le acercó Jason y le ofreció un revólver...

No, no, Jason, no es necesario, pero ante la insistencia de éste...

Que no es necesaro, pesao... espera... y entra dentro de la tienda.
Al momento sale con su mochila pequeña y empieza a rebuscar en ella... a ver... las gafas, el botiquín, ¡mira!, la funda preservadora que me diste... esta te la reservo, sonrió... por aquí no... el comunicador... ¡ah! ¡aquí al fondo está!... y sacó un cinto enrollado sobre una funda que contenía un revolver...

Mira, yo ya estoy preparado... sólo he de cargarlo y lo tengo listo... ¿Pensabas que estaba inerme? Pero por quién me has tomado! y le dió un golpecito en el hombro a la vez que le guiña el ojo.

Gracias Jason, espero no necesitarlo, la verdad es que estoy nervioso... sobre todo por Vega... y poniéndole la mano sobre el hombro le dice... tío, cuídala.

Y como para quitar trascendencia acaba diciendo: Porque tú ya eres mayor y sabes cuidarte solo, oh, por supuesto, jeje, aunque se notó a la legua que esa risita era forzada y de preocupación.

Pongo aquí el equipo que llevo para tenerlo anotado, si te parece.

El resto en el campamento salvo lo que dejo en la Saltarina:
Kit herramientas (las viejas, solo bajo las de titanio).
La documentacion.

Durante las lentas horas en que han de esperar, atascados en el pequeño campamento temporal, a que la Serpiente recorra los cerca de treinta kilómetros que los separan de su objetivo y Cobra pueda transmitir por fin su señal de aprobación para pasar a la siguiente fase, los cuatro MechWarriors tienen tiempo de sobras para hablar entre ellos, inmersos en la tensa calma que precede a la tormenta…

Jason busca la compañía de Vega para tratar de animarla y atemperar sus más que probables nervios anticipatorios, sabe que estos momentos de forzosa inactividad deben ser duros para alguien que afronta su primera misión ante fuego real.

- ¿Cómo lo llevas, preciosa? – bromea con ella – No sé tú, pero yo ya estoy hasta los mismísimos de estar aquí aparcado, macerándome en este asqueroso polvo anaranjado y boqueando como un pez fuera del agua… - le hace un guiño y aclara - ¿Sabes lo que son los peces, verdad? No es que yo haya visto muchos tampoco, pero son esos bichos que viven en las peceras de los acuarios de los ricos… dicen que antiguamente había cosas de esas en los mares de la Tierra, y que la gente incluso los pescaba se los comía… ¿Te imaginas, hacer eso con el dineral que valen?

Dedica un buen rato de charla a las trivialidades de la conversación informal, pero finalmente llegan de forma ineludible al tema que a todos les preocupa, y Jason se muestra convencido:

- Lo vas a hacer bien, cuando llegue el momento, no me cabe la menor duda de eso – le sonríe – Somos mucho más de lo que estos mineros paletos pueden digerir, recuerda lo que decían justo a propósito de los dichosos peces: El grande se come al chico – señala con el mentón la impresionante estampa de sus Mech de Asalto y afirma – Creo que queda bastante claro quiénes van a ser los peces más grandes de este estanque… así que solo tenemos que dejar que suceda lo más natural: que ganemos.

Incluyendo a otros camaradas de armas en la conversación, Jason intenta acabar de concretar el que será su plan de ataque. Quiere que todo quede perfectamente claro…

- Supongo que después de todo lo que hemos entrenado en el simulador la cosa está ya bien definida – enuncia – Si la oposición que nos encontramos es la esperada, es decir algo casi testimonial, supongo que lo lógico sería ser más bien conservadores, para así minimizar los daños y no gastar apenas en reparaciones – sonríe al tiempo que hace su sempiterno gesto con las palmas abiertas - El León y el Lobo atacarán como es de esperar a larga distancia, y tanto tu Pantera como mi Hiena pueden hacer lo mismo, con el CPP y el AMLA/20… aunque yo personalmente intentaré ahorrar munición y usar los cuatro laser medios, que ya cumplen bien su función… - mira a sus compañeros buscando su aprobación colectiva – Pero una cosa debe quedar clara, si resulta que hay sorpresas y el combate se pone duro, tenemos que actuar contundentemente y bien coordinados. Concentraremos el fuego de León y Lobo siempre sobre el mismo blanco… y bueno, si algo sé sobre los Mech de Asalto es que están diseñados para meterse de lleno en el fregado, así que tú y yo, nena – dice abrazando por la cintura a Vega y zarandeándola un poco con cariño – nos vamos a lanzar a la yugular de esos capullos y les arrancaremos el corazón aun palpitante…

A medida que pasan las horas el Lirano va aclimatándose al duro clima del planeta, aunque no sin poco esfuerzo. Sin duda alguna tanto Nagato y sus hombres como Roark... o mejor dicho cobra y hurón, han hecho los deberes en la nave de descenso. Apenas pusieron el pie en tierra y se organizó mínimamente el campamento, echaron a correr en dirección a su objetivo; mientras el resto apenas podía respirar normalmente.

Edmond apenas puede ocultar su asombro cuando ve a Cassandra ataviada con la indumentaria de faena y armada con el fusil pesado. Al pasar por su lado inclina la cabeza con media sonrisa en la cara - Una mujer de armas tomar - piensa - lástima que por sus venas corra sangre de Skye...-

- Dios mio Kirkpatrick - bromea al ver la conversación del de la periferia por los suyos - la falta de oxígeno en la atmósfera te está provocando un inaceptable sentimiento de preocupación por los tuyos. Realmente sorprendente - Sin embargo al mirar a Vega el gesto se vuelve algo mas serio, casi de preocupación. Está claro que la joven mechwarrior ha hecho progresos en estas semanas de viaje. Aprovecharon todo el tiempo disponible para que se familiarizara con la nueva configuración de su mech, con sus ventajas pero también con sus puntos débiles. Y sabe que tendrá que acercarse para sacar ventaja... acercarse mucho; y eso es arriesgado. Pero de alguna manera hay que aprender, y en su caso tiene un mech de asalto - Lo hará bien. Seguro. - 

No sabía bien como intervenir...

Estooo, ¡chicos!
Una cosilla... ejem... aún a riesgo de parecer cenizo, se me ha ocurrido que... vaya... que deberíamos tener un mensaje en clave por si alguno es capturado y le obligan a comunicarse con el resto...

Estilo: Ejem, se aclara la voz con un leve carraspeo. Aquí Ballena, o el apodo de cada uno, aclara, "Todo está perfecto, repito, todo está muy bien" quien diga eso exactamente es que tiene problemas gordos y no puede decirlo. ¿Os parece? Dijo acompañado de movimientos con las manos que simulaban hablar por un comunicador.

El aire lleno de partículas de arena, rozaba su rostro. De vez en cuando, la joven mechwarrior se pasaba la mano por el pelo para quitarse el exceso de arena que se acumulaba entre sus cabellos- Peces....Nunca he visto en directo esas criaturas... sería una gozada poderlos ver fuera de esas peceras campando a sus anchas- no entendía de qué servía mantenerlos en cautiverio si se les priva de su mayor bien, la libertad. Se acercó a Jason, para escuchar con atención todo lo que decía. Se cruzó de brazos para intentar cobijarse del frío viento y asintió con firmeza, como si tuviese todo claro. Cuando Jason le abrazó por la cintura, deseó que todo lo que levaba pensando durante el viaje fuese cierto-Si salgo de esta, se lo preguntaré sin más rodeos...- le miró a la cara, y le acarició con la mano la incipiente barba que le había ido creciendo desde la primera vez que le vio, que no hacía más que darle un aspecto más afable. Luego, sonrió ante el comentario de Edmond- ¿Protegedme cuando me adentre en la selva, ehhh?- le guiñó un ojo y se soltó de Jason para ir hasta donde estaba Tom y le dio un efusivo abrazo, dándole varias palmadas en la espalda. Se acercó a su oído y le susurró algo- Gracias...cuídate tú también-  y le dedicó una de sus más emotivas sonrisas. Aún con los ojos húmedos y brillantes por la emoción, y con las venas llenas de adrenalina y coraje, se dirigió al grupo-No podía tener mejores compañeros cubriéndome las espaldas-y mientras daba saltitos calentando, volvió a decir -El zoo está listo.

Cuando le toca subir hasta la cresta de la depresión, hacia el norte, para relevar a Cass en el puesto de vigilancia, Jason recoge el subfusil Imperator que hasta ahora reposaba junto al resto de su equipo bajo las lonas y tras sopesarlo decide dejar el casco integral ablativo para reducir el peso transportado sin renunciar al equipo de respiración, que le va a hacer falta si debe pegarse una larga caminata cuesta arriba cargado con todo su equipo de combate…

Desde luego no envidia a Nagato y sus hombres la agotadora marcha forzada que deben estar realizando en estos momentos, con esta atmósfera tan tenue. No lo siente tanto por Hurón, ese cabrón de Roark es un puto Lohengrin y esos no parecen humanos… seguro que ni jadea…

Jason está secretamente convencido de que el agente del CIL es la garantía de riesgos de su contratante para esta aventura, cada vez está más seguro de que detrás de todo está la Casa Steiner y que toda esta enrevesada trama ha estado en el fondo orquestada por la propia Mancomunidad… querrán manipular a la opinión pública para que centren su atención en los peligros de sus fronteras exteriores, o algo por el estilo… Sea lo que sea, no se traga eso de que sea un ex-agente que ahora trabaje por libre. Aunque lo de que se trate realmente de la persona que está detrás de los crímenes selectivos cometidos por el célebre asesino a sueldo conocido como La Parca ya le parece más verosímil. Da el perfil. Y mejor no tenerlo en contra. Subido a la cabina de su Skanda solo es un pisahormigas más, pero pie a tierra es peligroso…

Por supuesto está el tema de: ¿si es un agente, por qué me reveló su identidad en la Saltarina? Bueno, la respuesta es evidente, porque quería que yo lo supiera. Fue una especie de aviso, emitido justo cuando yo empezaba a desplegar mis propios planes para sacarle jugo a la misión e intenté implicarlo en ellos… en otras palabras, se limitó a “presentarse” como disuasión, para comunicarme que era mejor atenerse al pie de la letra al plan original. Pues vale, oído cocina. Acotaré mi inventiva para no enfrentarme a los intereses del CIL. Pero eso no quita que vaya a intentar cobrar al menos una parte del rescate por la “amenaza pirata”. Es nuestra propina por un trabajo bien hecho, nos la merecemos…

Cuando llega hasta donde está Cassandra se asegura de que esta le ve venir claramente, no estamos para bromas en un puesto de guardia, y menos cuando hay un Zeus por medio…

Saluda con la mano y al acercarse, ahora que están a solas, le dice con una sonrisa pícara:

- Joder, mira que llegas a estar sexy con ese cañón en las manos…

Sin embargo no va a insistir más en el tema, ha empezado a conocerla bien y sabe que cuando está trabajando, cuando hay que ser profesional, su carácter abierto y pasional se transforma, escudándose en una coraza de fría y seria eficiencia. Le gusta esta mujer…

- Ya puedes bajar a descasar al campamento, pelirroja, de aquí a dos horas me mandas al Lobito estirado para que me sustituya aquí arriba… dejaremos a la niña para el final, para que descanse un poco mejor.

Cuando Vega le dió el abrazo, en primer momento quedó petrificado, pero luego fue levantando las manos y la abrazó también.

Sí cuídate y cuídale... vaya que os cuidéis... 

Era imposible quitarse de la cabeza la experiencia del simulador, sin ella seguro que Tom estaría mucho más tranquilo...

Cassandra recibe a Jason con una sonrisa cuando menciona que está sexy con el fusil pesado.

- Tus piropos siempre tan delicados y floridos...

Echa un último vistazo a la desolada planicie e inspira de nuevo llenando todo lo que puede sus pulmones, lo que realza de nuevo el exuberante pecho que lamentablemente la ropa de abrigo tapa en estas circunstancias. Se gira y cuando se dispone a marcharse, echa un vistazo al campamento para comprobar si alguien les está mirando y al pasar acaricia el pelo desgreñado de Kirkpatrick. No dice nada, ni siquiera se vuelve a mirarle mientras se encamina descendiendo al fondo de la depresión donde han establecido su campamento.

Han pasado varias horas y Kirkpatrick ha relevado a Cassandra, que deja el fusil con el resto de las armas y se dispone a sentarse un rato a descansar.

- Edmond -le dice al aristócrata mientras se encamina a la zona de descanso- releva a Kirkpatrick dentro de un par de horas. Que Vega se encargue de la última guardia.

Cassandra se sienta recostada contra unas cajas. Parece concentrada. Cuando su MechTech pasa cerca con una caja de herramientas y unas placas electrónicas en la mano, le hace una seña.

- ¡Nakamura! -dice elevando la voz para llamar la atención de la enjuta mujer oriental-, anochecerá pronto... dentro de una hora haremos un repaso completo de Vigilante.

Mientas está solo aquí arriba montando guardia, Jason aprovecha para jugar con todos los sofisticados cachivaches tecnológicos que compró en Solaris VII y que aun no ha tenido ocasión de ver en funcionamiento: binoculares con telémetro, gafas de visión nocturna, una mira telescópica con sensor de infrarrojos, un sensor de movimiento…

¡Con todo el material de vigilancia electrónica que ha traído podría montar el perímetro de seguridad de una base militar entera! Al menos seguro que no se le cuela nada en su turno…

El subfusil Imperator por su parte es un arma magnífica, algo más versátil que otros de su clase por permitir ráfagas de tiro intuitivo o un efectivo modo de ráfagas cortas e incluso disparo a disparo, pero como subfusil está diseñado para combate en casco urbano o en interiores, no en campo abierto y a larga distancia... De todos modos poco importa, si detecta movimiento sospechoso no piensa hacerle frente, sino descender sigilosamente para dar la alarma en el campamento. Esto de verse obligados a mantener silencio de radio es lo que tiene…

Así que busca un buen lugar para ocultarse y espera a que llegue la hora de su relevo.

Cerró firmemente la mochila tras haber determinado lo que iba a llevar consigo. A un lado, había depositado cuidadosamente todas sus armas, las dos pistolas y el fúsil gyrojet. El viento, que seguía azotando el campamento, le hizo escuchar el aviso que Cassandra había referido a Laskaris. Al saber la joven Polaris que su guardia sería la última, cogió sus armas y se dirigió hacia una roca, cuyo contorno parecía más redondeado, y se apoyó en ella con una pierna flexionada mientras la otra permanecía en el suelo. Con mucho esmero, fue limpiando sus armas una a una y se aseguró de su buen funcionamiento. De vez en cuando, alzaba el rostro y dejaba la mirada perdida sobre el horizonte; luego seguía con lo suyo. Cuando terminó, se levantó dejando atrás un pequeño rastro de polvo, las dejó junto al resto del equipo y aprovechó para comer algo.

-Lobo, voy a echarme un rato-se dirigió al mechwarrior-Cuando termines la guardia avisamé para que te sustituya- entonces se llevó la mano a la cabeza- Quiero estar al cien por cien para la guardia y temo que este dolor de cabeza me lo impida- se agachó y cogió su saco- Cuando despierte estaré como nueva.

Edmond asiente ante la indicación de Cassandra - De acuerdo - Es lo único que responde.

Cuando se va acercando la hora del relevo se pone el pasamontañas, el casco y traje ablativo/antibalas, revisa el estado de su fusil federated y coge un par de cargadores al cinto. Del equipo que queda en el campamento coge una ración y algo de agua, y una manta térmica por si acaso y la echa en la mochila.

Y cuando llega la hora se prepara para relevar a Kirkpatrick - Nos vemos en un par de horas, Pantera - le dice a Vega. Y se encamina hacia donde está el de la periferia.

Kirkpatrick ve llegar a Edmond con impaciencia. Edmond no se retrasa ni un minuto, pero se toma su tiempo en llegar desde el campamento al punto de vigilancia, para evitar fatigarse lo más mínimo en este clima hostil y despiadado. Ya ha anochecido y la visión del cielo es espectacular. La ausencia de nubes tiene su recompensa, al fin y al cabo. Tres o cuatro horas más y estarán en el tiempo previsto para que las unidades de reconocimiento lleguen a sus objetivos y puedan comenzar a estudiarlos y mandar la señal convenida. La positiva, o la negativa...

Edmond se marcha del campamento para relevar a Kirkpatrick y dado que Cassandra ya duerme desde que se puso el sol, Vega y Tom se quedan solos, ya que el resto de técnicos están unos metros más alejados de ellos descansando también, y otro técnico está de guardia junto a la radio, en la zona del equipo de comunicaciones, también apartado.

- Llega el relevo, Hiena - dice Edmond al encontrar al de la periferia - Vuelve con la manada cuando quieras.

Tras lo cual busca un lugar en el cual pueda observar los alrededores sin llamar mucho la atención. Una vez encontrado saca la manta térmica de la mochila y la extiende doblada por la mitad en el suelo y se prepara para pasar la guardia lo mejor posible.