Partida Rol por web

Cuando Zuith tocó a la muchacha pudo ver como el escutimorfo se alejaba unos metros.

Zuith escuchó como Senia susurraba o murmullaba algunas palabras incomprensibles. Sonaban guturales pero melódicas. Por mucho que se esforzara, la mujer no fue capaz de encontrarle sentido y no fue hasta que Senia se alejó de ella que no dejó de escucharlas.

Senia se apartó moviendo los hombros del contacto directo con Zuith casi al instante que ésta la agarró. Por su parte el escutimorfo retrocedió unos pasos al ver que la mujer se acercaba, confundido parecía mirar en diferentes direcciones y finalmente huyó por la misma dirección que habían llegado Senia y Patel.

Patel evitó contestar las preguntas que Remek le había formulado al regresar con cierta prisa junto a su hermana. Y sonrió asintiendo con la cabeza las palabras del grupo. El resto de los peregrinos permanecía atentos, pero parecían que habían tomado un segundo plano, dando incluso algunos pasos atrás. Salirse del Camino Errante peligroso y bien era conocido que los valientes no eran buenos supervivientes en El Camino.

— Gracias — Dijo el hermano — Deberíais de poder llegar a Cylion antes de que anochezca. Por favor. Cuidad de ella. Prometo que volveré con la recompensa —

Senia por su parte solo agachó la cabeza mientras su hermano partía a la carrera hacia su aldea...

Zuith comprendió que el lenguaje verbal de la muchacha le decía claramente que no la tocase, algo que respetó levantando las manos, si la agobiaba mucho podría enfadarse y pedirle  su hermano que no le dejara con ellos y entonces adiós a la recompensa. Debía ser un foco de tranquilidad para Patel y así se comportó.

- Oh sí, debes marchar cuanto antes..., nosotros llegaremos pronto a Cylion, no es la primera vez que hacemos de guardaespaldas de alguien importante, aquí donde nos ves, tenemos nuestros métodos de supervivencia... - se jacta con seguridad, creyéndose hasta sus mismas palabras

Esperó a que el hermano mayor partiese para dirigirse a Senia -... Oye, sería interesante que nos contases qué más sabes hacer además de hacer amigos tuyos a los escutimorfos....¿puedes cazar la cena?... Eso vendría muy bien.... Ya en serio Senia, si nos dices más cosas de tus habilidades iremos bien protegidos camino a Cylion, cuéntame en qué se basa tu poder y yo te prometo guardar el secreto.... Por cierto, deberíamos ir caminando... a ver cómo se nos presenta el día... - y Zuith comenzó el camino a Cylion, toda decidida ella, mientras esperaba que sus compañeros le siguieran

Ve que Zuith empieza a avanzar con la chica y los empieza a seguir para acompañarlas en el viaje, está seguro que los demás harán lo mismo.

Este viaje nos servirá para poder aprender mas acerca de esta niña y sus cualidades, nunca había estado en presencia de un Beale y no podía perder la oportunidad de aprender sobre sus cualidades y ver como las utiliza a su favor.

Lo mejor es salir ahora para que la chica pueda llegar cuanto antes a destino para que este completamente protegida y fuera de peligro, aunque no creía que el viaje vaya a ser sencillo sabiendo lo que sabe de la chica y su importancia.

-Vamos a ir hacia Cylion, alguno nos quiere acompañar?- Grita mirando a los demás viajeros y peregrinos para ver si alguno desea unirse, no cree que venga ninguno pero con intentarlo no perdía nada.

El resto de gente o negó con la cabeza o directamente ya se habían puesto a levantar el campamento para seguir su viaje. No pronunciaron respuesta alguna a la pregunta de Remek.

Una media más tarde, estaban de camino a Cylion. La muchacha mantenía un ritmo más que adecuado, siguiendo al resto del grupo con sorprendente facilidad. Permanecía callada y tensa, claramente angustiada por algo. Sin dejar de caminar, y mirando siempre al frente comenzó a hablar; respondiendo a la pregunta que Zuith le había formulado justo antes de salir.

— No puedo cazar la cena — Dijo con un tono de cierta molestia. — Pero puedo influir o sugestionar a otras criaturas. —

Guardó silencio unos segundos antes de proseguir.

— Estoy preocupada por mi familia, por mi aldea. — Llevó su mano a la cabeza, poniendo mala cara.

Durante las siguientes horas de viaje pudieron sacar alguna que otra frase o palabra de ella con la misma dificultad que hasta ahora. Contó que desde hace un tiempo sufría dolores fuertes de cabeza y que oía un ruido desconcertante que hacía que le resultara difícil pensar o hablar con claridad.

Hubo un instante en el que Zuith se planteó si la joven era muda. No abrió la boca desde que salieran del campamento, sorprendiéndole incluso a ella cuando Senia hizo uso de su voz.

- Bueno, si puedes influir a otras criaturas para que se acerquen a ti, entonces sí puedes cazar la cena..., tú las llamas y yo las mato..., y.... ¿las intuyes?...¿hay cosas cerca ahora mismo?.... - pregunta la mujer diciéndose a sí misma que era más útil tener a la niña "de mascota" que llevarla a Cylion, si se moría toda su familia podría adoptarla, eso sería genial -.... Oh pobrecita, claro que estás preocupada por tu familia...¿cómo no vas a estarlo?... Pero no te preocupes que seguro todo saldrá bien... ya verás que sí... - le animaba, aunque en su fuero interno se había encaprichado con la cría, con su poder dirigiendo escutimorfos podría tener a todo un público obnubilado mientras ella se dedicaba a vaciar los bolsillos de las pobres almas... Si es que Zuith pensaba, y siempre a su propio interés, como debía ser.

- ¿Te duele la cabeza?... Mi padre decía que los problemas debían cortarse desde raíz...jajajajaja..., así dejaría de molestarte... - ella se contaba el chiste y se reía sola -... Ehhh Remek..., no invites a nadie más anda, que si no la recompensa hay que dividirla entre más bocas.... y dudo mucho que esas gentes sepan manejar un triste arma... Bien...¿por dónde íbamos Senia?.... Ah sí..., por tu cabeza...., ¿sueles padecer migrañas?....Si Kalu hablase diría que tu molestia se debe a la sarta de tonterías que dice..., pero no, anda muy calmadito... Ey Amplexo..., mueve el culo que si no, no llegaremos a Cylion hasta dentro de una semana, que seas bajito no te excusa para avanzar... - se mete con él, le encantaba molestar a su grupo, pero eso sí, algo bueno que tenía Zuith era que a pesar de toda su cháchara y molestia, no les dejaría atrás.

Escuchó a la chavala hablar de su familia, de su aldea y entonces Kalu simuló que algo se le había metido en el zapato. Se detuvo e hizo como si se liberara de una imaginaria piedrecita. Luego siguió caminando. Había quedado algo rezagado. No mucho pero si lo suficiente como para que la voz de Senia no fuese mas que un murmullo confundible con el viento.

La gente se quejaba de todo. Si llovía porque llovía, si no, porque hacia calor. Se quejaba por el sabor de la comida, por el olor de los pies de sus parejas. La gente era así. Aunténticas máquinas de quejarse. No aceptan que la vida no es una linea recta. Está llena de giros y recobecos. De lugares oscuros y obtusos. Sitios perfectos para las emboscadas y las zancadillas. Los amigos se traicionan, las mujeres se van con otros, los bandidos te roban, los pallones asaltan aldeas cuando están hambrientos... 

Así funcionaban las cosas en ese asqueroso mundo y eso es algo que no va a cambiar. 

Como era de esperarse ninguno accedió a acompañarlos – No te preocupes Zuith no va a venir ninguno de ellos, vamos a tener toda la recompensa para nosotros – Lo cual no pensaba que sea algo malo, aunque el peligro sea mayor le tocaría una mejor parte de la recompensa.

Mientras caminan hacia Cylion piensa en que Patel no le quiso responder las preguntas, seguramente no les respondió porque sabia que era peligroso y no quería que se negasen a acompañarla, de todas formas lo iba a hacer, pero le gustaría saber si los esperaba algún peligro en el camino.

Lo mas seguro es que la estén buscando para estudiarla o algo mucho peor que no alcanza a imaginar. Espera que lleguen a destino cuanto antes mientras camina atento a sus alrededores.

Amplexo se había quedado cavilando un momento, mirando hacia donde se había marchado el escutimorfo. En parte porque le hubiera gustado poder quedárselo para viajar encima, pero sobre todo porque le había extrañado el no estar notando ningún rastro de ese supuesto poder mental. 

-¡Ya voy ya voy! ¡Qué mujer, siempre corriendo de un lado para otro!

Pero también era cierto que nunca había estado cerca de una Beale. A lo mejor el próximo sacerdote de los Eones podría contarle cómo funcionaba aquella transmisión. 

Al oírla clarificar, borró sus fantasías de alegres animalillos saltando a una olla hirviente, pero otras ideas tomaron su relevo.

-¡Buena idea Zuith! También podríamos improvisar un saco para que los atraiga hacia el interior. Y luego, cerramos el saco y ¡pim!  ¡pam! ¡pim! -hizo ademán de golpear algo grande contra el suelo.

A lo mejor si come algo y se relaja nos cuenta algo más. 

Senia procuró evitar las palabras de Zuith, así como su cercanía. Quizá habían sido demasiadas preguntas, o demasiado de ella. En general. Seguisteis caminando, pudisteis comer gracias a vuestras provisiones ya que la muchacha no parecía dispuesta o capaz de atraer nada para comer y cuando la noche comenzaba a caer vislumbrasteis a lo lejos las luces de Cylion. 

Un último esfuerzo y los cinco lograron llegar al pueblo. Sabian que la región recibía su nombre de un conjunto de cinco pequeños depósitos de líquido de tamaños similares, unos seis metros de circunferencia y un metro de profundidad, todos ellos dispuestos en línea recta. Habían oído de ellos, pero nunca antes los habían visto. Nada más llegar se los encontraron tal y como se los imaginaba. Cada uno tenía un líquido en su interior, rojo, naranja, amarillo, verde y negro.

Esos depósitos conformaban la calle principal, y a su alrededor y cercanías había una gran variedad de tiendas y puestos que ofrecían  remedios curativos variados: imposición de manos y cánticos curativos, pociones y pastillas, ídolos y velas, técnicas y objetos mecánicos, ... Había carteles indicando que el uso de los estanques era gratuito, y parecía que incluso de noche tenían público y clientela; ya que permanecían bien iluminados tanto en su interior como alrededores.

Las calles estaban atestadas de personas con diversos estados de salud; y a pesar de haber un buen surtido de tiendas, era curioso que no tenían demasiados productos a la venta; o al menos no tantos como cabría esperar.

Cuando Zuith comprobó que Senia se le alejaba se olió la axila, quizás su olor corporal de los últimos días fuese muy marcado, pero no, por lo visto sus palabras no le agradaban en nada, tampoco es que le preocupase mucho, así que siguió su camino con tranquilidad, el objetivo era depositarla cuanto antes en Cylion y ganar shins, cuantos más mejor.

- Oh mirad, ya casi hemos llegado... y no hemos tenido suerte con las criaturas para cenar... - se encogió de hombros y miró a Amplexo, él estaba emocionado con la idea al igual que ella, parecía ser que la niña o era inútil o no le salía de los ovarios ayudar "que de hostias le daría si no fuera porque sin marcas valía más dinero"

La bonita mujer admiró los depósitos de líquido -...oh qué sitio más increíble... - no sabrían decir si era por aquellos enormes contenedores o porque había tiendas, pronto lo averiguarían, viendo cómo la mujer se asomaba a una donde habían raros objetos que llamaban la atención y se entretuvo cotilleando unos instantes -... Luego quiero venir de compras, aunque no hay tanta variedad como me pensaba.... Aún así me gusta todo... - cuando ella afirmaba eso era que iba a robar a cuantos incautos pudiera -...¿Para qué sirven esos estanques? ¿Para bañarse o dan masajes?.... - parecía realmente emocionada, eso era mil veces mejor que el eterno camino. De pronto se dio cuenta de que le sobraba algo -....Bien niña, ¿tienes aquí familia?... ¿Dónde? ¿o hay que esperar a por tu hermano?....

-Por fin hemos llegado- Exclama como si se hubiese sacado un peso de encima mientras se acercan a la ciudad de Cylion, por suerte el viaja había sido tranquilo, sin sobresaltos.

Una Vez dentro de la ciudad no se sentía muy cómodo, no le gustaba estar con tantas personas, el prefería mil veces estar rodeado de la naturaleza que de las personas, no se le daba muy bien.

-Llegamos ¿tienes familia por aquí o sabes donde deberías quedarte? - le pregunta a Senia con tono amigable, era el momento de desprenderse de la niña. No había podido conseguir mucha mas información acerca de los Beales en este viaje, una lástima.

—Su hermano nos dijo que necesitaba sanarse.— apuntó el viejo cascarrabias mientras se giraba sobre si mismo para tener una panorámica del lugar. Había todo tipo de curanderos y medicastros allí que ofertaban sus variopintos productos y servicios. En cuanto encontraran el remedio a la enfermedad de la chica, habrían terminado el encargo y podrían reclamar la recompensa. Siempre que la aldea no hubiera sido ya reducida a cenizas, claro. 

—¿Que te duele?— le preguntó a Senia sin acercarse demasiado. Parecía que a la moza no le gustaba el contacto con los demás.  

-Si no sabes con quién tenemos que llevarte o hay quw esperar a tu hermano, creo que un baño te sentaría bien para esas migrañas -terció Amplexo- Y a nosotros también. Si no recuerdo mal, podríamos hasta mejorar un poco nuestro aspecto, he oído decir que por aquí se puede teñir la ropa de un maravilloso color azul turquesa. 

Aquella barahúnda de vendedores de mil terapias no le infundía confianza, pero las fuentes tenían fama. 

No tardasteis en descubrir preguntando en las diferentes tiendas que el uso de los depósitos era totalmente gratuitos. Sin embargo la noche ya se había cerrado y casi todas las tiendas estaban comenzando a cerrar. Quizá fuera la hora de buscar un sitio donde pasar la noche.

Amplexo logró que uno de los comerciantes de Cylion le dijera un lugar donde poder teñirse las ropas por poco dinero, pero ya tendría que ser para mañana. Senia por su parte asintió a la sugerencia del baño; en cualquier caso... ¿En cual de todos los depósitos sería mejor hacerlo?

— Como os he dicho antes, tengo fuertes jaquecas. Y luego está ese ruido infernal — Se apretó con fuerza la palma de la mano en la sien a la par que hablaba. — Un baño no creo que haga daño —

Miró entonces a Zemek — No. Nunca había venido a Cylion — Le respondió — Mi hermano me traía porque al parecer aquí tienen un remedio para todos los dolores...

— Lo mejor será que mañana preguntemos a los curanderos del lugar. — No sabía si era lo mejor o no, pero toda aquella historia de que si mi hermanito, que si mi pobre aldea, que me duele aquí o allá; empezaba ya a cansarle. y producirle dolor de cabeza. Necesitaba un buen trago

— Busquemos un lugar donde cenar y pasar la noche.— aquel sitio era un lugar de paso. Peregrinos y viajeros yendo y viniendo. Seguro que debía haber algún agujero por ahí barato. 

- Oh venga Kalu..., a la niña le duele el tarro....¿qué más da que la hundamos en uno de estos barreños?... Si eso le calma el dolor estamos aún a tiempo..., un remojón rapidito, buscamos sitio para cenar y donde dormir calentitos... Hablando de calentito..., creo que esta noche buscaré un tipo guapetón para quitarme las telarañas de.... bueno, de ahí abajo..., ya me entendéis... - comenta Zuith, desvergonzada como siempre -... Así que un baño no me vendría mal tampoco, así nadie huele cuántos días de camino llevo a cuesta...

La bonita mujer visualiza los colores sin saber cuál elegir -...El negro no, a saber qué le han puesto dentro para darle ese color... El rojo es demasiado sangriento..., yo creo que el verde podría ir bien para evitar el dolor de cabeza...- comenta a modo curandera, como si tuviera idea de lo que decía -... Vamos niña, que nos sumergimos... tú primera, ve para el agua verde, es como un estanque natural...., no encontrarás nada más limpio en la zona....

Zuith se quita parte de sus ropas y queda en prendas interiores, idea del pudor cero, por supuesto, y tras ver que la niña se metía y no explotaba, ella haría lo mismo -.. Kalu vigila mi ropa, si me desaparece algo sabré que has sido tú -... le guiña el ojo, si Kalu apreciaba la no molestia, respetaría sus posesiones, o Zuith podría llegar a ser cansina -...Amplexo, ¿me frotas la espalda?.... Remek...¿te he dicho que un masajito de pies me pone de buen humor?....

¿Qué mal habrían hecho aquellos tres desdichados como para encontrar a Zuith en su destino?...Desde luego si era cosa de magia, sin duda, de la más caótica y malvada que pudiera existir en aquel universo alternativo.

Escucha atentamente a Senia, ya veo…..no tenemos idea a que hemos venido hasta aquí, lo único seguro es que hay que buscar algún médico para que nos ayude con la niña.

Viendo que ya era de noche piensa que lo mejor es buscar un lugar para descansar y un buen plato de comida, mañana veremos quien la puede ayudar – Estoy de acuerdo en todo con Kalu – Es una de las pocas veces que esto sucede.

Mientras Zuith ingresa a la “Pileta” le pide que le haga masajes, a lo cual le responde en tono burlón y con una sonrisa en su rostro – Claro, solo si después me lo haces tu a mi……la verdad que me vendrían muy bien- luego del comentario le guiña un ojo.

-Dame un segundo, creo que yo también voy a remojarme un poco los remaches-respondió tranquilamente Amplexo. Acto seguido, empezó a despojarse de capas y capas de ropa, doblándolas pulcramente, hasta quedarse sólo con una tuniquilla fina, ancha, y no demasiado limpia, que tapaba pero no terminaba de disimular los bultos de su cuerpo reconstruido.

No era muy amigo de la desnudez completa, por el estupor que solía causar a su alrededor, sobre todo. 

Se internó en el agua y empezó a frotar la espalda de Zuith con un trapo húmedo sin más comentarios. Con la escasez de oportunidades que tenía para tocar carne femenina no iba a negarse -¿Así está bien?

De vez en cuando, echaba un vistazo a Senia. Si con el agua no mejoraba, tendrían que seguir buscando. 

Mientras tanto, el viejo se había sentado con las piernas cruzadas.  Observaba de mala gana a los demás. Murmuraba para sí. No pensaba meterse en esa mierda de agua de colorines. Giró la cabeza. Echó un vistazo a las ropas de Zuith. No quería que  algún espabilado las mangara. No por el hecho en sí, poco le importaban aquellos harapos, sino por no tener que soportar la verborrea de aquella mujer. Nada más que de pensarlo le dolía la cabeza.