Partida Rol por web

-No juegues con la semántica listillo. -advirtió Duncan al pelirrojo- ser puntual a una cita, implica presentarse a la hora convenida. Presentarse... hacer acto de presencia. Decir aunque sea tu nombre... aunque creo que te llamaré listillo. -iba a añadir más pero la criolla llamó a la puerta y apareció el Carnicero.

-Salvado por la campana. -gruñó Duncan, al que parecía que la respuesta del pelirrojo no le había hecho ninguna gracia.

Se puso al frente del grupo e hizo un cabeceo en deferencia al Feo, haciendo un análisis de la posible amenaza que representaba... que era bastante a juzgar por su facha.

-Gracias por la bienvenida. -comentó en tono cortés, para luego entrar.

El lugar era un tugurio en su primera parte, pero la cosa se convirtió en un circo de los horrores más abajo. Una carnicería humana de la que el dueño parecía muy orgulloso. Él personalmente no le veía la gracia a todo aquello. Parecía pasarse su existencia acumulando carne y sangre... pero bueno, por lo menos cumplía una labor logística para la Secta. En cierto modo, le recordaba a una especie de intendente... salvando las distancias.

Una vez llegaron al lugar de espera el enorme nosferatu les lanzó aquella amenaza "velada".

-No te preocupes por mi parte "jefe". Sólo estoy de paso. -ni de casualidad iba a probar "bocado" de aquel mercado barato y sin ningún tipo de sustancia.

Una de las cosas de ser un chupasangre es que el frío no te afectaba tanto, pero empezaba a imaginarse como iban a transportarles y no le hacía del todo gracia, más que nada era una cuestión de confianza... pero el Carnicero tenía buena reputación. Resopló para resolver la diatriba y miró de nuevo a sus nuevos compañeros y la reducida habitación.

-Muy bien listillo ¿te parece suficientemente privado el lugar o quieres que busque micrófonos y cámaras ocultas? -terminó diciendo con sarcasmo- Si no, podemos ponernos a hablar del "asunto".

La idea de dejar Nueva York para dirigirse hacia Montreal le agradaba. 

Una nueva ciudad, una en la que su sire había habitado bastante tiempo, implicaba una nueva capacidad de aprender y un montón de nuevo material que estudiar.

Además, sus conocimientos de la estirpe iban a seguir aumentando, sin duda. Al fin y al cabo, una gran parte de su trabajo se iba a centrar precisamente en eso.

Se fijó mucho en su anfitrión. Había oído hablar del "carnicero" pero nunca había tenido la posibilidad de verle en persona. Analizó su fisionomía y trató de averiguar sus rasgos. Sabía que era de fiar, pero nunca estaba de más saberlo todo sobre sus anfitriones.

- Este es un territorio seguro, y bien cubierto, aquí no deberíamos tener problemas, sarge. -

Listillo... había escuchado eso muchas veces. Puede que para algunos fuese un insulto, pero para Markus era un halago...

- Es una suerte que nosotros dependamos de la vitae, no como los humanos. 

Como el trabajo al interior de una cámara frigorífica implica estar expuesto en forma constante a muy bajas temperaturas, es importante recordar que el cuerpo humano genera energía a través de reacciones bioquímicas basadas en los compuestos que forman los alimentos y el oxígeno del aire inhalado.

Gran parte de esta energía es calórica, lo cual permite mantener constante la temperatura del organismo. Por ello, cuando el flujo de calor cedido a un ambiente helado es excesivo, la temperatura del cuerpo baja, y aparece lo que se conoce como “riesgo de estrés térmico por frío”.

En este escenario, el cuerpo pone en funcionamiento una serie de mecanismos para aumentar la generación interna de calor. Estos son la “tiritera” o espasmos corporales que generan el calor necesario para compensar la pérdida de temperatura interior; y la vasoconstricción, que trata de disminuir el flujo de sangre a la superficie del cuerpo.

Es un tema muy interesante, la verdad, al que se podrían dedicar horas y horas de estudio... Eso seguramente nuestros recipientes allí colgados pudieran confirmárnoslo, si pudiésemos hablar con ellos como los Giovanni... -

La cara de sus compañeros era un poema.

La verdad, a veces se olvidaba de que, fuera de su biblioteca, la gente no apreciaba el arte de un conocimiento profundo de las materias...

Carraspeó ligeramente antes de continuar.

- En fin, como íbamos diciendo, parece que aquí el soldadito sabe algo sobre nuestra misión, y has mencionado un par de veces a los infernalistas. ¿Tenemos constancia de alguna célula Baali en la zona de Montreal? Son un grupo de cabrones desalmados, la verdad... -

Observó el estado de su colchón. La suciedad no le gustaba especialmente, y su traje estaba bastante bien... tal vez si hubiese algo con lo que cubrirlo...

Marie puso los ojos en blanco en señal de desesperación, desde luego si cada uno no tenía claro su lugar en la manada lo iban a pasar mal, era imprescindible realizar un ritual de Vaulderie en cuanto llegaran a Montreal, para cuando las cosas comenzasen a complicarse debían ser como los jodidos mosqueteros, uno para todos y todos para uno, al menos hasta que acabasen el encargo.

Se dio unos instantes para observar a la montaña de grasa y músculos que les había abierto la puerta. Nunca le habían gustado los sacos de pus, empezando por su apariencia y acabando por... todo lo demás. Este espécimen en particular desprendía unos fuertes efluvios de su cuerpo y sus ropas que le hicieron arrugar la nariz. Eran olores dulzones y conocidos, a sangre y muerte, como mango pudriéndose en verano al pie del árbol.

Aunque Marie estaba habituada a que se la comieran con los ojos, era parte del juego en el que la presa se convertía en cazadora, la mirada de este "Carnicero" resultaba especialmente perturbadora. Lo siguió junto con sus compañeros por los pasillos del matadero, esperando que tuvieran que pasar allí el menor tiempo posible, a esas alturas tenía claro que podían descartar cualquier lujo o confort. 

- Gracias cariño, pero ya he "comido", respondió escuetamente al "Carnicero" mientras se quitaba las botas ayudándose con el otro pie y se sentaba con las piernas cruzadas en el colchón del medio.

Escuchó atónita el monólogo del bibliotecario, realmente el tipo parecía tener alguna clase de problema con su inteligencia emocional, aunque aparentemente también hablaba francés iba a ser preferible que fuera ella quién tomase las riendas de cualquier interacción que requiriese main gauche.

- Sí, grandullón, todavía quedan algunas horas hasta la salida del sol y aquí no parece que haya mucho que hacer, salvo que realmente tengas interés en preguntarle a estos fiambres si tienen frío, dijo dirigiéndose a Markus con una sonrisa socarrona.

El carnicero los dejó solos con los muertos.

Los tres vampiros estaban expectantes por conocer lo que los otros sabían de la misión que los llevaría a Montreal. Además, cada uno de ellos tenía sus propios motivos para visitar la ciudad…

Todos sabían que la urbe se había visto ensuciada por la mancha del infernalismo en varias ocasiones en el pasado. La más grabe – tan solo unos años atrás – había implicado a Sangris , “la Serpiente”; el anterior Arzobispo. Como se probó después Sangris había recurrido a pactos demoníacos para hacerse con el poder. Su reinado fue un periodo de prosperidad que terminó cuando Tristán e Isolda – dos caballeros inquisidores que habían entrado en secreto en la ciudad – encontraron indicios de su herejía. Tras llevar a cabo las investigaciones pertinentes Sangris fue juzgado por el juez inquisidor Santiago de Soto y condenado a morir en la hoguera en un auto de fé. En el proceso se interrogaron a todos los cainitas de Montreal, pero a parte de su culto de seguidores mortales no se probó la implicación de nadie más por lo que el caso se dio por cerrado.

Desde la muerte de Sangis la situación política en la ciudad es inestable. Para llenar el vacío de poder el círculo interior ha nombrado como sucesora a una extranjera; Carolina Valez – veterana de las guerras en los estados anarquistas – y ya hay voces que se alzan en contra de esta decisión.

Una de las cofradías que se oponían al nombramiento de Carolina eran los Pastores de Caín. En un principio habían apoyado a la mejicana, pero a medida que ella iba instaurando sus propias políticas sin escuchar la opinión de los pastores estos les retiraron su favor.

Se trataba de una de las cofradías más antiguas e importantes de la ciudad. Incluso habían creado su propia Senda de Iluminación; la de la Redención de la Noche, y predicaban que los cainitas deben buscar la redención de sus crímenes y los de su Padre, y que el camino para alcanzarla es comprender la maldición de Caín a través del pecado. Con sus obras habían dado forma al carácter espiritual de Montreal y en cierta medida a toda la secta, pero habían sido desacreditados por su apoyo a la coronación de Sangris.

También Fueron determinantes en la misma creación de la Inquisición y habían contado con varios inquisidores entre sus filas, incluido su aspirante al arobispado; Alfrez Benezri, uno de los obispos de Montreal, que en tiempos pasados había sido caballero y juez inquisidor.

Pero la institución que ayudaron a construir ya no confiaba en los Pastores, por haber apostado para gobernar su ciudad por alguien que en última instancia resultó servir al enemigo. Advirtieron a Duncan de que no debía revelarles su misión, y que solo esclareciera sus lazos con la inquisición y recurriese a ellos en caso de extrema necesidad.

La explicaron también que, aparte de Benezri, había otro antiguo inquisidor en la ciudad; Santiago de Soto, el mismo que había juzgado y ejecutado a la Serpiente. De Soto – en vida un competente soldado de los Caballeros de Cristo, una orden ligada a los antiguos Templarios portugueses – había sido uno de los primeros cainitas en unirse a la causa del Sabbat tras la revolución anarquista y la Convención de Thorns. Fue el responsable de la formación de los Navegantes, con los que zarpó al nuevo mundo para saquear la costa brasileña, tarea que realizaron con gran éxito durante años aumentando así su reputación dentro del Sabbat y convirtiendo su manada nómada en una de las más infames a ojos de la Camarilla.

Habiendo conocido el papel de los Pastores en la creación de la inquisición de Soto viajó a Montreal para solicitar su favor. Estos, impresionados por las hazañas del navegante, le ofrecieron unirse a la cofradía, lo que este declinó, replicando que serviría mejor a la secta si se aprovechaban sus talentos como guerrero. Los pastores apoyaron su aspiración a unirse a la Inquisición y tras ser nombrado caballero dejó su cofradía al cuidado de su chiquillo; Miguel.

De Soto se había convertido en un temible inquisidor y no fue una sorpresa que fuese elegido para liderar el tribunal que acabó condenando a Sangris. El asunto fue celebrado como un éxito, una hazaña más que incluir en el currículum de Santiago. Sin embargo, unos meses después del auto de fé que acabó con el antiguo Arzobispo, de Soto abandonó el santo oficio y se estableció en la ciudad argumentando que el largo proceso había sido demasiado para él, y que ya no confiaba en poder continuar con la dedicación y disciplina que se requería para un puesto como aquel.

Duncan siempre se había preguntado por qué su Sire le dejaba en la sombra y no le permitía asistir a los actos públicos en los que participaban los Azotes. Ni siquiera lo había presentado como su chiquillo en sociedad, y se había pasado la mayor parte de su no-vida sin ser considerado un Verdadero Sabbat, hasta poco antes de ser enviado a Montreal. Fue entonces cuando pasó los ritos de creación y se le puso al cargo de los otros dos cainitas. Ahora por fin parecía encontrarle un sentido a todos esos años entre bambalinas, pues aunque estaba deseando reclamar su herencia y alzarse aún más alto que su Sire, entendía que la misión requería de la máxima discreción, que todo lo que había aprendido le preparaba para esto, y que sólo su éxito le permitiría reclamar aquello por lo que tanto había luchado.

Markus había recibido una invitación para asistir a la Apertura de la Letanía, firmada por la mismísima Beatrice L´Angou, la mayor eminencia en historia y conocimiento del Sabbat. Beatrice, de la cofradía de los Bibliotecarios y también Kyasid, había compartido muchas lunas junto al sire de Markus. La invitación había sido enviada a él, al mismo tiempo que la petición de ayuda a la inquisición, por lo que su sire decidió enviar a su chiquillo en su lugar.

La invitación le daba acceso libre a la biblioteca Alexandrium, e incluso alojamiento entre sus muros. Los Bibliotecarios no sólo eran los encargados de mantener la biblioteca; a parte de almacenar conocimiento entre sus muros ellos mismos confeccionaban los tomos y tapices de piel en los se registrarían las historias que serían narradas en la apertura de le Letanía.

El festival en sí también resultaba muy atractivo, pues podría asistir a interesantes conferencias. Tras estudiar el programa del evento que había recibido junto a la invitación a Markus le habían llamado la atención varias ponencias. Una sobre los poderes de la Sangre por Marie-Angne Gagnon, experta estudiosa de los misterios de la Vitae, y la de Elias “la Ballena” sobre la metamorfosis de la especie vampírica.

Markus estaba deseando llegar para absorber la mayor cantidad de conocimiento que pudiera en su estancia en la ciudad.

La mera idea de tener acceso a la biblioteca le daba a Markus una razón más que buena para viajar.

Desde luego, aprovecharía de forma completa su tiempo en cuanto se hubiese encargado de ese "asuntillo" que traía tan de cabeza a sus compañeros.

Sin embargo, había un punto muy bueno, y era que sería capaz de compartir refugio con otro de los de su clan, y no con unos bárbaros que, seguramente, gustarían de disfrutar de placeres muy diferentes a los que él anhelaba...

No era la primera vez que Marie oía el nombre de Sangris. En sus días luchando contra los Setitas había conocido a la Serpiente en un viaje a Haití. El Serpiente de la luz era un conocido como un gran guerrero experto en los Setitas y sus métodos e instruía a otros cainitas en estrategias para destruirlos. Había llegado a Montreal precisamente para acabar con una célula de adoradores de Set que había infestado la ciudad. Tras el éxito en le contienda, que supuso la muerte de Verónique la Cruelle, la antigua Arobispo, se postuló y fue elegido para ocupar el cargo. Más tarde se descubrió que había recurrido a pactos demoníacos para vencer a los setitas, y que él fue el responsable de la desaparición de la Cruelle.

Pero en ese viaje a su madre patria no todo fue aprendizaje para la Bien-Aime, también hubo tiempo para un intenso romance con Sangris…

Conoció también a su chiquillo Ezekiel, compañero de entrenamiento, y sabía que había vuelto a la ciudad para ocupar un título de Obispo y que se oponía abiertamente a la arzobispo Valez, a la que tachaba como débil, postulándose él mismo para ocupar el puesto de Arzobispo.

Además había oído hablar de las Viudas, que regentaban un club sexual en la ciudad. Era una cofradía de seguidoras de la senda de Cathari, la suya propia, que habían ido más allá en la aplicación de sus éticas. Habían trascendido el materialismo y alcanzado su iluminación a través del entendimiento de la naturaleza vampírica. Según su credo el vampirismo no sólo es una excusa para vivir por el placer y la depravación. Estos son sólo herramientas para poder explorar y entender la oscuridad y el mal en el mundo. Para trascender uno debe antes abrazar y comprender el mal, sólo así es posible entender y alcanzar la divinidad. Experimentando al máximo la crueldad las Viudas creen que uno puede liberar la divinidad inherente en sus cuerpos Inmortales. También creen que han sido escogidas para corromper y pervertir a otros y así poner a prueba sus convicciones. Solo los mas puros y fuertes podrán entonces escapar del mundo material.

A parte de infiltrarse en la ciudad para investigar si quedaba algo del culto infernal, Marie podría aprovechar para vera Ezekiel y darle sus condolencias por la caída y la muerte de su Sire, y visitar a las Viudas para ahondar en el conocimiento de la Senda de Cathari según sus enseñanzas.

El discurso que les dio el listillo sobre el proceso de enfriamiento le pareció de lo más ¿inoportuno? Enarcó una ceja. El pelirrojo parecía tener cierto déficit en lo que a relacionarse se refería... aunque igual le servía para hablar con otros tipos de igual calaña. No sería la primera vez que se topara con otros empollones que tenían el mismo problema y era como si entre ellos se entendieran.

Cuando acabó y le preguntó a él directamente, suspiró con paciencia y sonrió:

-Se te ha olvidado comentar lo de los pezones duros como para cortar cristales o que la picha se te puede quedar del tamaño de un cacahuete. -soltó una risotada y luego negó con la cabeza- En fin, si, centrémonos en lo que importa y dejemos las conferencias médicas para otra noche.

-En fin, empecemos por lo básico, el contexto. La situación actual del lugar a donde vamos: Montreal. Supongo que ya sabréis que el antiguo arzobispo "la Serpiente", resultó ser un jodido infernalista y como tal, fue investigado y ejecutado para ejemplo de todos.... peeeeero, los jefazos no tienen claro que la cosa acabara con el fin de su "eminencia", aunque en las pesquisas sólo pareciera que tenía una serie de putos cultistas mortales tras su culo.

-El hecho de que la nueva jefa, Valez, no consiga mantener la estabilidad que "Serpiente" consiguió, es como la gota que colma el vaso. Los jefazos tienen razones para creer que aún hay manzanas podridas en la ciudad... igual se trata de "pequeñas serpientes"... o igual resultan una serpiente mayor que ha sabido esconderse muy bien.

-¿Si creo que hay Baalis? Eso siempre es una posibilidad, listillo, no lo olvides. En los últimos años he participado en una campaña de acoso y derribo por varias ciudades y territorios del Sabbat por todo el continente siguiendo la pista de una gran puta Baali que tenía a sus chiquillos operando por todas partes, haciendo más chiquillos o, creando lo que ellos llaman "Apóstatas"... gente como tú y como yo que se creen sus putas mentiras y acaba acostándose con demonios.

-Por supuesto, pueden ser infernalistas no asociados con putos Baalis... eso habrá que descubrirlo al llegar preguntando de forma sutil sobre "la Serpiente"... lo cual podría llamar la atención sobre nosotros.. y ese es el quid de la cuestión: no tiene que parecer en ningún momento que vamos a buscar jodidos chupa-rabos-picudos... y diréis ¿cómo carajo lo hacemos si alguien descubre que el grandullón ha trabajado alguna vez para la Inquisición? -hizo una pausa consciente de que su nombre siempre sería asociado al de su Sire, Keegan. Sonrió.

-Pues porque hay otros grupos de antiguos inquisidores que han vuelto la espalda a la causa. Por ejemplo, una de las cofradías más antiguas de la ciudad son los Pastores de Caín, liderados por Alfrez Benezri, uno de los obispos. Hace una eternidad fue caballero y juez inquisidor, pero parece que él y su grupo tuvieron algún tipo de "revelación cainita" y desarrollaron una senda filosófica propia que busca la redención de sus pecados... no me preguntéis más, porque sólo se esa mierda, pero me acercaré a ellos buscando esa "revelación". La cuestión es que durante demasiado tiempo apoyaron a la Serpiente y no vieron venir su traición... o no quisieron verla. Por eso no son de fiar.

-Por otro lado, también está Santiago de Soto, el tipo que con las pruebas concluyentes, juzgó y ejecutó a "la Serpiente". Este tipo tuvo tratos con los Pastores en su momento. Fundó su propia manada, los Navegantes, tuvo una carrera como Inquisidor que ya querrían algunos y, tras el auto de fe de la "Serpiente", decidió retirarse porque había sido algo demasiado duro... -Duncan hizo una pausa en aquel punto dejando claro que algo no cuadraba ahí.

-Personalmente, tanto Benezri como de Soto me mosquean. Los Pastores recibieron de buenas a Valez, pero se están convirtiendo en un grano en el culo para la Arzobispo y el hecho de que de Soto se separara de su prodiga carrera, pero continúe en la ciudad, podría significar que sabe que lo de la "nueva senda" de los Pastores es una puta paparrucha que encubre algo más siniestro... o puede que sea al revés... en cualquier caso si os preguntan, yo no he estado nunca con la Inquisición... porque de hecho así es. Jamás se me ha reconocido de forma pública y soy un tipo nuevo. En caso de que alguien descubra algo de mi origen o mi linaje, me lo decís a mi que yo ya veré cómo encaramos el asunto ¿ok?

-Concluyendo: tenemos que aparecer por allí como manada turista creando una serie de coartadas sólidas e investigar la mierda infernalista sin que lo parezca, dado que los jefazos no se fían ya de nadie de dentro de la ciudad. Por supuesto, estoy abierto a cualquier sugerencia o idea. Puedo ser muchas cosas, y aunque vaya a lideraros en esta mierda, no soy un sabelotodo, ni un orgulloso ni un fantoche. La vida y la no vida, me enseñaron varias duras lecciones, aunque si me gustaría poder confiar en vosotros, porque la caza de infernalistas es una tarea jodidamente difícil en la que nos la jugamos a cada paso. Además de encontrar a esos hijoputas, mi intención es que vuestro culo siga en su sitio. Por supuesto, si no estáis dispuestos a vivir con una puta espada de Damocles de esas sobre vuestra cabeza, será mejor que lo digais también ahora.

Debía hacer semanas que Duncan no soltaba una parrafada semejante, pero, dado que iba a ser el puto responsable de aquel tinglado, lo mejor era ser claro y soltar un buen "chorreo" siguiendo el ejemplo de otros líderes que él mismo había tenido a lo largo de su vida.

Markus no se esperaba que Duncan hablase tanto.

Normalmente, era él quien soltaba peroratas inmensas, así que sonrió de medio lado.

- Bien, parce que "sarge" tiene muchísima información... más de la que esperaba, de hecho.

En mi caso, no tengo razones tan "profundas" para ir a Montreal, aunque sí tengo una coartada muy buena. En mi caso, es la visita a Beatrice L'Anjou y las conferencias que van a dar en la ciudad. Hay varias muy interesantes... y que, sin duda, harán las delicias de cualquier cainita ávido de conocimientos. No creo que ninguno de los "peces gordos" de Montreal se las pierda, aunque no entiendan nada, pero todos querrán poder decir que han ido... -

Así que infernalistas y varios cultos enfrentados. Eso sonaba como la sociedad cainita de siempre.

Que los propios hijos de Caín no fuesen capaces de coexistir sin intentar asesinarse, traicionarse o  desangrarse unos a otros era algo que aún fascinaba a Markus.

Suponía que sería algún tipo de "control de población" implantado en su propio adn por la mutación divina que les convirtió en lo que eran, pues la inmortalidad ha de tener alguna traba...

De piernas cruzadas sobre el colchón, del mismo modo en que se había sentado, Marie escuchó con atención las palabras de Duncan, sintiendo como un escalofrío recorría su espinazo cada vez que oía la palabra "serpiente". Como últimos en llegar a la fiesta del Sabbat, las "Serpientes de la Luz" estaban bajo la lupa e historias como la de Sangris, que con su ascenso al Arzobispado de Montreal había representado para muchas Cobras un espejo en el que mirarse, ahora extendían una sombra de duda y desconfianza sobre toda la Línea de Sangre.

- Si vamos a hacernos pasar por una manada nómada estaría bueno tener un nombre y un motivo como manada para estar allá, asistir a la Conferencia de Caín podría servir pero necesitamos algo más sólido, algo que justifique porque personalidades tan diferentes han decidido unirse, comenzó a hablar quedamente, en un tono mucho más serio que aquel al que los tenía habituados, Ah, y os pido que no bien lleguemos a Montreal realicemos una Vaulderie, para la Conferencia es muy posible que haya algún Prisci presente y cualquiera de esos cabrones ancianos se darían cuenta de que somos un fraude con solo mirarnos.

Hizo una pausa mientras sopesaba sus siguientes palabras, al fin y al cabo apenas conocía a los dos cainitas que compartían refugio con ella.

- Yo también tengo sobrados motivos para dirigirme a Montreal, dijo mientras levantaba la vista para observar la reacción de sus compañeros, Sangris fue mi mentor en Haití, antes de ser arzobispo et je connais aussi son enfant Ezekiel, que ahora es Obispo. Sería lo más normal hacerle una visita y felicitarlo por su nueva posición.

Y preguntarle que había ocurrido con Sangris. No podía entender como un espíritu fuerte, iluminado de Shangó, había sucumbido a promesas demoniacas. Cierto que había sido un vástago ambicioso que aspiraba a alcanzar las más altas cotas de poder en la Espada de Caín pero, el Sangris que conocía, poseía una convicción inquebrantable y se había consagrado a una causa, la destrucción de la Estirpe de Set allá dónde se encontrase.

Aunque bien podría ser que el rápido ascenso de Sangris hubiera generado envidias y que su juicio y posterior auto de fe no fuera si no una farsa orquestada por sus enemigos y ejecutada por la Inquisición, si no cómo era posible que Sangris fuera el único cainita en todo Montreal vinculado con el culto demoníaco? Y porque Ezekiel no había hecho nada al respecto? Definitivamente había llegado el momento de buscar respuesta a esas preguntas que Marie se venía haciendo desde hacía algún tiempo.

El Cruzado no pudo más que hacer un gesto teatral y una sonrisa ante la "sorpresa" del pelirrojo. Era divertido romperle los esquemas a la gente y que pensaran que él era algo así como un cuerpo sin cerebro. Iba a contestar, pero entonces intervino el bombón criollo.

No pudo evitar elevar las cejas en un gesto genuino de sorpresa, para luego fruncir el ceño y quedarse pensativo. Por supuesto, su primera reacción era la de sospechar pero... no era la primera vez que veía los estragos del infernalismo. Hermanos de manada vueltos los unos contra los otros, mentores y aprendices o viceversa. Todo se volvía mierda.

-Vaya... qué putada. Lo de Sangris digo. -comentó con seriedad y sinceridad- Desgraciadamente, ese tipo de mierdas es lo que provocan los cornudos. -elevó los hombros- En cuanto a lo demás estoy de acuerdo. De hecho, ¿por qué esperar a llegar a Montreal para hacer la Vaulderie? Aprovechemos bien estas horas y preparemos bien esa... solidez. -comentó dando la razón a la Cobra.

Luego volvió su atención sobre el pelirrojo.

-¿Quién es Beatrice L'Anjou por cierto? -preguntó de forma genuina. Tenía la impresión de que el listillo daba por sentado que todos sabrían quién era, pero él no parecía tener ni puta idea.

Markus entornó ligeramente los ojos ante la pregunta...

- La mismísima Beatrice L´Angou, la mayor eminencia en historia y conocimiento del Sabbat. Una cainita de conocimiento y relevancia enorme dentro de la organización, incluso alguien como vos ha debido al menos de escuchar su nombre una o dos veces... y este año va a presentar la Apertura de la Letanía.

La mencioné a ella y no a otros nombre ilustres, como Marie-Angne Gagnon y Elías "la Ballena" porque creí que sería un nombre especialmente notorio para dejar clara la situación, pero ya veo que no fue suficiente...

De todos modos, ¡no temáis! Yo mismo os instruiré en lo más básico que debéis conocer sobre tan ilustre personalidades, pues no quiero que aparezcamos allí como un grupo de indocumentados, y causemos una horrible sensación. -

Se quedó pensativo, esperando a saber por dónde empezar a contar la historia de los bibliotecarios y del conocimiento de Montreal... Oh, desde luego, había tanto que decir...

- Desde luego, estoy de acuerdo en comenzar los rituales ahora mismo, al fin y al cabo, necesitamos "acostumbrarnos a nuestros nuevos sentimientos" antes de llegar a Montreal, no quiero que nadie nos identifique como una nueva manada...

¿Alguien ha pensado un nombre? -

Marie asintió, obviamente le hubiera gustado preparar el ritual más adecuadamente, pero la necesidad era la madre de la inventiva, así que miró a su alrededor buscando aquello que pudiera servir. Aunque la base de la Vaulderie no era otra que la de compartir la sangre de la manada, existía una liturgia necesaria para preparar el espíritu de los participantes antes de recibir el sacramento y, pese a los recursos limitados, Marie estaba dispuesta a llevarla a cabo.

Se concentró para sentir las energías de aquel lugar, necesitaba saber si sería del agrado de los Lwa.  

A principios del siglo XIX, siguiendo el anuncio de que los Pastores de Caín estaban enviando representantes a otras cuidades para comenzar el “renacimiento del Sabbat”, un número de eruditos Cainitas volvieron con los delegados para ofrecer sus servicios. Los Pastores, aunque no aceptaron nuevos miembros entre sus filas, estaban más que satisfechos por ayudar en la creación de su cofradía hermana.

Los Bibliotecarios se formaron para ayudar a recopilar y divulgar la historia y el folclore de la secta. Como sus objetivos iban en paralelo con los de los Pastores los dos grupos trabajaban juntos, compartían conocimiento, debatían teorías, registraban diversos árboles genealógicos y adquirían nueva información. Inicialmente la cofradía contaba con tres miembros; Béatrice L’Angou, Donald Kaminski y Antonio Di Capelli.

Con el paso del tiempo Soeur Marianne – cronista de los Pastores y responsable de la Letanía de Sangre – empezó a apoyarse en los Bibliotecarios. Los pastores estaban más interesados en estudiar los fenómenos religiosos y esotéricos, mientras que los Bibliotecarios tenían sed por cualquier fuente de conocimiento. No fue una sorpresa cuando, tras la marcha de Soeur Marianne, la responsabilidad de la Letanía recayó sobre los Bibliotecarios.

Béatrice L’Angou, una Kyasid, fue escogida para liderar la cofradía, una decisión que no sentó bien a Donald Kaminski, quien quiso solucionar el agravio a través del rito de Monomancia. Para sorpresa de todos fue ella la que salió victoriosa, y cuando llegó el momento de acabar con Donald, Béatrice escogió para él un destino más siniestro; lo convirtió en las páginas de los volúmenes I y II de los primeros Tomos de Piel de la genealogía del Sabbat.

Desde mediados del siglo XIX, los Bibliotecarios han sido los guardianes de la Letanía de Sangre y las crónicas de la historia del Sabbat. La cofradía, sin inclinaciones violentas, tiene una tasa de mortalidad baja. Sus miembros luchan cuando es necesario, pero creen que su contribución a la secta está en la preservación y la aplicación del conocimiento.

Béatrice L’Angou continúa siendo líder de los Bibliotecarios, ayudando a medrar a sus miembros y buscando a aquellos individuos que cree que pueden aportar algo a la cofradía. De los otros miembros originales, Antonio Di Capelli desapareció cuando intentaba colarse en el Vaticano (aún se continúa debatiendo si cayó ante los Giovanni o ante el mismo Papa). Donald  Kaminski continúa formando parte de la biblioteca como los volúmenes I y II de los Tomos de Piel genealógicos. Con la adopción de nuevos miembros en el siglo pasado, la cofradía ha crecido hasta alcanzar un tamaño muy respetable.

Marie-Ange Gagnon, una Tzimisce inicialmente miembro de La Belle Morte – una manada nómada que viajaba por el viejo mundo en búsqueda de nuevos clanes y líneas de sangre – viajó a Montreal para intercambiar conocimiento con los Bibliotecarios. Fue allí donde conoció a Béatrice L’Angou y comenzó su estrecha amistad. Tras la destrucción de su manada en un viaje al lejano Oriente Gagnon regresó a Montreal y fue admitida en los bibliotecarios como residente experta en Vitae exótica.

Nosferatu antitribu y Maestro indiscutible de las alcantarillas de Montreal, Elias “la ballena” es el rey abotargado de un reino húmedo y detestable. Es un cazador que utiliza sus conocimientos de las cloacas, los canales, y los ríos que bordean la isla para perseguir a sus presas con un placer siniestro, pero es también un erudito que busca entender su naturaleza depredadora. Aunque no forma parte de los Bibliotecarios tiene muy buena relación con ellos. Ha amasado una gran cantidad de conocimiento por sí mismo y ha contribuido a la colección de los Bibliotecarios con varios hallazgos importantes.

Elias pertenece a los Malditos, una cofradía que estudia la evolución vampírica tras entender que, con el paso de los años, se están convirtiendo en algo más que en simples humanos abrazados. Piensan que la mayoría de las preocupaciones de sus hermanos no son más que vestigios de su pasado mortal, y buscan comprender la verdadera naturaleza de los vampiros forzando los límites de la humanidad. Han desarrollado incluso un ritual Taumatúrgico único; el Crisol, a través del cual los integrantes de la cofradía consiguen que sus cuerpos evolucionen de acuerdo con su propia imagen subconsciente. Sus logros les han otorgado un gran respeto entre Nodistas, Necronomistas y Tzimisces.

Marie sintió la presencia de los muertos bailando a su alrededor. Algunos habían ocupado en vida varios de los cuerpos colgados de cadenas aún presentes en la sala, otros habían sido sacrificados mucho antes, sus cadáveres correctamente procesados, empaquetados y consumidos tiempo atrás...

Ese era sin duda un lugar que agradaría enormemente al Barón.

- Ifá règne. Retirer. Lieux. Ifá sait que le vent a quatre coins. Ifá augure. Il dit, sauvez.

Marie comenzó a murmurar de manera metódica y repetitiva hasta que pareció entrar en un trance, sus ojos se pusieron en blanco y comenzó a mover su cabeza como siguiendo la trayectoria de formas que ni Duncan ni Markus podían ver, ya que no se encontraban en el plano material.

Finalmente, volvió en si y abrió los ojos dirigiendo a sus compañeros una sonrisa radiante:

- C'est parfait, este lugar es perfecto.

Animada por una nueva energía Marie se sacó el abrigo y lo arrojó sobre el colchón, se arremangó la camisa blanca, a juego con sus short, y comenzó a abrir armarios arrojando el contenido al exterior hasta encontrar lo que pudiera servir. Agarró los plásticos y los extendió sobre el suelo frente a la pared más despejada, después agarró el cubo con los productos de limpieza y se lo ofreció a sus compañeros.

- Necesito que esté limpio, sobre todo que no quede ni una gota de sangre, notando lo imperativo de su tono ladeó ligeramente la cabeza, mientras añadía con una sonrisa, S'il vous plait, no puedo hacerlo yo todo.

Después examinó los cuchillos, todos inox, limpios y afilados, en óptimas condiciones de uso, separó el que mejor le pareció y seguidamente eligió otro con el realizo un preciso corte en uno los cuerpos que colgaba de los ganchos del techo, se empapó las manos en la sangre que corría densa y comenzó a pintar en la pared frente a los plásticos.

Sobre el plástico en el suelo dibujó una calavera y de su pequeña mochila, a la moda pero poco práctica, sacó dos havanos y una pequeña vela aromática para hacer un improvisado altar, el ron y los chiles se los quedaría debiendo al Barón para otro día. Se volvió entonces hacia sus compañeros.

- Pret?, dijo agarrando el cubo mientras lo examinaba meticulosamente, era importante que no hubiera impurezas. Señaló después hacia la pared y hacia el improvisado altar.

- Estoy consagrando el ritual al Barón Samedi para que nos sea propicio, c'est bien?, podemos comenzar si estáis preparados...

Acto seguido comenzó a murmurar una cadencia, una ayuda para entrar nuevamente en un estado de trance antes de dirigirse al Barón con una letanía que repitió por nueve veces, elevando el tono de forma que la novena vez casi fue un grito que acabó elevando ambas manos hacia el cielo. 

- Baguón Kriminél

Tibasán san mué

O ba mué poyán mué

Fe yo bián yo dim fe mal

Kriminélo tibasán san mué

Ba mué cutó mué    

Marie agarró el cuchillo y colocó el cubo a sus pies invitando a sus compañeros a que se acercaran formando un círculo, entonces se cortó el pulso dejando que su sangre se derramase dentro del cubo y pasó el cuchillo a Duncan y Markus para que hiciesen lo mismo.

- Así como surgieron de la tierra las rocas y los árboles, los ríos y las montañas, el barro y el cobre, las nubes y la nieve que se posa sobre el suelo y el hielo que cubre las altas cumbres, así surgimos nosotros de la sangre del Primero.

- Y en cada surgimiento se abrieron enormes heridas en la tierra que supuraron y con el tiempo cerraron, pero las heridas causadas por nosotros estaban destinadas a no cerrarse jamás.

- Nuestra sangre es la sangre de Caín y nosotros somos sus Elegidos, extraídos del ciclo de las almas para servir a su propósito.

- Nuestras garras y colmillos horadan la piel de la progenie de Seth, nuestras gargantas sedientas demandan su sangre. Somos la niebla helada que da forma a sus pesadillas.

Tomo entonces el cubo en sus manos y bebió en primer lugar, pasando a continuación el cubo a Duncan mientras se disponía a iniciar el Juramento, invitando con un gesto a sus compañeros a que lo repitieran con ella a medida que iban bebiendo:

- Mediante este Juramento, yo te libero de tus lazos anteriores, de impuestas lealtades.

- Nuestra sangre es la sangre de Caín y nosotros somos sus Elegidos.

- Mediante este Juramento, me convierto en tu Hermana, sangre de tu sangre.

- Nuestra sangre es la sangre de Caín y nosotros somos sus Elegidos.

- Mediante este Juramento ato mi fortuna a la Espada de Caín, ruina de los Antiguos, y juro proteger sus secretos hasta la Muerte Definitiva.

- Nuestra sangre es la sangre de Caín y nosotros somos sus Elegidos.

Marie sintió la preciada vitae recorrer su cuerpo, decían que la pantera que comía carne humana una vez se volvía asesina de hombres y prefería su carne sobre la de cualquier otra presa, del mismo modo, para todo aquel que experimentase la vitae vampírica, la sangre humana se volvía insulsa y anémica. Se pasó la lengua por los labios para evitar que se desperdiciara una sola gota y le dedicó a Duncan una sonrisa seductora. El vinculum había comenzado a hacer efecto.

Markus vio el ritual.

Lo había visto descrito muchas veces, pero no lo había hecho aún.

Se centró en estudiar los movimientos de la mujer, hipnóticos y precisos, y repitió las frases que debían repetirse.

El barón Samedi... desde luego, la chica tenía buen gusto para los espíritus. Su sangre comenzó a reaccionar ante la presencia de las entidades sobrenaturales, y vio como la chica danzaba al ritmo que los espíritus marcaban.

Dejó su sangre fluir y mezclarse con la del resto. La suya, con un ligero tono azulado, destacaba al principio, hasta que se mezcló en un todo que implicaba su unión y su nuevo nacimiento como una manada.

Era buena, era MUY buena. Sus conocimientos superaban claramente lo que esperaba de ella, y su primera impresión fue tocada por el Vínculum. Desde luego, era una mujer a la que valía la pena proteger. A ella y al conocimiento que atesoraba...

La reacción con Sarge no fue tan clara. De hecho, diría que el Vínculum no le había afectado en absoluto. Tal vez era que simplemente no le importaba...

- Deberíamos decidir como nos llamamos... querida Anne Marie, ¿alguna idea? ¿Algo que podamos relacionar con el barón? -

-Igual no lo oíste, pero ya avisé a nuestra encantadora compañera que mis conocimientos sobre infernalistas son grandes, no así otros detalles más... ¿mundanos? Suerte que te tengo a ti al lado para que me cuentes lo que me falta. Parece que esa Beatrice te tiene encandilado, al igual que los Bibliotecarios. Eso está bien y nos dará más credibilidad, e incluso está bien que tengas otros intereses... mientras no interfieran con la misión. -terminó diciendo tajante tras la explicación de Markus.

Cuando el bombón criollo tomó la iniciativa y comenzó a preparar la Vaulderie, Duncan enseguida se dispuso a echar una mano sin decir nada. Simplemente, tomó el balde, miró por los alrededores hasta que encontró una pila, buscó algo con que limpiar aquello y se dispuso a hacer la tarea de forma diligente. No sería la primera vez que tenía que limpiar mierda.

No obstante, dividió su atención con lo que hacía la criolla. Lo cierto es que se había vuelto bastante abierto a lo paranormal. De chaval había recibido una estricta y dogmática educación que luego se había ido por el desagüe en la Guerra. Al convertirse en cainita, las cosas habían vuelto a cambiar, porque sentía que volvía a aprender muchas cosas, aunque esta vez desde un punto de vista más auténtico. Por tanto, cuando la Cobra se puso a hacer todas aquellas cosas la observó... en un principio.

Pero lo cierto es que el bombón tenía un don. De pronto se vio arrastrado hacia toda aquella mierda vudú con facilidad. Casi podía sentir que aquellos "espíritus" que igual estaban ahí ¿por qué no? Desde luego, era una Vaulderie muy diferente a las que había visto, pero en cierto modo la Cobra era capaz de transmitir el fervor por el ritual más sagrado del Sabbat y aquello le gustó. Tanto que se hizo eco de las palabras de la sacerdotisa de forma casi devota:

- Nuestra sangre es la sangre de Caín y nosotros somos sus Elegidos. -repetía siguiendo el ejemplo de la oficiante.

La sangre del ritual recorrió sus entrañas mientras cerró los ojos concentrándose en la sensación. Llegaba a comprender porqué alguno de sus hermanos le cogía demasiado gusto a eso de tomar sangre de cainita... de forma exclusiva.

Cuando abrió los ojos, sintió el poder del Vínculum en su interior. Si. Veía las cosas con algo más de seguridad. Sabía que ahora formaban un buen grupo y que podrían llevar a cabo la misión. Respondió con un guiño la mirada seductora del bombón criollo y luego asintió a la propuesta del pelirrojo.

-Estoy de acuerdo. Dado que tu magia vudú nos ha unido, creo que tú más que nadie tendrás un nombre más que adecuado para este Pacto que se ha forjado. -comentó con una de sus características sonrisas de tiburón.

Luego añadió: Y no olvidemos las razones para juntarnos. Creo que lo mejor será una historia simple, fácil de recordar y congruente.

Marie entrecerró los ojos para intentar calmar sus pensamientos, todavía excitada por la ceremonia y por la vitae vampírica consumida.

- Sí, el nombre...

Ya que se habían consagrado al Barón Samedi el nombre de la manada debía llevar alguna referencia al mismo.

- Chevaliers du Baron Kriminel?, Fraternité de la Cranne et le Haut-de-Form?, ah, voilá, Chevaliers de la Croix et la Cranne! 

Miró a sus compañeros como solicitando su opinión, más concretamente, sus ojos se posaron en Duncan deseando un gesto de aprobación por su parte. Las manadas nómadas se denominaban a menudo jinetes y el cráneo y la cruz eran dos elementos distintivos del Barón.

- Jinetes de la Cruz y la Calavera...?, tradujo solicita.