Partida Rol por web

El Camino del Héroe

2. Un Mal Día para un Mago.

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06/07/2011, 14:11
Galatea

 

Galatea no había dicho nada, pero es que tampoco hacía falta que dijera nada porque casi se adivinaba lo que pensaba con sólo verla. No había cambiado de postura ni se había descruzado de brazos. Estaba mirando a Rengar desde abajo (porque él era más alto, no por otra cosa) con tal inquietante intensidad en sus ojos que por algún motivo extraño recordaban al mar azul e inmóvil en calma que hay antes de una tempestad.

La expresión de su rostro no obstante continuaba siendo impenetrable, no podía decirse si las palabras de Rengar la habían enfadado o si simplemente estaba pensándolas. Es más, escuchó hasta el final lo que el semiorco tenía que decir aunque cuando vió que Aidé parecía molestarse levantó las dos manos sin brusquedad.

Calma. Confío en su promesa, y yo tampoco pienso dejar que te hagan ninguna barbaridadcorroboró aquella afirmación levantando un dedo sin descruzar el brazo, un dedo en el que por un instante crepitó una pequeña llama anaranjada, como si el índice de la druida fuera una vela, y que tras un par de segundos se apagóHablo el mismo... "idioma" que tú, tengo vivido cosas similares a esta más de cerca de lo que me gustaría.

En realidad no es que a ella la hubieran acorralado en ninguna parte, la druida no era tan "llamativa" como Aidé, o al menos no tan llamativa como Aidé cuando ésta se encontraba furiosa o excitada por algo puesto que al parecer ahora que se la veía más tranquila su aspecto se acercaba más al de un humano; ni llameaba ni le brillaban los ojos. Cuando la había visto con aquella expresión de animal acorralado, vcrepitaba como una hoguera embravecida por el viento.

Lo que sí conocía Galatea eran las miradas de desconfianza o de inquietud de quienes creen estar mirando algo peligroso, conocía esa sensación clavada en la nuca y por desgracia no podía decir que por parte de los humanos... si no por parte de algunos miembros de su Círculo. Terminó por bajar la smanos y volvió la cabeza hacia el paladín. Al parecer su última propuesta le había resultado más aceptable.

"Supongo que no se les puede culpar por temerla, pero es que tendría que ser Ilmáter en persona el juez para que se sintieran tranquilos ahora... ".

Suspiró y descruzó un brazo para masajearse la sien, aquel asunto tan complicadamente delicado estaba comenzando a darle dolor de cabeza. Y para colmo tenía sed, y hambre, y estaba tan cansada que ya no sentía ni las piernas de llevar horas andando y treinta minutos parada en medio de una taberna en la que hacía un calor de mil demonios a causa del fuego que recientemente había albergado.

Me temo que lo único a lo que ahora mismo le tienen más miedo que a Aidé es al condenado dragón... resopló—y que con lo único que les podrías convencer como "veredicto" es si ella nos ayudase con ese tema.

Al final volvió a cruzar el brazo (no por nada, es que simplemente estaba más cómoda así) y volvió a mirar al paladin.

¿Crees que librarlos de eso valdría como enmendmaiento de lo que ha pasado aquí?

Galatea intentaba ponerse en lugar de ambas partes; entendía que el semiorco tenía unas bases que cumplir como paladín y por eso tal vez sólo pensaba acceder a que Rengar intentase su idea si era él quien mediaba, entendía que no se podía dejar la muerte de un hombre "como si no hubiera pasado nada"... pero también entendía la situación de la Aidé y que ésta no había tenido más remedio que defenderse ante un ataque que le había venido sin comerlo ni beberlo nada más entrar al pueblo sólo porque lo había hecho en un mal momento.

Era evidente que la elfa tampoco pensaba permitir que le hicierar daño ofreciéndola en sacrificio al dragón o algo peor de modo que miró a la maga como esperando a ver si en efecto le apetecía ir a darle el incordio a aquella cosa que tantos problemas le había causado.

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06/07/2011, 17:14
Aidé

¿Por la libertad? —Aidé echó la cabeza atrás y soltó una risita sardónica—. Desde luego, paladín: merece la pena morir. Y también merece la pena matar. Si tengo que matar a esos pueblerinos, mataros a vosotros o matar a ese dragón... —se encogió de hombros—. Bueno, depende de vosotros.

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06/07/2011, 17:21
Galatea

 

Galatea detectó algo en el ambiente que le indicó que no era buena idea tratar de estirar mucho más la negociación de modo que se adelantó antes de que Rengar pudiera responder.

Estupendo. Entonces creo que todos estamos de acuerdo en que sea el dragón quien muera—esta vez sí que su semblante parecía algo más endurecido cuando miró al semiorco de soslayo, le había costado lo suyo que aquella mujer se calmase como para que ahora volvieran a la situación anterior y parra colmo empeorada—¿verdad?

No había alzado la voz pero sí había hecho un énfasis significativo en la última pregunta que, junto con los ojos entornados, sonaba parecido a un "¿qué tal si dejamos de tentar a la suerte de una vez?".

Lo último que necesitaban en aquel momento eran más flechas o más fuego. Aidé parecía haber aceptado la propuesta de la elfa, solo quedaba que Rengar también estuviera dispuesto a hacerlo, y que la gente de fuera también... dicho fuera de paso.

Porque si alguna de las partes se negaba entonces si que ya no tenía muy claro lo que podía pasar. Y mucho se temía que, fuera lo que fuera, no iba a ser bueno para nadie.

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06/07/2011, 23:58
Rengar

El semiorco apretó el gesto. No le gustaba lo que estaba pasando. No le gustaba la actitud de Aidé, la del todo o nada. Y no le gustaba que Galatea mirase para otro lado. Pero lo cierto era que, si pensaban ahorrarle una masacre al pueblo, lo más sabio sería claudicar y dejarlo para luego.

-Sí. Lo principal es el dragón.

Pero después se ocuparía de lo otro.

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07/07/2011, 09:29
Ossian

Ossian era contrario a sacar la cara por Aidé, por todos los problemas con la guardia que podría acarrearles. Sin embargo, se olvidó del asunto en cuento Galatea sugirió que podría pagar su deuda con Velarburgo cazando al dragón. ¡Y aquella bruja había aceptado! Vencer a un dragón, ¡eso sí que los haría inmortales!

Aidé paga por su crimen haciendo una buena acción, los velarburguenses se libran del dragón y nosotros nos ganamos un lugar en las historias —Ossian se encogió de hombros sonriendo como un niño—. A mi me parece un buen trato. Puedo ayudaros a convencer a esa gente, si lo veis oportuno. Se me da bien hablar en público.

Ossian: amistad +5

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07/07/2011, 12:41
Khaila

Khaila se había alejado un poco, pero no lo suficiente como para no escuchar las últimas palabras cruzadas. Su rostro se encontraba ceñudo y su mandíbula apretada. No iba a confiar en aquella mujer y no le hacía gracia que fuera con ellos. Pero, tras escuchar lo que dijo Ossian, parecía que era la forma de que fuera perdonada. ¿Aceptarán que se arriesgue por ellos a cambio de la vida del guardia? Se preguntó la guerrera mirando de soslayo al capitán de la guardia. Ossian parecía convencido de ello, y estaba dispuesto a interceder por ellos. 

A ella siempre se le habían dado mal las negociaciones, dejando que fueran otros los que mantuvieran las guerras de palabras. Si necesitaban otro tipo de armas, tenía su espada. 

La guerrera se cruzó de brazos y se mantuvo a la espera.

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07/07/2011, 20:29
Galatea

 

Galatea suspiró suave pero hondo, como si hubiese estado todo el tiempo conteniendo el aire (cosa virtualmente imposible porque si no a aquellas alturas tendría como mínimo la cara azul) pero era como si de pronto sintiera la imperiosa necesidad de sentarse.

Sí, gracias—contestó al ver que el bardo se asomaba pro la puerta—hazlo... tú, Ossian.

Parecía un poco incómoda, como si quisiera aire fresco o algo así, aunque por otra parte aquella taberna comenzaría a resultarle asfixiante a cualquiera.

Se giró mirando la puerta aunque no tenía muy claro si acompañarle, tal vez era mejor que lo hiciese Rengar mientras ella se quedaba con Aidé. Fuera lo que fuera, se acercó a una de las sillas...

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08/07/2011, 14:44
Ossian

Decidisteis quedaros en el interior de la taberna para vigilar a Aidé mientras el rashemí salía al exterior para negociar con la Guardia. De tanto en cuanto se oía algún que otro grito, pero la voz calmosa del bardo parecía imponerse.

Ossian llegó casi veinte minutos más tarde con una sonrisa de oreja a oreja.

Han accedido a dejar en libertad a Aidé bajo nuestra custodia y responsabilidad —dijo—. A cambio, nos comprometeremos a hacernos cargo entre todos de su problema con el dragón por los medios que veamos oportunos. La Gran Madre Segadora en persona nos espera fuera para presentar nuestro juramento ante Khauntea.

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12/07/2011, 11:04
Khaila

Khaila había entrado en la taberna y tras quitarse el espadón de la espalda, lo colocó lo más cerca posible, que nada más extender el brazo pudiera desenvainarlo. Se sentó en una de las sillas, manteniéndose en silencio, con los brazos cruzados y las piernas estiradas, apoyándolas con actitud irreverente sobre la mesa que tenía delante. Sus oscuros ojos no se apartaron de la mujer, observándola por si hacía cualquier tontería.

Acomodándose un poco inclinó la silla para poder colocar mejor las piernas, cuando ésta pareció querer caer hacia atrás. Khaila rápidamente balanceó su cuerpo hacia adelante, haciendo contrapeso y evitando la humillación de dar con sus huesos en el suelo. Tras eso bajó las piernas de la mesa y se quedó en silencio, con el rostro algo ruborizado mientras apartaba un momento la mirada de Aidé.

Al volver Ossian la guerrera se incorporó y lo miró enarcando una ceja. - ¿Juramento? ¿Y por qué? - Preguntó volviendo su mirada al paladin. 

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12/07/2011, 14:13
Rengar

-Creo que es para que juremos que no es un truco -murmuró el paladín-. A mí no me importa. No es un truco.

Aunque tendría que hablar con la Gran Madre para explicarle su punto de vista. Pero prefería que Galatea no lo supiese. No parecía muy contenta con su propuesta de juzgar a Aidé como era debido.

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12/07/2011, 14:34
Aidé

Aidé frunció el ceño cuando Ossian trajo las noticias, pero hablasteis antes de que pudiera protestar. Os escuchó mirándoos de hito en hito.

¿Vais a jurar ante los dioses que mataréis a un dragón? —inquirió primero y bufó después—. ¿Que os haréis responsables de mi?

Tenía una expresión sorprendida, como si de repente todo el mundo se hubiera vuelto loco. O como si no tuviera muy claro cual de las dos premisas era más descabellada.

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12/07/2011, 14:43
Galatea

 

Galatea se había sentado en una de las sillas acodando un brazo en la mesa que había justo al lado. Sus piernas le habían agradecido el descanso pero la elfa se masajeaba una sien como si andase pensando todavía en aquél asunto tan delicado, dándole vueltas a algo que parecía incomodarla un poco.

Cuando Ossian entró, simplemente dejó de hacerlo y levantó la vista para mirarlo.

"Vaya" pensó al escuchar el anunció del bardo sobre el resultado de su charla "bueno, si la druida no va al templo,el templo va a la druida por lo visto...".

Escuchó la voz de Khaila y giró el rostro hacia ella.

Cualquiera puede prometer que se va a enfrentar a un dragón o a un ejército de ellos—dijo—pero que lo cumpla luego es otra cosa.

La idea de ir al santuario de Khauntea ya se le había pasado por la cabeza cuando llegaron a Velarburgo, no sería la primera vez de hecho, pero lo cierto es que jamás se habría imaginado que iban a toparse con aquel panorama nada más entrar.

Creo que es evidente que la gente de este pueblo no se fía de los extranjeros, y nosotros lo somos—añadió—así que lo más normal es que se aseguren de que no les mentimos haciendo que demos nuestra palabra ante la diosa.

Aidé habló y entonces la miró a ella.

Si con eso se puede evitar una desgracia, sí—respondió con simpleza. Luego sonrió ligeramente al intuir un deje de orgullo protestando en el bufido—nos hacemos tan "responsables" de ti como nos lo hacemos unos de otros, no como de una criaturita indefensa si es lo que estás pensando. No es un adjetivo que te pegue mucho.

Borró la sonrisa, se levantó suavemente de la silla sin arrastrarla y se sacudió las piernas.

Además, míralo así: a ti también te vendrá mejor no andar acosada cada vez que quieras ir a un sitio  ¿no?

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13/07/2011, 12:16
Khaila


- Conmigo no contéis - . Empezó a decir Khaila con el ceño fruncido. Se apartó uno de sus rubios mechones de delante del ojo y tras colocarlo detrás de la oreja suspiró. - Sí, iré con vosotros, no pienso abandonaros. Vamos a arriesgarnos por este pueblo luchando contra un dragón... La verdad, no he visto nunca ninguno, pero, las leyendas son suficientes como para saber que es una locura - . Se detuvo un momento mirando fijamente al Paladin. - Si no les sirve tu palabra pues que vayan ellos. Pero no pueden obligarme a hacer ningún juramento ante los dioses - .

La guerrera tenía una actitud desafiante, había alzado el mentón y sus oscuros ojos no se apartaban de los de Rengar. Sabía que Galatea intentaría convencerla y no pensaba dar su brazo a torcer. Tendrían que ser ellos los que les suplicaran que fueran a por el dragón,  lo único que habían hecho nada más llegar a aquel lugar era decirles que se largaran. Y ahora pretendían que hicieran un juramento. No, ella no pensaba hacerlo...

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13/07/2011, 13:38
Galatea

 

Galatea dejó de sacudirse las piernas y miró a Khaila con la expresión medio desagradada de quien acaba de escuchar un chiste de muy mal gusto. La actitud de desafío pareció darle un poco igual.

Sí, debe ser todo un espectáculo ver cómo un puñado de aldeanos armados únicamente con hoces para la siega y cayados de pastor se enfrentan a un dragón rojo. Eso si no se mueren de miedo antes.

Lo dijo con toda la seriedad del mundo, sin atisbo de jocosidad, aunque no hacía falta se run lince para identificar la ironía. No hablaba contono hostil aunque su forma de hablar, como siempre, carecía de rodeos. Sacudió una última vez y bajó los brazos

Yo me arriesgo por este pueblo porque puedo hacerlo, y porque no necesito una razón para ayudar a alguien—entornó un ojo—al igual que me arriesgué a meterme en las ruínas de un templo maldito, que es igual de locura que enfrentarse a esa cosa.

Estaba empezando a sudar, aquella condenada taberna parecía el horno de una panadería en pleno funcionamiento, o al menos esa sensación le daba. Se pasó el dorso de la mano sobre una ceja y sacudió al cabeza.

Y como tengo intención de cumplir mi palabra, no me importa jurárselo a una diosa si con eso van estar tranquilos—añadió encogiéndose de hombros—pero ese es mi caso, no voy a obligarte a hacer lo mismo. Ya eres mayor para decidir por ti misma lo que quieres hacer.

Levantó las dos manos en plan "¡Faltaría más!", como quien no quiere meterse en un tema y se giró hacia la puerta. Al parecer no le quedaban ganas de intentar convencer a nadie, las había gastado todas con Aidé

Dioses, voy a... tomar el aire. Me voy a asfixiar aquí dentro—suspiró enjugándose otra vez la frente. —Decidid lo que tengáis que decidir. Os espero fuera.

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14/07/2011, 12:19
Khaila

Cuando Galatea le echó en cara lo del templo, fue más doloroso que un fuerte espadazo para Khaila. La miró entre dolida y enfurecida. Aunque rápidamente apartó la mirada apesadumbrada. ¿Qué derecho tenía ella a juzgarla? Observó como la elfa salía de la taberna y miró al paladín bajando las manos con impotencia. 

- Haced lo que queráis... - Le dijo conteniendo la rabia que sentía. - Haced vuestros juramentos, arrastraos ante esa gente que no acepta tu palabra - . La guerrera casi parecía escupir aquellas palabras. Se veía que lo que le había dicho la elfa la había afectado, pero continuaba obstinada en no hacer juramentos. - Y cuando estéis preparados avisadme... - Dijo finalmente recogiendo su espadón y saliendo por donde lo había hecho la druida.

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14/07/2011, 13:54
Ossian

Ossian observó la discusión entre las dos mujeres y decidió prudentemente no intervenir. Al fin y al cabo, ni siquiera conocía los detalles de lo que estaban hablando. Cuando salieron por la puerta dedicó una mirada de disculpa al paladín.

No se fían de nosotros, y menos aún de ella. Me pareció buena idea meter a la Madre Segadora de por medio —se excusó—; pensaban que en cuanto saliéramos del pueblo íbamos a largarnos sin hacer nada con el dragón.

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14/07/2011, 13:59
Aidé

Y eso es exactamente lo que íbamos a hacer, idiota —bufó Aidé, haciendo revolotear su falda en un andar enérgico hacia la salida.


Aidé: rivalidad +10

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15/07/2011, 08:51
Rengar

Pese a el pequeño desacuerdo sobre Aidé, Rengar miró con gran admiración a Galatea. Puede que ella fuese un poco más libre en la aplicación de las normas, pero tenía un corazón puro y bondadoso, tanto como el suyo propio. Mientras que Khaila parecía más egoista, Galatea era entregada... lo suficiente para enfrentarse valientemente a un dragón para salvar a un pueblo. Eso le hizo sentirse orgulloso de ella, aunque... ¿no era eso algo más propio de la soberbia? ¿Le había enseñado algo, acaso? No, simplemente la elfa era así y siempre lo había sido.

Le dio un apretón significativo en el brazo antes de que saliera. Había dejado que ella y Khaila discutieran porque no se sentía quién para hacer de punto intermedio: él opinaba exactamente igual que Galatea. Y, siendo francos, la elfa era su favorita. Pero no sería cortés decirlo o demostrarlo frente a la guerrera. Ella era su amiga también. Eran más o menos igual de comunicativos.

Escuchó la salida de tono de Aidé y negó con la cabeza.

-No mientras dependa de mí. Así no se hacen las cosas.

No tenía intención de discutir, así que siguió a las chicas hacia afuera.

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15/07/2011, 09:53
Aldeana

El ambiente en el exterior se podía cortar con un cuchillo. Los guardias ya no apuntaban a Aidé con las ballestas, pero las tenían amartilladas y parecían seguir todos sus movimientos. La plaza estaba ya prácticamente abarrotada, parecía que la noticia había volado en alas de los rumores. Todos los cuchicheos se acallaron cuando salisteis al exterior y se creó un silencio tenso y expectante. El sargento levantó la cabeza, interrumpiendo la conversación que había estado teniendo con un joven pisaverde, una mujer llorosa y una anciana diminuta y arrugada que atraía vuestras miradas de forma casi hipnótica.

Galatea reconoció a la anciana: era Olavia Tsardruyn, la Gran Madre Segadora de Khauntea en Velarburgo. La mujer llevaba una sencilla túnica larga del color de las bellotas maduras, con el cabello blanco recogido sobre la espalda en una sola trenza resplandeciente. La tela de la túnica caía en pliegues desde sus hombros hasta el dobladillo, ocultando hasta la última línea de su cuerpo enjuto. Llevaba las manos enguantas, para ocultar las cicatrices y las callosidades propias de los dedos de una granjera bajo la fachada de las manos de una dama. En medio de la tensión del abarrotado mercado, ella estaba inmóvil y en paz.

La burbuja de quietud y concentración que rodeaba a la anciana se pinchó cuando la joven que había a su lado lanzó un grito rabioso, recogió una piedra del suelo y se la tiró a Aidé. La hechicera se encogió instintivamente, pero el canto ni siquiera le pasó cerca. Eso pareció enfurecer aún más a la mujer.

¡Hija de puta! —rugió—.¡Has matado a mi marido!

La mujer lanzó un sollozo entrecortado, y los velarburguenses empezaron a corear amenazas. Aidé miró en derredor con preocupación, mientras unos chavales (probablemente sus hijos) agarraban a la mujer para que no se lanzase sobre Aidé para estrangularla con las manos desnudas.

¡Te voy a matar! —gritó la mujer, debatiéndose en la presa y llorando.

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15/07/2011, 10:27
Aidé

No tuve elección —masculló Aidé, en un tono tan bajo que parecía dirigido a si misma.